
SAMUEL BECKETT
BIOGRAFÍA
(Dublín, 1906 – París, 1989)
Samuel Beckett nació en Foxrock, un barrio residencial de Dublín (Irlanda), el 13 de abril de 1906. También se ha apuntado que la fecha podría ser el 13 de mayo. El padre de Beckett, William Beckett, era aparejador, y su madre, May Roe, enfermera de profundas convicciones religiosas; «casi cuáquera», en palabras del escritor. Mientras que su hermano mayor, Frank, era un niño robusto y plácido, Samuel era delgado, enfermizo y lloraba constantemente. De hecho, el escritor no guardaba buenos recuerdos de su niñez: «Yo tenía escaso talento para la felicidad».

Beckett estudió francés, italiano e inglés en el Trinity College de Dublín, entre 1923 y 1927, (entre los17 y 20 años) siendo considerado alumno muy brillante. Uno de sus profesores fue Thomas B. Rudmose-Brown, también poeta, quien le da a conocer a Racine y a Dante y lo introduce en el mundo literario francés, poniéndolo en contacto con Valery, Larbaud y otros escritores.
En su etapa de estudiante se hace asiduo del teatro, quedando pronto fascinado por las ideas innovadoras de Pirandello. También disfruta con el cine cómico de Charlot, Buster Keaton y El gordo y el flaco (más tarde, se haría fan acérrimo de los Hermanos Marx).
Beckett se licenció en filología moderna. En 1930 regresó a Dublín como lector de francés de la universidad, y, tras impartir clases brevemente en el Campbell College de Belfast, aceptó el puesto de lecteur d’anglais (lector de inglés) en la École Normale Supérieure de París, que, a la fecha, podía considerarse el centro intelectual de Europa.
Viajó por Francia, Alemania e Italia, desempeñando todo tipo de trabajos para incrementar los insuficientes ingresos de la pensión anual que le enviaba su padre (cuya muerte, en 1933, supuso para el escritor una dura experiencia), hasta que en 1937 se estableció definitivamente en París.
Allí participó activamente en tertulias y actividades culturales, y trabó pronto amistad con su ya célebre compatriota, el escritor James Joyce, quien le fue presentado por el poeta Thomas MacGreevy, amigo de Beckett que también trabajaba en la École. Beckett hablaría después de las proporciones épicas del autor de Ulises, y de su obra afirmaría que era heroica: «Ouvre héroïque». Este encuentro tendría consecuencias decisivas para el joven Beckett, que se convirtió en asistente de Joyce, principalmente en la labor de investigación para su última gran obra, que años después se titularía Finnegans Wake. Beckett y Joyce, ambos dublineses, compartían además el hecho de ser expertos lingüistas y el interés por Dante y el experimentalismo literario.
En ese tiempo, Beckett mantuvo una relación con Lucia Joyce (pronunciado Luchía, a la italiana), la hija del escritor. La llevaba a veces a cenar o al teatro. Lucia se enamoró perdidamente de él pero, en mayo de 1931, Beckett le dijo francamente que el principal motivo que tenía para visitar su casa era ver a su padre. Esto sumió a la joven en la desesperación, y acusó a su padre de la ruptura. Lucia acabaría padeciendo esquizofrenia. Las relaciones de Beckett con Joyce y su familia se extinguieron tras lo ocurrido, y el alejamiento de Joyce afectó profundamente al primero, quien confesó a su amiga Peggy Guggenheim que estaba muerto y que no tenía sentimientos humanos; esa era la razón por la que no había sido capaz de enamorarse de Lucia.

Joyce y Beckett se reconciliarían al cabo de un año.
Joyce valoraba en Beckett la sutileza y originalidad de sus ideas. Una vez escribió a su hijo que Beckett tenía talento, cumplido que no solía hacer a nadie. Años más tarde, tras la publicación de la novela Murphy, de Beckett, Joyce deleitó a su amigo citando de memoria una escena entera de la misma. Samuel, para agradecerlo, le dedicó un poema humorístico. De esa época proviene la leyenda de que Beckett había trabajado como “secretario” de Joyce, cosa que aquél desmintió: «No hay nada más lejos de la verdad. […] Lo que ocurrió sencillamente es que, cuando la vista de Joyce empezó a debilitarse, casi todos sus amigos le ayudaron. Yo fui solo uno de ellos. Le hacía a veces algunos recados o le leía en voz alta. Le buscaba los libros que le interesaban y le leía algunos pasajes».
