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229. Poesía más Poesía: William Blake

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BIOGRAFÍA DEL POETA  WILLIAM BLAKE

William Blake (Londres, 28 de noviembre de 1757-ibídem, 12 de agosto de 1827) fue un poeta, pintor y grabador inglés.

La de Blake es la biografía de un genio que no fue comprendido y valorado en toda su grandeza hasta después de su muerte. Es considerado uno de los más importantes creadores británicos. Sin embargo, su extensa obra sigue siendo desconocida para muchos y su dimensión de poeta suele predominar sobre su trabajo como pintor y grabador, aunque, para él, todas sus formas de expresión artística constituían un mismo bloque que no podía ser fraccionado.

330px William Blake by Thomas Phillips - Poesia Online

Nació el 28 de diciembre de 1757, segundo de los cinco hijos de un lencero moderadamente próspero domiciliado en Golden Square (actualmente en la zona del Soho londinense). El joven William Blake no fue enviado la escuela bajo petición del propio joven.  Despreciaba un sistema educativo que refrenaba la energía natural de las mentes jóvenes: “Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción“. Al advertir el padre su reticencia hacia cualquier tipo de autoridad, la furia que en él despertaba una paliza, resolvió ahorrarle el conflicto que seguramente habría surgido del choque entre su temperamento pasional la estrecha pedagogía de la época. Lo dejó dirigir su camino sin ayuda; el niño hizo excelente uso de tal libertad, leyendo cuanto llegó sus manos.

Llenaba los vacíos de sus lecturas con meditaciones en el campo. El padre, advirtiendo la inclinación imaginativa de su mente, resolvió hacer de él un pintor; pero el niño pidió cursos de grabado. Así las cosas, al cabo de cuatro cinco años en la escuela de dibujo de un tal Parr comenzó a trabajar con un grabador llamado James Basire. Basire era excelente grabador. Su influencia jamás fue abandonada por Blake, quien conservó siempre un recuerdo entusiasta de sus métodos.  Basire no fue el maestro seleccionado en un principio, Blake había sido llevado al estudio de un tal Rylands, que estaba en la cima de la popularidad, pero le dijo a su padre: “No me gusta la mirada de ese hombre. Mira como si fuese ser colgado”. Profecía que habría de cumplirse doce años después, cuando Rylands fue condenado la horca por falsificación. Aprendió a estimar el estilo gótico, que defendió durante toda su vida frente al predominante gusto por el neoclasicismo. También admiraba los manuscritos medievales que empleó como modelos para sus propios «libros iluminados», no eran los poemas ilustrados con grabados al uso, sino poemas e ilustraciones grabados al unísono para producir juntos una obra artística única.

Basire le envió a realizar copias de iglesias góticas de Londres, y especialmente para copiar los grabados de las tumbas de los reyes y reinas en la Abadía de Westminster. Las primeras obras que pueden atribuirse con toda seguridad a Blake muestran su interés por la historia y la leyenda británica. Fueron las particulares experiencias de Blake en la abadía las que comenzaron a formar en el artista los fundamentos de sus ideas y su estilo artísticos. Blake empleó muchas tardes realizando bosquejos de la catedral, durante las cuales era en ocasiones interrumpido por alumnos de la escuela de Westminster. En una ocasión un estudiante molestó tanto a Blake que este le golpeó haciéndole caer contra un andamio en el suelo, «sobre el cual cayó con gran violencia». “Los tigres de la ira” vindicaron su sabiduría, ya que los estudiantes fueron expulsados de la abadía.

En 1779, a los 21 años, Blake pasó a ser estudiante de la Royal Academy en Old Somerset House. A pesar de que su educación allí no requería ningún pago por su parte, tuvo que conseguir sus propios materiales de trabajo durante los seis años de aprendizaje. Allí se rebeló contra lo que consideraba el estilo inacabado de pintores de moda como Rubens, defendido por Joshua Reynolds, primer presidente de la escuela. Con el tiempo, Blake empezó a detestar la actitud de Reynolds sobre el arte, especialmente su búsqueda de «la verdad y la belleza general». Al contrario que Reynolds, Blake afirmaba que «generalizar es ser un idiota, particularizar es la única distinción del mérito».

Decía Blake:

Apasiónate, si quieres;
Pero que la pasión no viva en ti.

Si aprendió sobre la naturaleza en sus largos paseos por el sur, en Surrey, por el norte en Wellings Farm, aprendió conocer el arte en las tumbas de la abadía. Cristo fue su nombre simbólico para la imaginación; la tumba de Cristo no podía ser otra cosa que un refugio, en donde la imaginación podía dormir en paz hasta el día en que Dios tuviera a bien despertarla.

Aquel que halla su vida, la pierde;
quien la pierde en mi nombre,
la hallará.

Al cumplir los veinte años su aprendizaje terminó, comenzó grabar por su cuenta, además, trabó amistad con John Flaxman y Johann Heinrich Füssli quienes serían amigos para toda la vida.

Mucho antes que Sigmund Freud, Blake clamó contra la represión sexual, mediante la idea de que nada es más triste que una oportunidad de amar perdida o frustrada. «Quien desea pero no actúa, engendra pestilencia.» En otras palabras, atacó todas las formas de control social. «La exuberancia es Belleza.» Un amor no correspondido le lleva a la casa de un hortelano en Richmond, donde conocerá a la mujer que habría de ser su esposa. El hortelano tenía una linda hija llamada Catherine, quien cada vez que su madre le preguntaba con quien habría de casarse, solía responder: “aún no he visto al hombre”. Una noche, al entrar la habitación en que su familia se encontraba reunida, vio por vez primera un recién llegado, de rostro agraciado y cabello como fuego, al momento sintió desvanecerse por la intuición de haber visto al marido predestinado. Dejó el cuarto para recobrarse, al volver se sentó al lado de Blake, oyó de sus labios la historia de su gran amor por la belleza falsa veleidosa de su propia infelicidad. “Lo compadezco usted de corazón”, exclamó ella. “Me compadece?” respondió él; “entonces la amo usted por eso”. Brotó un amor que duró toda la vida. Este bonito relato se refleja en el gran espejo de los “Libros Proféticos”.

Una vez Blake confesó a Catherine Boucher que la amaba, volvió a su trabajo durante un año resuelto a no verla hasta tanto tuviese lo necesario para establecerse con ella. Al final del año, el 13 de Agosto de 1782, se casaron. El padre de Blake no aprobaría aquel enlace con una muchacha de clase más baja. La ahora señora Blake, no sabía ni leer ni escribir, en el curso de unos pocos años aprovecharía bien las enseñanzas de su marido, y aprendió copiar sus manuscritos y ayudó colorear sus libros iluminados. Inclusive aprendió a ver visiones, advirtiendo un día una larga pro- cesión de reyes reinas ingleses que desfilaban con paso silencioso. No tuvieron hijos.

Un año después del casamiento, Blake publica su primer trabajo, “Esbozos Poéticos“, a expensas de John Flaxman y algunos amigos, quienes acostumbraban reunirse en casa del Reverendo Mr. Mathews. Estos poemas definen una época en la literatura inglesa, ya que fueron la primera apertura del largamente sellado pozo de la poesía romántica. No hay en ellos indicio de misticismo, pero las frases imágenes del texto que pronto irían pasar del estado metafórico al simbólico adquirir significación mística, son bastante comunes.

Un libro, llamado por su actual propietario Mr. Murray, “La Isla en la Luna“, fue escrito quizás tras seis años de silencio. Muestra de manera vacilante el albor del periodo místico. Se trata de una tosca sátira contra los frívolos que se congregaban alrededor de Mr, Mrs. Mattews, pero contiene algunos versos que no se encuentran en ninguna parte. La prosa tiene sólo algo de interés autobiográfico. En este aspecto es, sin embargo, importante, ya que el manuscrito se ilumina con una furia ciega contra las superficialidades de la filosofía la piedad de su época.

Piedad» c. 1795 tinta y acuarela sobre papel - Poesia Online
«Piedad» (c. 1795), tinta y acuarela sobre papel

 Después de la muerte de su padre, en 1784, William y su hermano Robert abrieron una imprenta (1784) y comenzaron a trabajar con el editor radical Joseph Johnson. En la casa de Johnson, Blake conoció a algunos de los principales intelectuales disidentes de su época de Inglaterra, como el científico Joseph Priestley, el filósofo Richard Price, el pintor Johann Heinrich Füssli, que sería más tarde amigo suyo, la escritora y feminista Mary Wollstonecraft y el revolucionario americano Thomas Paine. Blake, al igual que William Wordsworth o William Godwin, tenía puestas grandes esperanzas en las revoluciones francesa y americana; de hecho, acostumbraba a llevar una gorra roja como señal de solidaridad con los revolucionarios franceses. Sin embargo, sus esperanzas se vieron truncadas con Maximilien Robespierre y el Reinado del Terror durante la Revolución francesa.

Blake sufrió la más dolorosa pérdida de su vida cuando, al cabo de dos años y medio, Robert murió con apenas veinte años. Por él sentía un gran afecto, era quizá la persona más cercana a él, un verdadero compañero intelectual. Blake contaba que, en el momento de su muerte, vio al espíritu de su hermano ascender a través del techo, «dando palmas de alegría». Desde entonces vio y habló con su hermano pequeño cada día; a veces escribía lo que éste le dictaba y otras seguía sus consejos sobre técnicas de grabado. Blake siempre tuvo un pie en el otro mundo. Poco después de la muerte de Robert, desavenencias con su socio ocasionaron el cierre del almacén y Blake se mudó a Polland Street donde comenzaría la que habría de ser la gran obra de su vida. Años después escribió un amigo:

“Se que nuestros amigos difuntos están realmente más cerca de nosotros que cuando se muestran aparentemente ante nuestra vida mortal. Hace 13 años perdí un hermano, diariamente cada hora converso con su espíritu, lo veo en remembranza en la región de mi imaginación. Atiendo sus consejos, aún ahora, escribo de acuerdo sus dictados. Perdóname por expresarte así mi entusiasmo, el cual quisiera compartir con todos; pues es para mí motivo de alegría inmortal, aun en este mundo. Sigue así te persuadirás cada vez más más, que toda pérdida mortal es una ganancia inmortal. Las ruinas del tiempo erigen mansiones en la eternidad”.

Dado su talento visionario, no sorprende que se sintiera atraído hacia los escritos de Emmanuel Swedenborg, un ingeniero de minas sueco que comenzó a ver espíritus y a dialogar con ellos tras tener una visión de Cristo en un café londinense. Blake se unió a la Sociedad Swedenborgiana, lo más parecido a ir a misa que llegó a hacer. A la par, estudiaba neoplatonismo y filosofía hermética (a autores alquímicos como Paracelso y Robert Fludd), y especialmente al místico alemán Jacob Böhme, figura clave para su desarrollo, puesto que propugnaba una filosofía centrada en la imaginación.

 “La imaginación no es un estado: es la existencia humana misma”.

Para comprender a Blake es necesario entender primero qué designaba él por «imaginación». Empleaba este término de un modo casi antagónico al de hoy. Para él la auténtica imaginación constituía un reino bastante alejado de nuestras pequeñas mentes, habitado por dioses y dáimones que interactuan en esos relatos arquetípicos que llamamos mitos. Algo equivalente al inconsciente colectivo de C. G. Jung. La Imaginación antecede a la Naturaleza. Antecede incluso al tiempo y al espacio.

