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BIOGRAFÍA DE LA POETA SALVADORA MEDINA ONRUBIA
Escritora, anarquista, militante y la primera mujer en dirigir un diario en su país (Argentina). Cuestionó las costumbres de la época y fue pionera a su manera y con su propio estilo.
Una revolucionaria contradictoria, con muchas facetas. Por eso incomprendida. Madre que cuestionó los roles de la maternidad, anarquista desde el poder, dramaturga rebelde, una voz única abanderada de las ovejas negras.
Es difícil definir a Salvadora, más complicado aún encasillarla, y casi imposible abarcar todos los hechos y aspectos que la volvieron la mujer que fue. Algunas palabras que trazan el mapa de su vida: anarquista, madre soltera, militante, artista apasionada, y en todos estos roles, poco ortodoxa, tal la serie que tan de moda está hoy.
Mujer empoderada y rebelde aún cerca del poder, relatamos algunos hechos que marcaron su historia:
Su madre, española, plantó a su novio en el altar y persiguió una vida nómade con un circo. Salvadora, que heredó su espíritu rebelde y el origen judío, nació en 1894 en la Plata. Pasó su infancia y primera adolescencia en Entre Ríos y su vida adulta en la ciudad de Buenos Aires.
A los 16 quedó embarazada de su primer amor, y fue madre soltera por convicción. Poco le importó el run run de los rumores de la sociedad conservadora de aquel entonces. Lo que si le importó fue el suicidio de ese primer hijo, contado como un accidente, que le valió una depresión que duró hasta sus últimos días. Se dice que “Pitón”, tal como lo apodaban, se pegó un tiro al enterarse de que no era hijo de Natalio Botana, marido de Salvadora y uno de los hombres más poderosos del país, quien lo adoptó como propio.
La convicción de su vida fue el anarquismo. Peleó por la liberación de Simón Radowitzky, militante y figura del movimiento nacido en Rusia y preso durante más veinte años por el asesinato del Jefe de la Policía de Buenos Aires, Ramón Falcón. Salvadora, luego de financiar varios intentos fallidos de fuga, consiguió que Hipólito Yrigoyen le concediera un indulto.
Fue una de las primeras mujeres en el país en dar un discurso en un acto político multitudinario, en 1914, por la liberación de Radowitzky. También participó de los episodios en torno a la Semana Trágica, junto con su pequeño hijo, al que llevaba para que viviera la lucha social desde adentro.
Según su nieto, Copi, fue la primera argentina en atreverse a escribir sobre dobles pecadoras, las lesbianas y las adúlteras. Una de sus obras más valoradas fue Las descentradas, estrenada por primera vez en el Teatro Ideal en 1929. Allí, Salvadora honra sus propias contradicciones, narrando mujeres que cuestionan las estructuras monogámicas, el matrimonio y la familia tradicional.
Buscando apoyo económico para una de sus obras de teatro en el Diario Crítica conoció a Natalio Botana, su fundador. Cuentan que el flechazo fue mutuo y magnético. Con Botana, mucho mayor que ella, se casó para que sus hijos pudieran tener su apellido. Más allá de compartir su vida con uno de los hombres más poderosos y acaudalados del país, Salvadora nunca deshonró sus convicciones ni su militancia. Era normal verla llegar en Rolls Royce a un motín, y armar bombas molotov en vestido y tacones.
Fue presa por el régimen de Felix Uriburu junto a otros 30 periodistas, y desde la cárcel del buen pastor le escribió al presidente de facto una dura y emblemática carta, que luego leeremos.
Luego de la muerte de su marido en un accidente automovilístico, Medina Onrubia pasaría a estar al frente del negocio familiar convirtiéndose en la primera mujer en dirigir un periódico.
Una de las anécdotas que mejor la pintan es que llevaba una pulsera donde se hizo engarzar una bala dirigida a su despacho en el diario, que impactó en una pared detrás de su escritorio cuando ella no estaba allí.
