VER EL PROGRAMA DE TELEVISIÓN DEDICADO AL POETA WANG WEI
BIOGRAFÍA DE WANG WEI
鹿柴》
空山不见人,但闻人语响。
返影入深林,复照青苔上。
Ciervo Chai》
No se puede ver a nadie en la montaña vacía, pero se pueden escuchar las voces de la gente.
La sombra regresa a lo profundo del bosque y vuelve a brillar sobre el musgo.
《九月九日忆山东兄弟》
独在异乡为异客,每逢佳节倍思亲。
遥知兄弟登高处,遍插茱萸少一人。
Recordando a los hermanos Shandong el 9 de septiembre
Al ser un extraño en una tierra extranjera, extraño aún más a mi familia durante la temporada festiva.
Sé de lejos que cuando mis hermanos subieron a un lugar alto, solo había una persona menos plantando cornejos.
Wang Wei
China. Dinastía Tang. Años 618 a 907 d.C. Edad de oro de la poesía china. Los primeros 50 años de la dinastía Tang se caracterizaron por una gran expansión económica y militar y apertura al exterior. Los primeros monarcas Tang adoptaron una serie de medidas y reformas para promover la producción agrícola. Se construyeron obras hidráulicas, se crearon y mejoraron los sistemas de comunicación y transportes, se ampliaron los contactos e intercambios comerciales con el extranjero. China vive una gran pujanza económica sin precedentes, una gran prosperidad cultural y la asimilación de diferentes religiones, culturas e ideologías, creándose uno de los estados más ricos, fuertes y sofisticados de la historia.
Para cuando se establece la dinastía Tang la poesía en China ya había atravesado 2.000 años de historia. Las primeras coplas y poemas escritos se atribuyen a autores de la dinastía Xia, del siglo XVIII a.C. El Shi Jing (Libro de poemas modelo) una recopilación de 305 poemas de entre el siglo XI a.C hasta el siglo VI a.C, se publicó en el siglo VI a.C impulsado por los monarcas que pusieron a los funcionarios a trabajar en la recopilación de canciones populares. En la Dinastía Tang la poesía ya tenía diversas formas de expresión y estéticas definidas y perfeccionadas sobre una sólida base para su gran desarrollo.
Tanto era así que los emperadores concedían mucha importancia a la poesía en los exámenes imperiales para elegir a los funcionarios. El dominio de la tradición poética y la capacidad de escribir poesía era lo que más nota otorgaba y se seleccionaba a los candidatos de acuerdo con sus creaciones poéticas. Muchos de los monarcas de Tang eran aficionados a la poesía e incluso grandes poetas. Por ejemplo, Tai Zong (reinado de 627-649), reunía a sus letrados para recitar y cantar poemas y escribió varias obras poéticas; Gao Zong (reinado de 650-683) y Wu Zetian componían versos para que los cantaran en la corte; Xuang Zong (reinado 712-756) era más poeta y músico que emperador; We Zon (reinado 827-840) y Xuen Zong (reinado 847-859) eran grandes conocedores de la poesía. Durante estos reinados la poesía estaba tan extendida que todo el país se afanaba por estudiar la poética, los aldeanos, las cantantes, los soldados, los letrados, los gobernantes escribían poesía y se multiplicaron los certámenes poéticos. Todo el pueblo amaba la poesía.
Dada esta expansión poética, las exigencias de la escritura se fueron depurando con el afán del trabajo práctico, la observación y la constancia infundidos, hasta alcanzar una admirable perfección utilizando las palabras justas, escribiendo con concisión y brevedad, con soltura de la frase, sugiriendo un pensamiento, con la emoción contenida y fuerza expresiva.
En la recopilación completa de la poesía de la dinastía de Tang se reúnen 50.000 poemas de más de 2.200 poetas. En 1900 en las cuevas de Dunhuang se encontraron varios miles más después de siglos de olvido. Y se considera que lo salvado es sólo una pequeña parte de lo que se escribió en esta dinastía. Sus obras representan para la crítica china, la cumbre de todas las épocas, con la poesía de Li Bai y Du Fu a la cabeza. Seguidos por autores como Bai Juyi, Wang Bo, Chen Zia’ng, Zhan Jiuling, Men Haoran, Wang Changling, Gao Shi, Cen Can, Wei Yingwu, Han Yu, Liu Zongyuan, Li Shangyin, Du Mu, Weiny Tingyun y Wang Wei, nuestro protagonista de hoy.
Si a Li Bai los críticos de la época le apodan como “El inmortal de la poesía” y a Du Fu “El santo de la poesía” a Wang Wei lo van a llamar “El buda de la poesía”, por las inclinaciones taoístas del primero, confucianistas del segundo y budistas del tercero. Los tres representan la cumbre de la poesía china de todos los tiempos. Además de ser contemporáneos y amigos, constituyen la mejor expresión en poesía de las tres corrientes fundamentales del pensamiento chino. Wang Wei es el poeta más representativo de la poesía budista en la historia literaria china.