En 1933, a consecuencia de la muerte de su padre, necesitó tratamiento psicológico. Fue atendido durante dos años en la Tavistock Clinic por el Dr. Wilfred Bion, quien le animó a asistir a una conferencia de Carl Jung. Esta conferencia le causó un gran impacto emocional, tanto fue así que Beckett la seguiría recordando muchos años más tarde. Versaba sobre el tema «mal nacidos» («never properly born»). El caso es que, ya adulto, Beckett aseguraba a menudo conservar recuerdos de su vida prenatal, como una experiencia horrible, que le provocaba sentimientos de atrapamiento y sofoco dentro del seno materno («feelings of entrapment and suffocation»).
Rastros de la conferencia citada se detectan claramente en importantes obras posteriores de Beckett, como Watt y Esperando a Godot. Lo que Beckett deja traslucir en sus obras no es sólo el dolor del nacimiento o de un parto difícil, sino también el comienzo de una larga y accidentada odisea vital. Por otro lado, el hecho de que su nacimiento se hubiese producido exactamente en Viernes Santo (viernes 13, además) el escritor lo asimilaba a que el mismo está con el sufrimiento y la muerte.
En 1935 publicó un libro de poesía que tuvo cierta repercusión: Echo’s Bones and Other Precipitates. Trabajó asimismo en su novela Murphy. En mayo de ese año escribió a MacGreevy que había estado leyendo sobre cine y que se proponía viajar a Moscú para estudiar con el director Sergéi Eisenstein en el Instituto de Cinematografía Gerasimov de Moscú.
A mediados de 1936 escribió a los directores Eisenstein y Vsévolod Pudovkin, ofreciéndose como aprendiz. La carta sin embargo se perdió por el estallido de una epidemia de viruela que trastocó todo el correo. Beckett, mientras tanto, terminó Murphy, y posteriormente, en 1936, partió a un gran viaje por Alemania durante el cual llenó varios cuadernos con los apuntes sobre las obras de arte que había visto, haciendo notar asimismo su profundo disgusto con el avance del salvajismo nazi que se iba apoderando del país. Según Knowlson, no pasaría mucho tiempo antes de que el escritor pusiese sobre la mesa sus credenciales antinazis, refiriéndose sin duda a su participación, pocos años después, en la Segunda Guerra Mundial.
De vuelta a Irlanda, en 1937, supervisó la publicación de Murphy (1938), obra que él mismo tradujo al francés al año siguiente. Tuvo en aquel tiempo varias graves discusiones con su madre, lo que contribuyó a su decisión de asentarse de forma definitiva en París.

Pese al advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, Beckett dijo preferir «Francia en guerra a Irlanda en paz». Knowlson recuerda, sin embargo, lo mucho que amaba Beckett el campo de Irlanda y a sus gentes ordinarias. Sus libros, por otra parte, suelen mencionar afectuosamente inesperados detalles de su patria, y es curioso que al traducir sus obras al inglés, el escritor tiende a imprimirles una cierta inflexión irlandesa. Estaba no obstante convencido de que en su patria nunca hubiese podido vivir como escritor. Según una sobrina suya, Irlanda le hacía sentir confinado. Odiaba particularmente la censura literaria, mientras que París le ofrecía “grandes horizontes” de anonimato y libertad. Con todo, Beckett no tenía conciencia de exiliado. «Simplemente me largué de allí», dijo una vez a un amigo irlandés.
En sus primeros meses en París conoció al novelista Ernest Hemingway de mano de la librera y editora Sylvia Beach. Aquél se granjeó enseguida la antipatía de Beckett por sus malas palabras sobre la última obra de Joyce, Finnegans Wake. Hemingway dijo que de todos modos no había que ser demasiado duro con el viejo, porque el trabajo de Ulises debía haberlo dejado agotado. Beckett en lo sucesivo evitó siempre encontrarse con Hemingway.

Entre las navidades y el año nuevo de 1937-38, Beckett se complicó sobremanera la vida al mantener relaciones con tres mujeres a la vez; una de ellas fue la mecenas Peggy Guggenheim, quien lo llamaba «Oblomov» por su indolencia, afirmando que era impredecible e indeciso acerca de casi todo.