La directora Daiana Rosenfeld estrenó en 2017 “Salvadora”, un documental sobre su vida y figura, que se puede ver en Cine.ar Play
Escribió entre otras cosas:
“Nosotras no queremos los derechos de los hombres, que se los guarden. Saber ser mujer es admirable, y nosotras solo queremos ser mujeres en toda nuestra espléndida femeneidad. Las descentradas somos las que no pensamos, las que no sentimos, las que no vivimos como las demás. Las que entre gente burguesa somos ovejas negras y entre ovejas negras somos inmaculadas. Todas somos raras” Fragmento de Las descentradas.
A los 15 años abrazó la causa del joven anarquista llegado de Rusia Simón Radowitzky. Luego de que este atentara contra el jefe de policía de la Capital Federal, Ramón Falcón, responsable de la matanza de la Semana Roja comenzó una amistad con él por correspondencia. Financió dos intentos de fuga y luego realizó gestiones ante el presidente Hipólito Irigoyen para que lo indultaran.
El 20 de febrero de 1912, un mes antes de cumplir 18 años, nació su primer hijo, Carlos “Pitón”.
En 1913, comenzó su actividad literaria en Gualeguay y en medios de Buenos Aires , como la revista Fray Mocho. A mediados de ese año se mudó de Entre Ríos a la ciudad de Buenos Aires y comenzó a trabajar en el diario anarquista La Protesta. Al poco tiempo conoció a Natalio Félix Botana, un joven periodista que colaboraba en la revista P.B.T. Natalio dio su apellido al hijo de Salvadora y juntos tuvieron tres hijos más: Helvio Ildefonso, Jaime Alberto y Georgina Nicolasa.
En 1919, se casó con Natalio Botana, luego del nacimiento de su hija menor. Natalio Botana había creado el diario Crítica, que ella dirigiría entre 1946 y 1951, después de la muerte de su esposo.
En el diario Crítica, escribió con el pseudónimo Dr. Brea. También publicó artículos en medios como Caras y Caretas, La Nación y El Hogar.
Fue autora de varias piezas dramáticas, como Almafuerte, La solución, Las descentradas, Un hombre y su vida; libros de poesía como El misal de mi yoga y La rueca milagrosa; dos libros de cuentos, El libro humilde y doliente y El vaso intacto y otros cuentos, y una única novela, Akasha. Fue propulsora del teatro para niños.
En 1931 el presidente de facto José Félix Uriburu clausuró el diario Crítica y encarceló al matrimonio. Un grupo de intelectuales solicitaron a Uriburu su «magnanimidad» por su «triple condición de mujer, poeta y madre». Pero ella no estuvo de acuerdo con este pedido y desde la cárcel manifestó su desprecio a Uriburu con la siguiente carta:
Al general Uriburu. Cárcel del Buen Pastor, 5 de julio de 1931
“Gral. Uriburu, acabo de enterarme del petitorio presentado al gobierno provisional pidiendo magnanimidad para mí. Agradezco a mis compañeros de letras su leal y humanitario gesto; reconozco el valor moral que han demostrado en este momento de cobardía colectiva al atreverse por mi piedad a desafiar sus tonantes iras de Júpiter doméstico. Pero no autorizo el piadoso pedido… Magnanimidad implica perdón de una falta. Y yo ni recuerdo faltas ni necesito magnanimidades.
Señor general Uriburu, yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente. Entre todas esas cosas defectuosas y subversivas en que yo creo, hay una que se llama karma, no es un explosivo, es una ley cíclica. Esta creencia me hace ver el momento por que pasa mi país como una cosa inevitable, fatal, pero necesaria para despertar en los argentinos un sentido de moral cívica dormido en ello. Y en cuanto a mi encierro: es una prueba espiritual más y no la más dura de las que mi destino es una larga cadena. Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.
En este innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde los grandes hombres gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino a asolar hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer ante los ojos de sus hijos… y eso que tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y debió también tener una madre. Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que usted, por enceguecido que esté, debe saber eso tan bien como yo.
General Uriburu, guárdese sus magnanimidades junto a sus iras y sienta como, desde este rincón de miseria, le cruzo la cara con todo mi desprecio.”
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Entre los documentos fundamentales sobre lo que significó la dictadura de Uriburu, tres son de Salvadora Medina Onrubia: Orden político, institución siniestra, publicado en Crítica y reproducido en Los torturados, el Prólogo a El martirologio argentino, de Carlos Giménez, y Uriburu (el principio de una contribución a la historia), todos de 1932.