Abel - Poesia Online
Abel

Blake creía que el mundo del siglo XVIII se había hundido en la oscuridad. Culpaba de ello a la filosofía de Francis Bacon, que inauguró el método científico dos siglos antes, y a la ciencia de Isaac Newton, cuya imagen de un universo que funcionaba como una maquinaria de relojería, obedeciendo leyes mecánicas y regido por un Dios remoto. Pero, por encima de todos, culpaba al filósofo John Locke, por proclamar que venimos al mundo con la mente en blanco como una hoja de papel sobre la que escribe nuestra experiencia sensorial. La existencia terrenal es como quedarse dormido o perder la vista. Debemos despertar la imaginación y usarla para «purificar las puertas de la percepción», y recuperar así nuestra visión del mundo tal y como realmente es: eterno. Eran gente que lo veía todo a través de la física. Científicos. Materialistas. Por ello decidió retratar a Newton de esta forma: desnudo, sentado en una pose imposible, sobre una superficie rocosa con algas, corales y moluscos que se asemeja mucho al fondo del mar, y absorto en sus propias teorías, sin disfrutar de la belleza que lo rodea.

 Veía las revoluciones como el estallido del nuevo espíritu imaginativo tras sufrir una larga represión: «La cisterna contiene, la fuente desborda». No es de extrañar que suela convertirse en una figura popular en tiempos convulsos, como sucedió en la década de 1960. Así pues, a lo largo de toda su vida, Blake combatió contra los pedagogos y la superchería clerical, la opresión y la hipocresía, las tendencias racionalistas y el materialismo. El alma, afirmó, sólo es rebelde y violenta cuando se la obstruye; libre, es apacible y cariñosa. Blake reconocía a muchos dioses, pero rendía culto a uno. Ésta es la paradoja: era un cristiano politeísta. Su inspiración primordial siempre fue la persona a la que llamó «Jesús, la Imaginación».

el ojo de newton - Poesia Online
El ojo de newton

En 1788, comenzó a experimentar la técnica del aguafuerte, método usado para ilustrar la mayoría de sus libros de poemas. Este proceso se denomina también impresión iluminada y su producto se llama libros iluminados o impresiones iluminadas. La impresión iluminada implicaba escribir el texto de los poemas en planchas de cobre con plumas y cepillos, usando un medio resistente al ácido. Las ilustraciones podían aparecer junto al texto, como en los manuscritos iluminados medievales. Luego bañaba las placas en ácido para disolver el cobre no tratado y dejar únicamente el diseño. Las páginas impresas con estas placas tenían que ser recoloreadas a mano con pinturas al agua y después se cosían para formar un volumen. Blake utilizó esta técnica en cuatro de sus trabajos: Canciones de Inocencia y de Experiencia, El libro de Thel, El matrimonio del cielo y el infierno y Jerusalén.

Dos formas de Los con Enitharmon’ Blake Plancha 100 de Jerusalem - Poesia Online
‘Dos formas de Los con Enitharmon’, Blake, Plancha 100 de Jerusalem

En 1789 aparecieron primero “Los Cantos de Inocencia“, luego “El Libro de Thel” en los que cada página es una ventana abierta al cielo, pero abierta, no como en los días de Noé para la efusión del diluvio de “tiempo espacio” sino una través de la cual podemos ver “la edad dorada”, “la imaginación que vive por siempre”, hablar con aquellos que habitan allí cerca de la poesía, la pintura, la música, los tres poderes que el hombre posee para conversar con el paraíso, los cuales no fueron barridos por el diluvio.

A la muerte de su madre en 1790, Blake y su esposa se trasladaron al sur del Támesis, a Lambeth, que por aquel entonces se encontraba en la periferia de Londres y estaba rodeada de campos. En su jardín crecía, silvestre, una parra formando una pérgola. Un visitante contó que en una ocasión encontró a William y a Catherine sentados bajo la sombra del emparrado, leyéndose el uno al otro el Paraíso Perdido de Milton y excéntricamente «vestidos con el atuendo del Edén»; es decir: desnudos.

De espíritu inconformista y romántico, Blake huía de los modelos naturales. Su propuesta pasaba por el gótico y por la línea de renacentistas italianos, como Rafael y Miguel Ángel, o del alemán Durero. Además, absorbió un influjo, perdurable en toda su obra, de los ingleses John Hamilton Mortimer y Thomas Stothard y, especialmente, del suizo Heinrich Füssli, con quien compartía su pasión por Shakespeare. La Divina Comedia de Dante y su propia producción poética son otros asuntos que protagonizan su arte.

En los denominados Libros proféticos, una serie de extensos poemas escritos a partir de 1789, Blake creó una compleja mitología personal e inventó sus propios personajes simbólicos, que reflejaban sus preocupaciones sociales. Verdaderamente innovadores tanto en pensamiento como en expresión, de ellos escribió el autor:

“Debo crear un sistema o permanecer esclavizado por los de otros”.

 Fue capaz de interpretar los grandes acontecimientos de su época: guerras, revoluciones e, incluso, la igualdad de sexos, a través de la figura humana. Una muestra de este ímpetu innovador se aprecia en su ilustración del frontispicio de Visiones de las hijas de Albión (1793), en la que materializa el concepto de libertad sexual y de igualdad entre el hombre y la mujer tratados en su texto.

Blake fue un inconformista radical en la línea en que lo fueron otros librepensadores ingleses, como Mary Wollstonecraft o Thomas Paine. En poemas como La revolución francesa (1791), América, una profecía (1793) y Visiones de las hijas de Albión (1973), presenta las figuras de su propia mitología, como Urizén, símbolo de una moralidad represiva, y Orc, el arquetipo de rebelde. En Europa, una profecía (1794) expresó su condena hacia la tiranía política y social del siglo XVIII, mientras que en El libro de Urizén (1794), denuncia la tiranía religiosa, y en El viajero mental (1803) pone en evidencia la explotación de los sexos.

William Blake Visions of the Daughters of Albion Plate 4 Visions MeisterDrucke 2241 - Poesia Online

El tercer libro que salió de su imprenta, “El matrimonio del Cielo el Infierno“, fechado en 1790. Forma parte de una serie de libros que escribió a modo de imitación de la profecía bíblica, pero con una interpretación propia, basada en sus creencias revolucionarias y religiosas. Como otras de sus obras, fue publicado e impreso en láminas realizadas con aguafuerte. Blake no escribió El matrimonio del cielo y el infierno, lo pintó. El libro, compuesto por veintisiete grabados en los que el texto está dibujado y acompañado por iluminaciones –según muestran las láminas incluidas al final de esta edición–, propone una compleja experiencia sensorial. El hecho no es azaroso, ya que, entre otras muchas cosas, se trata de un libro sobre la percepción: “Si las puertas de la percepción se limpiaran todo le parecería al hombre como es, infinito.”

El texto combina prosa, verso —en «El argumento» y en «Canción de libertad»—, aforismos —en los «Proverbios del Infierno»— e ilustraciones. Fue escrito entre los años 1790 y 1793, en un periodo de gran intensidad política y social debido a la Revolución francesa. El título es una referencia irónica al libro Del cielo y del infierno, del filósofo sueco Emanuel Swedenborg, publicado en latín 33 años antes. Es el trabajo de Blake que ha tenido más influencia; su visión de una relación dinámica entre un cielo estable y un infierno lleno de energía ha fascinado a teólogos, estetas y psicólogos. Aldous Huxley tomó el nombre de uno de sus libros más famosos, The Doors of Perception, del libro. Ese libro, a su vez, fue la inspiración del nombre del grupo de rock The Doors. Asimismo, C.S. Lewis titula una de sus obras como “El gran divorcio”, sugiriendo en el prefacio que el intento de celebrar el matrimonio entre cielo e infierno, tal y como sugiere Blake, es permanente.

Proverbios del Infierno es probablemente la parte del libro que mayor influencia ha ejercido en la posteridad, debido a su original visión del infierno no como un lugar de castigo, sino como una fuente de no represión, una especia de energía dionisíaca, que se rebela contra la autoridad del cielo, que es su contrario, un lugar de control. La intención de Blake era la de revelar la naturaleza represiva de la moralidad convencional y la religión institucionalizada. Los proverbios propiamente dichos hablan de una sabiduría por completo diferente a la aparecida en el Libro de los Proverbios bíblico; son paradójicos y provocativos, y tienen como fin animar al pensamiento original y creativo.

“La abeja ocupada no tiene tiempo para la tristeza”.

Con sentido dialéctico, Blake nos propone liberar nuestras energías, pero para lograr una síntesis con la Razón: un matrimonio de Cielo e Infierno en el que Dios muestre su verdadera cara, la del Hombre. Los proverbios del infierno demuestran la maestría de Blake para rebelarse contra la concepción dominante en la sociedad; las alabanzas al mal como agente activo donde la sabiduría diabólica es considerada mejor que el Bien con su conocimiento pasivo o natural,alguno de los proverbios han conservado su actualidad, con todo que está escrita para su tiempo, donde las figuras de la Biblia, la gran influencia en su poesía son una constante fuente de creación.

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Proverbios del infierno

El proverbio más conocido que revivió con fuerza en los años setenta con el movimiento hippie:

 “El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría”.

La actualidad de Blake con sus «Proverbios del infierno», aún con todas las referencias bíblicas, logra escapar a la época del instante en que fue escrita y a la religión católica se manifestaba con toda la potencia de su redención; la actualidad manifiesta del poema sigue siendo su mayor virtud literaria porque logra captar las capas profundas que mueven el pensamiento humano.

Sus libros constituían algo innovador. Realizaba cuidadosos bocetos de sus poemas e imágenes antes de proceder a grabarlos. Después los imprimía, a menudo utilizando tintas de diferentes colores: azul, verde, marrón, dorado y negro. Pero lo que hacía que cada una de las copias de sus libros resultase única era la «iluminación», aplicaba acuarela a cada uno de ellos para que parecieran manuscritos iluminados.

Hay además un documento de una “Biblia del Infierno“, de la que la portada se conserva. También de un poema inconcluso llamado “La Revolución Francesa” que fue impreso de manera corriente por un tal Johnston del cementerio de St, Paul. Igualmente de “Las Puertas del Paraíso para Niños“, de un libro de grabados titulado “”Othoon“. Blake se ubica entre los místicos de Europa al lado de Jacob Boehme o los hacedores de la Cábala, tan original como ellos igualmente profundo.

Dante y Virgilio entrando en el infierno. William Blake 1826 - Poesia Online
Dante y Virgilio entrando en el infierno. William Blake, 1826

El pecado despierta la imaginación, ya que proviene de la emoción, es por tanto más caro Dios que la razón, la cual está del todo muerta, el pecado debe sin embargo, evitarse, ya que somos prisioneros debemos observar las normas de nuestra prisión, “no se puede alcanzar la libertad en este mundo sin lo que se denomina virtud moral; no se puede poseer virtud moral, sin sujetarse aquella mitad de la razón humana que odia la virtud moral”. Pero reconozcamos que éstas no son sino las “leyes de la prudencia” nos permitamos llamarlas “leyes de Dios”, pues nada agrada Dios excepto la feliz invención de cosas bellas exaltadas.

No me interesa si un hombre es bueno malo,
todo lo que me interesa es si él es sabio estúpido.

Sus coetáneos le tomaron por un lunático, aunque el tiempo le ha terminado considerando un verdadero profeta, un genio que se había adelantado siglos a su época. Pronosticó los peligros del racionalismo y el materialismo, alertando de que traería la devastación de la naturaleza y la alienación del hombre. Fue de estos artistas visionarios que se adelantó al romanticismo y al simbolismo (algunos dirían que también al surrealismo, por su uso del delirio y el sueño) creando una mitología propia basada en su extraordinaria espiritualidad y un misticismo muy cercano al ámbito esotérico. Quizás por eso fue considerado un artista maldito, un loco que sólo sería comprendido y apreciado años después. Su obra, sin embargo, inspiró profundamente a prerrafaelitas, simbolistas y a los neorrománticos ingleses del siglo XX.

Para Jorge Luis Borges, William Blake es uno de los hombres más extraños de la literatura.

