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BIOGRAFÍA DEL POETA ADONIS
Ali Ahmad Said Esber, conocido con el seudónimo Adonis, es considerado como uno de los más grandes poetas árabes contemporáneos, también ensayista. Desde hace año ha sido uno de los aspirantes a obtener el Premio Nobel de Literatura. Nació el 1 de enero de 1930 en Al Qassabin (pueblo montañoso al oeste de Siria), cerca de la ciudad de Latakia. Se le estima como eslabón indispensable entre las culturas de oriente y occidente, no teme cuestionar los dogmas y axiomas arraigados en la cultura árabe, así como la actual realidad político social de occidente.
Adonis proviene de una familia campesina, pobre y alauí o nusairíes, que es una rama del islam chiíta, que siguen los doces imanes de Alut Bait, descendientes del profeta Mahoma. Trabajó en el campo durante su infancia. El padre de Adonis era conocedor de la cultura clásica, y le recitaba poesías a su hijo que él memorizaba. El seudónimo de Adonis se lo puso el propio Ali Ahmad, que tras haber sido rechazadas sus obras en varias revistas bajo su nombre real, tomó el nombre de Adonis. En una entrevista comentó : “fue en torno a los quince años cuando por primera vez envié un montón de poemas con mi verdadero nombre a una serie de publicaciones. No se publicaron nunca. En pleno enfado conocí la historia de Adonis. Su salida a cazar al monte, su muerte, su sangre que al fluir convierte a las flores en color rojo. Dicen que el río de Adonis, cuando se desborda en Líbano, se vuelve también rojo. Me gustó. Envié a partir de entonces los mismos poemas a las mismas publicaciones firmados con ese nombre. Y se publicaron. Y eso me dio la oportunidad de salir del mundo árabe y proyectarme al mundo occidental”.
Adonis señala que en su casa siempre ha existido la comprensión y le respeto individual. Su padre le decía “Decidir, hijo mío, es fácil. Todo lo que quiero de ti es que pienses bien, que vuelvas a pensar bien y que luego decidas.”
En 1947, a sus 17 años, le llegó una gran oportunidad que marcaría su vida. Supuso su ingreso a la escuela de Latakia y después a la universidad de Damasco, donde se licenció en Filosofía en 1954. Contó este suceso en una entrevista: “Yo era hijo de un campesino. En 1943 tenía doce años. Al enterarme de que el presidente Shukri al-Kuwait iba a pasar cerca de donde vivía mi familia, tuve una ilusión. Voy a escribir un poema, voy a pedir permiso para leérselo al presidente, le va a gustar, me va a llamar, va a preguntarme algo, hijo, ¿qué puedo hacer por ti?, y yo le voy a decir que quiero ir a la escuela. Escribí los versos. Mi padre tenía la costumbre de recitarme poemas tradicionales para que yo los aprendiera de memoria. Cuando le conté mi idea, me advirtió que no me acompañaría. No quería ver al presidente. Shukri al-Kuwatli era un hombre importante en la independencia Siria, un luchador. Entonces estaba buscando un acuerdo con Inglaterra y Francia para que las tropas extranjeras saliesen definitivamente del país. Pero mi padre tenía diferencias políticas con él, y me advirtió que no pensaba ir a verlo. Decidí ir solo, tuve muchos problemas, protagonicé toda una epopeya, pero al final conseguí leerle mi poema, le gustó y se apoyó en uno de los versos para desplegar todo su discurso. Al terminar, me llamó y me preguntó, hijo, ¿qué puedo hacer por ti?, yo le contesté que me gustaría ir a la escuela. Pues irás, y fui. Eso es lo que me permitió después estudiar filosofía en Damasco”.
En Siria, debido a sus opiniones progresistas, su posición política de izquierdas, le llevó a enfrentarse al régimen Sirio. Aún era estudiante de filosofía en Damasco cuando organizó marchas y manifestaciones contra el ejército francés. Fue detenido once meses debido a las arriesgadas actividades políticas junto al Partido Popular Sirio. Tras su liberación, se instaló en Beirut, Líbano, junto con su esposa, la crítica literaria Khalida Said. Allí fundó, junto al poeta Yusuf al-Khal la revista Shi’r de poesía, con la finalidad de renovar la lírica árabe a través de traducciones de poesía mundial, sobre todo la occidental, como los poemas de Horderlin, Rilke, Whitman, Pound, Eliot, Paz, entre otros.
Federico Arbós Ayuso, traductor de Adonis al español, describe en su ensayo, “Tres calas en la producción poética de Adonis”, que, luego de la Segunda Guerra Mundial, poetas como Nazik al-Mala-ika y Badr Sakir al Sayyab publicaron poemas en versos libres. La consolidación de ese movimiento iniciado en Bagdad adquirió repercusión inmediata en Siria, Palestina y Egipto. A su vez, el historiador de la literatura árabe, Luwis Awad y Muhammad Mandur, habían publicado en la revista al-Katib al-Misri, en 1945, en el Cairo, varios artículos sobre escritores vanguardistas ingleses, especialmente un ensayo sobre T. S. Eliot, lo que influyó considerablemente la producción poética de la época. La revista Shi’r dejó de ser publicada debido a las ideas políticas, pero tres años después Adonis funda otra revista Mawaqif (Posiciones), junto al poeta Kamal Abu Deeb. Las obras de Adonis incluso han sido estudiadas posteriormente por este poeta y crítico literario.
Adonis empezó a trabajar en pro del panarabismo, ideología política que está a favor de la unidad como nación de pueblos Arabes de Asia y Africa.
Adonis recibió una beca para estudiar en París entre 1960 y 1961.
Entre 1970 y 1985 fue catedrático de literatura árabe en la Universidad del Líbano. En 1976 fue nombrado profesor invitado en la Universidad de Damasco. En 1980 emigró a París escapando de la Guerra Civil del Líbano. Allí fue profesor en La Sorbona y en el Colegio de Francia. El poeta señala que nació tres veces: en Al Qassabin, en Beirut y en París. En sus palabras: “Los creadores son, entonces, dobles exiliados por naturaleza. No solamente sus trabajos no son originados por la existencia, sino que lo singular de sus expresiones les exilia del resto del mundo, al que ellos buscan conectarse a través de sus obras”.
La fama del poeta se debe a su primer libro Cantos de Mihyar, el Damasceno (Aghani Mihiar al-Dimashqi, Beirut. 1961), considerado un antes y después de la literatura árabe. Influenciada por la mitología griega, la poética de este libro es vuelta al universalismo moderno, aunque su base, la recepción y muchas metáforas residan en el mundo árabe y proporcione un cierto extrañamiento a los no nativos de esa cultura. Leyendo profundamente nos encontramos, con las preguntas filosóficas del hombre moderno. Adonis es un asiduo lector de Nietzsche y Heidegger.
La fascinación de la poesía de Adonis radica en su capacidad única de combinar influencias occidentales con la tradición árabe para crear un personal estilo lírico.
Adonis escribe en árabe. La traducción en lengua romana de Cantos de Mihyar, el Damasceno surgió en España, en 1968, dos años después de la publicación del original. La primera colección publicada en idioma inglés data de 1971, en los Estados Unidos, titulada The Blood of Adonis.
Adonis es un pionero de la poesía árabe moderna. Él es a menudo visto como un rebelde, un iconoclasta que sigue sus propias reglas. Adonis señala: “La poesía árabe no es el monolito de esta visión crítica dominante sugiere, sino que es plural, a veces hasta el punto de contradicción en sí misma”
Después de un viaje a Nueva York en 1971, Adonis escribió el poema “Una muerte para Nueva York” o traducido también como “Epitafio para New York”, uno de sus poemas más famoso y traducido. La temática aquí es lo cotidiano cosmopolita de la ciudad, una crítica al capitalismo, a la política exterior de los Estados Unidos, al consumismo, al imperialismo norteamericano, sobre todo el imperialismo ejercido sobre los países de Las Mil y una noches. Se trata de una tromba de impresiones, siguiendo la tradición de los modernistas, escrito en versos libres y largos, divididos en diez capítulos, que mezclan asociaciones dispares para describir un viaje al infierno. Como el de Virgilio en la Divina Comedia, el infierno aquí es la ciudad de Nueva York. Una muerte para Nueva York fue escrito por causa de un viaje del poeta a esta ciudad, en una época de la Guerra de los Seis Días, en 1967, época en que Kadafi comanda el golpe de estado contra el rey Idris I, en 1969, y elimina las bases militares norteamericanas e inglesas en el país, época de la derrota del movimiento para la liberación de Palestina resultando en la matanza de los refugiados palestinos en Jordania, en septiembre de 1970, y la época del movimiento anti-imperialismo norteamericano surgido en América latina por los revolucionarios Fidel Castro y Che Guevara.
En un artículo en el diario alemán Die Zeit, Adonis declaró: “siempre cuando la religión no impone nada, la cultura árabe es magnífica. Todo lo que es exento de religión en la cultura árabe es extraordinario”. Y para el diario O Globo: “Si tú quieres crear poesía verdaderamente nueva, es necesario combatir las ideas heredadas de la religión, porque crear es ser libre de toda ideología y de todo pensamiento a priori.”
La religiosidad en la poesía de este poeta sirio-libanés envuelve la esfera mística, y la búsqueda del hombre en sanar las preguntas inmanentes envolviendo la vida, como la muerte, el amor, la búsqueda de identidad, “como una creación permanente, en un movimiento continuo hasta llegar a la identidad del otro”. Contemporáneo del ya fallecido Edward Said, no todo el tiempo concordaba con su amigo: “Lo que Said enfatiza correctamente es un estereotipo del Oriente que existe en el Occidente, pero a mi modo de ver eso está ligado a una visión política y no cultural.
Adonis siempre ha expresado, con respecto al Premio Nobel de Literatura, que se encuentra englobado en un contexto de intereses políticos pero que a la vez tiene que ser defendido “Porque tan sólo el hecho de que un artista sea compensado con un valor económico que le permita continuar haciendo aquello que ama y con lo cual colaborará con el mejoramiento de la realidad en el mundo, hace que este premio sea válido y merece la pena que sigamos creyendo en él”.