Al morir, en 1972, quedó inédito un libro de su autoría, Los mil claveles colorados, aguafuertes sobre los amigos anarquistas de su juventud. El libro fue editado junto a ¡Arroja la bomba! Salvadora Medina Onrubia y el feminismo anarco, de Vanina Escales.
FUENTES CONSULTADAS
https://www.cultura.gob.ar/salvadora-medina-onrubia-la-mas-olvidada-de-las-descentradas-8913/
SELECCIÓN DE POEMAS DE SALVADORA MEDINA ONRUBIA
INTRODUCCIÓN A LA RUECA MILAGROSA
Versos imperfectos, versos de mi alma,
que se rebosaron, que blandos corrieron
por donde quisieron…
Versos imperfectos, rudos y salvajes
que manchó lo menos que pudo la pluma…
Versos de esta alma de trágica loca
que canta en mi boca…
¡Salid a rodar!
EL MUNDO ES ASÍ
Cuando era pequeña
en cosas creí
tan encantadoras…
jugando y soñando
pasaban mis horas
y yo me decía:
El mundo es así…
Fueron mis muñecas
desde que leí
hadas y pastoras
bravos caballeros
y princesas moras…
qué bello -pensaba-
El mundo es así…
Más tarde viviendo
a mi lado vi
penas y dolores
mi madre me dijo
no todas son flores
es la vida hija
El mundo es así…
Cuando de la muerte
la mano sentí
llevarse a mi padre
yo gritaba loca…
con besos, mi madre
me dijo llorando
El mundo es así…
Más tarde yo he visto
como entonces vi
llegar a la muerte
dejar al caído
y llevarse al fuerte.
No hay leyes que valgan,
el mundo es así.
Y cuando profunda
la vida sentí,
vi que en su vaivén
se hace a veces daño
queriendo hacer bien…
con pena pensaba
El mundo es así…
Cuando la maraña
De la tierra vi
Como se tejía de maldades
solo con pena decía
Señor, qué miseria
El mundo es así
Luego hervir la sangre
en mi ser sentí
en un ansia loca
de amor y de bien,
fue verbo en mi boca:
viva el sacrificio,
el mundo es así.
Más tarde al luchar
bien claro yo vi,
que sobre el dolor
no brillan jamás
estrellas de amor…
el dolor es negro,
el mundo es así
Al que pide luz
como yo pedí
al que abre al ensueño
las almas cerradas
lo clavan a un leño
como al Nazareno
El mundo es así…
Qué triste es todo esto
y cuánto sufrí
al ver impotente
mi fuerza y mi fe
contra del torrente
de dolor humano…
el mundo es así…
Pero un día a mi alma
llamar yo sentí
un niñito ciego…
Todo era una gloria
de luz y de fuego,
y yo me decía:
el mundo es así
Solo hay una cosa,
entonces la vi,
de verdad sentida…
vale bien la pena
de vivir la vida
si llega el amor
El mundo es así…
Qué sol más brillante
el que entonces vi
qué flores más bellas
qué gentes más buenas
y cuántas estrellas
Dios mío me dije
El mundo es así.
Cuando de mi ensueño
tan bajo caí,
cuando se cebaron
en mi pobre alma
y la desgarraron,
me dije llorando:
el mundo es así…
Hoy, al mirar falso
lo que ayer creí,
al ver que está todo,
mi amor y mi ensueño
tirado en el lodo,
me digo tranquila:
el mundo es así.
Y pienso en la angustia
con que un día gemí,
y pienso en mis sueños,
tan locos, tan falsos,
rotos mis empeños,
la vida rodando,
el mundo es así.
Solo odio y mentira
y dolores vi
no hay cosas hermosas
todo es ilusión,
se secan las rosas,
se olvida el amor
el mundo es así.
Negras negaciones
van surgiendo en mi…
No me queda nada
de fresco en el alma
mi vida tronchada
me hace sonreír…
el mundo es así.
TRANSMIGRACIÓN
Yo soy la hierofanta de la Melancolía
custodio en sus altares grandes vasos votivos
mi voz grave ennoblece, serena, los motivos
piadosos de los salmos que canto cada día.