En 1793 Blake se trasladó a Lambeth, otro barrio londinense, además de la ilustración de sus “Libros Proféticos“, artísticamente trabajó con ardor, sobre todo en “Nabucodonozor“, una inmensa acuarela, en “La Casa de Leprosos“, en “Elohim creando a Adán“; en una serie de diseños para “Los Pensamientos Nocturnos” de Young, de los cuales algunos fueron impresos con el poema en 1797.

En 1800 abandonó Londres por primera vez. Blake se trasladó a una casa de campo en Felpham (actual West Sussex), para llevar a cabo el trabajo de ilustrar las obras de William Hayley. En este lugar Blake escribió Milton: un poema, que sería publicado entre 1805 y 1808.

El anciano de los días - Poesia Online
El anciano de los días

Tras cierto tiempo, el mecenazgo se convirtió en algo insoportable para Blake. Blake sostenía que los “sucesos naturales” no eran sino simbólicos mensajes de los poderes desconocidos. En 1804 volvió a Londres. Alquiló una casa en South Molton Street, allí grabó “Jerusalén” y “Milton“.  Continuó hasta el final de sus días encontrando compradores ocasionales para éstos otros “Libros Proféticos“, pero jamás quién los leyera entendiera. Sin embargo, no cesó de escribir. “He escrito más que Rousseau o Voltaire”, dijo en uno de los últimos años de su vida; seis siete poemas épicos tan largos como los de Homero, veinte tragedias tan extensas como Macbeth. Escribo bajo el dictado de los espíritus, al escribir he visto las palabras ondeando por el cuarto en todas direcciones.

Además escribió otras obras, como Una isla en la luna (1784), una colección de cartas y un cuaderno de notas con apuntes y algunos poemas breves que escribió entre 1793 y 1818, al que se denominó el Manuscrito Rossetti, pues lo adquirió en 1847 el poeta, también inglés, Dante Rossetti.

De ahí en adelante los trabajos publicados fueron sólo pictóricos.

Durante cierto tiempo pasó apuros económicos, viviendo él su mujer, con 10 chelines la semana; así habrían continuado hasta el final, de no haber conocido Blake en 1818 John Linnell, el paisajista, quien habría de ser el más generoso mecenas de su vida. Por aquella época, también, trabó relación con otro buen amigo, John Varley, “el padre de la acuarela moderna”, para quien hizo una serie de dibujos de sus “visitantes espirituales”.

En 1821 se mudó nuevamente e hizo para Mr. Linnell la famosa serie de dibujos para “Job“, que es quizás su obra maestra. Su austera majestad, demasiado bien conocida para requerir aquí de cualquier descripción, contrasta con la fantasiosa belleza delicada gracia de sus primeros trabajos. La vida había decorado su imaginación de melancolía.

El Diablo cubre de pústulas a Job - Poesia Online
El Diablo cubre de pústulas a Job

En 1827 cayó aquejado por una extraña dolencia, un temblor una debilidad, que le anunciaban que no viviría por mucho tiempo. Entonces, escribió un amigo: “He estado muy cerca de las puertas de la muerte, he vuelto débil, un hombre viejo, tambaleante; pero no en espíritu ni en vida; no en el hombre real, ni en la imaginación que vive por siempre”. Quedó finalmente postrado en la cama, pese a lo cual siguió trabajando en sus grabados para la Divina Comedia de Dante. Pero su última obra fue un esbozo a lápiz, hoy perdido, de su leal esposa.  En su lecho de muerte, hizo un dibujo de Catherine como su último trabajo, diciendo “siempre has sido un ángel para mí”.

Catalina Blake c. 1805 por William Blake - Poesia Online

Murió el 12 de agosto de 1827, sentado en su lecho y cantando sus propias canciones de dicha y alabanza. Su mujer continuó sintiéndolo con ella en el espíritu, llamándolo veces como si se encontrara cerca. Le sobrevivió sólo dos años. En 1949 se estableció en su honor en Australia el premio Blake al mejor arte religioso.

Los dibujos manuscritos sin publicar los dejó a Tatham, quien le había dado no pocas pruebas de amistad. Tatham los sentenció ser quemados dos días después.

Blake, que había oyentes en mundos distintos éste; él sabía, pesar del desdén la indiferencia de su época, que la fama aún sobre la tierra le sería concedida, que su obra había sido completada, pues los Poderes Eternos, no trabajan en vano.

“Regrabados una vez tras otra Por siempre
en su joven vigor, mis diseños permanecen intactos.
El tiempo puede rabiar, pero rabiar en vano,
Pues sobre los agitados manantiales del tiempo
en las grandes montañas del Atlántico,
allá en mi mansión dorada en las alturas,
brillan eternamente”.

El Libro de Thel. Formalmente, Blake utiliza el verso de catorce sílabas, siguiendo el modelo típico de la poesía inglesa de los siglos XVI y XVII, en la que generalmente se utilizaban heptámetros yámbicos. El argumento de la obra puede resumirse en los siguientes términos: Thel es la menor de las hijas de Mne Seraphim, que apacientan sus rebaños en los valles de Har. Esta referencia pastoril sitúa la acción en el contexto de un mundo idílico y arcádico. Thel se nos presenta bajo la forma de una niña que busca respuesta a preguntas sobre la transitoriedad de vida. Habla con una azucena, una nube, un gusano y un terrón, que aparecen personificados. En el diálogo con la nube, Thel se pregunta si tiene alguna utilidad vivir para convertirse, al morir, en alimento de los gusanos. La respuesta de la nube confirma una de las más firmes creencias de Blake:

Pues, si eres alimento de gusanos, oh virgen de los cielos,
¡qué grande tu utilidad! ¡Qué grande tu bendición! Todo lo que vive
no vive solo, ni para sí…

En la parte final del poema, Thel abandona el mundo idílico en el que han transcurrido las secciones anteriores y, ya como adulta, aparece vagando por «valles oscuros, escuchando / dolores y lamentaciones… escuchando las voces de la tierra, / hasta que llegó a su propia tumba».

OBRAS:

Libros iluminados

  • h.1788: All Religions are One
  • There is No Natural Religion
  • 1789: Songs of Innocence (Cantares de inocencia).
  • The Book of Thel
  • 1790-1793: The Marriage of Heaven and Hell (El matrimonio del cielo y el infierno)
  • 1793: Visions of the Daughters of Albion (Las visiones de las hijas de Albión)
  • America: a Prophecy (América: una profecía)
  • 1794: Europe: a Prophecy (Europa: una profecía)
  • The First Book of Urizen (El libro de Urizen)
  • Songs of Experience (Canciones de experiencia)
  • 1795: The Book of Los
  • The Song of Los
  • The Book of Ahania
  • h.1804-h.1811: Milton: a Poem” (Milton: un poema)
  • 1804-1820: Jerusalem: The Emanation of The Giant Albion (Jerusalén)

No iluminados

  • 1783: Poetical Sketches
  • 1786: Una isla en la luna
  • 1789: Tiriel
  • 1791: The French Revolution
  • 1797: The Four Zoas

Ilustrados por Blake

  • 1791: Mary Wollstonecraft, Original Stories from Real Life
  • 1797: Edward Young, Night Thoughts
  • 1805-1808: Robert Blair, The Grave. Estas estampas fueron grabadas por Louis Schiavonetti a partir de los originales de William Blake y fueron reestampados para el libro Meditaciones Poéticas de José Joaquín de Mora, a quien le sirvieron de inspiración para la creación de doce poemas propios.
  • 1808: John Milton, Paraíso perdido.
  • 1819-1820: John Varley, Visionary Heads.
  • 1820-1825: James Hervey, Epitome of James Hervey’s Meditations among the Tombs.
  • 1821: R. J. Thornton, Virgil.
  • 1823-1826: El libro de Job.
  • 1825-1827: Dante, La Divina Comedia (inacabado).

FUENTES CONSULTADAS:

  • William Blake, Poesia Completa. Biblioteca personal de Jorge Luis Borges

SELECCIÓN DE POEMAS DE WILLIAM BLAKE

HERMOSA ELENOR

La campana dio la una sacudiendo la torre silenciosa.
Las tumbas entregan sus muertos: La hermosa Elenor
ha pasado junto al portal del castillo y, deteniéndose, mira en torno.
Un lamento sordo corrió por las siniestras bóvedas.

Gritó fuerte y rodó por los peldaños.
Sus mejillas pálidas dieron contra la piedra yerta. Nauseabundos olores
de muerte escapan como de un sepulcro
y todo es silencio, exceptuando el suspiro de las bóvedas.

La muerte helada retira su mano y la mujer revive.
Asombrada se encuentra de pie
y, como fantasma, por estrechos corredores
anda, sintiendo el frío de los muros en sus manos.

Retorna la fantasía y piensa entonces en huesos
y en cráneos que ríen y en la muerte corruptora
envuelta en su mortaja. No tarda en imaginar que oyoe
hondos suspiros y que ve lívidos espectros que se deslizan.

Por fin no la fantasía, sino la realidad,
atrae su atención. Un ruido de ruinas; y los pies
de alguien que corre, se acercan. Ellen se detuvo
como una estatua muda, helada de terror.

El malhadado se acerca gimiendo: “El mal hecho está;
toma esto y envíalo por quien fuere.
Es mi vida. Envíalo a Elenor.
¡Está muerto, pero clama tras de mí, sediento de sangre!”

“¡Toma!”, exclamó, arrojando a sus manos
un paño húmedo y envuelto. Luego huyó
gritando. Ella recibió en sus manos
la pálida muerte y le siguió en alas del espanto.

Atravesaron con rapidez las verjas exteriores. El desdichado,
sin dejar de ulular, saltó el muro, cayendo al foso
y ahogándose en el cieno. La hermosa Ellen cruzó el puente
y pudo oír una tétrica voz que preguntaba: “¿lo has hecho?”

Como herida gacela Ellen corre
por la llanura sin caminos. Como voladora flecha nocturna
vuelva la destrucción y golpea en la oscuridad.
Huye del terror hasta volver a su hogar.

Sus doncellas la espeeraban. Sbore su lecho cae,
aquel lecho de alegrías donde en otro tiempo su señor la abrazara.
“¡Ah, espanto de mujer!”, exclamó, “¡ah maldedico duque!
¡Ah mi amado señor! ¡Ah miserable Elenor!”

“¡Mi señor era como una flor sobre las sienes
del lozano mayo! ¡Ah vida, frágil como la flor!
¡Oh lívida muerte! ¡Aparta tu mano cruel!
¿Pretendes aaso que florezca para engalanar tus horribles sienes?”

“Mi señor era como una estrella en lo más alto de los cielos,
arrastrada a la tierra mediante hechizos y maldades;
mi señor era como los ojos del día al abrirse,
cuando los vientos del oeste se deslizan suavemente por las flores.”

“Pero se oscureció. Como el mediodía estival,
se nubló; cayó como el árbol majestuoso talado;
moró entre sus hojas el aliento de los cielos.
¡Oh Elenor, débil mujer cargada de infortunio!”

Tras hablar así levantó la cabeza,
viendo junto a ella el ensangrentado paño
que sus manos trajeron. Entonces, diez veces
más aterrada, vio que el mismo se desenvolvía.

Su mirada estaba fija. La sangrane tela se abre
descubriendo a sus ojos la cabeza
de su amado señor, muy lívida y cubierta
de sangre coagulada, la cual, tras gemir, así habló:

“Oh Elenor, soy la cabeza de tu esposo
que, mientras dormía recostado sobre las piedras de la lejana torre,
fue privado de la vida por el miserable duque.
¡Un villano mercenario transformó mi sueño en muerte!”

“¡Oh Elenor, cuídate del perverso duque!
No le des tu mano, ahora que muerto estoy.
Tu amor busca quien, cobardemente y en la noche,
contrató a un rufián para quitarme la vida.”

Ella se dejó caer con miembros yertos, rígida como una piedra.
Tomando la ensangrentada cabeza entre sus manos
besó los pálidos labios. No tenía lágrimas que derramar.
La llevó a su seno y lanzó su último gemido.

