VER EL PROGRAMA DE TELEVISIÓN DEDICADO AL POETA ARIEL CANZANI
https://youtu.be/z4UVwIR_stA
BIOGRAFÍA DE ARIEL CANZANI
Ariel Canzani nació en Buenos Aires el 15 de octubre de 1928. Ingresa en la Escuela Industrial nº 6 como “Técnico en Construcciones Navales” prosiguió estudios en la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano, donde se recibió de Oficial de Cubierta de la Marina Mercante Argentina. Fue “Capitán de Ultramar” y durante más de 30 años navegó ininterrumpidamente embarcado en los buques de la flota mercante del Estado Argentino.
Escribe poesía desde los nueve años. De muchacho dirigió dos revistas, una llamada “Juventud” y otra “Ateneo“. Juega con barquitos de papel, de madera y antes de cursar la Escuela Náutica, conoce a Elda, su profesora, su amiga, su crítica, su correctora, su amor, la madre de sus dos hijos Ariel Gustavo y Sylvia Cecilia.
El mar, la palabra y su familia: sus tres intensos amores. Y el lector, personaje que lo obsesiona hasta el punto de manifestar con esa vehemencia que lo destacó: “Creemos en la poesía hecha para llegar al hombre y conmoverlo, herirlo, enamorarlo, darle asco, mostrarle todo lo angelical y diabólico que hay dentro de nosotros, el asombro, el entusiasmo, la búsqueda nos grita, nos vomita, nos canta para ellos”.
Activo trabajador en el campo de la poesía: Dirigió: Colección de Poesía “Vertellos”. Colección de Poesía “Cotidal”: Revista Planetaria de Poesía Cormorán y Delfin.
La revista internacional de poesía Cormorán y delfín se presenta así:
Se compagina en la mar océano y se imprime en Buenos Aires con la poesía que hoy se escribe en la tierra, pretendiendo ser -entre otras cosas- la iniciadora de una nueva forma de entender e integrar la poesía en las caotizadas tierras sudamericanas. No pertenece a grupo, clan, generación, región o idioma, defendiendo más allá de todo ello, la poesía. Nos hemos comprometido con la justicia, con la libertad sostenida por hombres libres, con la gracia. Vivimos enamorados de la belleza y el amor nos parece el más hermoso de los dones. Esta aventura quiere vivir para reafirmar la igualdad existente en la poesía del mundo, cualquiera sea su “ismo” o “vanguardia”. Eso sí, buscamos ser los reveladores de la poesía de nuestro siglo, queremos que ella sea el testimonio caliente del hoy, y por ello buscamos en todo el planeta los poemas que puedan integrar esa locura. No somos ilusos, sabemos y conocemos hasta en qué asco e inmundicia puede hundirse un terrestre. Y ésa es nuestra fe: vencer el asco con poemas del mundo.
Dirige: Ediciones Dead Weight (Poesía y Arte).
Es creador del movimiento que ha denominado “Planetarismo“, cuya teoría y acción se desarrolló en la revista Cormorán y Delfín durante diez años.
Ariel Canzani D. es un escritor «nómada» que ha vivido, escrito y publicado en diferentes idiomas y países. La revista se presenta como un puente hacia la creación de una comunidad internacional de la poesía, dibujando viajes quijotescos con el fin de destacar las diversas ramificaciones del «planetarismo» presentes en el mundo, sobre todo a través de la traducción.
Ha colaborado en las importantes publicaciones literarias del mundo. Sus poemas, notas y libros han sido traducidos a muchas lenguas de la tierra (italiano, griego, francés, portugués, yugoslavo, búlgaro, flamenco, alemán, inglés, etc)
En Italia ha obtenido dos premios de poesía, uno con “La sed” y otro con “Gufi con occhi di luna”.