En los divinos tiempos que Grecia florecía
yo los fuegos sagrados mantuve siempre vivos
y ya sola en el templo con mis dioses esquivos
de un tajo abrí mis venas… En mi larga agonía
de las turbas cristianas yo escuchaba las voces
¡fui la última pagana que murió con sus dioses!
Hoy mi alma rediviva presiente que como antes
al templo que custodia llega la turba ansiosa…
Volveré a abrir mis venas, y a los pies de la diosa
Las gotas de mi sangre serán como diamantes.
Mayo 3/1918 (Manuscrito)
MI VERSO
Como una juglaresa con sus bolas doradas
Juego yo con los metros
Para mí, el metro no tiene secretos ¡pero odio el metro!
Como la domadora india de panteras
Que con una mirada arrodilla a sus fieras
he domado la rima.
Pero odio la rima.
Me enferma la asonancia monótona del verso medido
del verso rimado
me crispa los nervios ese sonsonete
bárbaro y cansino del verso latino
odio rima y metro
estúpidas leyes
que atreverse quieren a encerrar la idea suelta, libre y única
en estrechos caminos trillados
en cuadros medidos y clasificados.
Los versos perfectos, parecen acequias,
cavaditas rectas
por dónde va un hilo recto de agua útil,
a regar jardines más o menos bellos
o a regar cebollas…
¡Santa inutilidad de la belleza
Y belleza sagrada de lo libre!
¿Quién se atreve a guardar
la luz del sol adentro de una esfera?…
¿Y a quién la idea libre
le puso trabas, y le dio caminos
y le cortó alas?…
Amo la idea en bruto que surge impetuosa
Igual que un torrente
la que no conoce vallas ni caminos
y rompe con todas las leyes posibles
abriéndose cancha
por donde su antojo soberano cuadra,
igual que un torrente brutal de belleza
que salta por todo!…
Odio los sonetos
medidos y estúpidos,
rectos y pulidos.
adonde la Idea
tiene que ajustarse a catorce versos!
Son joya muy vieja
para mis audaces audacias modernas!
Odio los tercetos,
monocordes, neutros…
Son los pareados
vagos balbuceos
que jamás consiguen agarrar la idea…
Duelen en mi oído
las cuartetas fáciles…
Como odio la rima
bárbara y monótona
del verso latino,
madre de los ripios,
monocorde y floja
¡Cómo odio la rima!
Yo presiento ya, un verso perfecto,
de belleza única…
Un verso que fluya del alma a la boca,
que fluya sonoro…
Que al par de la idea
tenga la armonía,
que sea como música
alada y sutil de palabras eufónicas…
y que no haga falta
saber el idioma para comprenderlo,
y que fluya libre,
como se le antoje,
como se le cuadre!
Lo bello, es perfecto
aunque no obedezca
cánones adustos…
El verso impecable
que en gesto de mono
no se atreve a salir de los límites
que quién sabe que
geómetra lunático
puso a la belleza,
me pone epiléptica,
me parece seco
me parece frío,
sin alma y sin nervio!…
Hace tiempo, sueño con cosas extrañas,
presiento algo nuevo,
y mis alas crecen…
El canto del pobre pájaro encerrado,
aunque sea jaula tallada en diamantes,
suena lastimoso.
Quiero abrir las alas y volar muy lejos,
hundirme en lo azul…
quiero alzar mi voz
sin moldes, ni trabas, ni estúpidas leyes..
¡Quiero que mi verso
se abra paso, rugiente y sonoro
y libre
igual que un torrente de brutal belleza
que arrase con todo!
Del libro: La rueca milagrosa.
ANTITESIS
Soy como la antítesis de mi misma
soy una negación de lo que soy…
Yo río con mi risa más sonora
cuánto más triste estoy…
Soy blanca y fina y frágil como un lirio
casi inspiro piedad…
Y mi alma es acero bien templado
y mi voz: la Verdad
Miro al mundo con gesto hostil y malo
grito el odio con cálido fervor…
Mientras ansío darme toda entera
y me exalto de amor…
Tengo el sexto sentido de escudriñar las almas
Toqué todos los fangos, vi palpitar los odios
como monstruos rugientes…
Y quedaron mis manos impolutas
mis ojos inocentes…
Juego con mis angustias como una juglaresa
hablo, con gesto escéptico y burlón…
ya mis parias hambrientos les reparto
todo lo fresco de mi corazón…
Soy distinta a mí misma en cada cosa
soy una negación de los que soy…
Y como un fuego fatuo de quimeras
por mi camino voy…
DUALISMO
Tengo en mi vida grandes pausas sentimentales
que son charcos de sol en los tembladerales
de mi alma incomprensible y turbia de cristiana
¡A veces yo me siento cristiana hasta los huesos!…
Soy árida y helada… De golpe estallo toda en besos
canta al sol mi otra alma De Diosa y de Pagana!