Del libro “Poemas de los esbozos poéticos”

INTRODUCCIÓN

Tocando la flauta en los silvestres valles,
Tocando canciones de regocijo placentero,
En una nube vi a un niño,
Y riéndose me dijo:

“¡Toca una canción sobre un Cordero!”
Así que toqué con alegre ánimo.
“Flautista, toca esa canción de nuevo;”
Así que toqué: lloró al escuchar.

“Suelta la flauta, la flauta feliz,
Canta canciones de alegre ánimo.”
Así que canté la misma de nuevo
Mientras él lloró con alegría al escuchar.

“Flautista, siéntate y escribe
En un libro que todos puedan leer.”
Así desapareció de mi vista,
Y cogí una caña hueca

E hice una pluma rural,
Y entinté el agua clara,
Y escribí mis canciones felices,
Que todo niño pueda alegrarse al escucharlas.

Del libro: Canciones de la Inocencia y de la Experiencia
Traducción de Alejandro Vázquez Ortiz

LA MOSCA

Pequeña mosca,
tus juegos veraniegos
fueron truncados
por mi descuidada mano.

¿No soy yo
una mosca como tú?
¿O no eres tú
un hombre como yo?

Porque bailo
y bebo, y canto
hasta que alguna mano ciega
me arranque el ala.

Si el pensamiento es vida,
fortaleza y aliento;
y la ausencia
de pensamiento es muerte;

entonces yo soy
una mosca feliz,
ya sea si vivo, o si muero.

Del libro: Canciones de la Inocencia y de la Experiencia

EL ÁNGEL

¡Soñé un sueño! ¿qué puede significar?
Y que yo era una Reina doncella
Guardada por un Ángel sereno:
¡Nunca engañado por el dolor!

Y yo lloraba siempre noche y día,
Y él enjugaba mis lágrimas
Y yo lloraba siempre noche y día,
Y escondía de él el regocijo de mi corazón.

Así que tomó sus alas y se fue volando;
Entonces el alba se ruborizó en un rojo rosado;
Sequé mis lágrimas y armé mis miedos
Con diez mil escudos y lanzas.

Pronto mi Ángel regresó de nuevo:
Estaba armada, vino en vano,
Porque el tiempo de juventud se fue volando
Y cabellos grises había en mi cabeza.

Del libro: Canciones de la Inocencia y de la Experiencia
Traducción de Alejandro Vázquez Ortiz

EL NEGRITO

Mi madre me parió en el sur agreste,
y soy negro, pero ¡oh! mi alma es blanca;
blanco como un ángel es el niño inglés,
pero yo soy negro, como carente de luz.
Mi madre me instruía debajo de un árbol,
y sentándose antes de que se calentara el día,
me colocó sobre su falda y me besó,
y señalando al este, empezó a decir:
“Mira hacia el sol naciente: allí vive Dios,
y brinda su luz, y distribuye su calor;
y flores y árboles, bestias y hombres reciben
alivio por la mañana y júbilo al mediodía.
Y por corto espacio somos puestos en la tierra,
para que aprendamos a sobrellevar los rayos del amor;
y estos cuerpos negros y este rostro tostado
son apenas una nube, como una arboleda sombría.
Pues cuando nuestras almas aprendan a sobrellevar el calor,
la nube se disolverá; oiremos su voz
diciendo: ‘Salid de la arboleda, mis muy amados,
y en torno de mi morada dorada, disfrutad como corderos”.
Eso me dijo mi madre, y me besó, y así se lo digo al niñito inglés:
Cuando yo de la nube negra y él de la nube blanca nos libremos,
y disfrutemos como corderos en la morada de Dios,
lo protegeré del calor hasta que pueda tolerarlo
y se apoye jubiloso sobre la rodilla de nuestro padre;
y entonces estaré erguido y palmearé su cabello plateado,
y seré como él, y entonces por él seré amado.

ARGUMENTO

Rintrah ruge y sacude sus fuegos en el aire opresor.
Nubes hambrientas oscilan sobre el abismo.
Ayer sumiso, en el sendero peligroso
El hombre justo tomó su camino a través
Del valle de la muerte.
Donde crecía la espina han plantado las rosas,
Sobre la tierra estéril
Canta la abeja.
Entonces, el sendero peligroso fue plantado de árboles
Y un río y una fuente
Brotaron en cada roca y tumba;
Y sobre los huesos blanqueados
Brotó la roja arcilla.
Hasta que el ruin dejó los fáciles senderos
Para seguir los senderos peligrosos y conducir
El hombre justo a las regiones áridas.
Ahora, la serpiente hipócrita camina
en dulce humildad
y el justo se encoleriza en los desiertos
donde vagan los leones.
Rintrah ruge y sacude sus fuegos en el aire opresor.
Nubes hambrientas oscilan sobre el abismo.
Puesto que ha empezado un nuevo cielo y transcurrido
treinta y tres años desde su advenimiento, el Eterno
Infierno se reanima. Y he aquí que Swedenborg es el
ángel de píe sobre la tumba; sus escritos, los lienzos plegados.
Ahora sobreviene el dominio de Edom y el retorno
de Adán al Paraíso. –Ved Isaías XXXIV y XXXV.
Sin contrarios no hay progreso. Atracción y
repulsión, razón y energía, amor y odio son necesarios a
la existencia humana.
Brota de esos contrarios lo que las religiones llaman
el Bien y el Mal. El Bien es el elemento pasivo sumiso a
la Razón. El Mal es el activo que brota de la energía.
Bien es Cielo. Mal es Infierno.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

LA VOZ DEL DIABLO

Todas las Biblias o códigos sagrados han sido la causa de los errores siguientes:
1.-Que el hombre posee dos principios reales de existencia: un cuerpo y un alma.
2.-Que la Energía, llamada mal, no procede sino del cuerpo; y que la razón, llamada Bien, no procede sino del Alma.
3.-Que Dios atormentará al hombre durante la eternidad por haber seguido sus energías.

Pero los siguientes contrarios son verdaderos:
1.-El hombre no tiene un cuerpo distinto de su alma. Aquello que llamamos cuerpo es una porción de alma percibida por los cinco sentidos, pasajes principales del alma en esta edad.
2.-La Energía es la única vida, y procede del cuerpo; y la Razón es el límite o circunferencia de la energía.
3.-Energía, delicia eterna.

Quienes reprimen su deseo son aquellos cuyo deseo es bastante débil para poder ser reprimido. De este modo, el elemento restrictor o Razón usurpa el lugar del deseo y gobierna al abúlico.
Y una vez reprimido, se vuelve gradualmente pasivo hasta no ser sino la sombra del deseo.
La historia de esto se halla escrita en el Paraíso Perdido, y el Dominador o Razón se llama Mesías.
Y al primitivo Arcángel, capitán de la armada celeste, se llama Demonio o Satán, y sus hijos son
llamados Pecado y Muerte.
Mas en el libro de Job, el Mesías de Milton se llama Satán.
Porque esta historia ha sido adoptada por ambos partidos.
A la Razón le parece que el deseo ha sido expulsado, pero el Demonio calcula que el Mesías cayó y construyó un cielo con lo que robó al Abismo.
Así está revelado en el Evangelio donde vemos rogar al Padre que le envíe el Consolador o Deseo, a fin de que la razón tenga ideas para con ellas construir. –El Jehová de la Biblia no es sino aquel que vive entre llamas.
Sabe que, después de su muerte, Cristo se convirtió en Jehová.
Pero Milton el Padre es destino, el Hijo es la Razón de los cinco sentidos, y el Espíritu Santo es la Nada.

NOTA.-Milton escribió prisionero cuando habló de los Ángeles y de dios y en libertad cuando habló del infierno y de los Demonios porque fue un verdadero poeta y, sin saberlo, del partido de los demonios.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

VISIÓN MEMORABLE

Mientras paseaba entre llamas del infierno, deleitado con los goces del genio que a los ángeles parece tormento y locura, recogí algunos de sus proverbios pensando que, así como los dichos de un pueblo llevan el sello de su carácter, los proverbios del Infierno muestran la naturaleza de la sabiduría infernal mejor que ninguna descripción de edificios o vestiduras.
Cuando volví a mi casa, sobre el abismo de los cinco sentidos, allá donde una doble llanura se desploma sobre el presente mundo, vi un poderoso demonio envuelto en nubes negras, aleteando en las paredes de las rocas; con llamas corrosivas escribió la sentencia siguiente, comprendida por el cerebro de los hombres y leída por ellos en la tierra.
¿No comprendes que cada pájaro que hiende el camino del aire es un mundo inmenso de delicias cerrado para tus cinco sentidos?

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

PROVERBIOS DEL INFIERNO

En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña; en invierno, goza.
Guía tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
El camino del exceso lleva al palacio del saber.
La Prudencia es una vieja solterona, rica y fea, que la Incapacidad corteja.
Quien desea pero no obra, engendra peste.
El gusano perdona al arado que lo corta.
Sumerge en el río a aquel que ama el agua.
El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
Aquél cuyo rostro no irradie luz, jamás será una estrella.
La Eternidad está enamorada de los frutos del tiempo.
La abeja laboriosa no tiene tiempo para el pesar.
Las horas de la locura las mide el reloj, pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.
Todo alimento sano se logra sin red ni cepo.
Usa número, pesa y medida en un año de escasez.
Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas.
Un cuerpo muerto no venga injurias.
Tu acto más sublime es poner al otro delante de ti.
Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.
Locura, capa de la villanía.
Vergüenza, capa del orgullo.
Las prisiones están construidas con piedras de la Ley, los burdeles con ladrillos de la Religión.
El orgullo del pavo real es la gloria de Dios.
Lujuria del chivo, generosidad de Dios.
La ira del león es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
El exceso de pena ríe. El exceso de gozo llora.
El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la ira del mar tempestuoso y la espada destructiva son porciones de eternidad demasiado grandes para el ojo humano.
El zorro condena la trampa, pero no a sí mismo.
El gozo fecunda. El dolor egendra.
Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.
El pájaro, un nido; la araña, una tela; el hombre, la amistad.
El egoísta necio que sonríe y el necio sombrío y ceñudo serán tenidos por sabios y se tomarán por norma.
Lo que hoy es evidente, una vez fue imaginario.
La rata, el ratón, el zorro, el conejo, cuidan de las raíces; el león, el tigre, el caballo, el elefante, de los frutos.
La cisterna contiene, la fuente rebosa.
Un pensamiento llena la inmensidad.
Está siempre pronto a expresar tu opinión y el vil te evitará.
Todo lo creíble es imagen de la verdad.
Nunca perdió más tiempo el águila que cuando escuchó las lecciones del cuervo.
El zorro se provee a sí mismo, pero Dios provee al león.
Medita en la mañana. Obra al mediodía. Come al atardecer. Duerme por la noche.
Quien ha soportado que abuses de él, te conoce.
Como el arado obedece las palabras, Dios recompensa las plegarias.
Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos del saber.
Espera veneno del agua estancada.
Nunca sabrás lo que es suficiente a condición de que sepas lo que es más que suficiente.
¡Escucha el reproche de los necios! ¡Es un título real!
Los ojos de fuego, la nariz de aire, la boca de agua, la barba de tierra.
El débil en valor es fuerte en astucia.
Nunca pregunta el manzano al haya cómo crecer, ni el león al caballo cómo lograr su presa.
El que agradece lo que recibe, da a luz una abundante cosecha.
Si otros no hubiesen sido necios, nosotros lo seríamos.
El alma llena de dulce placer no puede ser profanada.
En un águila ves una porción de genio. ¡Alza la cabeza!
Así como la oruga elige las hojas más hermosas para poner sus huevos, el sacerdote deposita su maldición sobre los mejores goces.
Crear una sola flor es trabajo de siglos.
La maldición vigoriza; la bendición relaja.
El mejor vino es el más viejo, la mejor agua es la más nueva.
Las plegarias no aran; las alabanzas no cosechan.
Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.
La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Pathos; los órganos genitales, la Belleza; los pies y manos, la Proporción.
Como el aire al pájaro o el agua al pez, así el desprecio es al despreciable.
La corneja quisiera que todo fuese negro, y el búho que todo fuese blanco.
Exuberancia es Belleza.
El león sería astuto si tomara consejo del zorro.
El progreso traza los caminos derechos; pero los caminos tortuosos, sin progreso, son los caminos del genio.
Antes asesina a un niño en su cuna que nutras deseos que no ejecutes.
Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.
Nunca puede ser dicha la verdad de manera que pueda ser comprendida sin ser creída.
¡Suficiente! o Demasiado.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