Al poco tiempo, ya en esta ciudad, una madrugada de enero de 1938, volvía a su casa con unos amigos, cuando un proxeneta, irónicamente de nombre Prudent, le ofreció de mala manera sus servicios y después lo apuñaló. Más tarde, Beckett sólo recordaría que de pronto se encontró herido en el suelo. El arma le pasó rozando el corazón y se salvó por muy poco de la muerte. James Joyce consiguió para su lesionado amigo una habitación privada en el hospital. El incidente hizo que acudiese toda la familia de Samuel a París. La publicidad generada atrajo la atención de la pianista y jugadora de tenis Suzanne Dechevaux-Dumesnil, varios años mayor que Beckett, y que había tenido algún trato con él durante su primera estancia en París. En esta ocasión, los dos iniciaron una relación que duraría toda la vida.
En la primera audiencia judicial que tuvieron, Beckett le preguntó a su atacante el motivo por el cual lo había apuñalado, y Prudent le contestó simplemente: «Je ne sais pas, Monsieur. Je m’excuse». («No tengo ni idea, señor, lo siento mucho»). Beckett solía contar de vez en cuando el incidente en broma. Retiró los cargos, en parte para evitarse otras molestias procesales, pero también porque encontró que Prudent era persona agradable y de buenas maneras.

Se dice que Oliver St. John Gogarty, que había perdido el susodicho pleito teniendo que pagar una fuerte indemnización, al enterarse del apuñalamiento de Beckett, lo celebró con sus amigos organizando una comilona en un restaurante de Dublín.
En 1942, y después de haberse adherido a la Resistencia, tuvo que huir de la Gestapo para afincarse en el sur de Francia, que estaba libre de la ocupación alemana, donde escribió su novela Watt.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Beckett se entregó de lleno a la escritura: terminó la trilogía novelística Molloy, Malone muere y El innombrable, y escribió dos piezas de teatro. Aunque utilizaba indistintamente el francés o el inglés como lenguas literarias, a partir de 1945 la mayoría de su producción está escrita en francés, y él mismo vertió sus obras al inglés.
La difícil tarea de encontrar editor no se resolvió hasta 1951, cuando su compañera, Suzanne Deschevaux-Dumesnil, que más tarde se convertiría en su esposa, encontró uno para Molloy. El éxito relativo de esta novela propició la publicación de otras, y en especial dio pie a la representación de Esperando a Godot en el teatro Babylone de París; el resonante éxito de crítica y público que obtuvo la obra le abrió las puertas de la fama.
Su ruptura con las técnicas tradicionales dramáticas y la nueva estética que proponía le acercaban al rumano Eugène Ionesco, y suscitó la etiqueta de «anti-teatro» o «teatro del absurdo». Se trata de un teatro estático, sin acción ni trucos escénicos, con decorados desnudos, de carácter simbólico, personajes esquemáticos y diálogos apenas esbozados. Es la apoteosis de la soledad y la insignificancia humanas, sin el menor atisbo de esperanza.

Se considera en general que su obra maestra es Esperando a Godot (1953).
La pieza se desarrolla en una carretera rural, sin más presencia que la de un árbol y dos vagabundos, Vladimir y Estragón, que esperan, un día tras otro, a un tal Godot, con quien al parecer han concertado una cita, sin que se sepa el motivo. Durante la espera dialogan interminablemente acerca de múltiples cuestiones, y divagan de una a otra, con deficientes niveles de comunicación.
En otra de sus piezas, Días felices (1963, escrita en inglés en 1961), lo impactante es su original puesta en escena: la cincuentona Winnie se halla enterrada prácticamente hasta el busto en una especie de promontorio. Habla y habla sin tregua, mientras su marido Willie, siempre cerca pero siempre ausente, se limita a emitir de vez en cuando, como réplica o asentimiento, un gruñido. Winnie repite a diario los mismos actos, recuenta las pertenencias de su bolso, siempre idénticas, y, sobre todo, recuerda las mismas cosas triviales e intrascendentes, pero que constituyen sus «días felices».
El teatro de Beckett adquiere tonos existencialistas, en su exploración de la radical soledad y el desamparo de la existencia humana y en la drástica reducción del argumento y los personajes a su mínima expresión, lo cual se refleja asimismo en su prosa, austera y disciplinada, aunque llena de un humor corrosivo.