Cuando ya estoy muy sucia de cristiana amargura
yo me baño en mis versos y surjo fresca y pura…
No me abandones nunca, divina Alma Pagana
que yo quiero ayudarte a matar la cristiana…
que yo odio la cristiana!…
UN LARGO SUEÑO MÍO
Mi madrina es un hada
de cabellos de oro
con los que hace su túnica…
Lleva en la mano un lirio…
Tiene
los pies desnudos…
Me dijo un día… qué quieres
ser?… ¿Qué ansías?
Yo, ansío, repuse, toda la Belleza
condensada en la frase…
Yo quiero ser poetisa, Hada madrina…
Dame el don
de domar las palabras
de dominar la Idea…
“…Ven y elige tu modo,
me dijo…
y me guió
al jardín de las almas
y de las maravillas.
Yo caminé a su lado
por sendas florecidas…
Tomamos leche y miel
en cuévanos votivos…
…de pronto, por la senda
sentimos acercarse
a alguien…
Era un anciano viejo como Tiempo
llevaba en las barbas prendida una estrella
sus pies ágiles en el florido sendero
de patas de chivo dejaban la huella…
¿Quién es? es el viejo Anacreonte
y puede ser Verlaine…
Pasamos…bajo los laureles
de blandos triclinios, divinas mujeres
servidas de esclavas
Presidía Sapho
Delmira bebía…
Pasamos de largo…
Más lejos, más lejos, bajo un crucifijo
toda luminosa de amor, extendía
sus manos ingrávidas Teresa de Ávila…
Pasamos
Mas lejos…
bajo los boscajes de laureles rosa
triscaban alegres blancos corderitos
ornados de cintas, oíase un son
con un claro riente, marquesas pastoras
gentiles galanes de blancas pelucas,
bailaban, amaban…
De pronto, un tumulto
que viene del bosque…¿Qué pasa?
Es un sátiro
que robó una ninfa…
Rubén nos salía
al paso, sonriente…
invitándonos,
tendiendo su mano
de príncipe…
Nosotros pasamos…
Más lejos los ojos deslumbrados vieron
un girar de círculos de todos colores
de luces vivísimas…
Luego eran triángulos
y luego octaedros…
Giraban, giraban
en una armonía geométrica y loca
¿Qué es esto?
Son versos de Herrera y Reissig…
Más lejos la selva vibró estremecida
el suelo temblaba…
un viejo centauro…
trotando llegose…
Su cuerpo de toro
tenía la cabeza del viejo divino
de la Lusitania…
de Guerra Junqueiro…
Pasamos…
Más lejos aun, más lejos…
un viejo castillo
una niña pálida, un gentil trovero
la muerte rodando…
Emilio Carrere…
Seguimos andando.
De pronto una sombra
negra y silenciosa
se escurrió a mi lado,
Mi alma sintió algo…
¿Quién es?…
Es el largo dolor musical
que Asunción Silva pone en su amargo cantar…
Pasamos…
Más lejos
hervía una carroña
llena de gusanos…
los árboles tristes
escondían serpientes en flores malsanas
sentía a Baudelaire…
Pasamos ligero…
Más lejos, músicas guerreras, frases ampulosas
todo emborrachado de loca belleza
y de egolatría.. cantaba D’Annunzio
su canto sonoro, voluptuoso a veces,
a veces heroico…
Pasamos….