Conocío al premio Nóbel de literatura de 1975, Eugenio Montale, en Florencia, caminaba por el ponte vecchio con Carlo Galasso, director de la Fundación Cinzia. En Siena, admiraba los sepias de sus paredes con Luigi Fiorentino; en Nápoles, escuchaba sonar las mandolinas junto al espléndido ensayista Italo Maoini; en Trieste, paseaba con la novelista Anita Pittoni, núcleo de los intelectuales de su época, en esta ciudad que Joyce tanto amaba; en Torino departía con Nino Leporatti y Sergio Olivetti; en Génova, con Elio Grosso y Augusto Colombara; en Venecia, recorría la Plaza San Marcos con el poeta Diego Valeri. Era un turista literario, ávido de intercambio, de vivencias, de calles cargadas de historia.
Se ha especializado en poesía italiana y realizó la sección de ese país en la revista “Ficción” de Buenos Aires.
Ha traducido y publicado en la revista Cormorán y Delfín a importantes poetas de Italia, Brasil, Portugal, Yugoslavia, Bulgaria, etc.
Ha traducido a casi todos los importantes poetas del “900” italiano y también a los de post-guerra. Ha vivido prácticamente ocho años en Italia.
En 1962 fue invitado especial a las reuniones realizadas en Florencia por la “Comes” Comunidad Europea de Escritores.
Fue representante en Europa de la SADE Sociedad de Escritores de la Argentina. También como representante oficioso del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, concretó muestras de pintores extranjeros en ese importante museo argentino.
Integró la Junta de Cultura del Centro de capitanes de Ultramar de la Marina Mercante Argentina. Es corresponsal del Programa Semanal Radial “Hora Once” que dirige el poeta español Lorenzo Varela.
Durante seis años realizó y publicó en Uruguay y Argentina las Notices to Mariners (Noticias a los que navegan) columna semanal de información literaria y en las cuales figuraban sus puntos de vista sobre la literatura latino-america y mundial desde una perspectiva “planetaria”.
Inmerso en el camino sin veredas que es el mar, en la quietud enloquecedora de sus singladuras, Canzani plasmó todo lo que aspiró y acumuló en el vagabundeo terrestre, como explicó varias veces. “Vivo en la tierra y al mar le dejé la diversión de escribir, leer, meditar para volver a vivir en la tierra”, dijo. Leía 400 páginas por día. Cuando llegaba a puerto caminaba por las calles de la ciudad abordada, en busca de poetas, narradores, ensayistas, traductores.
Fue miembro del consejo directivo del Centro de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante de Argentina y tuvo a su cargo la actividad cultural del mismo durante muchos años.
Concurrió a innumerables reuniones internacionales, ya sea como intelectual o como profesional del mar. Pronunció charlas, conferencias y lecturas de sus poemas en importantes universidades y centros culturales del mundo.
Por sus viajes, sus amistades se extienden, prácticamente, a toda la tierra.
Autor de 24 libros publicados, 25 sin publicar.
Estuvo casado. Tuvo dos hijos. Vivió en Buenos Aires y murió el 27 de julio de 1983.
Escribe en el prólogo de “De mar en mar de tierra en tierra” en 1979:
“El hombre hace la historia, pero no la inmensa y global historia que escriben los estudiosos historiadores, sino la historia aparentemente minúscula de los seres cotidianos, de los que no mandan, de los que no tienen poder, de los que no resuelven nada (no el “lumpen”, el simio, el subnormal, el inadaptado, el “drogadicto”; no a todo ese rebaño utilizado para el “pan y circo” que movilizan lideres, tecnócratas, sabios cibernéticos o manipuladores de conciencias el engaño de la despiadada sociedad de consumo o de la terrible sociedad de la miseria).