Últimos años
En 1956 había empezado a trabajar para la Tercera Cadena de radio de la BBC con su obra radiofónica All That Fall. Continuaría escribiendo esporádicamente para la radio, y también lo haría para el cine y la televisión. Volvió a escribir en inglés, aunque nunca dejó de utilizar el francés. Los años 60 supusieron para el escritor un periodo de cambios personales y profesionales. En marzo de 1961 contrajo matrimonio civil en Inglaterra con su compañera de siempre, Suzanne Dechevaux-Dumesnil, principalmente por cuestiones de herencia en Francia. El éxito de sus piezas teatrales lo llevó por todo el mundo, para participar en recepciones, actos culturales y en los montajes de las obras, inaugurándosele una nueva etapa como director teatral
II Guerra Mundial
Beckett se alistó en la Resistencia Francesa tras la ocupación alemana de 1940. Trabajaba como mensajero, y en varias ocasiones, a lo largo de los dos años siguientes, estuvo a punto de ser apresado por la Gestapo.
En agosto de 1942, su unidad fue delatada, y Beckett tuvo que huir hacia el sur con su compañera Suzanne. Se refugiaron en la pequeña villa de Roussillon, en el Departamento de Vaucluse (Costa Azul). Allí, se hizo pasar por campesino, y continuó apoyando a la Resistencia almacenando armas en el garaje de su casa. Durante los dos años que Beckett estuvo en Roussillon ayudó indirectamente al maquis en sus operaciones de sabotaje a través de la zona montañosa de Vaucluse, si bien en raras ocasiones se expresaría después al respecto.
Beckett fue recompensado con la Croix de Guerre 1939-1945 y la Médaille de la Résistance por el gobierno francés por sus esfuerzos en la lucha contra la ocupación alemana. Al final de su vida, sin embargo, Beckett se refirió a su trabajo con la Resistencia como «cosas de boy scout». Solo treinta de los ochenta miembros de su grupo de la Resistencia sobrevivieron a la guerra. Mientras estuvo escondido en Roussillon, continuó trabajando, «como terapia», en su novela cómica Watt, empezada en 1941 y completada en 1945, aunque no publicada hasta 1953.

En 1945, Beckett regresó a Dublín por un breve tiempo. Allí volvió a desempeñar labores humanitarias trabajando como intérprete para la Cruz Roja irlandesa.
A finales de los años 50, Beckett pasaba temporadas en Londres, donde había trabado relación con Bárbara Bray, una traductora y editora de la BBC, viuda, con dos hijas de corta edad, que contaba treinta y cuatro años cuando él la conoció. Bray era «pequeña y atractiva, pero, sobre todo, muy inteligente y culta». James Knowlson escribió sobre ellos: «Da la impresión de que Beckett se sintió de inmediato atraído por ella, lo mismo que ella por él. Su encuentro fue muy significativo para ambos, ya que constituyó el inicio de una relación en paralelo con la de Suzanne, que duraría ya toda la vida».
El importante papel que había desempeñado Suzanne —mujer enérgica y de gran carácter—, en la vida del escritor se restringió a partir de estos años, hasta el punto de que llegaron a vivir en cuartos separados; en cualquier caso, pasaban todas las vacaciones juntos. Pese a los problemas de Samuel con el alcohol, al que siempre fue muy aficionado, a sus flirteos con otras mujeres y a su necesidad casi compulsiva de estar solo, la pareja sobrevivió sin excesivos tropiezos hasta la muerte de Suzanne. Beckett, poco antes de morir (sólo meses más tarde que ella) confesó a su biógrafo: «Todo se lo debo a Suzanne».
Como se ha dicho, Beckett escribía ahora mayormente en francés, y tradujo sus obras él mismo al inglés, con la excepción de Molloy, en cuya traducción le ayudó Patrick Bowles. El éxito de Esperando a Godot supuso el lanzamiento teatral para este autor. Superado por la fama, en 1956 escribió a un amigo:
“El éxito o el fracaso popular nunca me han importado mucho, de hecho me encuentro mejor con el último ya que he respirado profundamente sus aires vivificantes toda mi vida de escritor, excepto en los dos últimos años.
En 1959 recibió el título de doctor honoris causa en el Trinity College de Dublín, donde había estudiado en su juventud
En septiembre de 1967, Beckett, a pesar de no querer contribuir a la pesadilla de la historia, firmó un manifiesto de protesta contra Franco en el diario Le Monde con motivo de la encarcelación en España del dramaturgo Fernando Arrabal.
En 1968 fue nombrado Miembro Extranjero Honorario de la American Academy of Arts and Sciences.
En 1969, de viaje por Túnez con su mujer, supo que se le había concedido el Premio Nobel de Literatura. Ella, consciente del carácter extremadamente reservado de su marido, comentó que esta concesión había sido una “catástrofe” para él, lo que ha sido jocosamente muy comentado. Después de la concesión, en efecto, Beckett se encerró como en un monasterio y desconectó el teléfono.