Wang Wei nace en el año 701 en Puzhou actualmente Yongji de Shanxi en el seno de una familia de nobles terratenientes procedentes de Qixian. Su padre era un oficial privilegiado en la comarca de Fen. Se había mudado al este del río Amarillo y descendía de una familia aristócrata de los Han. Wang Wei era el mayor de cinco hermanos. También se le conoce por el nombre Mojie, transcripción china del nombre de Vimalakirti, famoso budista indio del siglo V a. C.
Poeta, pintor, músico y calígrafo, desde los ocho años de edad es conocido por sus escritos y sus dotes intelectuales lo hicieron famoso desde su adolescencia. A los 20 años aprobó el examen de letrado e ingresó al servicio civil donde se dedicó a la poesía y destacó por ser un virtuoso de la «pipa», instrumento de cuerda comparable al laúd. A los 22 años es nombrado asistente en la oficina de la Música Imperial y así se inicia su carrera oficial que estará marcada por muchos altibajos.
Al año siguiente, por causas desconocidas (se cree que por el incumplimiento de la etiqueta al hacer la danza del león) cae en desgracia y es exiliado a Jizhou en Shandong, al oeste de Jinan, designado como jefe de la agencia de granos.
Poco después, se retira al monte Shong, pero favorecido por un ministro, el poeta y erudito Zhang Jiuling, fue promocionado varias veces y pudo viajar extensamente, hasta que con la caída de su benefactor regresó a la capital. Allí conoció́ al poeta Meng Haoran. Ya en la capital y sin trabajo se dedicó a viajar por el campo. Después, retomando su carrera administrativa ocupó diferentes cargos.
Gracias a las remuneraciones suplementarias por sus pinturas pudo comprarse un terreno que había pertenecido al poeta Wang Chuan, donde levantó un santuario a la memoria de su madre, que era budista. Allí pasó los tres años de duelo por la muerte de su padre. Los cronistas dicen que este acontecimiento le produjo tanta aflicción que se quedó en los huesos.
Tras la muerte de su esposa en el 731 es enviado a Liangzou, en la frontera noroeste, escenario de constante conflictos militares. Nunca volvió contraer matrimonio de nuevo.
En 734 fue nombrado consejero Imperial por el primer ministro Zhang Jiuling, también poeta. Como funcionario de la Derecha, trabajaba de monitor de los olvidos del emperador. Este mismo año conoce y se hace amigo de los poetas Pei Di y Cui Xingzong.
Cuando Li Linfu usurpó el poder a Zhang Jiuling, Wang Wei fue descendido a un puesto inferior en la frontera. Al morir el príncipe Ning que le apadrinaba, lo eligen secretario en la oficina de Almacenes militares del Ministerio del Ejército, bajo el mando de An Lushan, que será quien se rebelará contra el emperador Xuanzong. A consecuencia de esto, el poeta es hecho prisionero en el monasterio Puti en Changan. Es aquí cuando, según la leyenda, An Lushan le pregunta qué especie de animal es un poeta y para qué sirve. Estando prisionero le llega la noticia de que los músicos imperiales han sido decapitados por negarse a divertir al rebelde. Wang Wei escribe un poema en honor a la lealtad de los músicos que más tarde facilitará su rehabilitación en la casa imperial.
Obligado a servir al gobierno rebelde se hizo pasar por mudo, ingiriendo una bebida que le causó disenterí,a lo que le impidió seguir ejerciendo como secretario. Después retomará sus cargos oficiales, pero fueron años desgraciados debido a los efectos producidos por el levantamiento de An Lushan.
En el año 742 conoce al poeta Du Fu, 11 años menor que él.
A la llegada de la paz es acusado de haber colaborado con el rebelde, pero la intervención de su hermano Wang Jin que era subdirector de la oficina de castigos, y que se ofreció a ser degradado para pagar la culpa de su hermano, y gracias también al poema que había escrito durante su tiempo en prisión, el poeta fue perdonado por el nuevo emperador Suzong.
Durante un tiempo estuvo haciendo prácticas budistas hasta que es nombrado Secretario de Izquierda del heredero del trono. Un cargo muy inferior a los que había desempeñado con anterioridad. Un año antes de morir fue promovido a Primer Viceministro: Shangshu Youcheng.
Durante su vejez renunció a todos los cargos y vivió en las montañas de Wang Chang de Lan Tian, provincia en la que había nacido, dedicado a la vida espiritual y al estudio de libros budistas.
Falleció en el año 761 a los 61 años de edad en Chang’an. Sus restos están en el recinto de los Gamos, cerca del Santuario de la Fuente Pura, que había levantado en memoria de su madre y donde mantenía una comunidad pequeña de siete monjes. El nuevo emperador nombró al hermano del poeta, Wang Jin, Primer Ministro. El emperador, amante de la poesía, se enteró de la obra de Wang Wei, por lo que dijo a Wang Jin: «La fama de tu hermano como poeta es muy grande. Escuché su música y sus poemas en diversos palacios. ¿Cuantos poemas quedan todavía?» Wang Jin respondió́: «El hermano de su servidor compuso más de cien mil poemas, pero a causa de las revueltas, no nos queda sino una pequeña parte. Gracias a los esfuerzos de sus amigos y parientes, se conservan más de cuatrocientos».