El hombre social, el minúsculo (pero al mismo tiempo inmenso), el descartable, el que casi ningún historiador anota (o si lo anota lo masifica o lo aluviona) hace la historia, es el que ejercita la verdadera autogestión que ha modificado y modificará el mundo y los poetas son los también casi anonimos recolectores que le ponen música ideológica a esos instantes que debemos anotar en el inmenso tiempo histórico que viven las civilizaciones, pues hemos sido creadores para anotar, para memorizar (con musicalidad y sentimientos) lo pasado, intentar indicar el futuro, tal vez con la secreta consigna colectiva (misteriosamente metida en nuestra sangre o almas) de impedir que en el devenir de los seres no se produczan las mismas aberraciones sucedidas. (…)
Por haber nacido en una época especial del planeta y poseer, sin quererlo, el don de la palabra poética, he tenido que comprometerme con dialécticas y realidades aplicables al espacio tierra. Por ser hombre de mar, he visto y vivido los cambios “ecológicos”, “sociológicos” y “revolucionarios” de variadas partes de la tierra y el mar. por ser habitador de una “nación” de contrastes, me he visto obligado moralmente a decir sobre sus aberraciones y sus increíbles sucesos “históricos”. La trea ha sido difícil, dolorosa, angustiante y como final de ese tiempo histórico realmente vivido, intensamente vivido, quedan estos libros que, lo repito sin petulancia, darán idea, en el futuro, de que por “latitud Argentina”, extremo sur perdido en el continente latinoamericano, también existían seres-poetas sub-desarrollados que en silencio intentaban dar ideas para que pudiera nacer el nuevo hombre planetario, liberado de traumas, viviendo en libertad y belleza y sin miedos mordiéndole los codos.
He sembrado palabras, miles de palabras (al mismo tiempo he leído millones de palabras, en la quietud del mar-océano que desde hace treinta años es mi refugio salado de libertad y pensamiento) y por eso afirmo que luego de todas ellas ha de llegar el lento y positivo y amoroso trabajo de la recolección. Por obra y gracia de las “enzimas propulsoras de esperanza” puedo llegar a afirmar esto que parecen palabras de mito o de utopía, y son nada más, ni nada menos, que palabras cotidianas ordenadas poéticamente y para servir al futuro hombre planetario que ya vive y se expresa en mucho de nosotros, anónimas (y a la vez poderosas) enzimas hechas hombres que se resisten a claudicar.
Los poemas han sido, son y lo serán, el abracadabra de este juego que aliados con el tiempo estamos realizando muchos, en muchos lugares del planeta azul”.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS CONSULTADAS:
https://biblioteca.periodicas.edu.uy/archive/files/4e43b3ec4401415a5368f56116d164d5.pdf
SELECCIÓN DE POEMAS DE ARIEL CANZANI
ENTREGA
A Francisco Gil
Entiende:
Me entrego sin reservas,
nada me guardo.
Nutrí mi ser
en ese simple y duro juego.
Grito hasta dejar herida la garganta
amo hasta tener rota la espalda
construyo hasta caer rendido.
La tregua jamás me toma calmo.
Me entrego sin reservas.
Nada me guardo.
Así gasto la vida.
Así nace mi canto.
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
MUJER AMADA
Recordar
el olor de tu sexo
el mar de esperma que poseo
erizan mi soledad salada.
La ausencia de tu piel
inspira, exige, obliga
inventa el poema.
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
OLVIDOS
Brindo por las horas lascivas
que pude pasar junto a tus senos.
Quiero recordar tus manos
hurgando la pelambre de mi vientre
y retornar los gritos infernales
que a borbotones salían de tus labios.
Obligo a la memoria solitaria
a darme imágenes de ayer
que reptan todavía entre la carne.
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
NECESITO MENTIR
Miento.
Necesito mentir.
Nadie me crea
cuando afirmo
que construí mis dedos
para amarte,
que dí a mis labios
la forma de los besos
para amarte,
que busco el sol
para sumar calor
a mis caricias
abisales,
que necesito ver
tu piel ardida,
que exploto en soledad
por tus temblores
que muero en el deseo
que me arrastra
y nubla mi cerebro.
¡Sí, miento!
¡Necesito mentir!
¡Por Dios, nadie me crea!
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
PUERILIDADES DE UN VAGABUNDO CIVIL
A Juan Liscano
Vivo en los barcos
Ando de mar en mar
desde los veinte años.
Hacemos el comercio.
Llevamos para Europa
productos pastoriles despreciables.
Traemos motores, transistores,
cañones, maquinarias, porcelanas
(desde Colón aquí tuvimos pocos cambios,
seguimos como siempre:
donamos nuestra sangre
en trueque recibimos collares de colores.).