Aunque Beckett no era muy dado a las entrevistas, con frecuencia atendía a las solicitudes de artistas, estudiosos y admiradores en una sala del hotel de París PLM, cercano a su casa de Montparnasse.
En 1984 recibió la más alta distinción (“Saoi”) de la asociación de artistas de Irlanda denominada Aosdána.
Cuando a finales de noviembre de 1989, poco antes de su muerte, el octogenario Samuel Beckett entrega a su amiga Bárbara Bray el poema What ist he Word, no hacía sino colocar con su discreción habitual, la última pieza de un mosaico paciente y laboriosamente elaborado a lo largo de más de seis décadas. Una obra comenzada bajo los auspicios de la poesía, cerraba su trayectoria circular con otro poema. En efecto, si algo ha caracterizado una de las obras más radicales y luminosas del siglo 20 ha sido la fidelidad a una manera poética de ver y escribir el mundo, aunque adoptase a menudo el disfraz de lo narrativo, lo teatral o las formas más variadas del discurso audiovisual.
Final
Suzanne murió el 17 de julio de 1989. Beckett, que sufría de enfisema y probablemente enfermedad de Parkinson, y se hallaba a la sazón recluido en un sanatorio, murió el 22 de diciembre de ese mismo año, con 83 años. Ambos fueron enterrados en el Cementerio de Montparnasse de París. Comparten una simple lápida de mármol. Se cuenta que Beckett replicó al pedírsele que eligiera el color: «Cualquiera, siempre que sea gris». La tumba se halla en la senda principal, no lejos de la entrada, a la izquierda. La de Sartre se encuentra a la derecha.
El último encuentro de Beckett con Joyce tuvo lugar en Vichy, en 1940. Joyce moriría en enero del año siguiente.
POEMAS
Estar ahí sin dientes y mandíbulas (de poemas en inglés)
estar ahí sin dientes ni mandíbulas
adónde se va el gozo de perder
con el apenas inferior
de ganar
y Roscelin y esperamos
adverbio oh regalito
vacío vacío salvo jirones de canción
padre me dio un marido
o al arreglar las flores
que moje cuanto quiera
hasta la elegía
de los zuecos herrados aún lejos de Les Halles
o el agua de la canalla apestando por las tuberías
o nada más que moje
porque es así
que pula lo superfluo
y venga
con la boca idiota y la mano hormigueante
a la cavidad hundida alojo que escucha
lejanos tijeretazos argentinos
Alba (de poemas en inglés)
antes de que amanezca aquí estarás
y Dante y el Logos y todos los estratos y misterios
y la luna marcada
allende el blanco plano de la música
que establezcas aquí antes del alba
solemne suave seda cantarina
inclínate hacia el negro firmamento de areca
lluvia sobre bambúes flor de humo callejuela de sauces
quienes aunque te inclines con dedos compasivos
para abonar el polvo
en nada aumentarán tu generosidad
cuya belleza ante mí será como un sudario
informe de sí misma que se extiende sobre la tempestad de los emblemas
de modo que no hay sol ni hay revelaciones
ni víctima tampoco
yo solamente y el sudario luego
y un bulto muerto ya
Malacoda (de poemas en inglés)
tres veces vino
el hombre de las pompas fúnebres
impasible bajo el bombín de piel
para medir
¿no está acaso pagado para medir?
a este incorruptible en el vestíbulo
a este malebranca que los lirios cubren hasta las rodillas
Malacoda con lirios hasta las rodillas
Malacoda no obstante el experto terror
que felpa su perineo extingue su señal
suspirando hacia arriba por el aire pesado
¿debe ser así? debe ser debe ser
encuentra los crespones cógelos del jardín
escuchar puede ver pero no es necesario
sepultar en el féretro
con unos ayudantes ungulata
encuentra los yerbajos reclama su atención
escuchar debe ver pero no es necesario
cubrir
estar seguro de cubrir cubrirlo todo por encima
tu escudo déjame coge tu azufre
vidrio canicular divino hermoseado
espera Scarmilion espera espera
coloca este Huysum en la caja
y observa bien la imago eso es él
escuchar debe ver ella debe
todos a bordo todos los espíritus
a media asta sí sí
no
Por ahí de otros poemas en inglés
por ahí
un grito lejano
para alguien
tan pequeño
bellos narcisos
luego marzo
luego ahí
luego ahí
entonces desde ahí
narcisos
otra vez
luego marzo
otra vez
para alguien
tan pequeño
Versión de Jenaro Talens
Cascando
1
por qué no simplemente no esperar
a ser ocasión de
un vertedero de palabras
¿no es mejor abortar que ser estéril?