Frases de Ali Ahmad Said Esber, Adonis:
“El poema es el único lugar en el que siento absoluta libertad, el único lugar en el que soy dueño de mí mismo y de mi voluntad.”
“La poesía es el aire de este mundo, es el sol de esta existencia.”
“La experiencia poética siempre es una apertura al horizonte, a la vida y al pensamiento. La poesía nos enseña que la identidad del ser humano es un camino abierto a ese horizonte. La poesía es abrirse a todo, al cambio, a la transformación.”
Adonis ha escrito más de veinte libros en el idioma árabe. Varios de sus colecciones de poesía han sido traducidos al Inglés. Khaled Mattawa traducción de Adonis: Selected Poems ha sido nominado para el Premio Griffin de Poesía 2011.
Obras en español
Poesía
- Canciones de Mihyar el de Damasco, Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1968, ISBN 978-84-7472-041-9; Guadarrama, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 1997 (Edición integra, Prólogo de Pedro Martínez Montávez, traducción del árabe Pedro Martínez Montávez con la colaboración de Rosa Isabel Martínez Lillo ISBN 978-84-87198-37-3.9
- Epitafio para Nueva York. Marrakech. Fez, Madrid, Hiperión, 1987, ISBN 978-84-7517-212-5.
- Libro de las huidas y mudanzas por climas del día y de la noche (Traducción del árabe, prólogo y notas de Federico Arbós), Guadarrama, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 1993, ISBN 978-84-87198-15-1, 2.ª ed. 978-84-96327-97-9.10
- Homenajes, Madrid, Huerga y Fierro, 1994, ISBN 978-84-88564-04-7.
- Poesía y poética árabes (presentación y traducción del árabe: Carmen Ruiz Bravo-Villasante), Guadarrama, ediciones del oriente y del mediterráneo, 1997, ISBN 978-84-87198-44-1.11
- El Libro (I) (Traducción, prólogo y notas de Federico Arbós), Guadarrama, ediciones del oriente y del mediterráneo, 2006, ISBN 978-84-96327-15-3.12
- Este es mi nombre (versión definitiva), Madrid, Alianza Editorial, 2006, ISBN 978-84-206-4857-6.
- Primer cuerpo… último mar (Traducción del árabe de Rosa Isabel Martínez Lillo), Madrid, Huerga y Fierro, 2008, ISBN: 978-84-837468-5-1
- Sufismo y surrealismo (Traducción del árabe y nota introductoria de José Miguel Puerta Vílchez), Guadarrama, ediciones del oriente y del mediterráneo, 2008, ISBN 978-84-96327-50-4.13
- Árbol de Oriente. Antología poética, 1957-2007 (Selección, traducción, prólogo y notas de Federico Arbós), Visor Libros, Madrid, 2010.
- Sombra para el deseo del sol, Madrid – México, Vaso Roto Ediciones, 2012, ISBN 978-84-15-16858-4.14
- Historia desgarrándose en cuerpo de mujer, Madrid, Huerga y Fierro Editores, 2015, ISBN 978-84-8374-996-8.
- El Libro (II) (traducción del árabe, prólogo y notas de Federico Arbós), Guadarrama, ediciones del oriente y del mediterráneo, 2018, ISBN 9788494875915.15
- Ensayo
- Introducción a la poesía árabe, Universidad Autónoma de Madrid, Servicio de Publicaciones, 1975, ISBN 978-84-600-6829-7.
- Poesía y poética árabes, Guadarrama, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 1997, ISBN 978-84-87198-44-1.
- Sufismo y surrealismo, Guadarrama, ediciones del oriente y del mediterráneo, 2008, ISBN 978-84-96327-50-4.
Premios y Distinciones
- Premio de la revista Shi’r 1961
- Premio de los Amigos del Libro 1968 (Beirut)
- Syria-Lebanon Award 1971 of the International Poetry Forum (Pittsburg)
- Premio Nacional de Poesía 1974 (Beirut)
- Miembro de la Academia Mallarmé (1983)
- Officier des Arts et des Lettres (Francia, 1983)
- Medalla Picasso 1984 (UNESCO)
- Gran Premio de las Bienales Internacionales de la Poesía de Lieja 1986
- Miembro de la Academia Universal de Culturas (París, 1990)
- Premio Jean Marlieu Etranger 1991 (Marsella)
- Premio Nazim Hikmet 1994 (Estambul)
- Premio Méditerranée-Etranger 1995 (París)
- Premio del Foro Cultural Libanés en Francia 1995
- Premio de Poesía de Struga 1997
- Premio de Poesía Nonino 1999 (Italia)
- Premio Alain Bosquet 2000 (Paris)
- Doctor honoris causa por la Universidad de Ginebra (2004)
- Medalla de Oro del Gobierno de Italia (Comité Científico del Centro Internacional de Investigaciones Pio Manzú, 2006)
- Doctor honoris causa por la Universidad Estadounidense de Beirut (2007)
- Premio Bjornson 2007 (Noruega)
- Premio Grinzane Cavour per la Lettura 2008 (Italia)
- Premio Max Jacob 2008 (Francia)
- Premio Giovanni Pascoli 2008 (San Mauro di Romagna, Italia)
- Premio Goethe 2011 (Fráncfort del Meno)
BIBLIOGRAFIA
- http://interclassica.um.es/var/plain/storage/original/application/462db73076c4cc566360ca81600052f1.pdf
- https://www.lecturalia.com/autor/9135/adonis
- https://www.ecured.cu/Ali_Ahmad_Said_Asbar
- http://www.poesiaarabe.com/adonis.htm
- http://www.diariosiriolibanes.com.ar/Secciones/Cultura/Ali-Ahmad-Said-Esber%2C-poeta-y-ensayista
- https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2014/11/viviane-de-santana-paulo-adonis-de.html
- https://es.scribd.com/doc/239632767/Adonis-Epitafio-Para-Nueva-York
- https://es.wikipedia.org/wiki/Adonis_(poeta)http://www.poesiaarabe.com/adonis.htm
- https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2014/11/viviane-de-santana-paulo-adonis-de.html
SELECCIÓN DE POEMAS DE ADONIS
ALQUIMIA DEL NARCISO
Los espejos reconcilian el mediodía
con la noche.
Detrás de los espejos
un cuerpo abre camino
a sus nuevas regiones
en el cúmulo de las épocas,
borrando la estrella del camino
entre su ritmo y el poema,
cruzando el último puente.
… He matado a los espejos
y he mezclado sus zaragüelles
de narciso con el sol.
He inventado a los espejos,
obsesionado en abrazar a los soles
y sus inmensidades siderales.
ESPEJO DE ORFEO
Tu melancólica lira, Orfeo,
no puede transformar la levadura,
no sabe hacer para la amada cautiva
en la jaula de los muertos
un tierno lecho de amor
ni brazos ni trenzas.
Muere quien debe morir, Orfeo,
mientras el tiempo corre por tus ojos
se cae, y entre tus manos
se rompe la lira.
Te veo ahora, cabeza sobre los ríos,
cada flor es un canto
y el agua voz.
Te oigo ahora, te percibo
sombra que escapa de su órbita
y empieza a girar…
CELEBRACIÓN DE LA REALIDAD
Por alto y radiante que sea el deseo
no puede tocar el cuello del sol.
La realidad es la flor más marchita
en el jardín de las palabras.
Realidad: sueño que no visita
ni hace amistad
más que con los párpados durmientes.
A veces el cuerpo parece un árbol
cuyo más bello fruto, el sueño,
no se puede recoger.
No hay diálogo entre el fuego y el agua:
un abrazo
hasta extinguirse.
La realidad
en la que se han convertido los caminos de la derrota
es la única
que conduce a los caminos de la libertad.
El olvido tiene una guitarra
en la que el recuerdo toca
sus calladas tristezas.
Traducción: María Luisa Prieto. Del poemario: Celebración del claroscuro.
“SI VIVIERAS”
Si vivieras, como dije, en mi voz,
si te guiaras
por el camino y sus escalas y te pusieras
el ropaje de los caminantes
que beben los soles y su exilio,
si te saciaras de agua,
si habitaras, como dije, en mi voz,
serías la adivinación
y sus faros y el iris
entre nuestros días de papel
y las nieves de la distancia.
Si te guiaras…
ESPEJO DEL TIEMPO
Te invito,
mis días están sin centinela y esta distancia vacía
es un banquete para el sueño,
una fiesta de la nostalgia por sus fructíferos árboles.
Te invito a que vengas,
el mástil de las tristezas es alto.
Quizá si reposaras, si te inclinaras cual rama en sus vientos
ocultos, el aguamanil sería elegía o flor
y el té fuente.
Te invito a que escuches este eco que nos llega con la hierba ebria.
… El tiempo se aleja,
la nostalgia se viste nuestra ropa
y se convierte en incienso que se pliega
a nuestras pestañas
y sale de una antigua cúpula
que emana de su esencia.
Fuente: Poesía árabe, 16 poetas árabes.
ESPEJO DE UNA PREGUNTA
Pregunté y me dijeron:
la rama cubierta de fuego es un pájaro,
y me dijeron que mi rostro era una ola
y el rostro del mundo espejos,
suspiros de marinero y faro.
Y vine.
Tinta era el mundo en mi camino
y cada estremecimiento una frase.
No sabía que entre nosotros
había un puente de hermandad,
de pasos de fuego y profecía.
No sabía que mi rostro
era un barco navegando en una chispa.
Traducción de María Luisa Prieto
LA BALA
Una bala gira
engrasada con el resplandor de la civilización,
perfora el rostro de la aurora -cada instante
se repite esta escena-
los presentes
renuevan el trago de la vida, animan
sin telón, oscuridad ni descanso:
la escena es la historia
y el actor la civilización.
Fuente: Muestrario de Poesía, 15. Poesía árabe.