Es mucho lo que veo.
Es mucho lo que aprendo.
No necesito ser lector enajenado
de Marx, Stirner,
Lukács, Sartre, Lacan
o Juan sin pueblo
para entender de cambios.
Lo único que hago
es ser un navegante
(navegante civil
de esos que hacen el comercio)
con los ojos abiertos.
Espero se imaginen
cuál es mi pensamiento.
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
PAÍS LEGAL Y PAÍS REAL
(a algunos cándidos abogados de mi tierra)
A no olvidarlo, señores Magistrados
Somos los jueces de los jueces.
Nuestro título no lo ganamos en el aula
y nuestro juicio es nada más
que la verdad desnuda
sin diabólicos juegos de palabras.
Nos parece mentira que la ley
y todos los que aprendieron a cuidarla
sean tan sucios como letrina abandonada.
Vomitamos de asco (es bueno que lo entiendan)
y sólo sabemos repetir como los locos
que tanta carroña terminará un buen día
de una forma no calma como el robar presente.
A no olvidarlo, señores Magistrados.
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
ECONOMÍA Y FUTURO LATINOAMERICANO
A Francisco Garzón Céspedes
Los grandes tenebrosos del dinero
nos han adjudicado
una tasa normal de crecimiento
que no debe pasar del tres por ciento.
Si la regla de tres no nos engaña
unos seiscientos años más de guerra nos esperan
para llegar a ser igual que Holanda.
Pueden morir tranquilos los hambrientos,
los pobres, los enfermos,
los ilusos, los calmos, los confiados,
pueden contar con carne barata los ejércitos,
pueden dormir tranquilos (¿pueden dormir?)
los que viven lontano de este encierro
con fronteras de verde sanguinoso.
Sólo debe cuidarse bien la espalda
los que vivan aquí en el futuro,
los sucios testaferros de la estafa silente
creadora de nuestro herido grito irrenunciable.
De " Poemas del círculo vicioso" 1970
DESESPERADA FORMA DE AGONÍA
Cuando algo me duele, cuando viejas heridas
recomienzan
A lastimar despacio, tenuemente, hasta llevarme
al llanto,
Cuando la sangre vuelve a brotar mezclada
con la angustia
De esta soledad, de este ser y no ser no más
que escoria
Que la marea arrastra hacia distintos continentes.
Cuando la mar escapa por los ojos en llanto
inaferrable,
En sueños con los ojos abiertos nacen en mí
imágenes de monstruos
Surreales y formas de barcos navegando
entre las piedras
En bajíos que rompen los acerados vientres
y los inundan,
Los quiebran, los destrozan, en el tiempo
que pleamar y baja necesitan
Para llevarse a fondo el grito de los heridos
monstruos
Que buscan escapar, salvarse, hundir el llanto,
vivir un poco más
Aunque la vida sea tan sólo un abisal dolor
inacabable.
Cuando siento que llega, como la zarpa
de la niebla en mar,
Ese dolor que es mío -heredado del aire-
que se apretuja
Revienta el pecho con sus brazos fabricados
con algas,
Y despierta -la compasión no existe en ella- el caos
De todo lo que fue, de todo lo que nos golpea
las espaldas
Cada día con silenciosos golpes que duelen más
que ese
Que nuestras mismas manos quisieran hacerle
a la ahuecada carne;
Cuando la escucho y sé, presiento que retorna
opresiva y pulposa
Invento -desesperada forma de agonía- proteos
azules navegando
En aguas donde el azúcar -toneladas de azúcar-
se macera
Y da contorno a pobres monstruos híbridos
que también son hundidos
Por el grito dulzón ahogándoles los imposibles
sueños.
Cuando la toco y la puedo medir arrollada en mi
cuerpo,
Cuando viejas heridas amamantan la sangre de
sus formas de araña
Hago nacer naufragios perdiéndose en las playas
que amortajan
Los monstruos de azúcar de la efímera vida
que la sal se devora.