VISIÓN MEMORABLE

Los profetas Isaías y Ezequiel comían conmigo. Yo les pregunté cómo se atrevían a afirmar tan libremente que Dios hablaba con ellos. ¿No habían pensado que, al afirmarlo, corrían el riego de ser incomprendidos y de prestar apoyo a la impostura?
Isaías respondió: « No he visto ni oído Dios alguno por medio de una percepción orgánica limitada, pero mis sentidos descubrían el infinito en cada cosa, y, desde entonces, estoy convencido y persuadido de que la voz de la indignación sincera es la voz de Dios. No pensé en
las consecuencias y escribí.»
Entonces pregunté: «Para que una cosa exista ¿basta la firme convicción?»
Respondió: «todos los poetas lo creen. Y, en una época imaginativa, esta convicción mueve montañas; mas pocos son capaces de una convicción firme de algo.»
Ezequiel dijo: «La filosofía de oriente enseña los principios iniciales de la percepción humana; unas naciones tienen origen en un principio, otras, en otro. Los de Israel enseñamos que el genio poético –como lo llamáis – es el principio inicial, y derivados todos los demás, de aquí nuestro desprecio a los sacerdotes y filósofos de otros países. Por ello profetizamos que todos los dioses tributarios del genio poético, encontrarían en nosotros de su origen, como ha sido probado. Esto fue lo que nuestro gran poeta el rey David deseaba con tanto fervor e invocaba de manera patética diciendo que a ello debía la conquista de sus enemigos y el gobierno de sus reinos. Nosotros amamos a nuestro Dios hasta el punto de maldecir, en su nombre, a las deidades de las naciones que nos circundan y que declaramos rebeldes. Por esto, el espíritu vulgar piensa que todas las naciones serán, al fin, sometidas a los judíos.»
Y añadió: «esto, como todas las convicciones firmes, está llamado a realizarse, ya que todas las naciones reconocen el código judío y veneran al Dios de los judíos ¿cabe mayor servidumbre?
Yo escuché todo esto con estupor y hube de confesar mi convicción.
Después de comer, pedí a Isaías que favoreciera al mundo revelando sus obras perdidas. Me dijo que ningún libro suyo de valor se había perdido. Y Ezequiel dijo otro tanto de los suyos.
También pregunte a Isaías qué le impulso a vagar desnudo de pies durante tres años. Respondió: « lo mismo que impulso a nuestro amigo Diógenes el Griego.»
Y pregunté a Ezequiel por qué comió excremento y permaneció tanto tiempo yaciendo sobre su costado derecho o izquierdo. Respondió: «El deseo de elevar a los demás hasta la percepción del infinito.»
Las tribus de América del Norte tiene prácticas semejantes ¿es honrado aquel que resiste a su genio o a su conciencia sólo por el bienestar y satisfacción temporal? La Antigua tradición, según la cual el mundo será consumido por el fuego al cabo de seis mil años, es verdadera, lo supe en el Infierno.
Porque el ángel con su espada de fuego recibirá orden de abandonar su guardia cerca del Árbol de la vida, y, en cuanto lo haga, la creación entera será consumida y todo aquello que ahora nos parece finito y corrompido aparecerá infinito y puro.
Ante todo, la noción de que el hombre tiene un cuerpo distinto de su alma, será abolida, esto lo haré imprimiendo según el método infernal de corrosivos que en el Infierno son saludables y medicinales, haciendo desaparecer las superficies aparentes y descubriendo el infinito que tenían oculto.
Si las ventanas de la percepción estuviesen limpias, cada cosa parecería al hombre como es, infinita.
Pero el hombre se ha recluido hasta no ver las cosas sino a través de las aberturas de su caverna.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

VISIÓN MEMORABLE

Me hallaba en una imprenta, en el Infierno, y vi el método por el cual se trasmite el conocimiento de generación en generación.
En la primera cámara había un Dragón-hombre, barriendo los despojos a la boca de una caverna; en el interior, multitud de dragones ahondaban la caverna. En la segunda cámara había una serpiente enredada en torno a la roca y la caverna, y otras adornándola con plata, oro y piedras preciosas.
En la tercera cámara, un águila de alas y plumas de aire; y el águila hacía el interior de la caverna infinito; y a mí alrededor, un gran número de Águilas Semejantes a hombres edificaban palacios sobre rocas enormes.
En la cuarta cámara, leones de ardientes llamas se paseaban furiosos y fundían los metales en fluidos vivientes.
En la quinta cámara, formas sin nombres arrojaban al espacio los metales. Estos metales eran recibidos por nombres en la sexta cámara y tomaban forma de libros y eran colocados en bibliotecas.

Los gigantes que llevaron este mundo a su existencia sensible y que parecen ahora vivir encadenados son, en verdad, los principios de su vida y las fuentes de su actividad. Pero las cadenas son la astucia de los espíritus débiles y sumisos que tiene poder para resistir la energía.
Lo dice el proverbio: el débil en valor es fuerte en astucia. De este modo, el Prolífico es una porción del ser; otra, el Devorador. El Devorador cree tener encadenado al Prolífico; mas no es así: sólo tiene porciones de existencia y se imagina tenerlo todo.
Mas el Prolífico dejaría de serlo si el Devorador, como un mar, no absorbiera el exceso de sus goces. Algunos dirán: ¿No es Dios el único Prolífico?

Yo digo: Dios no existe ni obra sino en los seres existentes, en los hombres.
Estas dos clases de hombres existen en la tierra y serán siempre enemigos; cualquiera que intente conciliarlos destruirá su existencia.
La Religión es un esfuerzo para conciliarlos.

NOTA.- Jesucristo no quiso unirlos sino separarlos, como en la parábola de las ovejas y las cabras. Jesucristo dijo: No vine a traer la paz sino la espada. Mesías o Satán o tentador, era considerados como uno de los antediluvianos, es decir, como una de nuestras Energías.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

VISIÓN MEMORABLE

Un ángel vino a mí y dijo: «¡OH, joven necio, digno de lástima! ¡Horrible, espantable estado el tuyo! Piensa en el calabozo abrasador que te preparas por toda la eternidad y a donde te lleva el camino que sigues».
Yo dije: Tal vez podrías mostrarme mi lugar eterno. Juntos lo contemplaremos hasta ver qué sitio es más deseable: el tuyo o el mío».
Entonces me llevó a través de un establo, a través de una iglesia y, después, hacía abajo, a la cripta de la iglesia cuyo extremo había un molino. Entramos al molino y llegamos a una caverna. A tientas seguimos nuestro tedioso trayecto, bajo la tempestuosa caverna hasta llegar a un espacio vacío que apareció sobre nosotros como un cielo; agarrándonos a las raíces de los árboles logramos colgarnos dominando esta inmensidad.
Entonces dije: «Si quieres, nos abandonaremos a este vació para ver si también en él está la Providencia. Si tú no quieres, yo sí quiero.»
Mas él respondió: «Joven presuntuoso. ¿No té basta contemplar tu lugar estando aquí? Cuando cese la obscuridad, aparecerá.»
Permanecí entonces, cerca del Ángel, sentado en los enlaces de las raíces de un roble, y el Ángel quedó suspendido en un hongo que colgaba su cabeza sobre el abismo. Poco a poco, la profundidad infinita tornóse distinta, rojiza como el humo de una ciudad incendiada. Sobre nosotros, a una distancia inmensa, el sol negro y brillante. En torno al sol, huellas de fuego; y sobre las hullas caminaban arañas enormes, arrastrándose hacía sus víctimas que volaban o, más bien, nadaban en la profundidad infinita, en forma de animales horribles, salidos de la corrupción; y el espacio estaba lleno y parecía por ellos formado. Son los demonios, llamados Potencias del aire..
Pregunte a mi compañero cuál era mi lugar eterno. Y dijo: «entre las arañas negras y blancas».
Pero en ese momento, entre arañas negras y blancas una nube de fuego estalló rodando a través del abismo, ennegreciendo todo lo que se encontraba bajo ella al punto que el abismo inferior quedó negro como un mar y se estremeció con un ruido espantoso.
Nada se podía ver sobre nosotros sino una negra tempestad hasta que, mirando hacia Oriente, entre las nubes y las olas, vimos una cascada en medio de sangre y fuego y, distante de nosotros sólo unos tiros de piedra, apareció nuevamente el repliegue escamoso de una serpiente monstruosa. Por último, hacía el Oriente, cerca de tres grados distantes apareció, sobre las olas, una cresta inflamada; se elevó lentamente como una cima rocosa, y vimos dos globos de fuego carmesí, y el mar se escapaba de ellos en nubes de humo. Comprendimos que aquello era la cabeza de Leviatán: la frente surcada de estrías de color verde y púrpura como las de la frente del tigre; de pronto, vimos sus fauces, y sus branquias rojas teniendo el negro abismo con rayos de sangre, avanzando hacia nosotros con la fuerza de una existencia espiritual.
El Ángel mi amigo escaló su sitio en el molino. Quedé solo. La aparición dejo de serlo. Y me encontré sentado en una deliciosa terraza, al borde de un río, al claro de luna, oyendo cantar a un arpista que se Acompañaba con su instrumento. Y el tema de su canción era: «El hombre que no cambia de opinión es como el agua estancada: engendra los reptiles del espíritu.»
Enseguida me puse en pie y partí en busca del molino adonde encontré a mi Ángel que, sorprendido, me preguntó cómo había logrado escapar.
Respondí: «Todo lo que vimos procedía de tu metafísica; después de tu fuga, me hallé en una terraza oyendo a un arpista, al claro de luna. Mas ahora que hemos visto mi lugar eterno ¿puedo enseñarte el tuyo?»
Mi proposición le hizo reír; más yo, de pronto, le estreché en mis brazos y volé a través de la noche de Occidente y, así, nos elevamos por sobre la sombra de la tierra; con él, me lancé al vacío, entre Saturno y las estrellas fijas.
Le dije: «He aquí tu lugar en este espacio, si así puede llamarse.»
Súbitamente, vimos el establo y la iglesia y lo llevé al altar y abrí la Biblia, y he aquí un pozo profundo al que descendía llevando al Ángel delante de mí. De pronto, vimos siete casas de ladrillo y entramos a una. Había en ella un gran número de monos, cinocéfalos y otros de todas clases encadenados por la mitad de su cuerpo, gesticulando y estrechándose unos contra otros, mas impedidos por lo corto de sus cadenas. Sin embargo, me pareció que su número aumentaba, que el fuerte devoraba al débil y que, gesticulando siempre, se agrupaban para devorarse entre sí, arrancando un miembro primero y después otro, hasta que no quedaba sino un miserable tronco que besaban haciendo muecas de ternura para devorarlo al fin. Y aquí y allá, vi a algunos saboreando la carne de su propia cola. El mal olor nos incomodaba horriblemente. Entramos al molino. Mi mano atrajo el esqueleto de un cuerpo que fue, en el molino, los Analíticos de Aristóteles.
El Ángel me dijo: Tu fantasía se ha impuesto a mí, esto, debería ruborizarte.
Respondí: Cada uno impone al otro su fantasía, y es tiempo perdido conversar contigo que nos has producido sino Analíticos.