Pasamos
De pronto un conjunto
de cosas enormes y cosas sencillas…
evocando Grecia, las orgirompesas
andaban con leves sandalias de plata…
Mármoles desnudos, bosques de laureles
y cielos radiantes que llovían oro…
junto de un chingolo picando en la escoba
y una sartencita con dos huevos fritos…
Lugones
Pasamos, pasamos
dejamos detrás
los más locos símbolos…
se multiplicaban, bellos o grotescos
confusos, sencillos…
Bajo un ranchito de adobe y totora
frente de la pava, pronta para el mate
templaba despacio su vieja guitarra
Santos vega el gaucho…
Pasamos, pasamos
casi ya no había
nada…
Nosotras andábamos…
Entramos al yermo
solitario y árido…
La gruta de piedra
un árbol raquítico, un cielo nublado
la cruz del cristiano…
Un cráneo, dos tibias, un seco mendrugo
agua clara, un huerto de plantas humildes
un monje muy pálido de manos heladas…
Es Amado Nervo…
Hada, mi madrina
Yo me quedo aquí
¿Cómo?… y no temen tus años
floridos, tanta seca austeridad?
Mi madrina Hada
la forma
es tosca, imperfecta…
La burda vasija de barro cocido
roja y quebradiza…
lo que hay dentro es oro puro de sabiduría…
Hada, mi madrina…
Yo me quedo aquí,
Hada, mi madrina yo me quedo aquí.
SI YO FUERA
Versos, divinos versos, que mi alma desgarrada
llenasteis de dulzura, de esperanza y de amor…
Divina magia inmensa de la idea rimada,
bálsamo de mi angustia y fórmula encantada
que hizo triunfar en rosas, lo que agostó el dolor…
¡Cómo amo la belleza de la palabra hablada!
noble la forma, pura la idea cristalina,
en una frase bella dejo mi alma enredada,
de un pobre bardo muerto yo estoy enamorada:
de Silva con su angustia y su ironía divina
En un don de los dioses poder decirlo todo,
y dar el sentimiento de una manera bella,
amar a una criatura, a una flor, a una estrella
y al entregarle el alma, saber hallar el modo
de que todas las almas se estremezcan por ella!…
Si yo decir pudiera lo que me bulle dentro,
si traducir pudiera lo que en mi ser palpita,
si decir en palabras, pudiera, la infinita
belleza, cuya fórmula hablada yo no encuentro…
si toda temblorosa y trémula y contrita
rasgar pudiera
el velo del misterio final,
y puestas las rodillas, con los brazos abiertos
hablarle cara a cara al alma de los muertos
y atesorar en mi alma su saber ancestral…
Y toda sabia, plena de los misterios ciertos
dejara a mi alma pura que ofrendara su bien,
el misticismo todo, de todo el universo
con pureza de lirios palpitaría en mi verso…
Luego, blanca y pagana, al modo de Ruben
evocaría de Grecia el cielo azul y terso,
los grandes mirtos verdes, y los laureles rosa
en los que las palomas se besan en el pico,
y el muro de cerámica, en que el magnate rico
escribe su propuesta galante y dispendiosa…
Luego, lo japoneses países de abanico,
los grandes arrozales, los monstruos de cien brazos,
el Yoshivara impuro, con sus musmés pintadas
iconos tras las rejas…quietas y perfumadas
esperando el que compre su amor y sus abrazos…
y luego cantaría las fiestas encantadas
de los tiempos de Luis XV de las marquesas rosa
con sus tacones rojos y su pequeño pie
que se alzaban la falda bailando el minué…
De la dama elegante la risa caprichosa
la obrerita que muere porque su amor se fue…
las tardes de mi aldea tibias y soleadas,
el verde del ajenjo que gustaba a Verlaine,
el pámpano en que Baco se engalanó la sien…
Yo pondría en mis estrofas bellas y perfumadas
alma de amado Nervo, con ritmo de Rubén…
Si no pesara mi alma la trágica impotencia,
Si Nervo por lo pura, Delmira en lo impetuosa,
Ruben por lo elegante, Silva por dolorosa,
por entera Almafuerte, Lugones por la ciencia
levantara la voz en mi canción gloriosa,
Si yo fuera la musa de la América entera
y sobre el Ande erguida imprecara o cantara
si la amarra de mi alma, de un golpe desatara
y traducir mis ansias libremente pudiera…
Cuando toda mi gloria por la tierra sonora,
cuando triunfando hubiera como triunfan los fuertes,
embriagada de gloria, dueña como una diosa
del destino…a mi triste canalla dolorosa
yo bajaría…al leproso más sucio, en sus manos inertes
le dejaría mi beso temblando fervorosa…
Por el contacto místico de mi orgullo lavada
levantando en mis manos toda mi gloria entera,
lo mismo que se da de comer a una fiera,
la tiraría a los pies de mi chusma sagrada
para que hiciera de ella su arma y su bandera.