Su creación poética puede dividirse en dos etapas: en la primera escribió poemas de temas políticos que denunciaban la corrupción y la vida en zonas fronterizas y la lucha de los guerreros en defensa del país. En la segunda escribió su más bella poesía de paisaje y de campo.
Wang Wei es un pintor de la palabra. En sus poemas crea espacios colmados de imágenes animadas con innumerables matices, sensaciones de color, formas, sonido y movimiento, contrastes y perspectivas, donde la naturaleza y la humanidad viven armonizadas por la belleza. Árboles, manantiales, cabañas, otoño, montañas, cumbres, nubes, juncos, lagos, bambúes, bosques, rayos, corriente, moradas. Una poesía sutil y definida. Detrás de la que se adivina un pensamiento oculto que sugiere, un sentimiento que se ha de descubrir, con palabras comunes, imágenes sencillas y naturales. Su poesía ofrece los principios fundamentales del zen de forma sugerida, su influencia taoísta, sus principios de la armonía vital, la sencillez de vida, la integración a la naturaleza y la práctica de la meditación. Un mundo pintado de palabras que recrean paisajes donde hay presencia humana y de animales silvestres, pacíficos y cercanos.
Sus poemas exponen la intimidad de un paisaje exterior e interior. El modo de percibir la belleza de conjuntos y detalles, de ambientes y matices nos deslumbra y nos adentra en un universo de intensas vivencias. La sobriedad, la precisión y la sencillez, son muy apreciadas en la tradición china, y características de la poesía de la dinastía Tang. Wang Wei es un maestro en estas virtudes literarias y conjuga de manera armónica las perfecciones formales con una profunda y fina inspiración mística y humana.
Wang Wei es, además, un poeta de la amistad, tema que trata reiteradamente en sus poemas dedicados a Li Bai, Du Fu y Pei Dei, pero también a parientes, autoridades, monjes, mendigos, viejos, jorobados, campesinos y difuntos.
En su poesía también aparece la contradicción entre el servicio a la sociedad como funcionario imperial, sirviendo al país en puestos del gobierno y la vida retirada y pacífica, contemplativa e inmersa en la naturaleza. En este sentido algunos autores comparan sus poemas con los de Fray Luis de León.
En cuanto a las características formales de su obra Wang Wei fue el gran maestro del Jueju, versos pareados, cada línea con 5 ó 7 sílabas. Con una reiteración del vocabulario, aunque con diferente matices y sabores en función del contexto, como si se tratara de los mismos colores mezclados de manera diferente dando visiones diferentes del universo y de las relaciones humanas.
Su talento para la pintura le permitió captar la belleza de la naturaleza y plasmarla en sus versos. Fue creador de varias técnicas pictóricas. Sus pinturas mejor valoradas son las del género Sahnshui “de montañas y arroyos” de la escuela del paisaje que también practicó Meng Haoran. Es considerado, por los historiadores de la pintura china, como el padre de la Escuela del Sur. Hasta tal punto destaca su mirada de pintor que Shu Dongpo, poeta de la dinastía Song, escribiría sobre Wang Wei: “En su pintura hay poesía y en su poesía pintura”.
A propósito de estos conocimientos, hay una anécdota que cuenta que, observando una pintura en casa de un amigo, Wang Wei comentó: «Es el primer compás de la tercera frase de la Danza de las túnicas de arco iris». Los curiosos llamaron de inmediato a unos músicos para que tocaran esa pieza y su postura en el momento dicho confirmó lo afirmado por Wang Wei.
Sus pinturas retratan las gentes, los bosques de bambú y los escenarios de montañas y ríos. Ninguna de sus pinturas originales le sobrevivió, han llegado a nosotros algunas reproducciones y hay evidencias de su trabajo gracias a la influencia que causó en pintores posteriores y por relatos que describen sus pinturas. De su talento musical que también fue muy valorado, tampoco nada subsiste, solo informes sobre ello.
Era vegetariano y budista zen y pasó diez años al lado del maestro Dauguang en el monasterio de Da Jianfu. En su madurez estuvo más interesado en el budismo que en su carrera burocrática, utilizando sus poemas como vehículos para las prácticas Zen. Al morir dejó varias cartas a sus hermanos y amigos donde les invitaba a consagrarse al budismo.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
- -Poesía china (Siglo XI a.C – Siglo XX). Edición de Guojian Chen. Cátedra Letras Universales. https://www.academia.edu/43620884/Poes%C3%ADa_china_Siglo_XI_a_C_Siglo_XX_Ed_Guojian_Chen_
- -La Poesía Tang. Meng Haoran • Wang Wei • Li Bai • Du Fu • Han Shan • Han Yü • Bai Juyi • Li He • Du Mu • Li Sangyin. Arquitrave. Harold Alvarado Tenorio. https://www.arquitrave.com/archivo/Arquitrave65.pdf
- -La montaña vacía. Poemas de Wang Wei. Traducción del chino, selección y notas de Guillermo Dañino. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial 2004. https://www.librosenperu.com/la-montana-vacia-poemas-de-wang-wei-pucp-181772
SELECCIÓN DE POEMAS DE WANG WEI
Para la selección de poemas hemos elegido la traducción de Guillermo Dañino, excepto la del poema “Solo, sentado, una noche otoñal” cuya traducción es de Guojian Chen.