después de tu partida las horas son tan tristes
siempre empiezan a rastras demasiado pronto
los garfios desgarrando con ceguedad el lecho de miseria
rescatando los huesos los amores antiguos
cuencas una vez llenas con ojos como tuyos
¿es mejor siempre demasiado pronto que jamás?
negra necesidad salpicando los rostros
diciendo una vez más nunca flotó lo amado nueve días
ni nueve meses
ni nueve vidas
2
diciendo una vez más
si no me enseñas tú no aprenderé
diciendo una vez más existe un último
atardecer de últimas veces
últimas veces de mendigar
últimas veces de amar
de saber no saber simular
un último atardecer de últimas veces de decir
sino me amas nunca seré amado
si no te amo ya no amaré nunca
un batir de palabras gastadas una vez más en el corazón
amor amor amor golpe de un émbolo antiquísimo
moliendo el suero inalterable
de las palabras
una vez más aterrado
de no amar
de amar pero no a ti
de ser amado y no por ti
de saber no saber simular
simular
yo y todos los otros que te amen
si te aman
3
a menos que te amen
Versión de Jenaro Talens
Serena III de poemas en inglés
fija estos garabatos de hermosura en la paleta
nunca se sabe si esto puede ser el final
o déjala ella es paraíso y más tarde en el globo
de tus ojos hímenes de felpa
o sobre Puente Butt Sonroja de vergüenza
el mixto declinar de esas ubres
alza tu luna tuya y solamente tuya
arriba arriba arriba hacia la estrella del atardecer
desvanecido encima de un clavel todo nuevo
en el arco-gasómetro que hay en Misery Hill
desvanecido en la púrpura y pequeña
casa de la oración
corazón de María alguna cosa
Bull y Pool Suplicante que no se encontrarán
en este mundo al menos
mientras que partes lejos en medio de los fustes que caracolean
corre desesperadamente sobre el Puente Victoria ésa es la idea
aminora la marcha anda furtivamente Ringsend Road abajo
Irishtown Sandymount titubea halla el Fuego del Infierno
Apartamentos Merrion señalados por un trillón de sigmas
El Dedo de Jesucristo Hijo de Dios el Salvador
muchachas sorprendidas mientras se desnudaban ésa es la idea
sobre el rompevientos y olas en el Bootersgrad
el pánico que provoca la marea en las pardas gaviotas
las arenas se mueven en tu corazón cálido
ocúltate tú mismo pero en la Roca no no te detengas
no te detengas
De Otros poemas en inglés. Versión de Jenaro Talens
Whoroscope (Horóscoño) su primer poema
¿Qué es esto?
¿Un huevo?
Por los hermanos Boot, apesta a fresco.
Dáselo a Gillot.
Cómo estás, Galileo,
¡y sus terceras sucesivas!
¡Asqueroso viejo nivelador copernicano hijo de vivandera!
Nos movemos, dijo, al fin nos marchamos-¡Porca Madonna!
como un contramaestre o un Pretendiente saco-de-patatas cargando
contra el enemigo.
Esto no es moverse, sino conmoverse.
Qué es esto ?
¿Una tortilla acerba o una que ha florecido?
¡Dos ovarios revueltos con prosticiutto?
¿Cuánto tiempo lo invaginó, la emplumada?
Tres días y cuatro noches?
Dáselo a Gillot.
Faulhaber, Beeckman y Pedro el Rojo
venid ahora en un alud de nubarrones o en la cristalina nube de
Gassendi, roja como el sol,
y os limaré todas vuestras gallinas-y-medio
o limaré una lente bajo el edredón en la mitad del día.
Pensar que era él, mi propio hermano, Pedro el Bravucón
y que no usaba de silogismo alguno
como si Papi aún estuviera con vida.
¡Ea!, pásame esa calderilla,
¡dulce sudor molido de mi hígado ardiente!
¡Qué días aquéllos, sentados al lado de la estufa, arrojando jesuitas
por el tragaluz!
¿Y ése, quién es? ¿Hals?
Que espere.
¡Mi adorable bizquita!
Yo me escondía y me buscabas.
Y Francine, precioso fruto mío de un feto casa-y-gabinete!
¡Vaya una exfoliación!
¡Su pequeña epidermis grisácea y desollada, y rojas las amígdalas!