Desde tiempo poseo varaderos de absurdos
que construyen absurdos
Busco olvidar en el invento-desvarío a la angustia
sin término
Que harta de la muerte nos obliga a ser, vivir,
crear absurdamente
Aunque la vida sea tan solo un abisal dolor
irreparable.
INMENSAMENTE SOLO
¿Escuchas?, el viento trae el frío
El horizonte grisáceas nubes muestra
Y pájaros marinos anunciando la muerte.
El Sol no tiene la tibieza de ayer,
La noche sólo brilla en la penumbra
De inexistentes lámparas…
¡Todo es mentira hoy!
Busco crear el frío, el gris,
La luz suicida que no existe,
Las sombras agitando murciélagos,
La sed de carpas centenarias
Dejándonos la boca sin la pastosa
Dulce humedad de la saliva.
Invento la lujuria, el desmedido hambre,
Los montes donde pinos y plátanos
Saturan la realidad de olor y verde.
¡Todo es mentira hoy!
La realidad es otra,
Los sueños siguen siéndoles,
Y el beso, la caricia, la desnuda palabra
-La que tiene la pureza de símbolo-
Se renueva en la nube rosada, en el aire caliente.
En las horas de caos
El cerebro abandona los sueños,
Somos niños cubiertos por babitas del diablo,
Pero siempre el retorno hace nido en el alma.
¡Todo es mentira hoy!
Todo es invento del corazón sin fuerzas
Inmensamente solo.
De "El payaso del incendio". 1965
LUMINOSA CLARIDAD DE NOCHE
Mira. Puedes mirar en la lejana costa
La quieta mar, el cono giratorio
Del faro señalando derrotas.
Puedes mirar la cruz del campanario
Con su reloj antiguo que no marca las horas
-Feliz ha conseguido detener
El doloroso pasar de las jornadas-
También puedes mirar las amarillas barcas
Robándole al azul las agonías
De los plateados peces sin malicia
Y ver la luna chorreada de mercurio
En construcción de monstruos con árboles
Y casas que sobre el monte duermen.
Mira. No cierres tus ojos esta tarde.
Todo se anuncia con luminosa claridad de noche
Engendrada en la calma.
Escucha. Deja en deriva la tensa necesidad
De las arterias, los prontos ojos.
Olvida el lobo agazapado que te espera,
A la hiena que ríe, a la rata que come
El necesario grano de los pobres.
Llena tus ojos del silencioso mundo
Nacido entre colores.
Podrás mañana y después de mañana
-Y muchos días más si has conseguido beberte
Hasta el olvido este crepúsculo-
Tener las fuerzas para dejar los dedos
Boyando, abandonados, sobre el viento,
Para dejar también la carne,
Lastre difícil para la piel exacta
Que nos envuelve y no permite huidas.
Mira. Destroza tus ojos de cristal y agua.
Todo se anuncia con luminosa claridad de noche
Engendrada en la calma.
De "El payaso del incendio". 1965
NUNCA LA LUZ
Tímido el ojo, lento, fue llegando a la luz.
Sintió tinieblas, sombras, dolor en la obscura cavidad,
Húmeda cueva, córnea feliz de la tiniebla.
Luego el dolor, el penetrante dolor de lo palpable
Hizo relámpagos en la total medida de la piel
Y nada fue misterio. El espejo se dio libre y desnudo
Hirviente-frío en su bruñida esperma-plata-rostro.
Pudimos ver hasta detrás, hasta en la parte donde la muerte
Tuvo escondida su misteriosa vida.
Vimos la luz, el brillo oculto del enigma buscado.
El sueño era por siempre una ficción horrible a olvidar,
A ser así como lo fue la enloquecida búsqueda de luz,
La hiriente luz que hoy el ojo muestra después de siglos
De cerebros rompiendo la piel para encontrarla.
Eufóricos, dando saltos, nos quemamos las manos
En el calor que iba llegando punzante como espada.
No más la duda, el dolor del engaño de un poeta sin meta.
Nunca más la parábola, ni las fábulas, ni los duendes:
La brillante verdad agrandaba -hasta el llanto- los párpados.