Los primeros veinte poemas que se presentan a continuación, corresponden a la serie de poemas juéju conocidos con el nombre de Colección del río Wang. Son poemas caligrafiados en un rollo horizontal que presentaba el paisaje del valle del río Wang donde Wang Wei describe la belleza del lugar donde se encontraba su retiro campestre y sus sentimientos sobre el mismo. Su amigo Pei Di añadió́ un cuarteto a cada poema completando así́ la octava o lüshi.
EL REFUGIO DE LA MURALLA DE MENG
Mi nueva morada junto a la muralla de Meng;
entre añosos arboles, restos de caducos sauces.
¿Quién vendrá́ a habitarla después de mí?
En vano me inquieto por su antiguo dueño.
o
Queda la cabaña bajo antigua muralla;
la muralla a la que subimos alguna vez.
Ya no es ahora como antes.
Indiferentes, los caminantes vienen y van.
LA CUMBRE FLORECIDA
Aves sin número en vuelo al infinito;
de nuevo el esplendor del otoño en la montaña.
Trepo y desciendo la florecida cumbre.
¿Cuándo acabará mi melancolía?
o
Puesta de sol. Gime el viento entre los pinos.
Camino a casa, se evapora el roció de la hierba.
A través de las nubes, la luz invade mis huellas;
el verdor de la montaña acaricia mi ropa.
EL ALBERGUE DE ALMENDRO
Vigas talladas en madera de almendro;
cabaña tejida de aromáticos juncos.
Ignoro si se fueron las nubes del alero
a repartir lluvia entre los hombres.
o
¡Qué lejos la morada de almendro!
He subido la cuesta tantas veces.
La cumbre al sur. En el norte, el lago.
Los veo frente a mí una y otra vez.
EN EL MONTE DE LOS BAMBÚES
Esbeltos bambúes reflejados en el espacio azul;
su verde intenso vibra entre las ondas.
Entro, furtivo, en la senda del monte Shang;
ni siquiera el leñador se dio cuenta.
o
Discurren sinuosas o rectas las límpidas corrientes;
bambúes renacidos, densos y frondosos.
Por el sendero que lleva al monte,
contemplo la vieja cumbre y avanzo cantando.
EL RECINTO DE LOS CIERVOS
Montaña vacía. No se ve a nadie.
Se escucha tan sólo el eco de voces humanas.
Los rayos oblicuos del sol poniente penetran en el
profundo bosque
y levantan sus reflejos en el musgo verde.
o
Mañana y tarde contemplo la fría montaña;
gozoso caminante solitario.
No sé qué esconde la floresta de pinos;
sólo descubro las huellas de los ciervos.
EL JARDÍN DE LAS MAGNOLIAS
Las montanas de otoño retienen los últimos rayos
del ocaso;
aves bulliciosas se persiguen en bandada.
Por momentos centellea el verde esmeralda;
la bruma de la tarde no sabe donde posarse.
o
A la caída del sol, el azul se torna transparente;
el torrente se aturde con el trino de los pájaros.
Bordeando la corriente, el sendero tropieza en la
espesura;
¿Se acabará algún día el gozo de este retiro?
LOS CORNEJOS DE LA ORILLA
Lucen frutos rojos y verdes
como si florecieran de nuevo.
¡Detente, caminante de la montaña!,
¡disfruta conmigo esta copa de hibisco!
o
Aromas flotantes se mezclan con pimientos y
laureles;
se entrecruzan las hojas desplegadas de sándalos y
arces.
Atravesando las nubes se filtra el sol;
en el corazón del bosque reina el frío.
EL SENDERO DE LAS ACACIAS
Por el estrecho sendero, al abrigo de las acacias,
abunda verde musgo en la secreta sombra.
Respondo a la puerta. Me saluda el barrendero.
¡Ah, si viniera a verme el monje de la montaña!
o
La puerta del sur da al sendero de las acacias;
es el camino que conduce al lago Yi.
En otoño caen lluvias con frecuencia en la
montaña;
nadie ha barrido las hojas caídas.
EL MIRADOR JUNTO AL LAGO
La barca ligera de mi amable huésped
se acerca lentamente por el lago.
En la terraza, frente a nuestras copas de vino,
florecen por doquier los espléndidos lotos.
o
Las ondas golpean sin cesar en la terraza;
la luna solitaria se pasea indecisa.
Desde la entrada del valle, gritos de monos
llegan con el viento a mi morada.
LA COLINA DEL SUR
Mi ligera barca se dirige a la colina del sur;
a la del norte, en la inmensidad, es difícil
acercarse.
Se divisan en la ribera gentes y casas
y no puedo desde tan lejos reconocerlas.
o
Mi barca solitaria se detiene con el viento;
la colina del sur se yergue a la orilla del lago.