ROSTRO DE MUJER
Vivo en el rostro de una mujer
que habita en una ola
a la que la marea empuja hacia una playa
cuyo puerto se pierde en sus conchas.
Vivo en el rostro de una mujer
que me hace morir, que quiere ser
faro apagado
en mi sangre que navega
a los confines del delirio.
DAMASCO
Caravana de estrellas en una alfombra verde
dos pechos de brasas y de naranjas
Damasco
El cuerpo amoroso sobre su cama
como el arco
y la luna nueva
Abre a nombre del agua
la botella del tiempo
Cambia cada día
en su órbita nocturna
Tumba de sacrificio
en un volcán deseado
Los árboles duermen alrededor de mi dormitorio
Mi cara es manzana, es mi amor
isla, almohada
Acaso no vendrás
Damasco
a la cama
al fruto de la noche
Traducción de Sergio Badilla Castillo
NO QUIERO QUE MI CASA
No quiero que mi casa
Sea cuervo,
No quiero que sea amiga de los tanques,
No quiero que tienda las manos a los genios,
No quiero que abra sus puertas a la guerra,
No quiero que sea bandera para el faraón o Jehová.
Destruidla
Y escribid en sus escombros:
“Por aquí pasó un soldado de Dios”.
Sólo quiero que mi casa sea
Luz y amor. ¡Pobre de ella!
Traducción del árabe: María Luisa Prieto. Fuente: Poesía Árabe.
CELEBRACIÓN DEL JUEGO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
La lengua se oxida por falta de palabras,
el ojo se oxida por falta de sueños.
El rostro es la luz del cuerpo.
Cuando el rostro se ensombrece
todo el cuerpo se apaga.
El hombre es un libro
que la vida lee sin cesar.
La muerte lo lee en un instante,
una sola vez.
La melodía es para el oído,
el color es para el ojo,
la palabra es para todo el cuerpo.
Negro: desmayo de la naturaleza
en el regazo del universo.
La locura es continuo encuentro con las cosas
y es, al mismo tiempo, continua despedida.
Todas las cosas se cubren con ropajes que las
enmascaran.
Nada aparece en completa desnudez
más que cuando lo toma la mano de la locura.
Traducción: María Luisa Prieto.
Fuente. Poemario Celebración del claroscuro.
CANCIÓN A LA CONTRA-ÉPOCA
Si me atreviera, diría: las estrellas,
el cielo y su historia,
la gente y el lenguaje sólido
son cadáveres flotantes.
Si me atreviera, preguntaría:
¿A quién se quema ahora?
¿Qué alegra? ¿Qué se manifiesta?
¿Acaso dijo? ?Acaso fue? ¿Acaso no?
Si me atreviera, cantaría
a las ciudades ocultas,
a la ceniza ensangrentada,
a la máquina devoradora,
y proclamaría: esto,
oh, tiempo, es una tierra
que se reproduce en cadáveres,
y un señor al que el crimen ha colgado
sobre sus arcos como amuleto.
CANCIÓN A LAS DISTANCIAS
Éxtasis, una ola iniciadora
en unas playas de pesar.
Bienvenida, luz de las distancias,
no romperé el hielo que hay
entre nosotros, tus tristezas cálidas
se infiltran en mis pasos.
Bienvenidos, pasos que caminan de la mano en mis palabras.
CANCIÓN AL SECRETO
Le abandonaron a sus secretos:
una vez sentó al mar en su regazo
y otra bajo su ventana.
Le abandonaron a sus secretos:
se contentó con la hierba
o se vistió con el rostro de la piedra.
Le abandonaron a sus secretos
como un campo de amor
que se transforma en cada estación
y revuelve entre sus manos
al árbol.
CARTAS (fragmentos)
La noche cae en los balcones del espacio
y se sienta en nuestro barrio
decrépita y pálida.
Con ella se sientan las casas y sus sueños,
se arrojan a su pecho
y coquetean con su bastón…
Mi corazón no es una cuerda ni es nube
para ser ligero, flotar. Mi corazón es un círculo.
¿Por qué, entonces, vuela en pedazos en ti?
El invierno se despide de sus árboles
sin recordar que tomó
nuestro fuego y nos mezcló con sus lluvias.
El verano ignora nuestras tristezas
y la primavera es prisionera de sus flores
y de sus plumas:
ayer escribí una elegía
que los vientos de otoño repitieron.
El otoño nos enseña cómo vivir.
Cantaremos
para que el tiempo que despunta sea puerta
y el viento sea llave. Pusimos
la llama de los secretos en ella
y lanzó nuestro amor entre tus manos.
Traducción del árabe: María Luisa Prieto
CELEBRACIÓN DE BEIRUT, 1982
El tiempo avanza
apoyado en un bastón de huesos de muertos.
El filo del insomnio
corta el cuello de la noche.
El sol parece decir a su claridad:
deslumbra mis ojos
para no ver.
El día teme al día,
la noche se oculta de la noche,
el sol se frota los ojos y suspira:
no puede creer lo que ve.
Gracias
al polvo que se mezcla con el humo
de los incendios y lo mitiga,
al intervalo entre bomba y bomba,
a las baldosas que no cesan
de sostener mis pasos.
Gracias a la roca que enseña paciencia.
Experimento la borrachera de las explosiones,
la embriaguez del ruido,
y disparo mi rostro
por el espacio de las probabilidades.
La luz se extinguió.
Encenderé el astro de mis sueños.
Tómame, amor
y abrázame.
Traducción: María Luisa Prieto.
De: Celebración del claroscuro, 1988
BAGDAD, TE SALUDO
I
Deja el café y bebe otra cosa
mientras escuchas a los invasores:
“Con la gracia del cielo
hacemos una guerra preventiva;
desde el Hudson y el Támesis
traeremos el agua de la vida
para hacerla fluir en el Éufrates y el Tigris”.
Una guerra contra el agua y los árboles,
contra los pájaros y los rostros de los niños.
De entre sus manos surgen lenguas de fuego
en forma de clavos de cabeza oval,
y en sus hombros resuenan
las palmaditas de los dioses.
El aire gime y llora
a lomos de un junco llamado tierra;
la arena se hace roja y negra
entre los tanques y las bombas,
entre ballenas que son misiles volantes,
en un tiempo improvisado por la metralla,
en volcanes espaciales que expulsan su líquida lava.
Oscila, Bagdad, sobre tu cintura transida de agujeros.
Los invasores nacieron en un viento que anda a cuatro patas
por gentileza de su cielo particular,
ese cielo que está preparando al mundo
para que lo engulla la ballena de su lengua sagrada.
En verdad, como dicen los invasores:
parece que este cielo-madre
sólo sabe alimentarse de sus propios hijos.
¿Pero también hemos de creer, invasores,
que los misiles tienen sello de profecía,
que la civilización se hace a golpe de residuo radiactivo?
Una nueva ceniza vieja bajo nuestros pies.
Pero decidme, pies que andáis sin rumbo,
¿sabéis a qué abismo habéis llegado?
Nuestra muerte está al filo de las agujas del reloj;
nuestro pesar se dispone a clavar sus uñas
en la carne de las estrellas.
Ay de esta nación de la que somos:
una tierra que nada crepitante en incendios
donde los hombres arden cual leña seca.
Cuán hermosa eres, piedra sumeria,
tu corazón sigue latiendo con un Gilgamesh
que se dispone, de nuevo, a echar pie a tierra
para volver a buscar la eternidad de la vida;
pero, esta vez, su guía no será sino
un haz de polvo radiactivo.
Hemos cerrado las ventanas
tras limpiar los cristales con periódicos
que cifran la historia de la invasión.
Luego, hemos arrojado a las tumbas
nuestros vestigios de rosas.
¿Adónde vamos?
Ni siquiera el camino se cree ya nuestros pasos.
II
Una nación entera está a pique de olvidar su nombre.
¿Y todo por qué?
¿Una flor roja me enseñó a dormir
en el seno de mi ciudad de letargo?
El asesino ha devorado la canción;
no preguntes pues, poeta:
a esta tierra sólo puede despertarla
el fuego de la rebelión.
Publicado en Al-Quds al-Arabi el 1 de abril de 2003.
HOMENAJE A ELLOS
¡Qué veloz es la bala!
No obstante, jamás llegará.
Están sentados-
sus pestañas son velas,
sus manos restos de navíos.
De vez en cuando
el cielo envía un ángel para visitarlos
mas éste se pierde por el camino.
Avanzo en su dirección.
Entre ellos, muerta, una mujer a la que amé.
Entre ellos, un niño que se parece a mí.
Aprenden el alfabeto de las olas
para leer las playas.
Tu pálida imagen
relumbra nuevamente en ellos:
¡Salve! Feminidad de la tierra.
Sin embargo…
No veo en sus heridas ninguna rosa
y las estrellas, sobre ellos, permanecen blancas.
Intentó cruzar la calle:
no pudo andar por la sombra
ni pudo andar por el sol
ni halló, entre ambos, camino.
El día se inclina,
el cielo se acurruca
y el sol
se contenta con ser bastón
para el viejo vendedor de fruta.
Se ahoga al recordar.
Se ahoga al intentar olvidar:
es un infierno que se devora.
El humo es tinta
que escribe el tiempo.
Calle-
templo que se apoya en las muletas de sus oraciones.
De las ventanas cuelgan espectros
que no son ni cuerpos ni ropajes.
Preguntad a la silente misa
que flota sobre los escombros.
El tiempo corre a mi lado
en una pesadilla que improvisa el camino.
La ceniza
que ha devorado a los muertos
no se acuerda de ninguno.
El cielo afirma que desciende
y camina entre la gente.
Tal vez sea cierto
mas yo no lo veo.
Con hilos de rosa
amarraban la muerte
y la arrojaban al regazo del agua.
Despojos de figuras en el cuerpo del aire:
son los hijos del Líbano
que embellecen el libro de la tierra
y enmiendan el horizonte.
Si el mar envejeciera
elegirá Beirut como recuerdo.
A cada instante la ceniza demuestra
que es el palacio del futuro.