TATAKAS
Perdón, maestro Gautama (fundador del Budismo)
I.
Sueño -para tu amor- ser una virgen núbil
pastora en Grecia antigua, ir descalza y con peplo,
tener los pechos como dos manzanas
olorosas y frescas…pacer mis cabras blancas
en un monte florido a adorar al Dios Pan.
…
Y un mediodía ardiente pleno de sol de fuego
en que estarían mis cabras buscando sombra, quietas,
respirando afanosas…yo, enervada
tumbada sobre el pasto desceñida
bajo un laurel en flor tocar mi flauta.
Tú, pobre “peregrino de amor”, escalarías
el abrupto sendero con tu paso penoso
con las sandalias rotas y el báculo reseco…
Te llegaría mi música vibrando bajo el sol
y a mi caminarías, creyéndote encontrar
al más viejo e hirsuto pastor de la montaña…
ante tu huraño asombro, me alzaría yo, con briznas
de pasto en los cabellos y ensueño en las pupilas.
No entendería tu lengua, más miraría tus ojos…
A tu hambre y a tu sed, yo les daría
higos de oro en pámpanos de la planta sagrada,
panales de Himeto, leche fresca y cándida…
a tu largo cansancio, le daría
mi lecho de hojarasca, lavaría
tus pies con agua clara
A tu tristeza
a tu enorme tristeza de paria… le daría
mi boca…las manzanas
lozanas de mis pechos, y el tesoro
secreto de mi vientre!…
II
Otras veces, yo sueño ser una cortesana
de la Roma pagana; llevar polvos de oro
en mis negros cabellos; bermellón en las uñas,
ungir todo mi cuerpo de sándalo y de mirra
y teñirme los ojos con las nueces de khol…
Mis mil esclavas negras me servirían desnudas,
mis mil esclavos negros, se matarían a un gesto
de mi mano enjoyada…
Yo, tendida en mi lecho de pieles de pantera
hierática e impura, recibiría la ofrenda
de todos los deseos traducidos en oro,
en sedas de la India, perfumes de la Arabia
y piedras de Ceylán…
En todo lo que el mundo, fiel vasallo de Roma
llevó a ella, y ella guardó para sus diosas!
Tú serías un esclavo: el más vil, el más sucio
el más triste y enfermo, de un gran señor romano
y me traerías un día, una enorme lamprea
del estanque de César…
Por un raro capricho
yo bajaría a mirarla,
de golpe, encontraría
tus trágicas pupilas mirándome con ansia…
¡Oh, mi esclavo, mi pobre miserable, mi enfermo,
yo te daría la llave de todos mis tesoros,
yo cerraría mis puertas a los ricos magnates,
y por tu amor daría, libertad a mis esclavos!
Y ya sola contigo, yo te daría mi boca,
yo te daría mi cuerpo, yo
te daría mis ojos,
toda sabia de amor, cortesana y amante
sería yo para ti…todo te lo daría,
sobre mi pecho blanco te sentirías morir…
Si quedaba una sola gota de vida por tus venas
la volverías el ansia de volverte a morir.
III
Otras, tu serían un rey bárbaro guerrero y voluptuoso
y yo tu esclava negra que sólo amaste un día.
Tendrías por favorita
una rubia cautiva de un lejano país…
Un día; las labores de tu tienda yo haría, prepararía tu lecho
con mano torpe del temblor de los celos…
Al sentir tu mirada, yo turbada
dejaría caer tu crátera, y vertería tu vino…
Y tú, de un solo golpe, por mi absurda torpeza
la muerte me darías…
Con voz fría
dirías a otros esclavos: Quitad esto…
Pero, como mi roja sangre mancharía
el piso de tu tienda, una gran piel
de tigre tirarían sobre ella.
Llegaría a tu tienda, tu princesa lejana
frágil y rubia…
Y allí,
sobre la piel del tigre real, sobre mi sangre
la poseerías tú!