Ocúltase el sol tras el monte Yanzi;
las límpidas olas se pierden en el infinito.
EL LAGO YI
La voz de una flauta toca el extremo de la orilla;
por la tarde despido a mi noble amigo.
Desde el lago, vuelvo la vista hacia atrás;
sobre la montaña verde se deslizan nubes blancas.
o
Amplias y vacías las aguas del lago;
su tenue azul semeja el color del cielo.
Al hacernos a la orilla, un largo silbido.
Fresca brisa nos envuelve.
ONDAS ENTRE SAUCES
En fila, los esbeltos sauces
reflejan en las ondas sus imágenes invertidas.
No es así́ en el canal de Palacio;
el viento de primavera se entristece con las
despedidas.
o
Reflejos y estanques se funden en un mismo color;
la brisa los dispersa como hilos de seda.
Dispones de un rincón para tejer tu sombra;
¿será́ el momento de agradecer al maestro Tao?
EL TORRENTE DE LOS LUAN
Entre el fragor del viento y la lluvia de otoño,
torrentes de agua se precipitan sobre las rocas.
Saltan las olas y se chocan entre sí. Asustada,
desciende una garza blanca.
o
El estruendo de la corriente retumba en la orilla lejana;
bordeando el estanque llego al vado del sur.
Pasan flotando entre las ondas gaviotas y patos;
impulsados a veces hacia mí.
EL MANANTIAL DE LA ARENA DORADA
Si bebo cada día en el manantial de la arena dorada,
viviré́ por lo menos mil años.
El fénix esmeralda y el dragón listado vuelan,
con insignias de plumas, a la corte del Emperador
de Jade.
o
Calma, tranquila, surge el agua;
oro y jade al alcance de la mano.
Madrugada bienvenida, flor blanca en la boca;
iré solo a la fuente del alba.
LA ORILLA DE LAS PIEDRAS BLANCAS
Límpida y poco profunda el agua de la orilla;
tiernos juncos podrían cogerse con la mano.
Al este y al oeste del río,
lavan seda al claro de luna.
o
Trepado en una peña, sobre el agua,
me deleito con el vaivén de las olas.
Cae el sol. Corre fresco en el río.
Flotan nubes desteñidas.
LA COLINA DEL NORTE
Al norte del lago se yergue la colina;
brillan entre arboles las barandas rojas.
Por el sur serpentean las aguas del río,
centelleando en los rincones del bosque.
o
Al pie de la colina del norte, hacia la montaña del sur,
levanté mi morada junto al lago Yi.
Cada vez que me voy a recoger leña,
paso con mi barca entre cizañas y juncos.
EN LA ESPESURA DEL BAMBÚ
Sentado, solo, entre secretos bambúes,
pulso las cuerdas y canto.
En el profundo bosque no hay nadie.
Sólo me mira la luna.
o
Llegué al rincón de los bambúes,
donde sol y camino se juntan.
Las aves de la montaña vienen y van.
Calma profunda. Lejos de las gentes de este
mundo.
EL PABELLÓN DE LAS MAGNOLIAS
Flores de hibisco en las puntas de sus ramas;
rojas corolas deslumbran el bosque.
Solitaria y en silencio la quebrada.
En completo desorden, se abren y caen.
o
Verde terraplén de hierbas primaverales;
la nobleza aquí́ se quedaría disfrutando.
Aunque sólo fuera por las flores silvestres,
pues su color se confunde con los hibiscos.
EL JARDÍN DE LOS ÁRBOLES DE LACA
Este anciano no fue arrogante funcionario;
por sí mismo no hubiera resuelto nada.
Por suerte le tocó un puesto sin importancia
y, feliz, se puso a bailar entre los arboles.
o
Muy pronto me habitué́ a vivir en el ocio;
así́ cumplo mis antiguas promesas.
Hoy me paseo en el jardín de los árboles de laca
disfrutando el gozo del viejo Zhuang.
EL JARDÍN DE LOS PIMIENTOS
Con copa de laurel acojo a la noble estirpe;
hierbas fragantes para la bella diosa.
Con esencia de pimiento, brindo en este banquete;
te ruego que desciendas, espíritu de las nubes.
o
Espinas rojas se enganchan en la ropa,
su perfume impregna al caminante.
La suerte te elige a disponer del caldero;
acepta, caballero, y llévalo.
IMÁGENES DEL RÍO WANG
No tengo fuerzas para escribir más versos.
Sólo la ancianidad me acompaña.
Esta vida, por error, me destinó a la poesía.
En la próxima debiera hacerme pintor.
No pude renunciar a mis gustos;
por su práctica el mundo me conoce.
Nombre y sobrenombre les están asociados. Así́ es.
Pero a este corazón mío nadie lo conoce.
DEDICADO A PEI DI EL DÉCIMO
Es tan hermoso el paisaje cuando se oculta el sol;
disfrutaría escribiendo contigo nuevos poemas.
Sereno y en paz contemplo el espacio inmenso;
el mentón apoyado en mi bastón de caña.