Desesperado,
hasta el aire se dispone
a tender el cuello a cualquier asesino.
Rebaños de sangre
pastan por la superficie de la tierra.
¿Cómo podrá cicatrizar esa herida?
¿Y cómo podría alumbrarse de otra?
Versión de María Luisa Prieto.
En Homenajes, Al-Kálima Poesía, 1995
DESEO
Si me abriera sus brazos
un cedro,
entre las arboledas de honduras y de años.
Si me guardara
de las perlas y velas tentadoras.
Si yo tuviera sus raíces,
y se anclara mi rostro tras su triste corteza.
Me haría entonces nubarrones y rayos
en lontananza,
este país de confianza.
Mas todo ramo en las arboledas
de honduras y de años, viviendo yo,
es fuego sobre mi frente,
fuego de fiebre, de perdición,
que devora la tierra que me guarda.
Traducción de Pedro Martínez Montávez
SITUACIÓN DEL DESIERTO/EL NARCISO
El agua posee una flauta que
yo escuchaba
y mi deseo escuchaba una lengua
cuyo sonido se retrasaba
y surgía en cualquier momento.
He cambiado de caravana.
La creación es barro, juego.
Me recrearé con mis secretos
y con su juego.
Yo soy éste que un desierto ha creado.
Los ciervos de mis sueños
están vestidos con palmeras.
Es inútil jugar al tric-trac
con la luna, viajar en
una alfombra de seda,
es inútil creer las profecías
del cuervo de mi suposición
ni las promesas de destrucción.
Oh, poesía, cochero loco,
tómanos para adelantarnos
a nuestra muerte, para ver
y escribir lo que vendrá
y para ser la Fatiha “1” del libro.
Desierto-madre,
y yo soy el testimonio perdido,
desvaría como quien camina sobre
sus miembros.
Camina y amarra los pies
al espacio. Y yo soy el testimonio,
nuestra tierra se desvanece
por tantos profetas como ve
sobre ella.
Desierto: secreto.
Este es el secreto manifiesto,
una nube que arroja
su manto sobre nosotros,
su murmullo es el lenguaje oculto
de las estrellas.
Extravío, y una caravana pierde
una caravana.
Desierto. Una piedra me roza: ¿eres
tú mismo? Yo rozo a la acera amiga.
¿Eres tú mismo? Tu chispa
ha devorado a la chispa.
Desierto. Una palmera lleva
una estrella. Una camella lleva
la luna y crea los desiertos.
Desierto: narciso que se sumerge
y flota en el laberinto
de los espejos
hecho añicos.
Danza con su imagen y su llanto
y graba en ella su rostro,
sus fragmentos se desintegran.
Enloquece con estas imágenes fragmentadas.
Teje el día con la noche
como un sueño que alumbra
y muere amando.
Narciso es el único que queda.
Narciso no es más que un espectro,
este espectro no es más que su sollozo.
Helo aquí. Lo veo como lo han descrito
sus sueños. Ha olvidado el camino
que le conduce a su agua, ha olvidado
las palabras.
Lo veo coronado con su espejismo.
Fatigado, ha dado la mano
al infinito cielo
y se ha dormido.
Traducción del árabe: María Luisa Prieto
EL COLOR DEL AGUA
Tu color es el color del agua,
oh cuerpo del lenguaje
allí donde el agua es
levadura, rayo o fuego.
El agua se enciende y se convierte en rayo, se convierte
en levadura y en fuego,
en nenúfar
que pide mi almohada
para dormir…
Oh río del lenguaje,
viaja conmigo dos días, dos semanas por la levadura
de los secretos,
recogeremos mares, descubriremos madreperlas,
lloveremos rubíes y ébano,
aprenderemos que la magia
es un hada negra
que no se enamora más que del mar.
Viaja conmigo, aparece aquí… desaparece allí…
y pregunta conmigo, oh río del lenguaje,
por la concha que muere para convertirse
en nube roja
de lluvia,
en isla
que camina o vuela,
pregunta conmigo, oh río del lenguaje,
por una estrella cautiva
en las redes del agua
que lleva entre sus pechos
mis últimos días.
Pregunta conmigo, oh río del lenguaje,
por una piedra de la que brota el agua,
por una ola de la que nace la roca,
por el animal del almizcle, por una paloma de luz.
Desciende conmigo por el tragaluz de las tinieblas
al lugar
donde habita el tiempo roto
para que el lenguaje sea
un poema que se viste con el rostro del mar.
De: El teatro y los espejos
Traducción del árabe: María Luisa Prieto
ESPEJO DEL TRINEO NEGRO
Tú dijiste: mi rostro es navío,
mi cuerpo una isla,
y el agua, órganos anhelantes.
Tú dijiste: tu pecho es una ola,
noche que fluye bajo mis senos.
El sol es mi prisión antigua,
El sol es mi nueva prisión.
La muerte es festín y canto.
¿Me has oído? Soy algo más que esta noche,
algo más que su lecho suave y luminoso.
Mi cuerpo es mi manto,
tela cosida con mi sangre.
Me he perdido
y en mi cuerpo estaba el extravío…
He regalado los vientos a las hojas,
dejé tras de mí mis pestañas,
de rabia jugué al enigma con la divinidad
y viví el evangelio de amamantar
para descubrir en mis ropajes
la piedra itinerante.
¿Me has reconocido? Mi cuerpo es mi manto,
la muerte es mi canto y el palacio de mis escritos,
la tinta es para mí, tumba y antecámara,
mapamundi cortado por la desolación
en la que el cielo envejeció,
trineo negro, guiado por llantos y sufrimiento.
¿Me seguirás? Mi cuerpo es mi cielo,
he abierto ampliamente
los corredores del espacio
y dibujé tras de mí mis pestañas,
caminos que llevan hacia un ídolo antiguo.
¿Me seguirás?
Mi cuerpo es mi camino
SITUACIÓN DE UN INSTANTE
Un instante nace
del encuentro de la ciudad y el rechazo.
Lo he casado con mi espacio,
le he ofrecido mi anillo,
y cada vez que la tierra me ahoga, lo despierto.
Ahora vive conmigo
en lo más alto de su ritmo.
SITUACIÓN DE LA FUENTE
Exilio es esta fuente y exilio
para el sediento este agua y esta corriente.
En las palabras y en las cosas.
¿Traiciona la fuente y borra
lo que escriben las guitarras del agua?
SITUACIÓN DE UNA ROSA
La muerte empezó a acercarse, a descender en el agua,
se tragó los recipientes,
la rosa de los recipientes no hizo
más que inclinarse:
se desvaneció y entregaron a la muerte
sus hojas inclinadas.
EPITAFIO PARA NEW YORK
Hasta ahora hemos dibujado la Tierra como una pera
Es decir como un pecho.
Pero entre el pecho y la Tierra
no hay más que un arficio de ingeniería.
NUEVA YORK
Cultura de cuatro pies. Cada distrito es un crimen
y un camino hacia el crimen. En la distancia
entre uno y otro, el lamento de los ahogados.
NUEVA YORK
mujer, estatua de mujer
que alza en una mano un harapo llamado libertad,
una hoja de papel que llamamos historia,
mientras con la otra estrangula a una niña,
cuyo nombre es Tierra.
NUEVA YORK
Cuerpo color de asfalto. Cinturón húmedo le ciñe las caderas,
ventana cerrada su rostro…Me dice: Whalt Whitman
podrá abrirla “Yo pronuncio la palabra pristina”
Pero esa palabra no la oye más que un dios que no ha vuelto en lugar del poeta.
Los encarcelado, los esclavos, los desesperados, los ladrones, los enfermos
salen a borbotones de su garganta sin canal ni
boca. Grité: ¡Puente de Brooklyn! Pero ése es el
puente que une a Witman con Wall Street, a la hoja
de hierba con el papel del dólar…
NUEVA YORK /HARLEM
¿Quién viene en guillotina de seda, quién va en ataúd a lo
largo del Hudson? ¡Derrámate, temporal del llanto!
Estrecháos, cosas del dolor! Rosas, jazmines, lo azul,
lo amarillo y la luz afilan sus agujas y en la
punzada nace el sol. ¿Ardiste, ay, herida oculta entre
muslo y muslo? ¿Llegó a ti el ave de la muerte y
escuchaste el último estertor? Una soga y el cuello
trenzan la tristeza. En la sangre, la hiel del tiempo…
NUEVA YORK/ MADISON/PARK AVENUE/ HARLEM
El ocio imita al trabajo, el trabajo imita al ocio. Los corazones
están hinchados como esponjas y las manos, llenas
de aire como cañas. De los cubos de basura y las
máscaras del Empire State, el tiempo levanta olores
que se desprenden de latas de conserva, latas:
No es ciega la mirada, sino el rostro.
No son yermas las palabras, sino la lengua.
NUEVA YORK/WALL STREET/ 125 STREET/ 5th AVENUE
Un espectro en forma de Medusa se alza entre hombro y hombro.
Mercado de esclavos de todos los sexos.
Los hombres viven como plantas de invernadero.
Miserables, invisibles penetran como el polvo en la
trama del espacio, víctimas de la sífilis;
el sol es un cortejo fúnebre.
El día un atabal negro.
POEMAS PARA LA REVISTA A PARTE:
CANCIÓN
Te deletreo cuadro del terror
Leo tu largo desierto
Mi mañana que tiembla, y en mis mejillas
Las manchas de este cielo asesinado
Manchas de mis dos manos
Te deletreo, despierto el fuego en tu rostro,
Hago gritar a las letras avaras
Beso al lince y al cuervo
Beso a los muertos
Han despenado abandonaron su hierba y resucitaron
Como hormiga o libro
Acepto lavarles
Con mi mañana o con mi ayer
Yo digno de mí:
Me adelanto
E invento a los otros.
Fuente: El Correo de la Unesco, Novbre.1982
CELEBRACIÓN DEL DÍA Y DE LA NOCHE
El día cierra la verja de su jardín,
se lava los pies y se pone el manto
para recibir a su amiga la noche.
El crepúsculo avanza lentamente.