Hija única mía
Azotada por la fiebre hasta en el turbio restañar de su sangre…
¡sangre!
¡Oh, Harvey de mi corazón!
¿qué harán los rojos y los blancos, los muchos en los pocos
(querido Harvey sangre-girador)
para arremolinarse por este batidor resquebrajado?
Y el cuarto Enrique llegó a la cripta de la flecha.
¿Qué es esto?
¿Desde cuándo?
Incúbalo.
Un viento de maldad empujaba la desesperación de mi sosiego
contra las escarpadas cimas de la señora
única:
no una vez ni dos, sino…
(¡Burdel de Cristo, empóllalo!)
en una sola anegación de sol.
(Jesuitastros, copien, por favor.)
Por lo tanto adelante con las medias de seda sobre el traje de punto
y la piel mórbida…
qué estoy diciendo, la suave tela…
y vámonos a Ancona, sobre el brillante Adriático,
y adiós unos instantes a la amarilla llave de los Rosacruces.
Ellos no saben qué es lo que hizo el dueño de todos los que hacen,
que a la nariz le toca el beso del aire todo fétido y fragante
y a los tímpanos, y al trono del orificio fecal
y a los ojos su zigzag.
De esta manera Le bebemos y Le comemos
y el Beaune aguado y los duros cubitos de pan Bimbo
porque Él puede danzar
igual cerca que lejos de Su Esencia Danzante
y tan triste o tan vivo como requiere el cáliz, la bandeja.
¿Qué te parece, Antonio?
¡En el nombre de Bacon, me empollaréis el huevo!
¿O deberé tragarme fantasmas de caverna?
¡Anna María!
Ella lee a Moisés y dice que su amor está crucificado.
¡Leider! ¡Leider! Florecía pero se marchitó,
pálido y abusivo periquito en el escaparate de una calle mayor.
No, si creo desde el Principio a la última palabra, te lo juro.
¡Fallor, ergo sum!
viejo frôleur esquivo
Toll-ó y legg-ó
y se abrochó el chaleco de redentorista.
No importa, pasémoslo por alto.
Soy un niño atrevido, ya lo sé,
luego no soy mi hijo
(aunque fuese portero)
ni el de Joaquín mi padre,
sino astilla de un palo perfecto que no es viejo ni nuevo
pétalo solitario de una gran rosa, alta y resplandeciente.
¿Estás maduro al fin
pálido y esbelto tordo mío, de seno desdoblado?
¡Qué ricamente huele
este aborto de volantón!
Lo comeré con tenedor para pescado.
Clara y plumas y yema.
Me alzaré luego y empezaré a moverme
hacia Raab de las nieves,
la matinal amazona asesina confesada por el papa,
Cristina la destripadora.
Oh Weulles, no derrames la sangre de un franco
que ha subido los peldaños amargos
(René du Perron…)
y otórgame mi hora
segunda inescrutable sin estrellas.
Versión de Jenaro Talens :
“Escrito en el verano de 1930 para participar en un concurso de poesía sobre
el tema del Tiempo, organizado por Nancy Cunard, con un premio de 10 libras,
que ganó
De: Poemas en francés 1937 -1939
Vienen…
vienen
diferente e iguales
con cada una es diferente y es igual
con cada una la ausencia de amor es diferente
con cada una la ausencia de amor es igual
vienen
diferentes e idénticas
con cada una es diferente y es lo mismo
con cada una la ausencia de amor es diferente
con cada una la ausencia de amor es la misma
Para ella el acto sosegado…
para ella el acto sosegadolos poros sabios el sexo inocentón
la espera no muy lenta los lamentos no demasiado largos la ausencia
al servicio de la presencia
los pocos jirones de azul en la cabeza las punzadas al fin muertas del corazón
toda la gracia tardía de una lluvia que cesa
con la caída de una noche
de agosto
para ella vacía
él puro
de amor
Estar ahí sin dientes y mandíbulas…
estar ahí sin dientes ni mandíbulas
adónde se va el gozo de perder
con el apenas inferior
de ganar
y Roscelin y esperamos
adverbio oh regalito
vacío vacío salvo jirones de canción
padre me dio un marido
o al arreglar las flores
que moje cuanto quiera
hasta la elegía
de los zuecos herrados aún lejos de Les Halles
o el agua de la canalla apestando por las tuberías
o nada más que moje
porque es así
que pula lo superfluo
y venga
con la boca idiota y la mano hormigueante
a la cavidad hundida alojo que escucha
lejanos tijeretazos argentinos
Ascensión
a través del estrecho tabique
ese día en que un hijo
pródigo a su manera