Brisa primaveral acaricia las hierbas del campo;
bellas orquídeas engalanan mi cerco de ramas.
Un velado sol entibia mis aposentos;
los campesinos se acercan a saludarme.
Gozosa primavera florece en la laguna;
sin percibirlo, las aguas se juntan en el remanso.
Durazneros y ciruelos no han abierto sus flores,
pero sus ramas están llenas de brotes y botones.
Te ruego que prepares de inmediato tu regreso,
¿necesito recordarte que está muy cerca la
estación de la siembra?
INVITO UNA COPA A PEI DI
¡Tomate una copa! ¡Ponte cómodo!
La suerte de los hombres cambia como las olas.
Quienes encanecieron contigo te pueden
traicionar.
Las grandes familias se burlan de quienes pretenden
promoverse.
Reverdece la hierba con la menor llovizna.
Sufren las ramas floridas con el viento frio de primavera.
Son nubes flotantes los negocios del mundo. ¿Por
qué te atormentas?
Más vale comer bien y dormir tranquilo.
TÍTULO PERDIDO
Con el claro viento y la luna brillante te recuerdo;
sirves en el ejército más de diez años.
Cuando partiste te pedí́ con insistencia:
apenas vuelvan las ocas, ¡escríbeme!
FIN DE PRIMAVERA. El SUBPREFECTO YAN Y PERSONAS IMPORTANTES ME VISITAN
Pinos y crisantemos hacen las sendas
intransitables;
mis pinturas y libros llenarían cinco carros.
Preparo legumbres para los huéspedes que se
acercan;
contemplan los bambúes cerca de mi cabaña.
La urraca empolla sus huevos sobre la hierba
fresca;
los orioles cantan tras la caída de las flores.
¡Ay de mí!, anciano de pelo amarillo,
cada día que pasa aprecio más el tiempo.
NOVENO DÍA DEL NOVENO MES, RECUERDO A LOS AMIGOS EN LA REGIÓN ORIENTAL DE LA MONTAÑA
Solo y en pueblo extraño. Forastero.
Cada fiesta acrecienta mi añoranza.
Desde lejos, sé que mis amigos suben a la cumbre,
se prenden unos a otros hierbas perfumadas. Y yo
les falto.
A PUNTO DE MONTAR A CABALLO, PARA CUI EL NOVENO QUE VIAJA A LAS MONTAÑAS DEL SUR
En la esquina de la muralla nuestras manos se
separan.
¿cuántos días para vernos de nuevo?
En las montañas abunda el laurel;
no esperes a que caigan sus flores como granizo.
EN SERVICIO, CON EL CABALLERO CUI,UNA NOCHE DE OTOÑO
Noche de otoño avanzada, en la Puerta Jianli;
esperando el amanecer cerca de Chengming.
Intenso frío se difunde por el Palacio;
las campanas de la ciudad anuncian la aurora.
El fulgor de la luna lejana supera a la Osa Mayor;
sin nubes, la Vía Láctea resplandece.
¡Qué vergüenza siento por mi viejo y frágil cuerpo,
cuando en las calles del sur cabalgamos, haciendo
tintinear las ágatas blancas.
CANTO AL RETRATO DE CUI XINGZONG
Te pintaron cuando eras joven
y, ahora que has envejecido,
tu retrato permite a tus nuevos amigos
apreciar tu antigua belleza.
ACOMPAÑO AL CONSEJERO MILITAR PING DANRAN
Desconoces el camino de Yangguan.
Comenzarás a servir al marqués de la frontera.
Nubes amarillas cortan el paisaje primaveral;
los cuervos difunden melancólica lejanía.
El gran desierto se descubre después de muchos años;
el río Jiao fluye más allá́ del horizonte.
Tengo que aconsejarte, embajador en tierra extraña,
que aprendas a beber en el cráneo de un nómada.
UNA ESCENA DE DESPEDIDA
Verdor de álamos y sauces junto al sendero;
en camino el hombre que se va.
El hijo amado parte a regiones lejanas;
en casa quedan ancianos familiares.
Para ayudarlos a vivir debe dejarlos;
y si los deja surgen nuevas inquietudes.
Da mil consejos a sus hermanos;
tarda en desprenderse de sus vecinos.
En las puertas de la ciudad, tras el banquete de
despedida,
saluda a sus parientes y amigos.
Seca sus lágrimas y alcanza al compañero que lo
precede;
conteniendo sentimientos, trepa al carro que parte.
Viajeros y carruaje no se ven más;
se levantan todavía nubes de polvo.
Yo, también, hace mucho tiempo dejé mi hogar.
Al contemplar esta escena, empapo de lágrimas
mi pañuelo.
ACOMPAÑO A YUAN EL SEGUNDO QUE PARTE EN MISIÓN A ANXI
En la ciudad de Wei, la lluvia matinal humedeció́
el ligero polvo.
En el albergue, reverdecen los sauces con un color
refrescante.
Te aconsejo que tomes una copa más de vino.
Al oeste de Yangguan no encontrarás más amigos.
RESPONDO AL PREFECTO ZHANG
A medida que pasan los años mi espíritu se serena,
liberado de las diez mil preocupaciones.