En sus hombros hay manchas de sangre,
en sus manos una rosa
a punto de marchitarse.
La aurora avanza ruidosa.
Sus manos abren el libro del tiempo
y el sol pasa las páginas.
En el umbral del ocaso
el día rompe sus espejos
para conciliar el sueño.
Los momentos son olas del tiempo.
Cada cuerpo es una playa.
El tiempo es viento
que sopla del lado de la muerte.
La noche abotona la camisa de la tierra.
El día la desnuda.
Es el alba:
en el balcón las flores se frotan los ojos,
en la ventana
ondean las trenzas del sol.
El día ve con las manos,
la noche ve con todo el cuerpo.
Si el día hablara,
anunciaría la noche.
Suave es la mano de la noche
en las trenzas de la melancolía.
El día no sabe dormir
más que en el regazo de la noche.
Se le concedió a mi tristeza
ser una continua noche.
El pasado,
lago para un solo nadador:
el recuerdo.
La luz: vestido
que a veces teje la noche.
El crepúsculo: única almohada
en la que se abrazan el día y la noche.
La luz sólo actúa despierta.
La oscuridad sólo actúa dormida.
Los sueños de la noche son hilos con los que tejemos
los trajes del día.
Traducción del árabe: María Luisa Prieto.
De: Celebración del claroscuro.
ESPEJO DEL SIGLO VEINTE
Ataúd vestido con el rostro de un niño,
libro escrito en las entrañas de un cuervo,
fiera que avanza llevando una flor,
roca que respira con los pulmones de un loco:
eso es,
eso es el siglo veinte.
ESPEJO DE UN SUEÑO
El héroe, en vela cual ola
duerme.
Nuestra tierra es una niña que duerme
sin cabeza y sin almohada
y el rojo pensamiento depredador
es un cadáver dormido.
¡Oh, ceniza de los miembros!
¡Oh, vías de los humores
de mi cuerpo, del cuerpo del arabismo!
¿Desde cuándo y cómo despertaré a los durmientes?
PREGUNTA POR SUS HIJOS
Pregunta por sus hijos. ¿Dónde? ¿Qué?
La ceniza es la respuesta.
Coge un puñado de tierra del lugar,
Se inclina, lo besa
Y llora sobre él.
Entre esta tierra y sus pestañas
Hay una época de amor y promesas.
LOS DOS POETAS
Entre el eco y la voz
hay dos poetas,
uno elocuente cual luna rota
y el otro silencioso cual niño
que duerme cada noche
en los brazos de un volcán.
EL SUEÑO Y EL DESPERTAR
Crea en su sueño
un modelo de revolución rebelde
que abraza el creciente futuro.
Despierta de su sueño
y sus días se convierten
en anhelos
que lloran la noche pasada
y su quimera perdida.
INVASIÓN
El pájaro se quema,
los caballos, las mujeres y las aceras
se parten como pan
en las manos de Taymur.
EL PASADO
¡Cuántas veces he llevado piedras
desde las colinas de Samarcanda!
Moldeaba las piedras en lanzas
o en collares
para mis amadas esclavas.
¡Cuántas veces he tejido de hombres
jaimas y almohadas!…
CELEBRACIÓN DE LA INFANCIA
Recuerdo la locura
recostada, por vez primera,
en la almohada de la razón:
yo conversaba con mi cuerpo.
El amor y el sueño son paréntesis.
Entre ellos coloco mi cuerpo
para intentar conocer el mundo.
Pronto fui herido
y pronto aprendí:
las heridas son las que me crearon.
¿Qué le diría a mi otro cuerpo
que dejé entre los escombros
de la casa donde nací?
No. No pueden contar mi infancia
mas que esas estrellas que relucen sobre ella
y motean con sus pasos
los senderos de la tarde.
Tu infancia es un pequeño pueblo,
pero jamás cruzarás sus límites
por lejos que vayas.
Siria – 1930
AQUÍ ESTAMOS CARA A CARA
Aquí estamos cara a cara
en el infierno de las heridas,
en el frío de nuestra casa,
Y entre nosotros vive
una constelación desaparecida.
Constelación que escribe
en mi espejo sus días.
La noche ya no sabe
cómo resucitar sus candiles.
(París, 2001)
EL SIGNO
He mezclado la nieve con el fuego,
mas no comprenderán los fuegos mis selvas
ni las nieves.
Y seguiré oscuro y manso,
habitando las flores y las piedras,
ocultándome,
indagando,
viendo,
oscilando
como la luz entre la magia y el signo.
POR MI TIERRA…
Por mi tierra yo hiero estas venas malditas.
Por mi tierra escondí entre mis heridas
mi mañana y mis vientos.
Mi tierra es pitonisa y amuleto.
Mi tierra está borracha. Sus hombros
son dos príncipes de perlas,
un crimen.
De "Canciones de Mihyar el de Damasco" 1961
Versión de Pedro Martínez Montávez
EL EXTRAVÍO
Perdido, tiro mi rostro al polvo
y a la mañana,
lo arrojo a la locura.
Mis ojos son de yerba y son de incendio.
Mis ojos son banderas y emigrantes.
Perdido, tiro mi rostro al polvo
y a la mañana.
Nazco al fin del camino. Grito.
Y que griten conmigo el camino y el polvo.
¡Qué hermoso es que mi rostro, oh Dios,
se pierda en mí! ¡Qué hermoso que me pierda
yo, colmado de fuego!
¡Oh tumba! ¡Oh final mío
al comenzar la primavera!
Traducción de Pedro Martínez Montávez
EN LA SOMBRA DE LAS COSAS
Yo prefiero quedar en la penumbra;
quedarme en el secreto de las cosas.
Me gusta introducirme en las criaturas.
Errar como una idea.
Extraño como el arte.
Anónimo,
incierto
y olvidado.
Naciendo, nuevamente,
en cada día.
Traducción de Pedro Martínez Montávez
HOMENAJE A LA SOLEDAD
Soledad – jardín
con un sólo árbol.
Desde la infancia
por este camino vamos
mi amigo el poeta y yo.
¡Qué extraño!
Sus pasos todavía vuelan con el polvo.
Mi amistad es para el narciso.
Mi amor es para otra flor
que no mencionaré.
Sediento
sólo me saciará
un agua que no puedo alcanzar.
El que no tengas secretos
también es un secreto.
Sé ausencia
para permanecer como pregunta.
Amo la lluvia
que ama la palidez de la tierra.
Si no actúas
más que para realizar aquello que deseas,
¡qué ínfimo es lo que haces!
Prefiero la traición de la palabra a la palabra,
que la fidelidad de la piedra a la piedra.
¿Tras la altura el descenso?
No lo creo-
Lo alto lleva siempre hacia lo más alto.
Lo que te dices a ti mismo
se lo dices al otro-
aunque no te lo propongas.
No conozco de lo que conozco
más que mi ignorancia
de lo que aún desconozco.
Dicen: lo fácil es imitar.
¡Ah! Si pudiera imitar al mar.
Siempre olvido lo que poseo
para poder liberarme
de lo que me posee.
El individuo es unidad de lo infinito.
La multitud es el infinito de la unidad.
A veces
el sol no puede alumbrarte
y una vela te alumbra.
Mi deseo- que mi capacidad de deseo
sea mayor que mi capacidad
de realizar mis deseos.
Un hombre solo: un ala.
Una mujer sola: un ala rota.
Saldré de mi soledad
mas ¿para ir adónde?
Me pongo frente al espejo
no para mirarme
sino para asegurarme:
¿de verdad eso que veo soy yo?
El arco iris juró
vagar eternamente
porque perdió su primera casa.
Ayer , al despertarme,
vi al sol frotarse los ojos
en el cristal de mi ventana.
Afirmo que el sol es otra sombra,
mas no tengo pruebas.
Afirmo que la luna es otro fuego-
tengo muchas pruebas.
Mis días pasados tienen una tumba
sin cadáver.
¡Qué extraña es mi memoria!:
Un jardín repleto de toda clase de árboles
y no veo ni un sólo fruto.
Las palabras que conozco se han tomado
en un bosque de tristeza.
A veces siento
que el abismo al que me asomo
no es lo bastante amplio para mis pasos.
Confieso mi error-
creo que era acertado.
Siempre que pregunto
me divido en dos:
mi pregunta y yo-
La pregunta busca respuesta,
yo busco otra pregunta.
¿Por qué aquella noche sentí
que el cielo era la guitarra de la noche
y las estrellas sus cuerdas rotas?
¿Será porque dormí solo?
Ahora sé por qué
alaban, a veces, a las tinieblas
los que no sueñan más que con la luz.
Escucho en las palabras campanadas
que anuncian mi tercer nacimiento.
Todo lo que no he escrito
lo he olvidado.
Y ahora es lo que me escribe.
Escribe-
esa es la vía suprema
para leerte a ti mismo
y escuchar al mundo.
Dale los buenos días a tu camino
si quieres que el sol te acompañe.
Me rebelo contra la llama que me guía.
La llama a la que guío
se rebela contra mí.
Abro un lago para el olvido
y ahogo en él mi historia.
Demasiado tarde
para que seas tú mismo y para saber quién eres-
se te escapó la infancia.
Me das tu rostro,
te doy mis pensamientos.
El rugido es nuestra promesa:
puedes guiarme, mar.
Para ser hermano de la mañana
debes confraternizar con la noche.
¿Qué hacer por este cielo
que se marchita en mis hombros?
Para que ardan en ti los bosques de imágenes
basta con calentarte al fuego del sentido.
Al principio fue la pareja,
luego el primer pecado
que se llamó el solo,
el único.
Así escribiré la palabra pareja,
como si excavara una fuente,
y la pronunciaré
como si fuera a brotar agua.
Todo arde en tomo a él-
fuego en el aire,
fuego en el agua.
¿De dónde viene entonces este frío
que penetra en sus miembros?
Puedes protegerte contra todo
menos contra el tiempo.
Traducción de María Luisa Prieto de María Luisa Prieto
EL TIEMPO
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
¿Qué es esta sangre que palpita en la arena
y qué es este ocaso?