¿Dónde están las tinieblas y las sombras amadas?
¿Dónde debo llorar estos ojos que me queman de fuego?
Busco el negro, quiero darle palabras. Cambio sol por vacío,
La verdad por un sueño de amor, el claror por poemas,
Lo real por pequeñas figuras chinescas.
Busco sombras, quiero sueños de duda y angustia
Pero nunca la luz, pero nunca la luz, pero nunca la luz…
De "El payaso del incendio". 1965
AMBULAR EN LA COLMENA-TRAMPA
Prefiero la soledad al ruido de la lengua,
la soledad del día o de la noche
perdido entre el cemento del colmenar nacido
con polen de hombres que inventaron
rascacielos y calles de intrincadas medidas.
Quiero vagar de ronza. Sentir en los tobillos
El paso fugitivo que a mi lado camina
Y al minuto se pierde en las voraces calles.
Quiero putear al viento, al frío, al gris
Que por mis piernas sube. Putear en el silencio
Mascullando poemas y palabras perdidas.
Quiero vagar en soledad, sintiendo el frío
Que hiela mis rodillas, mi sexo agazapado,
Mis amarillos ojos, mi lengua de algodón,
De estopa que no permite el grito sanguinoso
Diciendo la verdad, rompiendo tímpanos culpables.
Quiero ambular entre las luces de la colmena-trampa
Que mimetiza nuestro color de hombres
Y lo transforma en retractadas máscaras que ambulan.
Prefiero la soledad al ruido de la lengua,
Saber que soy el sólo testigo alucinado
De las malas palabras que pronuncio,
También del beso que aquí y allá miramos
Y de la herida que por detrás se brindan
Los seres cuando imaginan la ayuda de las sombras.
Busco la soledad de la ciudad despierta
Andar, vagar, romper mis doloridas piernas
Ser el sólo espectador de mis asombros-náuseas,
Ser el sólo testigo de la risa-temblor
De la lágrima-culpa que la vida procrea,
Ser el único espejo de la propia palabra.
De "El payaso del incendio". 1965
QUIERO SOÑARTE
Interminables ruedan las singladuras sobre el agua,
dentro del agua disolvente, pronta al zarpazo.
La quieta calma juega con sus uñas de tedio
se jacta de aferrarnos con salitrosos dedos.
Quiero soñarte cuando la bruma que levanta al mar
crea el olvido y nos empaña el sueño.
Siempre nos cuesta reconstruir imágenes
que quedaron detrás de la calima blanca
de la calima negra del alba y de la noche
sucediéndose.
Quiero soñarte como te vi de niña,
con ojos tristes de mujer que espera
detrás del sol el arribo de formas
que puedo imaginar como de flor, de pájaros.
Quiero tener – diseño sobre iris mojado-
las formas de tus sueños, pequeñas caracolas,
reparándose al beso, al hechizo abisal
de ser apoyo y vida para la tierna carne
de la herencia.
Quiero traer el sueño al límite brumoso
de mi carne pintada en gris-azul-naranja,
olvidada de angustia, colmada de temeroso amor.
Hoy, ahora, cuando los días
son vampiros-lampreas
transformando la púrpura en doloroso negro.
Quiero soñarte. Te sueño como ayer entre jazmines
entre malvones y azules capullos de romero,
mientras la quieta calma juega con sus uñas de tedio.
Y las nubes con las sombras del mar y de las aguas
hacen fantasmas en gris sobre la luna.
De "El payaso del incendio". 1965
LA URGENCIA DE AYER QUIERO OLVIDARLA
La urgencia de ayer – aquella que perturbó mis ojos-
quiero olvidarla. He consumido demasiadas razones
en el espacio que transcurre desde el Sol
hasta las sombras que su ausencia provoca.
He quebrado los dedos contra la risa de los días,
ofrecido invisible llorar al iris torturado
y convado los pliegues de la carne transformada
por el despiadado sucederse de los años.
Quiero olvidar la urgencia que me empuja
a malgastar la calma de hoy por la futura.