Siempre me ha parecido que los Ángeles tienen la vanidad de hablar de sí mismos como si sólo ellos fueran sabios; lo hacen con una confianza insolente que nace del razonamiento sistemático.
Así Swedenborg se envanece de que cuanto escribe es nuevo, aunque sólo es un índice o un catálogo de libros publicados antes.
Un hombre llevaba un mono a una fiesta y porque era un poco más sabio que el mono se infló de vanidad y se considero más sabio que siete hombre.
Así es en el caso de Swedenborg que muestra la locura de las iglesias y quita la máscara a los hipócritas e imagina que todos los hombres son religiosos y que él es el único hombre en la tierra que rompió las mallas de la red.
Ahora, oíd el hecho tal como es: Swedenborg no ha escrito una sola verdad nueva.
Ahora oíd otro hecho: ha escrito todas las falsedades antiguas.
Y, ahora, oíd la causa: conversaba con los ángeles que son, todos, religiosos, y no conversaba con los demonios que odian la religión, porque sus prejuicios lo hacían incapaz.
Así es que las obras de Swedenborg son una recapitulación de todas las opiniones superficiales, y un análisis de las más sublimes, nada He aquí otro hecho: cualquier hombre de talento mecánico puede extraer de las obras de Paracelso o de Jacob Behmen diez mil volúmenes de igual valor que los de Swedenborg, y un número infinito de libros de Dante o Shakespeare.
Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda saber más que su maestro porque sólo sostiene una bujía en pleno sol.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

VISIÓN MEMORABLE

Un día, en una llama de fuego vi aparecer un demonio ante un Ángel sentado en una nube, El demonio dijo estas palabras:
«El culto de Dios consiste en honrar sus dones en los hombres según su genio, dando a las más grandes más amor. Aquellos que calumnian a los grandes hombres odian a Dios, porque no hay otro Dios que ellos».
Al oír esto, el Ángel se puso azul, mas, conteniéndose, se puso amarillo y después blanco rosa y, sonriendo, repuso: «Idólatra ¿Dios no es uno? ¿No está visible en Jesucristo? Y, Jesucristo ¿no ha autorizado la ley de los diez mandamientos? ¿No son los demás hombres, necios pecadores, nada?»
El Demonio respondió: «Tritura al necio en el molino con el trigo, luego no podrás separar del trigo su necesidad. Si Jesucristo es el más grande de los hombres, tendrás que amarlo con el amor más grande. Ahora, oye de qué manera ha autorizado la ley de los diez mandamientos: ¿no se burló del Sábado, del Sábado de Dios? ¿No dio muerte a aquellos que por él murieron? ¿No torció la ley para con la mujer adúltera? ¿No robó el trabajo de aquellos que lo mantenían? ¿No toleró el falso testimonio rehusando defenderse ante Pilatos? ¿No codició cuando pidió por
sus discípulos y cuando les incitó a sacudir el polvo de sus píes contra lo que rehusaran darles albergue?»
Yo te digo: ninguna virtud que no rompa estos diez mandamientos puede existir. Jesucristo era todo virtud y obraba por impulsos y no por reglas.
Cuando hubo hablado, miré al Ángel que alargó los brazos, abrazó la llama, fue consumido y apareció como Elías.

NOTA.- Este Ángel vuelto demonio, es mi amigo íntimo: juntos leemos la Biblia en su sentido infernal o diabólico que el mundo conocerá si se conduce bien. También tengo la Biblia del Infierno que el mundo tendrá quiéralo o no.
Una misma ley para el León y el Buey es Opresión.

Del libro El matrimonio del cielo y el infierno

VISIONES DE LAS HIJAS DE ALBIÓN

El ojo ve más que lo que el corazón conoce

ARGUMENTO

Yo amaba a Theotormon,
Yo amaba sin vergüenza;
virgen y temblorosa,
corrí al valle de Leutha .

Cogí la flor de Leutha,
me levanté en el valle;
grandes truenos rasgaron
mi manto de doncella .

VISIONES

Cautivas, las hijas de Albión lloraban; una trémula queja se oía en sus montañas ; en sus valles, se exhalaban suspiros hacia América.
Porque la dulce alma de América, Oothoon, vagaba angustiada por los valles de Leutha, buscando flores que la consolaran, y habló así a la brillante caléndula del valle de Leutha:

“¿Eres una flor? ¿Eres una ninfa? Ora te veo como una flor, ora como una ninfa! ¡ No me atrevo a arrancarte de tu lecho de rocío !”

La dorada ninfa contestó : “Coge mi flor, ¡oh suave Oothoon! Otra flor se abrirá, porque el alma de la dulce alegría nunca muere.” Calló y cerró su relicario de oro.

Entonces Oothoon cogió la flor y dijo : “Te arranco de tu lecho, dulce flor, y te pongo aquí, para que brilles entre mis senos, y así vuelvo mi rostro hacia lo que mi alma entera busca.”
Se elevó por encima de las olas, presa de una rauda y exultante delicia, y dirigió su impetuoso vuelo sobre el reino de Theotormon.

Bromion la desgarró con sus truenos. En su tempestuoso lecho yacía la desfallecida virgen, y pronto su dolor asustó a los roncos truenos.
Bromion habló así : “Contemplad a esa prostituta, aquí, en el lecho de Bromion . . .
¡Dejad que los alegres delfines rodeen a la encantadora doncella! Mías son las dulces llanuras de América y tu norte y tu sur; los atezados hijos del sol llevan mi sello; son obedientes, han depuesto su resistencia; se someten al látigo.
Sus hijos adoran a los terrores y obedecen a los violentos.
Ahora puedes casarte con la prostituta de Bromion y proteger al hijo de la rabia de Bromion que Oothoon dará a luz dentro de nueve lunas.”

Entonces las tempestades desgarraron los miembros ele Theotormon, quien agitó sus olas y cubrió con sus negras y celosas aguas a la adúltera pareja. Encadenados espalda con espalda, la dulzura y el espanto moran en las cavernas de Bromion .

Sentado a la entrada, Theotormon desgasta el duro umbral con sus lágrimas secretas; debajo de él como las olas en una playa desierta, se oye la voz de los esclavos bajo el sol, los niños comprados con dinero, que tiemblan en las cavernas de la religión bajo los fuegos de la lujuria que las cimas de la tierra vomitan constantemente.

Oothoon no llora, no puede llorar, sus lágrimas están encerradas.
Pero puede lanzar incesantes aullidos, retorcer sus blancos miembros y llamar a las águilas de Theotormon para que hagan presa en su carne.

“¡Llamo con una voz sagrada! Reyes del resonante aire, desgarrad este mancillado seno para que pueda reflejar la imagen de Theotormon en mi puro y transparente pecho.”

A su llamada, las águilas descienden y desgarran a su ensangrentada presa.
Theotonnon onríe, severo. El alma de Oothoon refleja la sonrisa, como el claro manantial, enturbiado por los pies de las bestias, se vuelve cristalino y sonríe.

Las hijas de Albión oyen sus quejas y, como un eco, repiten sus suspiros.

“¿Por qué mí Theotormon llora sentado en el umbral,
mientras Oothoon revolotea en tomo a él y trata, en vano, de persuadirlo ?
Grito: ¡Levántate, oh Theotormon ! El perro de la aldea ladra a la aurora, el ruiseñor ha cesado de lamentarse la alondra se levanta zumbando de los trigales maduros y el águila regresa
de su caza nocturna y alza su dorado pico hacia el puro oriente sacudiendo el polvo de sus inmortales alas para despertar al sol que duerme demasiado. ¡Levántate, Theotormon ! Yo soy pura,
porque la noche que me encerraba en su mortal negrura ha terminado.
Me han dicho que el día y la noche era todo lo que podía ver; me han dicho que tenía cinco sentidos para ser encerrada en ellos,
y han confundido mi infinito cerebro en un círculo estrecho, y han sumido mi corazón en el abismo, rojo globo ardiente, hasta separarse y borrarse completamente de la vida.
En vez de la mañana, se levanta una brillante sombra semejante a un ojo
en la nube del oriente; en vez de la noche hay un nauseabundo osario,
¡y Theotormon no me oye! Para él, la noche y la mañana
son lo mismo; noche de suspiros, mañana de frescas lágrimas, y sólo Bromion puede oír mis lamentos.
“¿Con qué sentido el polluelo evita al rapaz halcón?
¿Con qué sentido la paloma doméstica mide el espacio?
¿Con qué sentido la abeja construye sus celdas? ¿El ratón y la rana, no tienen ojos y oídos y el sentido del tacto. Sin embargo, sus viviendas
y sus ocupaciones son tan diferentes como sus formas y sus alegrías.
Preguntad al onagro por qué rehusa la carga y al pacífico camello
por qué ama al hombre. ¿Débese ello a sus bocas, ojos, boca, piel
u ollares? No, porque de todo eso tienen el león y el tigre.
Preguntad al ciego gusano los secretos de la tumba y por qué sus espirales
se complacen en enroscar e en los huesos de los muertos ; y
preguntad a la voraz serpiente
dónde obtiene su veneno, y al águila por qué ama al sol,
y luego decidme los pensamientos del hombre, ocultos desde
los antiguos tiempos.

“En silencio revoloteo toda la noche, y pod ría permanecer silenciosa todo el día
si Theotormon volviese una vez sus amados ojos hacia mí.
¿Cómo puedo ser mancillada cuando reflejo tu pura imagen?
El fruto donde se nutre el gusano es más dulce, y más tierna
el alma presa del dolor,
al igual que el cordero recién lavado y teñido por el humo de
la aldea, y el cisne en el que brilla
la tierra roja de nuestro inmortal río. Baño mis alas,
y soy blanca y pura para revolotear alrededor del seno de Theotormon.”
Entonces Theotormon, rompiendo el silencio, contestó:
“Decidme qué son la noche o el día para que uno esté sumido en el dolor.
Decidme qué es un pensamiento o de qué substancia está hecho.
Decidme qué es una alegría y en qué jardín crece.
¿En qué río nadan las penas, sobre qué montañas
oscilan las sombras del descontento y en qué casas moran los
desventurados,
ebrios de olvidadas penas y encerrados lejos de la fría
desesperación?
Decidme dónde viven los olvidados pensamientos hasta que
son llamados de nuevo.
Decidme dónde viven las alegrías de antaño, los antiguos amores,
y cuándo se renovarán, tras la noche del olvido,
para que yo pueda atravesar el tiempo y los remotos espacios
y traer
consuelo a la pena presente y a la noche dolorosa.
¿A dónde vas, pensamiento? ¿Hacia qué lejano país vuelas?
Si regresas al actual momento de aflicción,
¿llevarás el consuelo sobre tus alas, con el rocío, la miel y el
bálsamo,
o bien el veneno de los salvajes desiertos que proviene de los
ojos del envidioso?”

Entonces Bromion habló, y sus lamentos hicieron temblar la
caverna:

‘”Tú sabes que los antiguos árboles que tus ojos vieron tienen
frutos,
¿pero sabes que los árboles y los frutos florecen sobre la tierra
para dar satisfacción a ignorados sentidos? Árboles, bestias y
pájaros desconocidos,
desconocidos mas no invisibles, esparcidos en el infinito
microscopio,
en lugares que ningún viajero ha visitado y en mundos
situados más allá de otra clase de mares y en climas desconocidos…
¡Ah! ¿ Existen otras guerras además de las guerras de la espada y el fuego?
¿Y hay otras penas además de las penas de la pobreza?
¿Y hay otras alegrías además de las alegrías de la riqueza y del bienestar?
¿Y no hay una misma ley para el león y el buey?
¿Y no hay fuego eterno y cadenas eternas
para sujetar a los fantasmas de la existencia lejos de la vida
eterna?”