Me pregunto a mí mismo y ya sé la respuesta,
¿hay algo mejor que el regreso al hogar?
El viento en el bosque de pinos agita mi túnica
y mi laúd se argenta bajo la pálida luna.
¿Te interesa saber en qué consiste la buena fortuna?
En la orilla distante, un pescador sigue cantando.
PASO LA NOCHE EN EL MONASTERIO DEL MAESTRO DAO YI
El albergue del maestro Yi sobre el monte Taibai;
en alta cumbre se empina entre nubes y bruma.
Sus himnos se escuchan por todas las quebradas;
lluvia de flores cubre el pico solitario.
Con el corazón libre, no deja rastros;
su nombre es glorioso, profunda su enseñanza.
Vienen los pájaros si escuchan su palabra;
parten los huéspedes y retoma la contemplación
serena.
Con el alba avanzo entre pinos. Se disipa el rocío.
Por la tarde me refugio junto al monasterio;
cabaña oculta entre espesos bambúes.
Noche clara. Escucho la fuente lejana.
Siempre quise vivir entre nubes y bruma;
hoy están aquí́ mi estera y mi almohada
¿Por qué quedarme tan sólo unos días
y no servirle por el resto de mis años?
DESDE EL PASO DE DASAN, ENTRE BOSQUES PROFUNDOS DE BAMBÚES FRONDOSOS, EL SENDERO SERPENTEA UNAS CUARENTA O CINCUENTA LEGUAS HASTA LA CUMBRE DEL BUEY AMARILLO, DESDE
DONDE SE CONTEMPLA EL VALLE DE LAS FLORES AMARILLAS
Sendero escarpado. Diez mil vueltas.
A los pocos pasos nos detenemos tres veces.
Por las curvas del camino vemos a los compañeros
de viaje;
aparecen y desaparecen entre bosques y cumbres.
Sa sa. Golpea la lluvia sobre los pinos.
Cha cha. Corre el agua entre las rocas.
En la profunda quebrada las voces son graves.
Silbo largamente en la cima de la alta montaña.
Miro hacia las faldas de la montaña del sur,
el blanco sol entre la niebla serena;
luminoso y quieto el estanque azul,
los verdes y aromáticos sauces parecen flotar.
Siempre detesté vivir encerrado,
la inmensidad disipa todas mis inquietudes.
CON TODO RESPETO AL MAGISTRADO SHIXING
Más vale retirarse a la selva solitaria,
más vale beber agua del torrente encajonado,
que disfrutar de manjares selectos
cortejando a los poderosos.
La integridad del hombre sencillo es
menospreciada.
Vestiré́ de tela burda hasta el fin de mis días.
Es cierto que carezco de experiencia
administrativa,
pero poseo una gran sensibilidad humana.
Oí́ comentar que como insigne caballero
no te mueven intereses de partido.
Que no vendes los puestos oficiales,
que te esfuerzas por el bien del pueblo.
Este humilde servidor se atreve a preguntarte
si le sería posible servir bajo tu mando.
Feliz y agradecido con un puesto de acuerdo a ley,
pues no busco trabajar por intereses mezquinos.
DEDICADO A LIU DE LANTIAN
Desde su cerco, los perros te ladran si vienes;
salimos de casa a esperarte junto a la puerta
de troncos.
Hay que pagar impuestos a fin de año.
Los campesinos regresan de noche a la aldea.
La última cosecha servirá́ de alimento a nuestras
familias;
si es que sobra tela, nos haremos vestidos.
¿No pagar impuestos es inaceptable?
Temo molestarte si te pregunto, ¿no es un error?
CANCIÓN DEL OESTE DE LONG
Diez leguas galopó su caballo sin descanso;
agitó su látigo cada cinco leguas.
Ha llegado correo del cuartel general.
Los xiongnu sitiaron Jiuquan.
Vendaval de nieve bloquea los pasos de montaña.
Se apagaron los fuegos de alarma. Ya no hay humo.
CANCIÓN DE GUERRA
Estruendo de trompetas estremece a los soldados;
vociferando se levantan de prisa.
Sollozan los silbatos. Relinchan en desorden los
caballos.
Se disputan por cruzar el Río de Oro.
En el extremo del desierto se pone el sol.
Entre nubes de polvo, el fragor de la batalla.
Sometamos a esos reyes demasiado famosos
para ofrendarlos, al regreso, al Hijo del Cielo.
EN LA PUERTA IZQUIERDA LAS FLORES DEL PERAL
Indolencia de las hierbas esparcidas en las
gradas,
tras las cortinas, sacudidas por el viento.
Las oropéndola no cesan de jugar,
saciadas, en el Palacio Weiyang.
LA FAVORITA BAN TRES POEMAS
I
Por las ventanas de jade, pasan reflejos de
luciérnagas.
En el salón de oro, terminó el rumor de voces.
Noche de otoño. Vigilo tras las cortinas de seda.
La lámpara solitaria no se apagó todavía.
II
En el patio de palacio, hierbas de otoño.
Se perdieron los favores de Su Alteza.