IV
Otras, soy castellana
histérica y soberbia; hosca esclava de Cristo
y vivo en un castillo elevado en la montaña
con cuervos en sus torres, con fosos de defensa
y puentes levadizos…
En mis largos salones
solitarios y fríos, son las tapicerías
fantasmas desteñidos por polvo de los siglos…
Mi señor, es un bárbaro, peludo y sanguinario
y tú serías mi paje:
Llevarías mi misal
en un almohadón rojo.
Una mañana
gris y de nieve, en la más alta ojiva
tu cadáver ahorcado el viento agitaría
y junto a él, los cuervos graznando volarían…
Y por las noches negras, yo sola en mi oratorio,
gimiendo de rodillas, apretaría el cilicio
que llagaba mi carne…
Con los brazos en cruz, imploraría a mi Cristo
y al alzar a él mis ojos de fervores tremante
en vez del santo mío, yo vería
siempre y eternamente
a mi paje tan rubio ahorcado en una ojiva
con la lengua colgando y los ojos abiertos!…
V
Otras veces, rodando las edades,
mis sueños se hacen puros…
Es en la abrupta costa mallorquina
donde se ha refugiado la belleza
de la luz, del color y de la forma,
y somos dos hermanos pescadores:
tengo un ancho refajo colorado,
voy descalza: mis piernas y mis brazos
volvió de bronce el sol,
tengo una cara hosca y tostada.
Hoy
hemos pescado mucho, la red grande
es una ola de plata que palpita…
¡Oh, como nos reímos! Nos tiramos
brazadas de pescado, nos corremos,
y la abuela nos mira orgullosa:
somos fuertes y bellos, lindas bestias
alegres,… Olemos ambos
a mar y a juventud.
VI
Luego, soy la abnegada
la buena compañera de tu vida…
Tú eres pobre,
trabajas brutalmente, yo te ayudo…
Soy fea y enferma, toda rota en hijos
y en miseria… Tú me amas
más que a nadie y que a todo!
Lavo tus lienzos, guiso tu comida,
y seco tu sudor…
VII
y tú eres un mendigo, viejo, sucio,
llagado, horrible, idiota
y yo, una monja pálida y lilial.
Con mis manos de luz lavo tus llagas
y te doy de comer; yo soy tu báculo
y tu sierva.
Tú, por inconsciente
egoísmo, clamas siempre por mí.
Es un secreto,
más los dos nos queremos mucho, mucho
pues somos dos dolores…
Yo, por ti lloro de asco y de ternura,
y tu llanto es idiota para mi…
te hace llorar sentirte protegido!
VIII
Otras…
Otras me siento viejecita,
con nieve en los cabellos, manos puras
y un negro traje de abuelita buena…
Tú eres el hijo pródigo, cansado de correr
tras de tu dicha el mundo…
Vuelves al viejo nido
deshecho, destrozado, cargado de pecados
con el alma y el cuerpo enfermos de rodar…
Doblas en mis rodilla tu cabeza morena
y lloras.
Con mis viejas manos temblorosas
te hago el santo gesto de la bendición…
y me inclino, y con ellas te tomo la cabeza
y te beso en la frente
y te beso en los ojos
Ya te he dado la Paz, toda la Paz!
IX
Y yo vivo estos sueños: Pasan bajo mi frente
según esté mi espíritu…
¿Por qué, Amado, yo siempre,
siempre sueño estas cosas?
Aun sueño más, aun más
Varía la forma, varía la edad, varía el afecto…
más siempre entre tú y yo!
X
Será, que en mi egoísmo yo quiero serlo todo
y todo haberlo sido?
Porque…¿sabes amado?… yo quiero serlo todo,
y todo para ti!…
Yo quiero ser tu madre y quiero ser tu hermana
y tu esclava y tu reina, y tu sed y tu agua…
y quiero ser tu hambre y quiero ser tu pan,
y quiero ser tu angustia y quiero ser tu dicha,
tu virtud y tu pecado…
tu vigilia y tu sueño y tu muerte y tu vida
y quiero ser tu cárcel y ser tu libertad…
Y quiero ser tu odio y quiero ser tu amor…
Por sobre todo Amado, yo quiero ser tu Amor!