Entonces Oothoon esperó durante todo el día y toda la noche,
pero cuando se levantó la mañana prosiguió en sus lamentaciones.
Las hijas de Albión escuchan sus infortunios y, como un eco,
repiten sus suspiros.

“¡Oh Urizen! ¡Creador de los hombres! ¡Engañado demonio
del cielo!
Tus alegrías son lágrimas, tus esfuerzos para formar a los
hombres a semejanza tuya han sido vanos.
¿Cómo puede una alegría absorber a otra? ¿Las diferentes
alegrías
no son sagradas, eternas e infinitas? Cada alegría es un amor.

¿No ríe la gran boca ante un don y los estrechos párpados
no se burlan
de una tarea que está más allá de todo pago? ¿Tomarás al mono
por consejero o al perro por maestro de escuela de tus hijos?
¿Aquél que desdeña la pobreza y aquél que se aparta con horror
de la usura sienten la misma pasión o se emocionan del mismo modo?
¿Cómo puede e hombre generoso de sus dones experimentar
las delicias del mercader
y el industrioso ciudadano comprender el dolor de los
campesinos?
¡Cuán diferente es el mercenario bien alimentado que, al son
de vacío tambor,
compra campos enteros de trigo y los convierte en desierto y
canta en el páramo!
¡Cuán diferntes son sus ojos y sus oídos! ¡Cuán diferente es
el mundo para éstos!

¿Con qué sentido reclama el sacerdote el trabajo del labriego?
¿Qué son sus redes, sus lazos y sus trampas? ¿Cómo se rodea
de frías olas de abstracción y de bosques de soledad
para construirse castillos y altas espiras donde reyes
y sacerdotes puedan morar,
hasta que la doncella de juventud ardiente y cuya suerte
no se ha fijado, es amarrada
por los hechizos de la ley a alguien que detesta? ¿Debe
arrastrar la cadena
ele la vida en una tediosa lujuria? ¿Es preciso que glaciales
y asesinos pensamientos obscurezcan
el claro celo de su eterna primavera para que ella soporte la
furia invernal

de un áspero terror, empujada hacia la locura, obligada a sostener un yugo
sobre sus temblorosos hombros, día y noche,
hacer girar la noria del falso deseo y de anhelos que
despiertan sus entrañas
para el aborrecido nacimiento de querubines de forma humana
cuya vida es una pestilencia, la muerte un meteoro, y que
ya no existen;
hasta que el niño viva con alguien a quien detesta, haga las
cosas que aborrece
y el látigo impuro obligue a su simiente a un nacimiento
prematuro antes de que sus párpados puedan contemplar
las flechas del día?

“‘¿Adora la ba llena las huellas de tus pasos como el hambriento perro ?
OIfatea la presa de las montañas porque sus anchos ollares
aspiran el océano? ¿Pueden sus ojos distinguir las huidizas nubes
con los ojos del cuervo? ¿Puede medir el espacio como
el buitre?
¿La i nmóvil araña examina los riscos donde las águilas
ocultan a sus crías,
o bien la mosca se alegra porque la cosecha es recogida?
No desprecia el águila a la tierra y no desdeña las riquezas
que están sepultadas?
Pero el topo sabe lo que hay allí y el gusano te lo dirá.
No elevará el gusano una columna en el cementerio que
se desmorona
y un palacio de eternidad en las mandíbulas de la hambrienta tumba?
Sobre su pórtico se han escrito estas palabras: ¡Toma tu
felicidad, oh Hombre!
Dulce te será, como las renovadas alegrías de tu infancia.

“¡Infancia! Sin miedo, llena de deseos, feliz y anidando
en los regazos del placer. ¡Pacencia! Honrada, abierta,
buscando
las vigorosas alegrías de la luz de la mañana, abierta
a la dicha virginal.
¿Quién te enseñó la modestia, la sutil modestia, hija de la noche y del sueño?
Al despertar, ¿ocultarás todas tus alegrías secretas
o no estabas despierta cuando todo este misterio fue revelado?
Entonces tú avanzas, virgen modesta, hábil en disimulo,
con redes halladas bajo tu almohada y destinadas a capturar la virginal alegría,
a la cual das el nombre de ramera y vendes por la noche,
en silencio, sin un susurro y fingiendo dormir.
Sueños religiosos y vísperas san tas encienden tu s humeantes hogueras :
otrora, tus llamas fueron prendidas por los ojos de la
honrada mañana.
¿Y busca mi Theotormon esta modestia hipócrita, artera,
secreta, temerosa, prudente y trémula?
Así, Oothoon es verdaderamente una ramera y todas las
virginales alegrías
de la vida son prostitutas, y Theotormon es el sueño de un
enfermo,
y Oothoon es la taimada esclava de la santidad egoísta.

“Pero Oothoon no es eso, sino una doncella llena de
virginales fantasías,
abierta a la alegría y al placer dondequiera la belleza aparece.
Si la encuentro bajo el sol de la mañana, mis ojos se fijan
en ella
en una cópula feliz; si es en la dulzura del atardecer, fatigado
por el trabajo,
me siento en una ribera y gozo de los placeres de esta alegría
nacida en libertad .
“¡El momento del deseo! ¡El momento del deseo! La virgen
que languidece por un hombre sentirá despertar sus entrañas
a enormes alegrías
dent ro de la sombra secreta de su estancia. El joven excluido
de la alegría sensual olvidará engendrar y creará una imagen
de amor
en las sombras de sus cortinas y en los pliegues de su
silenciosa almohada.
¿No son éstos los lugares de la religión, las recompensas
de la continencia,
los goces de la negación personal? ¿Por qué buscas la religión?
¿Es debido a que los actos carecen de belleza que buscas la soledad
donde las horribles tinieblas reciben los reflejos del deseo?

“¡Padre de los Cielos, maldito seas en la tierra!
¿ Por qué has enseñado a mi Theotormon esta cosa nefasta?
A causa de ello la belleza se desvanece lentamente de mis
hombros, oscurecida y rechazada,
como una solitaria sombra que se lamenta a orillas del no ser.
“Grito : ¡Amor ! ¡Amor ! ¡Amor ! ¡Feliz, dichoso amor, libre
como el viento de la montaña!
¿ Puede ser Amor lo que absorbe a otro como la esponja
absorbe el agua,
lo que anubla con celos las noches del otro y con lágrimas todos los días,
hilando una tela de araña de vejez a su alrededor, gris y cana,
oscura,
hasta que sus ojos no ven el f ruto que cuelga ante él?
Tal es el amor egoísta que siente envidia de todo, un rampante esqueleto
con ojos como lámparas que atisban el helado lecho nupcial.

“Pero Oothoon tenderá sus redes de seda y sus trampas de diamante
y cazará para ti doncellas de suave plata o de oro furioso.
Yo permaneceré acostada a tu lado sobre la hierba y veré
su lascivo retozar,
en una deleitosa cópula, delicia sobre delicia, con Teotormon.
Roja como la alegre mañana, ardiente como el primer rayo de luz,
Oothoon verá su preciosa alegría, sin que ninguna nube de celos
se forme en el cielo del amor generoso, ni lleve a él plagas egoístas.

“¿Camina el sol, vestido de esplendor, sobre el secreto piso
donde el frío avaro esparce su oro, o bien la brillante nube cae
sabre su umbral de piedra? ¿Su ojo ve el rayo que hace abrir
el ojo de la piedad, o bien irá a uncirse al yugo,
junto al buey, sobre tu duro surco? ¿Ese dulce rayo no
suprime
al murciélago, el búho, el reluciente tigre y el rey de la noche?
El ave marina toma la ráfaga invernal como una cobija
para sus miembros
y la feroz serpiente aprovecha la pestilencia para adornarse
con ella como si fuera gemas y oro;
y los árboles y los pájaros y las bestias y los hombres
contemplan su eterna alegría.
¡Levantaos, pequeñas alas resplandecientes, y cantand vuestra
infantil alegría!
¡Levantaos, bebed vuestra felicidad, porque todo lo que vive
es sagrado!”

Así, cada mañana se lamenta Oothoon; pero Teotormon,
sentado
a orillas del Océano, conversa con horrendas sombras.

Las Hijas de Albión oyen sus infortunios y, como un eco, repiten sus suspiros.

(Traducción de Agustí BARTRA)
Del libro. Visiones de las hijas de Albión (1793)

LA ESENCIA HUMANA

No existiría la piedad
si no hiciéramos a alguien pobre;
y la Misericordia no tendría lugar
si todos fuesen tan felices como nosotros.

El miedo compartido trae la paz
hasta que los amores egoístas aumentan.
Entonces la crueldad urde una trampa
y siembra con cuidado sus cebos.

Se sienta con sagrados temores
y riega la tierra con lágrimas;
la humildad echa entonces raíces
bajo sus plantas.

No tarda en extender la lúgubre sombra
del misterio sobre su cabeza;
y la oruga y la mosca
se alimentan de misterio.

Luego crece del árbol el fruto del engaño,
rojizo y dulce al paladar,
y el cuervo teje su nido
en su más espesa somBra.

Los dioses de la tierra y el mar
escrutaron la naturaleza para hallar este árbol,
pero vana resultó la búsqueda:
crece uno en cada cerebro humano.

Del libro: Cantos de experiencia

LEMA DE THEL

¿Sabe el Águila lo que hay en la fosa,
o quieres ir a preguntárselo al Topo?
¿Puede contenerse la Sabiduría en una vara de plata,
o el amor en un cuenco dorado?

De El libro de Thel (Libros proféticos I)
Traducción Bernardo Santano

EL LIBRO DE THEL – I

Las hijas de Mne. Seraphim apacentaban sus soleados rebaños;
todas menos la más joven. Ella en palidez buscaba el aire secreto,
para desvanecerse como la belleza de la mañana de su día mortal.
Abajo, junto al río de Adona, se oye su suave voz,
y así su dulce lamento cae como el rocío de la mañana.

«¡Oh, vida de este manantial nuestro! ¿Por qué se marchita el loto del agua?
¿Por qué se marchitan estos retoños del manantial, nacidos para sonreír y caer?
¡Ah! Thel es como un arcoíris, y como una nube que se va,
como el reflejo en un cristal, como sombras en el agua,
como sueños infantiles, como la sonrisa en el rostro de un niño,
como el gorjeo de una tórtola, como un día fugaz, como música en el aire.
¡Ah! Que pueda yo yacer dulcemente y dulcemente descanse mi cabeza,
y dulcemente duerma el sueño de la muerte, y dócilmente oiga la voz
de aquel que camina por el jardín del atardecer.»

La Azucena del Valle, respirando en la humilde hierba,
respondió a la adorable doncella y le dijo: «Soy una hierba de agua,
y soy muy pequeña y me encanta habitar en los hondos valles;
tan frágil que la dorada mariposa apenas se posa sobre mi cabeza;
mas soy visitada desde el cielo, y aquel que sonríe sobre todo
camina por el valle, y cada mañana despliega su mano sobre mí
diciendo: “Alégrate, humilde hierba; tú, azucena recién nacida;
tú, dulce doncella de valles silenciosos y de modestos arroyos,
pues serás ataviada de luz y alimentada con el maná de la mañana,
hasta que el calor estivo te derrita junto a las fuentes y los manantiales
para florecer en valles eternos”. Luego ¿por qué Thel habría de quejarse?
¿Por qué debería la dama de los valles de Har exhalar un suspiro?»
Se calló y sonrió entre lágrimas, y luego se sentó en su argéntea capilla.

Thel respondió: «Oh tú, pequeña virgen del plácido valle,
que das a los que no pueden implorar, a los sin voz, a los abrasados;
tu aliento nutre al inocente cordero, que huele tus lechosos ropajes,
cosecha tus flores mientras permaneces sonriendo ante su rostro.