¿Cómo soportar el sonido de la flauta
cuando pase frente a la puerta la carroza de oro?
III
Es extraño. Los salones de las bellas están
cerrados.
Dejaron la corte y nadie las fue a recibir.
Llegan juntas al jardín de primavera.
Sus risas y palabras se confunden con las flores.
CANCIÓN PARA LA BELLA XI SHI
La belleza es siempre apreciada en este mundo;
Xi Shi no podía ocultarse mucho tiempo.
Por la mañana simple lavandera del río Yue;
por la tarde la favorita en el palacio de Wu.
En la sombra, ¿cómo distinguirla de las otras?;
rica, ahora, es tratada como joya rara.
La maquillan sus hábiles sirvientas,
la visten de brocados y sedas.
Los favores del rey le dan más brillo;
tanto la quiere que no piensa sino en ella.
Sus amigas siguen lavando seda
y nunca podrán compartir sus carruajes.
Agradece a sus compañeras de antaño;
¿podrá́ alguna imitar sus tics y lograr tal suerte?
LA DAMA XI
Los afectos de hoy no son capaces
de hacerle olvidar el gran amor del pasado.
Llenos los ojos de lágrimas, contempla las flores.
Ya no le habla más al rey de Chu.
DE PASO POR EL MONASTERIO DE LA CONVERSIÓN SENSIBLE, RETIRO MONTAÑÉS DEL MONJE TANXING
Empuñando un bastón de bambú́, me espera por la
tarde
junto al Torrente del Tigre.
Los ecos del valle me apuran. Avanzo siguiendo el
murmullo del arroyo.
Abiertas en ramo, deslumbran las flores silvestres;
trinan las aves del valle difundiendo sosiego.
Sentados de noche en la calma del bosque vacío,
la fresca brisa de los pinos parece de otoño.
OFREZCO DE COMER A LOS MONJES DEL MONTE DE LA CALDERA VOLCADA
Esta tarde comprendí́ la doctrina clara y pura;
cada día me alejo más de las multitudes.
Espero a los monjes de la montaña lejana;
antes barro mi humilde cabaña.
Llegan de las cumbres cubiertas de nubes,
de visita a mi sencilla morada.
Sentados en la hierba comemos semillas de pino,
quemamos incienso y leemos libros del Tao.
Termina el día. Prendemos lámparas.
Comienza la noche. Cantamos sutras.
Comprendí́ que en la quietud reside el gozo:
esta vida me ofrece paz en abundancia.
¿Por qué me atrae tanto la idea de retirarme?
La vida del mundo es como el vacío.
EN CASA DEL COMPILADOR SHEN EL DÉCIMOCUARTO, BROTAN TIERNOS BAMBÚES EN EL LUGAR DONDE SE LEEN SUTRAS Y SE COMPOMEN POEMAS
Tiempo de ocio en un día sereno.
Esbeltos bambúes. Espléndidos.
Brotes aún envueltos en los nudos nuevos;
joven espesura surge del viejo cerco.
Las ligeras ramas confundidas con el rumor del
viento;
sus sombras se dispersan en el frío resplandor de
la luna.
En la Oficina de Música se las talla para flautas
dragón.
Los pescadores las cortan para cañas de pescar.
¿Cómo compararlas con las de esta morada del Tao,
cuando su verde esmeralda engalana el altar de
los inmortales?
SOLO, SENTADO, UNA NOCHE OTOÑAL
Solo, sentado, me entristecen mis canas.
Salón vacío. Avanza la noche.
Llueve. Caen los piñones del monte.
A la luz del candil, oigo cantar insectos en la hierba.
Los cabellos blancos no los podréis cambiar.
No hay elixir de eterna juventud.
Si quieres evitar vejez y enfermedad,
has de aprender a verlo todo como nada.
LAMENTO DE LOS CABELLOS BLANCOS
Antaño el rostro sonrosado, hoy la vejez.
El mechón de niño se cambió en canas.
¡Cuánto sufrimiento en una vida!
Sin la Puerta del Vacío, ¿dónde consolarse?
DÍA DE VERANO, VISITO AL MAESTRO CAO EN EL MONASTERIO DEL DRAGÓN AZUL
Venerable anciano. Viejo de semblante acabado.
A paso lento caminas por el monasterio budista.
Deseo preguntarte sobre el sentido del absoluto,
sabiendo que el vacío es un mal del vacío.
Montes y ríos se reflejan en sus ojos celestes,
todo el universo en su cuerpo esencial.
No hay que admirarse si el tórrido calor se disipa,
puede levantar vientos sobre el mundo.
VISITO EL MONASTERIO DE LA COMPRENSIÓN
El sendero de los bambúes comienza en la
pradera;
desde la Cumbre del Loto se eleva la ciudad
imaginada.
Por la ventana, los tres Chu reunidos;
junto al bosque, nueve corrientes se unen.
Sentados, piernas cruzadas, sobre la hierba
fresca,
entre enormes pinos resuenan nuestros cantos.
Residiendo en el vacío, más allá́ de los principios,
contemplamos el universo esperando no renacer.