No tiene la existencia tantas fuerzas
para darnos la petulancia de los dioses
que sin razón – tal vez con ella-
deshacen y vuelven a construir iluminados
historias repetidas en los tiempos.
Es miserable la parte de paz adjudicada
y monstruosa la sed que nos empuja
a caminos sin forma, a cielos sin estrellas.
Quiero cambiar la lucha por la espera del labio
de la flor, también de la palabra sin el grito.
La calma con el temblor del negro agazapado
debo cambiarla, tendremos que cambiarla
con los días.
De "El payaso del incendio". 1965
SERÍA JACTANCIA INNECESARIA Y TONTA
Sería jactancia innecesaria y tonta
hacer un inventario intelectivo
del negro sobre el blanco que mis ojos
llevaron al cerebro y a la herencia.
Habiendo caminado tantos pueblos
obligué a mi alma a entrar en ellos
y tuve que sumar a geografías
las pieles que explotaban con ideas
y cuales destruían los nidos interiores
actuando como buitres, serpientes o escorpiones.
Igualmente es absurdo no decir que vivimos
todavía en proyecto, voluntad de ser dioses
y conscientes sabiendo que pasado y presente
tal vez sean un mito que molesta al futuro,
que no sabe de tiempos mensurables terrestres
y utiliza a los seres como escombros minúsculos
que recobran misterios al pasar de los siglos.
Conviviendo con almas, jugueteando con libros,
voy de intentos y búsquedas, de consultas y sueños.
La inocencia se perdió con el rumbo de ida
y también muchas culpas que al nacer nos agregan.
Existir nos exige a pensar y a ser libres,
siendo esclavos constantes de una vaga entelequia
que nos teje valores, cualidades y esencias.
El espíritu muerde y la carne se quiebra
y no vale el proyecto de sumar inventarios
al andar trashumante en el sur o en el norte,
con el grito y el beso al final de nosotros,
de custodios maduros por estar en el mundo
y querer que se cambie sin terrores o miedos.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
IMPOSIBLE EVADIRSE, EVADIRLAS
Imposible evadirse, evadirlas,
pasar por ignorantes de su fuerza.
Ellas son el camino, la orden misteriosa
que debe ser cumplida y ninguno discute.
Ellas hacen su vida,
no explican su nacimiento o su derrota.
Son igual a los astros:
No dan un paso atrás,
y son las gobernantas de las pieles.
Ellas son las palabras,
no las simples palabras,
sino la esencia hablada.
Imposible evadirse, evadirlas,
ellas son propietarias visibles y cortantes
de cada instante de nuestra propia vida.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
OFICIO INGRATO EL DE VIVIR ANDANDO
Oficio ingrato el de vivir andando,
de estar un día en África
y al otro en New York o Amsterdam.
Oficio ingrato el de tener el vicio
de mirar con asombro y comparar las pieles
en vez de pasar sin darse vuelta.
Oficio ingrato el de ser escriba solitario,
anónimo, sin paga o compromisos
que deban decir blanco cuando el color es negro.
Oficio ingrato el de haberse propuesto
estar en el presente con la pasión hirviendo
y pretender ideas posibles para muchos.
Oficio ingrato el de firmar salario
en vez de hacerse cómplice
de formas diferentes de capital y status.
Oficio ingrato soñar el aquelarre,
la existencia posible de libertades plenas
cuando son las torturas el pan de cada instante.
Oficio ingrato este juego que juegan
los que hacen poemas y dejan de costado
al que sólo con armas pretende dominarnos.
Oficio ingrato, hermoso al mismo tiempo,
es casi ser un dios con los codos quebrados,
es casi ser un árbol, o nube, o pájaro.
Oficio por oficio, prefiero este salario
que día a día llega por el vivir andando
y ser el testimonio, el escriba sin nombre
del tiempo del azul en vez del negro.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
LAS SOMBRAS DE MIS SOMBRAS
Las sombras de mis sombras
no robarán mis soles.
Vagabundo de tierras,
de pieles y de almas,
encontraré en las nubes
los sueños que imagino
después de haber soñado.