Llama del presente, ¿qué vamos a decir?
En mi garganta están los jirones de la Historia
y en mi rostro los signos del sacrificio.
¡Qué amargo es ahora el lenguaje!
¡Qué angosta la puerta del alfabeto!
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
¿Se ha convertido el amigo en verdugo?
Un vecino ha dicho: ¡Cuánto tarda Hulagu en venir!
¿Quién llama a la puerta? ¿El recaudador de impuestos?
Dale el tributo… siluetas de mujeres
y de hombres… imágenes que caminan…
Nos hemos hecho señales, nos hemos intercambiado secretos.
Nuestros pasos son una hebra de muertos.
¿Tu muerto viene de tu Señor
o tu Señor viene de tu muerto?
Perdido por el enigma, se inclina
cual arco de terror sobre sus días encorvados
-Tenía un hermano. Desapareció. Mi padre se volvió loco.
Mis hermanos murieron. ¿A quién invocar?
-¿Hay que abrazar a la puerta, suplicar a la alfombra?
-Delira. Trae la tabaquera y cúralo con el rapé de los sabios.
-Cadáveres que el asesino lee cual anécdotas.
¿Este montón es un granero de huesos, la cabeza de un niño
o un trozo de carbón?
¿Es un cuerpo esto que veo o un esqueleto de barro?
Me inclino, arreglo dos ojos y remiendo una cadera.
Tal vez la intuición me ayude
y me guíe un fulgor de memoria
pero es inútil que investigue la delgada hebra,
inútil que junte una cabeza, dos brazos y dos piernas
para descubrir la identidad del muerto.
– ¿A quién predica la hormiga y por qué asustarse?
Poesía es mezclar en el ojo esta trágica chispa.
Éxtasis es ver tu casa volar en estallidos hacia Dios.
Encaramada a un alminar,
la lechuza del adivino ulula.
De su grito ha tejido un arco iris
y, ahogada de alegría, ha llorado
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
El payaso ha revelado sus secretos.
Este tiempo rebelde es una tienda de alhajas,
un pantano de profetas.
El payaso ha revelado sus secretos.
La verdad será la muerte, el pan de los poetas
y lo que se llamó o se convertirá en patria
no es más que un instante a la deriva
sobre el rostro del tiempo.
El payaso ha revelado sus secretos.
Esplendor del diluvio, ¿dónde está tu llave?
Inúndame de gracia, toma mis últimas riberas,
tómame.
Un abismo ardiente me ha hechizado,
un camino por el que huyen los caminos.
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
Mi alma ha olvidado sus pasiones,
ha olvidado su patrimonio, oculto en la casa de las imágenes.
No volverá a recordar lo que ha dicho la lluvia,
lo que ha escrito la tinta de los árboles.
Mi alma no dibuja más que una gaviota
empujada por las olas contra las amarras de un barco.
No escucha más que un grito metálico:
he aquí el corazón de la ciudad,
luna rota, unida al ombligo de un fantasma de chispas.
No sabe que Dios y el poeta
son dos niños que duermen en la mejilla de una piedra.
Mi alma ha olvidado sus pasiones,
por eso temo la sombra
y el bosquejo del futuro,
por eso me invade la duda
y el sueño se me resiste.
Amarrado, corro de un fuego a otro,
sofocado bajo el sudor que chorrea por mi cuerpo,
compartiendo con los muros el insomnio de la noche
(fieras son los pasos de la noche).
A menudo he dicho a la poesía sedimentada
en el fondo de mi memoria:
¿qué es esta sierra en mi cuello?
¿Quién me dicta la aleya del silencio?
¿A quién contaré mis cenizas?
Yo, que no sé arrancar el pulso y arrojarlo a la mesa.
Yo, que rechazo hacer de mi tristeza un tambor para el cielo.
Así pues diré: mi vida ha sido morada de espectros,
molino de viento.
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
Los árboles del amor en Qassabin
son hermanos de los árboles de la muerte en Beirut.
El bosque de mirto consuela al bosque del exilio.
Qassabin penetra en el mapa de la hierba
y destila las entrañas de las llanuras.
Beirut penetra en el mapa de la muerte:
las tumbas son jardines, despojos, campos.
¿Qué fuerza vierte a Qassabin en Tiro y Sidón
y es Beirut quien se derrama?
¿Qué es eso que alejándose se aproxima?
¿Quién mezcla en mi mapa esta sangre?
El verano se seca y el otoño no ha llegado,
la primavera ha ennegrecido en la memoria de la tierra,
el invierno es como la muerte lo dibuja:
agonía y hemorragia,
época surgida de un frasco de predestinación
y de la palma de la suerte,
época del extravío que improvisa el instante y rumia el aire.
¿Cómo podréis reconocerla?
Un muerto sin rostro que contiene todos los rostros.
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
Agotado, me doy la vuelta y observo:
¿Qué son esos andrajos? ¿Crónicas, países,
banderas colgadas al acantilado del crepúsculo?
En un instante leo las generaciones,
en un cadáver reconozco miles de cadáveres.
Me sumergen los abismos del absurdo,
mi cuerpo se escapa,
mi rostro no aparece en el espejo,
mi sangre huye de las arterias.
¿Será porque no veo a la luz
transportar mis sueños hacia ella?
¿Será el lugar más remoto de un mundo
que los demás bendicen y yo maldigo?
¿Qué es esto que desarraiga mis profundidades
y se marcha entre la jungla del deseo,
los países, los océanos de lágrimas
y la descendencia de símbolos,
entre las venas y los sexos,
las épocas y los pueblos?
¿Qué es esto que divide mi alma y me destruye?
¿Acaso soy la encrucijada de caminos?
En el instante del descubrimiento ¿ha dejado mi camino
de ser mi camino?
¿Soy más que un ser, mi historia es mi abismo
y mi plazo mi incendio?
¿Qué es esto que en una carcajada se eleva
de mis miembros ahogados?
¿Soy múltiples seres que se preguntan:
¿Quién eres? ¿De dónde vienes?
¿Son mis órganos los bosques del combate
en una sangre-viento, en un cuerpo-hoja?
¿Soy un loco? ¿Quién soy en estas tinieblas?
Enséñame y guíame, locura.
¿Quién soy, amigos? Respondedme,
vosotros, los visionarios, los oprimidos.
Ojalá pudiera escaparme de mi piel
sin saber quién he sido ni quién seré.
Busco un nombre, algo que nombrar,
pero nada es nombrable.
Una época ciega, una Historia cegada,
una época de limo y una Historia de ruinas.
El dominador es dominado.
¡Alabadas seáis, tinieblas!
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
Mi antepasado semita es agarrado
por lo que ha engendrado el destino ciego.
¿Un papagayo? ¿Un profeta colado en una momia?
Oh, antepasado al que aparto de su camino.
Tú eres el que habita en la molécula del agua
y en los astros celestes.
Es prudente que camines así,
orgulloso hacia el pasado.
Tú eres el misterio,
el reino receloso de las profecías.
Extraviado en el error, no puedo comprenderte.
Tú eres el prodigio,
antepasado al que yo rechazo ahora.
A pesar de que haya amado la creación en tu nombre,
no me reconocerás, nada me unirá a ti,
aparte de estas huellas enterradas en mi alma
que me lloran y me hacen llorar sobre ti.
Abrazo a la espiga del tiempo,
mi cabeza es una torre de fuego.
El fin de la época que llovía piedras “1”
ha encontrado el comienzo de una era que llueve petróleo.
El dios de las palmeras se arrodilla ante un dios del hierro
y yo, entre estos dioses, soy la sangre derramada,
la caravana que huye.
Palpo mi fuego apagado,
me pregunto cómo engañar a mi muerte,
rebelde en su desierto,
y digo que el universo lo teje mi sueño.
La trama se deshace,
me veo en un abismo
y me entrego a la noche de la caída.
Veo en las cosas un cerco de humo,
percibo el mundo como una cacería.
Se extiende la mesa:
los cuerpos son los condimentos,
las cabezas los recipientes
y Dios se sienta a la mesa de la caza.
Una gacela era panadera, una iguana soldado.
¿Es Dios quien se come la caza
o es la caza quien se come a Dios?
Los caminos mienten, las riberas traicionan.
¿Cómo no caer fulminado por la locura?
Reniego del comensal y del manjar
y acojo a todo lo errante.
Mi consuelo es sumergirme en mi sueño,
excederme, ondear
y cantar el deseo del rechazo.
Deliro. Venus es la ajorca de mis días,
Capricornio mi brazalete
y las flores en sus corolas son balcones…
Mi consuelo es salir y convocar
a todos los verbos de la salida.
Ensillad estos vientos desbocados.
La Historia ha sido degollada
y esto no es más que el preludio.
Dejad al verdugo, a la víctima y al sacrificio como mártires,
cubridme con sus restos
y dibujadme una ruina.
Así sacaré a la sabiduría de su yacimiento
y gritaré: Bienvenidos mis escombros, mi decadencia.
Mañana la muerte me soplará sin que me extinga,
mañana saldré de la luz para ir hacia otra luz.
Cierto que soy más frágil que un hilo
pero más noble que un dios.
Así comenzaré a abrazar mi tierra
y los secretos de sus pasiones.
El cuerpo del mar es su amor,
un amor que tiene como manos al sol,
el cuerpo reservado al trueno, ancla de ternura,
un cuerpo promesa en el que me pierdo.
Surgiré de este desafío.
Cubrid con la luz de la lluvia amorosa
el rostro de la margarita
y que sea…
Abrazo la época que viene y camino,
rebelde, con andares de capitán,
trazando mi país.
Subid a sus más altas cimas,
descended a sus profundidades.
No encontraréis miedo ni cadenas.
Es como si el pájaro fuera rama,
la tierra un niño y los mitos mujeres
¿o tal vez sueños?
Dejo a los que vendrán después de mí
la misión de abrir este espacio.
Mi piel no es una cabaña de ideas
ni mi pasión leñador del recuerdo.