DE EL LIBRO DE THEL (LIBROS PROFÉTICOS I)
Traducción Bernardo Santano

MILTON: POEMA EN DOS LIBROS PREFACIO

Los Engañosos y Pervertidos Escritos de Homero y Virgilio, de Platón y Cicerón, que todos los Hombres debieran desdeñar, están artificiosamente construidos contra lo Sublime de la Biblia; pero cuando la Nueva Edad tenga a bien Pronunciarse, todo se enmendará, y esas Grandes Obras de los Hombres más antiguos y conscientes, y decididamente Inspirados, ostentarán el rango que les corresponde, y las Hijas de la Memoria se convertirán en las Hijas de la Inspiración. Tanto Shakespeare como Milton padecieron las restricciones del mal general y de la infección de los necios Griegos y Latinos, esclavos de la Espada.
¡Despertad, oh, Jóvenes de la Nueva Edad! ¡Oponed vuestra frente a los ignorantes Asalariados! Pues tenemos Asalariados en el Campo, la Corte y la Universidad, los cuales, si pudieran, reprimirían para siempre la Guerra Mental y prolongarían la Corpórea. ¡Pintores! ¡A vosotros apelo! ¡Escultores! ¡Arquitectos! No permitáis que los Necios de moda repriman vuestros poderes con el valor que pretenden otorgar a obras deleznables o con los jactanciosos y costosos anuncios que hacen de tales obras. Creed a Cristo y a sus Apóstoles cuando dicen que hay una Clase de Hombres que halla su único deleite en la Destrucción. No deseamos Modelos Griegos ni Romanos si tan sólo somos justos y fieles a nuestras propias Imaginaciones, esos Mundos de Eternidad en los que hemos de vivir para siempre, en Jesús nuestro Señor.¿Y caminaron esos pies antaño
por las verdes montañas de Inglaterra,
y al Cordero de Dios santificado
se vio en los gratos pastos de Inglaterra?

¿Y el Divino Semblante destelló
cubriendo nuestros montes tan nublosos?
¿Y aquí se construyó Jerusalén
entre estos Satánicos Molinos tenebrosos?

Traedme mi Arco de oro ardiente.
Traedme mis Flechas de deseo.
Traedme mi Lanza: ¡Oh, nubes, desplegaos!
¡Traedme mi Carro de fuego!

Milton: Poema en dos libros (1804) En Libros proféticos II
Traducción Bernardo Santano

EL PAÍS DE LOS SUEÑOS

¡Despierta, despierta, mi pequeño!
Tú eras la única alegría de tu madre;
¿Por qué lloras en tu sueño tranquilo?
¡Despierta! Tu padre te protege.

‘Oh, ¿que tierra es la Tierra de los Sueños?
¿Cuáles son sus montañas, y cuáles sus ríos?
¡Oh padre! Allí vi a mi madre,
Entre los lirios junto a las bellas aguas.

‘Entre los corderos, vestida de blanco,
Caminaba con su Thomas en dulce deleite.
Lloré de alegría, como una paloma me lamento;
¡Oh! ¿Cuándo volveré allí?

Querido hijo, también yo junto a ríos placenteros
He caminado la noche entera en la Tierra de los Sueños;
Pero por serenas y cálidas que fuesen las anchas aguas,
No pude llegar hasta la otra orilla.

‘¡Padre, oh padre! ¿Qué hacemos aquí
En esta tierra de incredulidad y temor?
La Tierra de los Sueños es mucho mejor, allá lejos,
Por sobre la luz del lucero del alba’.

LA NOCHE

Desciende el sol por el oeste,
brilla el lucero vespertino;
los pájaros están callados en sus nidos,
y yo debo buscar el mío.
La luna, como una flor
en el alto arco del cielo,
con deleite silencioso,
se instala y sonríe en la noche.
Adiós, campos verdes y arboledas dichosas
donde los rebaños hallaron su deleite.
Donde los corderos pastaron, andan en silencio
los pies de los ángeles luminosos;
sin ser vistos vierten bendiciones
y júbilos incesantes,
sobre cada pimpollo y cada capullo,
y sobre cada corazón dormido.
Miran hasta en nidos impensados
donde las aves se abrigan;
visitan las cuevas de todas las fieras,
para protegerlas de todo mal.
Si ven que alguien llora
en vez de estar durmiendo,
derraman sueño sobre su cabeza
y se sientan junto a su cama.

Cuando lobos y tigres aúllan por su presa,
se detienen y lloran apenados;
tratan de desviar su sed en otro sentido,
y los alejan de las ovejas.
Pero si embisten enfurecidos,
los ángeles con gran cautela
amparan a cada espíritu manso
para que hereden mundos nuevos.
Y allí, el león de ojos enrojecidos
vertirá lágrimas doradas,
y compadecido por los tiernos llantos,
andará en torno de la manada,
y dirá: “La ira, por su mansedumbre,
y la enfermedad, por su salud,
es expulsada
de nuestro día inmortal.
Y ahora junto a ti, cordero que balas,
puedo recostarme y dormir;
o pensar en quien llevaba tu nombre,
pastar después de ti y llorar.
Pues lavada en el río de la vida
mi reluciente melena
brillará para siempre como el oro,
mientras yo vigilo el redil.

EL TIGRE

Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

EL VERDADERO AMOR PASA.
True Love Doth Pass Away, William Blake (1757-1827)

Mis sedas y mi fino atuendo,
mis sonrisas y mi aspecto lánguido
el amor se lleva,
y el lúgubre y flaco desaliento
me trae tejos para adornar mi tumba:
tal es el fin que hallan los verdaderos enamorados.

Su rostro es bello como el cielo
al abrirse los briosos capullos.
Ah, ¿por qué le fue dado
un corazón que es helado invierno?
Su pecho es la venerada tumba del amor de todos,
a la que acuden los peregrinos de la pasión.

Traedme pala y hacha:
traed mi mortaja.
Cuando haya cavado mi fosa
dejad que azoten los vientos y las tempestades;
en la tierra yaceré, frío como la arcilla.

¡El verdadero amor pasa!

EL VIAJERO MENTAL.
The Mental Traveller, William Blake (1757-1827)

He viajado a través de un país de hombres,
un país de hombres y también de mujeres,
y he oído y visto tan horrendas cosas
como nunca los caminantes de la fría tierra han conocido.

Porque allí nace en la alegría el niño
que en el atroz dolor fue concebido,
tal como en la alegría cosechamos el fruto
que fue sembrado en lágrimas amargas.

Y si el recién nacido es un varón,
es entregado a una mujer anciana
que lo clava tendido en una roca
y en copas de oro recoge sus lamentos.

Con espinas de hierro cierne su cabeza,
y agujerea sus pies y sus manos,
corta su corazón y lo desprende
para hacerle sentir calor y frío.

Sus dedos enumeran cada nervio
como un avaro contando su oro,
y de sus lamentos y gritos se nutre,
y él envejece, y ella se hace joven.

Hasta que convertido en un joven sangriento,
y ella mudada en espléndida virgen,
destroza sus cadenas, y la amarra
a ella a la tierra para su placer.

Se planta él mismo en los nervios de ella
como un labriego planta en su terreno,
y ella se convierte en su morada
y en jardín que le rinde setenta veces frutos.

Pronto se torna envejecida sombra
vagando alrededor de una cabaña terrestre,
llena de pedrerías y de oro
que ganó su trabajo.

Y éstas son las pedrerías del alma humana,
los rubíes y perlas de un ojo enfermo de amor,
el oro innumerable del corazón que sufre,
el gemido del mártir y el suspiro del enamorado.

Son su alimento y su bebida,
mantiene a los mendigos y a los pobres,
y para el caminante en viaje siempre
su puerta permanece abierta.

Su pena es alegría eterna en ellos:
hacen resonar los techos y los muros
hasta que de la lumbre del hogar
una pequeñuela emerge de pronto.

De fuego sólido ella es,
y pedrerías y oro, en tal manera
que nadie osa tocar su infantil forma
o envolverla en pañales.

Pero ella llega donde el que ama,
joven o viejo o rico o pobre:
muy pronto expulsan al anciano huésped
que se va mendigando por puertas ajenas.

Va llorando errante, muy lejos,
hasta que alguien admita hospedarle,
a menudo ciego por la edad, desesperado,
hasta que puede ganar una doncella.

Y para consolar su edad helada
en sus brazos la toma el pobre hombre.
La cabaña desaparece de su vista
y también el jardín con sus dulces encantos.

Los huéspedes están esparcidos por toda la región,
porque el ojo alterado altera todo.
Los sentidos se enrollan en sí mismos, con miedo,
Y la tierra plana se convierte en una pelota.

Las estrellas, el sol, la luna, todo huye.
Un vasto desierto sin límites,
y no queda nada de comer o beber,
y alrededor sólo el desierto oscuro.

La miel de sus labios de niña,
el pan y el vino de su dulce sonrisa,
el juego desordenado de su ojo vagabundo,
a una ilusoria infancia le conducen.

Porque a medida que come y bebe se transforma
haciéndose más joven cada día,
y ambos, en el salvaje desierto
van errantes llenos de terror y congoja.

Ella huye como cierva salvaje,
su temor planta muchos matorrales salvajes,
mientras él la persigue de noche y de día,
por artificios de amor conducido.

Por artificios de amor y de odio
hasta que el salvaje desierto entero está plantado
con laberintos de díscolo amor
donde vagan el león, el lobo y el oso,

hasta que él se convierte en un díscolo niño
y ella en una llorosa mujer envejecida.
Van a vagar allí, entonces, muchos enamorados.
El sol y las estrellas aproximan su curso.

Dulce éxtasis los árboles producen
para todos los que vagan en el desierto,
hasta que más de una ciudad allí es alzada
y más de una agradable cabaña de pastor.

Pero cuando hallan al colérico niño
el terror cunde en la extensa región:
gritan El niño, el Niño ha nacido!
y huyen en todas direcciones.

Porque hasta la raíz se seca el brazo
de aquel que osó tocar la colérica forma:
osos, leones, lobos, todos huyen aullando,
y todo árbol arroja sus frutos.

Y nadie puede tocar esa forma colérica
a menos que lo haga una mujer anciana.
Ella al niño tendido clava sobre la tierra
y todo pasa como ya lo he dicho.

EL LIBRO DE URIZEN
Capítulo I.

¡Mirad, una sombra de horror se ha alzado
En la Eternidad! Desconocida, estéril,
Ensimismada, repulsiva: ¿qué Demonio
Ha creado este vacío abominable,
Que estremece las almas? Algunos respondieron:
“Es Urizén”. Pero desconocido, abstraído,
Meditando en secreto, el poder oscuro se ocultaba.

Los tiempos dividió en tiempo y midió
Espacio por espacio en sus cerradas tinieblas,
Invisible, desconocido: las mutaciones surgieron
Como montañas desoladas, furiosamente destruidas
Por los vientos oscuros de las perturbaciones.

Porque luchó en batallas funestas
En conflictos invisibles con formas
Nacidas en su yermo desolado:
Bestia, ave, pez, serpiente y elemento,
Combustión, ráfaga, vapor y nube.

Sombrío, daba vueltas en silenciosa actividad,
Invisible, en medio de pasiones que atormentan;
Una actividad desconocida y horrible,
Una sombra que se contempla a sí misma
Entregada a una labor enorme.

Pero los Eternos contemplaron sus bosques inmensos.
Edades tras edades él yació, misterioso, desconocido,
Meditando, prisionero del abismo; todos eluden
El caos petrífico y abominable.

Urizén, el sombrío, preparó en silencio
Sus fríos horrores; sus legiones de truenos
Dispuestas en tenebrosas formaciones, se despliegan a través
Del mundo lógrebo, y el rumor de ruedas,
Como agitado mar, se oye en sus nubes,
En sus colinas de nieves guardadas, en sus montañas
De hielo y granito: voces de terror
Resuenan como truenos de otoño
Cuando la nube se inflama sobre la cosecha.

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