Compinche del espacio
quito de mis tobillos fango,
hago de la razón un mito
y detengo mi mente
despierta en la placenta
antigua y renovada
del amor y las flores.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
MI TIEMPO DE LA TIERRA
Mi tiempo de la tierra
lo sembré con trabajo.
Trabajo de las manos
puliendo la madera,
amarrando los barcos,
agotando la sangre
en busca del salario.
Sumé a tanto esfuerzo
poemas y canciones
y besos y caricias
y afectos que perduran
después de los océanos.
Amé a los que saben,
a todos los que enseñan
al hombre a ser más bueno.
También, por necesario,
el grito fue mi amigo
y en tiempos de tormenta
lo tuve preparado
(no sabiendo de armas
no había otra defensa)
para vencer las sombras.
Mi tiempo de la tierra
es simple como el fuego
y claro como el agua.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
MUCHOS
Muchos – más de la cuenta imaginada-
me tomarán por loco, o tonto, disléxico o tarado.
Se reirán de algún poema que dice flor o canto,
sonrisa, beso, lengua, labio,
seno, pezón, amor, nubes o árbol,
que repito a sabiendas, minuto tras minuto
jornada tras jornada, desde los nueve años.
Muchos, puedo verlo en sus caras bobonas
de prehistoria humana que poseen,
me tomarán por “doido”
creerán que mis gritos, algunos ya alaridos,
imprevistos, absurdos, cortantes como látigos,
indican cómo pierdo el rumbo del cerebro
de un capitán de barco inmenso y automático.
Ninguno se equivoque:
poseo una cordura coherente y estudiada
que tiene como proa un mundo de futuro
tan dulce como miel
y hermoso como nube difusa de otoño o primavera.
Practico el alarido para llegar al alba
y haciendo divisiones afirmo con mi sangre
que tuve más ventura los tiempos de poeta
-decidor de palabras bordeando incoherencias-
del otro en obligado fui cuerdo como tantos
que olvidaron la dicha de aprender cosas simples,
o jugar con sapitos, cascarudos o iguanas
– vestidos de uniforme, heroicos como Ulyses-
en un barrio perdido entre zanjas y cielos
y sabios analfabetos inmigrantes buenos
que tenían por nombre “papá”, “mamá” o “nona”
y todo su abolengo en vida lo escribieron
en la piel de sus hijos, en la piel de sus nietos.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
ANDUVE, DE MAR EN MAR
Anduve, de mar en mar, de tierra en tierra,
sin darle descanso a los asombros y al trabajo.
Le di la mano a millones de seres diferentes
y mis ojos fueron perdiendo la potencia
de tanto ver en cada rincón donde paré la marcha.
Ahora navego de observador estático
y sigo siendo asombro cuando husmeo futuro
en pieles, ladrillos, lecturas o esqueletos.
Sigo creando versos, son mis hermanos
en esta dura vida de ser caminador de océanos.
Tal vez parezcan simples, ingenuos o pueriles:
ninguno se equivoque:
poseen – escondidos – visiones y saberes
de un ser que vio los bordes
de dos instantes cruciales del planeta.
Anduve por las tierras más pobres de la tierra
y en los markets más ricos que hicimos con consumos,
computadoras y la imbatible química
que transformó el petróleo en carne o chocolate.
Fui amigo de sabios, de taumaturgos y poetas,
leí más de la cuenta, indagué tantos libros
que temí, algún día, olvidarme la forma de leer
o marcar una cita ingenua o importante.
Anduve de vagabundo solitario y sin rango
y a horas del descanso alimento esperanzas
pero también presiento temblores misteriosos
que ayer no conocía y ahora se presentan
– como siempre sucede- cuando tiempos y fuerzas
se acercan al cociente de cero en la tarjeta etérea
que el día en que nacimos alguno nos entrega
para llenar a mano en tiempo no muy largo.
De “De mar en mar de tierra en tierra - 1980
PRÓXIMO PROGRAMA JUEVES A LAS 22 HS (HORA ESPAÑOLA)