Mi ascendencia es el rechazo
y mis bodas germinación entre dos polos.
Esta época es la mía,
la del dios muerto y la máquina ciega.
Que habite en la alberca de los deseos,
que mis despojos sean flores,
que sea el alif del agua, la ya del fuego,
el loco de la vida.
Revelo al tiempo los secretos de sus páginas.
Así confiesa
que es el extraviado, el rebelde, el discordante.
DESIERTOS (Fragmentos)
Las ciudades se deshacen
y la tierra es una locomotora de polvo.
Sólo el poeta sabe casar este espacio.
No hay camino hacia mi casa: estado de asedio,
las calles son cementerios.
Desde lejos, sobre su casa,
una luna ensimismada se cuelga
en los hilos del polvo.
Dije: “Este es el camino a mi casa”. Respondió: “No,
no pasarás”, y me apuntó con el fusil…
Está bien. Tengo en todos los barrios
amigos, y todas las casas del mundo.
Caminos de sangre.
Los evocaba un niño
y su amigo le susurraba:
No hay en el cielo
sino agujeros llamados estrellas…
Encontraron a seres en sacos:
el primero sin cabeza
el segundo sin manos ni lengua
el tercero estrangulado
y el resto sin forma y sin nombre.
¿Te has vuelto loco? Por favor,
no hables nunca de esto.
Una página de libros
por los que aparecen las bombas,
aparecen las profecías y los proverbios pasajeros,
aparecen los mihrabs, alfombra de letras,
caen, hilo tras hilo,
sobre el rostro de la ciudad
desde las agujas del recuerdo.
Del vino de la palmera a la calma de los desiertos…
a una mañana que pasa de contrabando sus entrañas
y duerme sobre el cadáver de los rebeldes…
calles, camiones para soldados y grupos…
sombras, hombres y mujeres…
bombas cargadas de plegarias,
de fieles y de herejes,
un hierro que supura hierro
y se desangra en carne,
campos nostálgicos de trigo,
hierba y hortelanos,
fortalezas que cercan nuestros cuerpos
y vierten sobre nosotros oscuridad,
la mitología de los muertos
que la vida dice y guía…
una palabra que es a la vez
víctima, sacrificio y todos los verdugos…
tinieblas, tinieblas, tinieblas…
Respiro, palpo mi cuerpo, me busco,
te busco, le busco a él y a los otros.
Cuelgo mi muerte
entre mi rostro y esta palabra: la hemorragia…
Pronuncia su nombre,
di: he dibujado su rostro.
Extiende los brazos hacia ella,
sonríe.
Di: una vez conocí la alegría,
una vez conocí la tristeza.
Verás
que aquí no hay patria…
La muerte ha cambiado la forma de la ciudad.
Esta piedra es la cabeza de un niño
y este humo es un suspiro humano.
Departieron con ella,
prolongaron la velada.
Ella sienta a la noche en su regazo
y palpa sus días
una hoja vieja.
Guarda las últimas imágenes
en sus pliegues.
Ellas palpan en su arena,
en un océano de chispas,
y sobre su cuerpo
hay un campo de gemidos humanos.
Semilla a semilla se esparce en nuestra tierra
y se conserva el secreto de esta sangre.
Oh, campos! Comed nuestros mitos.
Hablaré de un perfume en las estaciones
y de un relámpago en el espacio.
Plaza de la torre:
figura que susurra sus secretos
a los puentes rotos…
Plaza de la torre:
recuerdo que busca su estado
en el polvo y el fuego…
Plaza de la torre:
desiertos abiertos
que los vientos eligen y arrastran…
Plaza de la torre:
magia que ve cadáveres que se mueven.
Sus bordes están en los callejones,
sus siluetas están en los callejones
y se escuchan sus gemidos.
Plaza de la torre:
Oriente y Occidente,
los patíbulos alzados,
mártires y testamentos.
Plaza de la torre:
un grupo de caravanas,
hiel, leche y almizcle.
Las especias inauguran el festival.
Plaza de la torre:
grupo de caravanas,
trueno, explosión y relámpago,
y los torbellinos inauguran el festival.
Plaza de la torre.
He escrito la historia de esta época
con el nombre de este lugar.
Ahora soy un espectro
que vaga por un desierto
y acampa en una calavera.
El espacio es un límite que se debilita,
una ventana que se aleja,
y el día son hilos
que se cortan en mis pulmones
y cosen el cielo,
una piedra bajo mi cabeza,
todo cuanto he dicho de mi vida y de su muerte
se repite en su silencio.
¿Me contradigo? Es cierto,
ahora soy semilla
y ayer fui cosecha.
Estoy entre el agua y el fuego,
soy brasa y flor,
sol y sombra,
no soy señor.
¿Me contradigo? Es verdad…
Cerrada está la puerta de mi casa
y la oscuridad es túnica,
luna pálida que lleva en las manos
un puñado de luz.
Mis palabras no pueden
dirigir mi gratitud hacia ella.
Cerró la puerta,
no para encadenar sus alegrías
sino para liberar sus tristezas.
Todas las cosas que vendrán son antiguas.
Elige un amigo distinto de esta locura
y prepárate para permanecer apartado.
El sol no ha vuelto a despuntar:
se cuela en secreto
y oculta los pies en la paja.
Espero que la muerte venga una noche,
con una almohada en los brazos,
agotada con el polvo que cubre la frente del alba,
cansada de los suspiros de los hombres.
La noche cae
(es una página que había dado a la tinta,
a la tinta de la mañana que no ha venido).
La noche cae sobre el lecho
(el lecho preparado para el amante que no ha venido).
La noche cae sin ruido
(nubes, humo…).
La noche cae
(un ser en cuya mano hay un conejo o una hormiga).
La noche cae
(los muros del edificio vibran,
todas las cortinas son transparentes).
La noche cae (se oyen
estrellas mudas que la noche conoce
y los últimos árboles al final de la muralla
no recuerdan lo que el viento dice a sus ramas).
La noche cae
(entre las ventanas y el viento hay un susurro).
La noche cae
(una luz se filtra, un vecino se tumba desnudo).
La noche cae
(dos siluetas, un vestido abraza a otro vestido,
las ventanas son transparentes).
La noche cae
(es una mezcla. La luna de la noche
cuenta a los zaragüelles
las quejas de todos los amantes).
La noche cae
(reposa en su jarra llena de vino, no de arrepentidos.
Un hombre solo da vueltas por su cabeza).
La noche cae
(lleva algunas arañas que reposan para los insectos
que no atacan más que a las casas con luz).
¿Ha venido un ángel o son proyectiles,
llamadas? Todas nuestras vecinas
fueron a hacer la peregrinación y han
vuelto menos atrofiadas y más presumidas).
La noche cae
(entra en los pechos de mis días,
y nuestras vecinas son mis días).
La noche cae
(aquel sofá, aquella almohada, este pasaje
y esa morada).
La noche cae
(¿qué contamos? ¿Vino, sopa o carne?
La noche se esconde de nosotros, ávida de
sus vísceras).
La noche cae
(se divierte un poco con sus caracolas,
con una extraña paloma que ignoramos
de dónde vino y con insectos
que no vagan por las estaciones del libro
que escribe el semen de los animales
y las especies).
La noche cae
(¿trueno o alboroto de los ángeles que vienen en sus caballos?)
La noche cae
(delira y se revuelve en su vaso).
¿Quién me mostrará la estrella?
¿Quién me dará la tinta para escribir mi noche?
Ha escrito el poema:
(¿Cómo convencerlo de que mi futuro es un desierto?)
Ha escrito el poema:
(¿Quién moverá la roca de palabras que pesa
sobre mí?).
Ha escrito el poema:
(No eres de los nuestros si no matas a tu hermano).
Ha escrito el poema:
(¿Cómo comprender este lenguaje cazado
entre la pregunta y la poesía?)
Ha escrito el poema:
(¿Podrá el alba errante abrazar a su sol?)
Ha escrito el poema:
(Entre el rostro del sol y el horizonte hay
un equívoco).
Ha escrito el poema: (Que muera…).
Me fue concedido ser desgarrado,
ser dispersado en un bosque de fuego
para alumbrar el camino.
Tiéndeme tu mano afectuosa,
devuélveme lo que tus noches le han quitado
a mi sangriento sol.
¡Oh amigo!
¡Oh fatiga!
Después de que el poeta desgarre el traje del tiempo
invitaré al viento y le mostraré el camino
para que sus dedos se tornen agujas
y cosa el espacio con los restos del tiempo.
No mueres porque seas un creador
o porque tengas este cuerpo.
Estás muerto porque eres el rostro eterno.
Sí.
Mis sueños tienen derecho a abandonar mi cuerpo,
y mi cuerpo tiene derecho a traicionar el insomnio que le frecuenta.
Invito al lobo
para que lave el espejo de los corderos:
han olvidado su imagen…
No hemos vuelto a encontrarnos.
No hay entre nosotros más que renuncia y exilio.
Las promesas han muerto, el espacio ha muerto.
Sólo la muerte
es encuentro.
Una flor sedujo al viento
para que trasladara su perfume.
Murió ayer.
Cada vez que anuncio:
Este es mi país que se aproxima
y ofrece sus frutos en una lengua próxima,
otra lengua me exilia
a otro país.
Los árboles se inclinan para despedir
a las flores que se abren, orgullosas,
ponen sus hojas boca abajo para despedir
a los caminos semejantes a zanjas,
entre suspiros y palabras se despiden.
Un cuerpo se viste de arena,
cae en su vagar para decir adios.
Las páginas de amor de la tinta,
el alfabeto y los poetas dicen adios,
y el poema dice adios.
Toda esta certidumbre que he vivido se desvanece.
Todas estas antorchas de mis deseos se desvanecen.
Todo lo que había entre mí y la existencia
luminosa en mi hégira se desvanece.
Ahora comienzo desde el principio…
Traducción del árabe:
María Luisa Prieto
ISMAEL (fragmentos)
Vestido en mi sangre, camino:
las cenizas me llevan y me guían las ruinas.