volvió con su familia
oigo la voz
conmovida comenta
la copa del mundo de fútbol
siempre demasiado joven
al mismo tiempo por la ventana abierta
por los aires a secas
sordamente
la marejada de los fieles
su sangre salpicó en abundancia
sobre las sábanas sobre los olorosos guisantes y sobre su amigo
con dedos asquerosos cerró él las pupilas
sobre sus grandes ojos verdes sorprendidos
ella gira ligera
sobre mi tumba de aire
La mosca
entre la escena y yo
el cristal
vacío salvo ella
vientre a tierra
ceñida por sus negras tripas
antenas enloquecidas alas atadas
patas ganchudas boca sorbiendo en el vacío
sableando el azul aplastándose contra lo invisible
impotente bajo mi pulgar hace que zozobren
el mar y el cielo sereno
Música de la indiferencia…
música de la indiferencia
corazón tiempo aire fuego arena
del silencio desmoronamiento de amores
cubre sus voces y que
no me oiga ya
callarme
Bebe solo…
bebe solo
come quema fornica revienta solo como antes
los ausentes ya muertos los presentes apestan
saca tus ojos vuélvelos sobre las cañas
discuten quizás ellos y los ays
no importa existe el viento
y el estado de vela
Muerte de A. D.
y ahí estar ahí aún ahí
apretado a mi vieja tabla picada en negro como de viruela
durante días y noches molidos ciegamente
de estar ahí de no huir y huir y estar ahí
inclinado a confesar un tiempo que agoniza
haber sido lo que fue hecho lo que hizo
de mí de mi amigo muerto en el día de ayer con el ojo brillante
con los dientes largos jadeando en su barba
devorando la vida de los santos una vida por día de vida
reviviendo de noche sus negros pecados
muerto ayer mientras que yo vivía
y estar allí bebiendo por encima de la tormenta
la culpa del tiempo irremisible
aferrado a la vieja madera testigo de partidas
testigo de regresos
De 12 poemas (1937-1939) poemas en francés
CANCIÓN
Vejez es cuando a un hombre
arrimado al fuego de la chimenea
temblando a causa de las brujas
para poner el cazo sobre el lecho
y traerle su ponche
viene ella en las cenizas
quien amada no pudo ser vencida
o vencida no amada
o alguna otra aflicción
viene con las cenizas
como en esa luz vieja
el rostro en las cenizas
aquella vieja luz de las estrellas
en la tierra otra vez.
Soy un discurrir de arena que resbala… de 6 poemas en francés
soy un discurrir de arena que resbala
entre la duna y los guijarros
la lluvia del verano llueve sobre mi vida
sobre mí vida mía que me persigue y huye
y tendrá fin el día del comienzo
caro instante te veo
en el retroceder de este telón de bruma
donde ya no deberé pisar estos largos umbrales movedizos
y viviré lo mismo que una puerta
que se abre y se vuelve a cerrar
Quisiera que mi amor muriese… de 6 poemas en francés
quisiera que mi amor muriese
y que lloviera sobre el cementerio
y las callejas por las que camino
llorando a aquella que creyó que amaba
De: Letanías 1976-1978
al llegar la noche en que el alma
iba a serle reclamada
he aquí que al no aguantarse
la entregó una hora antes
de Otros poemas en inglés
QUE PALABRA (What is the Word)
Locura–
Locura para que–
para que–
qué palabra–
locura desde esto–
todo esto–
locura desde todo esto–
dado–
locura dado todo esto–
viendo–
locura viendo todo esto–
esto–
qué palabra–
este esto–
este esto aquí–
locura dado todo esto–
viendo–
locura viendo todo este esto aquí–
para que–
qué palabra–
ver–
entrever–
viendo para entrever–
necesidad de parecer para entrever–
qué–
qué palabra–
y donde–
qué palabra–
allá–
por allá-
muy lejos por allá–
qué–
qué palabra–
viendo todo esto–
todo este esto–
todo este esto allá–
locura para necesidad de ver qué dónde–
entrever–
parecer para entrever–
necesidad de parecer para entrever–
lejos muy lejos por allá qué–
locura de necesitar parecer para entrever lejos muy
lejos por allá qué–
qué–
qué palabra–
qué palabra.
(Su ultimo poema)
Se recomienda ver el programa de televisión Poesía más Poesía con la presencia del poeta Miguel Oscar Menassa y director del programa.
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