Hombres, olas que rompen, diluvio de
lenguas: a cada frase un rey
y cada boca es una tribu.
Solo, camina
delante de su tiempo,
camina.
Y yo, desterrado de todas las tribus,
abrazado por las heridas,
abrazando a la tierra asesinada,
partí,
y en mi sangre levanté mis jaimas.
A mi nombre le ordeno
que reúna mis cuadernos
y los saque de la casa de Ismael.
Si Ismael fuera campo
vertería mis nubes sobre él,
si fuera huracán, yo sería
espacio para su polvo,
y me haría su confidente.
(Ismael flota.
Desierto:
Desierto de libros que mueren
collar de arena
y encima una luna enarbola su espada
cuyo hilo es la caravana.
y pasa arrastrando sus camellas)
Es inútil que busques
a tu amigo:
ha muerto.
La casa que le ha acogido
ha muerto.
Excava un camino
para encontrarlo
en lo que te queda:
tu corazón.
Pero ¿crees que
el corazón permanece?
Y yo, desterrado de todas las tribus,
acecho a la chispa-guía
con los cometas aún soñolientos
en la seda de las tinieblas.
He visto mi rostro,
lunar de belleza en su luz,
he visto mi muerte,
pájaro en el hombro de las tinieblas,
y he visto a la arena
improvisar las palabras.
Camina errante,
pensamientos cual peces podridos,
ciudad de lenguas
cortadas y pisoteadas.
Camina errante
y pregunta a las raíces
cómo el cuerpo del lugar
se viste con sus fieras.
Pregunta al cuervo del alfabeto:
el cuerpo de Ismael
(Ismaeles el mapa del tiempo)
Camina errante.
Aquí abre un cráneo
y allí abre una idea.
Verás una imagen desconocida
de tu rostro,
verás tu ropa sobre un cuerpo
que no es el tuyo.
Tal vez seas la presa
de colmillos que salmodian
en la lengua de los ángeles
y toman forma de cielo.
Camina errante,
verás cómo el libro
torna a los cerdos antílopes.
Traducción del árabe:
María Luisa Prieto
CANCIONES (Fragmentos)
CANCIÓN A UN MOMENTO PASADO
Una vez
Dios dijo a los beduinos que fueran junto a Él
y vio
a unas criaturas de hierro y arena
portando sobre su calavera
su tierra musulmana.
CANCIÓN PARA ESTA ÉPOCA
Ahmad, Maryam y Karim
leyeron lo que dijo el lugar y
lo que el imposible escribió.
Se dirigieron a la palmera y
agitaron su raíz:
húmeda, seca,
y el espacio
en el sur es norte,
en el norte sur.
Se imaginaron el espacio
cual tallo y raíz
y aspiraron a un canal que
de nuevo fecundara esta época.
CANCIÓN AL SIGNIFICADO
No es este tiempo inicial ni el final de los tiempos,
es el río de la herida que fluye del pecho de Adán.
Su significado penetra en la tierra
y el sol es su imagen premonitoria.
CANCIÓN A ZAYNAB
Zaynab abraza a su hija
alumbrando el secreto del encuentro
y la boda del encuentro
entre su historia y el llanto.
CANCIÓN A ALGUNAS LETRAS
La mim hizo un puente con la qaf
y construyó para la waw una casa
de luz y amor.
La ta creció y ascendió:
es la lengua-guía.
Los pueblos se abren y el corazón se acerca
a su casa lejana.
CANCIÓN A LA MESA
Para mi amistad con el Sur
y su tristeza que retorna
libros y vestidos
que tejieron las casas, los vientos
y los elementos que no destruyen la base.
Alégrate, precipítate
e invita a la lámpara de estos caminos
a presidir la mesa.
CANCIÓN A LA CONFESIÓN
Alégrate y confiesa
al Sur, al sol del sur, a los fuegos,
y a sus entrañas ocultas.
Las palabras que no se dicen son confesión,
y yo digo: la llegada será pronto, pronto.
Veo la estatura de la muerte inclinada
y digo: las crónicas florecen y recogen sus pastos embriagadores.
CANCIÓN A LOS LENGUAJES
Todos esos lenguajes-fragmentos son levadura
de las ciudades venideras.
Cambian la naturaleza del nombre,
el verbo y la partícula, dijeron:
Ya no hay entre nosotros velo,
ya no hay entre nosotros obstáculos,
y se alegraron con los comienzos de las azoras
de los deseos
y sus paraísos cerrados.
CANCIÓN A AHMAD, MARYAM Y KARIM
Ahmad, Maryam, Karim,
la luna del Sur visita sus casas
y besa sus piedras.
La luna del Sur cuelga sobre sus parras su caftán.
La luna del Sur reitera su pacto
con los campos y las flores
y reza la oración al alba sobre la rosa del ocaso.
La luna del Sur.
CANCIÓN A UN ENAMORADO
Las estrellas y los agujeros
están en el lecho de su amado. Sus pasos
son árboles que extienden hacia el mar una mejilla
y hacia una montaña que hace las abluciones
en el mar la otra.
Y tiende sobre el abismo
el puente de sus horizontes.
Y yo soy el relato que habla
de un enamorado en el Sur
y del enamorado del Sur.
CANCIÓN A UN CAMPESINO
¿Un casco?
Es inútil vuestra pretensión.
Ésta es la última naranja que
habitaba en su campo.
CANCIÓN A LO QUE QUIERES
Todo es apropiado, inventa lo que quieras.
El presente es pasado,
lo que no ha sido fue
y lo oculto es perceptible.
Agítate como un mar.
El amor descubre a tu sol hundido
en tus pliegues fugitivos.
CANCIÓN A LA FANTASÍA
El ojo cazaba en el bosque de la fantasía
todo lo que le acotaban y le procuraban
contra estas fieras llamadas realidad.
Yo no lo presencié, escuché
desde muy lejos
a las piedras hablar del primer hombre
y del último hombre.
EL SUEÑO Y EL DESPERTAR
Crea en su sueño
un modelo de revolución rebelde
que abraza el creciente futuro.
Despierta de su sueño
y sus días se convierten
en anhelos
que lloran la noche pasada
y su quimera perdida.
ESPEJO DE LAS NUBES
Alas,
pero de cera,
y la lluvia chorreante
no es lluvia
sino navíos para las lágrimas.
LA OLA
Eterna,
una pena en torno a la cual
florecen las ramas.
Eterna,
un viaje cuyos ojos
hunde el río en sus aguas.
Una ola me enseñó
que la luz de las estrellas,
el rostro de las nubes
y el gemido del polvo
son una sola flor…
EXTRAVÍO
Una vez me perdí en tus brazos
y eran mis labios una fortaleza
que anhelaba una conquista insólita.
Se enamoraron del asedio
y avanzaron.
Tu talle era un sultán,
tus manos la fatiha “1” del ejército,
tus ojos una guarida y un amigo.
Nos unimos, nos perdimos juntos,
penetramos en el bosque de fuego.
Trazo el primer paso hacia ti
y abres el camino…
[1] Primera azora del Corán.
ESPEJO DEL CUERPO DEL AMANTE
Cada día, el cuerpo del amante
se disuelve en el aire,
se convierte en perfume,
gira, convoca a todos los perfumes
a que se reúnan en su lecho,
cubre sus sueños,
se evapora como incienso,
vuelve como incienso.
Sus primeros poemas son sufrimiento
de niño perdido en el torbellino de los puentes,
sin saber mantenerse en el agua
ni cruzarla.
Traducción del árabe:
María Luisa Prieto
ESPEJO DEL OJO Y EL TIEMPO
Canté, les dije a mis días:
con mi sangre he levantado ciudades
que engendran el ritmo.
Les dije:
La he extendido cual rama ardiente
que me llevara en su savia
iluminando a la muerte y al sudario.
Canté, les dije a mis días: he purificado mi sangre.
Canté, dije:
he separado el sueño
de las pestañas que lo cosen
y he mezclado el ojo con el tiempo.
LA MUERTE
Cuando vi a la muerte en mi camino,
vi mis pensamientos
y vi mi cara,
locomotora de niebla desplegada,
esculpido en el suelo,
busqué refugio en el relámpago.
DIÁLOGO
No digas que mi amor era sortija o pulsera,
mi amor era asedio,
era los rebeldes navegando hacia su muerte,
buscándola.
No digas que mi amor era luna,
eran chispas.
EL SUEÑO
¿Te ocultas? ¿Te desvaneces?
Sé que eres, viajero,
chispa, perla y ola de extravío
que se aleja y regresa con las estaciones.
He visto tu fuego en el campo,
tus ojos como alas y tu rostro alto como el horizonte
que aprieta los soles y lava la afligida tierra.
¿Te ocultas? ¿Te desvaneces?
He visto tu rostro en el campo,
agua que viaja por las raíces
hacia sus extrañas ciudades
en la hierba,
En el río de las estaciones.
LA CIUDAD
Dormí con la ciudad
en el comienzo de las ramas,
en el inicio de las heridas.
Estaba sobre mi lecho,
más agitada que un navío en alta mar,
y el semen la estremecía,
le abría todas las venas…
Al despertar, el lecho era un río,
por amor,
y el semen la historia de dos amantes,
y eran sus pechos dos ciudades.
SITUACIONES (fragmentos)
SITUACIÓN DE LA COLCHA
cuando el sol abre su alcoba a la tarde
las gaviotas ven tejida una colcha
sobre el rostro del cielo.
SITUACIÓN DE LA VEJEZ
Siempre que digo: he envejecido,
me han consumido las heridas,
una tempestad me sacude
y me recubre la mañana con sus miembros.
SITUACIÓN DE LA NUBE
Una nube de palabras:
se evaporan del cadáver de los profetas
y cubren el cielo.
SITUACIÓN DE UNA SILLA
Cuatro extremos
pero no sé cuáles son
tus patas y cuáles son
tus brazos. Sólo me queda
atestiguar: tú eres la
más paciente de los extremos
del hombre, y la más
duradera.