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BIOGRAFIA DE TOMÄS TRANSTÖMER
Tomas Tranströmer nace el 15 de abril de 1931 en Estocolmo (Suecia). Sus padres, Helmy y Gösta Tranströmer, eran maestra de escuela y redactor periodista respectivamente. Nació en el seno de una familia liberal que se separó durante su infancia, criándose con su madre en un barrio obrero de Estocolmo.
En su libro Visión de la Memoria, autobiografía que escribe a los 60 años, y que relata su infancia y pubertad, hasta que termina su educación secundaria, él escribe:
“El recuerdo más temprano que puedo registrar es un sentimiento. Un sentimiento de orgullo. Acabo de cumplir tres años y alguien dice que esto es muy importante, que ahora ya soy grande. Estoy acostado en una habitación luminosa y luego me levanto y camino sobre el piso, increíblemente conciente de que me estoy volviendo grande, papá está aún en familia, pero pronto la abandonará.”
Después del divorcio él vivirá con su madre en un edificio de clase media baja, escribe:
“Una diferencia importante entre mi vida y la de mis compañeros de curso era que yo no tenía un papá para mostrar. La mayoría eran niños de hogares de trabajadores. Donde el divorcio no era al parecer nada frecuente. Yo no quise nunca aparentar que mi situación familiar era algo especial. Ni siquiera para mí mismo, aparentaba. Yo tenía un papá. Aunque lo veía solamente una vez al año (normalmente en navidad), tenía contacto con él.”
Una vez, durante la guerra, anduvo en un barco torpedero y desde allí me mandó una divertida carta. Yo hubiese querido mostrar esa carta, pero no parecía apropiado:
“En la primavera de 1940. Yo era un muchacho flaco de 9 años que se inclinaba sobre el mapa de la guerra en los diarios, en donde las ofensivas de las divisiones acorazadas alemanas estaban representadas con flechas negras, las flechas penetraban en Francia y vivían también como parásitos en nuestros cuerpos, enemigos de Hitler. Yo me contaba realmente entre ellos. ¡Nunca estuve tan realmente comprometido en política!”
Estudió la educación secundaria en el Instituto “Södra Latin”. De la época de adolescente recuerda: “Sólo un par de mis compañeros de clase de la Escuela Popular pasaron a la Escuela secundaria. Y ninguno, salvo yo mismo, solicitamos entrada en la Escuela Superior Secundaria para Varones de Söder malm, es decir el Södran Latin. Era un colegio para varones y sólo en cursos superiores había alguna profesora mujer.”
En 1946 comienza el bachillerato, relata: “Durante el segundo año de gimnasio, comencé con mi propia manera modernista de escribir poesía. Al mismo tiempo me sentía atraído por la poesía antigua y cuando las lecciones de latín pasaban de los textos históricos sobre las guerras, senadores y cónsules, hasta los versos de Catulo y Horacio, yo me deslizaba de buena gana en el mundo del poema que el Carnero presidía. (El Carnero era el apodo de su profesor de latín y griego). Más o menos por entonces comenzaron a entrar en mi propia escritura dos formas de estrofa horaciana: la sáfica y la alcaica. El verano posterior a la graduación escribí dos poemas en metro sáfico. Uno es “Oda a Thoreau” , que luego adelgazó hasta ser “Cinco estrofas para Thoreau”, mientras las partes más juveniles fueron eliminadas. El otro poema fue “Tormenta”, parte de la suite “Archipiélago otoñal”. Horacio era para mí como un contemporáneo. Era como René Char, Loerke o Einar Malm. Fue algo tan ingenuo que se interpretó como sofisticado.” Así termina “Visión de la memoria”.
Se graduó en Psicología, en Historia de la literatura y en Historia de las religiones en la Universidad de Estocolmo, en 1956.
Comenzó a escribir a los trece años, y publicó su primera colección de poemas,”17 dikter”(Diecisiete poemas), en 1954 cuando tenía veintitres años. En años posteriores publicó ”El cielo a medio hacer”(1962), donde escribe sobre la separación de sus padres y de su época de estudiante.
Publica ”Visión nocturna” en (1970),”Bálticos”en (1974) y”Para vivos y muertos”(1989). Compaginó la escritura con su trabajo como psicólogo atendiendo a presidiarios y reahabilitando a jóvenes marginales drogodependientes y delincuentes, también trabajó con pacientes que habían padecido traumatismos severos, actividad que se refleja en su poesía. En 1996 publicó la obra de poesía “Góndola Fúnebre” (Sorgegondolen) de la que vendió más de 30 000 ejemplares.
Su antología más reciente”Den stora gåtan” (Gran enigma), se publicó en el 2004. También editó una autobiografía corta “Minnena ser mig”(Los recuerdos me miran – Visión de la memoria), en 1993.
Su trabajo, aunque se apoya en un lenguaje”modernista, expresionista” y a veces ”surrealista” con retratos aparentemente simples a partir de la vida diaria, de la naturaleza en detalle, la depresión sufrida a los quince años, que pronto supera o las experiencias vividas durante la guerra, revela una penetración mística en cuanto a los aspectos universales de la mente humana.
En noviembre de 1990 perdió el habla y la fuerza en el lado derecho tras un ictus. Como anticipándose a su propio destino, en su poema de Bálticos (Östersjöar, 1974)” había dejado escrito: Entonces llega el derrame cerebral: parálisis en el/ lado derecho con afasia, solo comprende frases cortas: dice palabras inadecuadas / Así, no lo alcanzan ni el ascenso ni la condena/ Pero la música permanece, sigue componiendo en/ su propio/ estilo,/ se convierte en un fenómeno de la medicina por/ todos los años/ que le quedan por vivir…
Su esposa escribe lo que dicta y el piano lo ejecuta con la mano izquierda.
El gran enigma de Tranströmer es haber podido trasladar sus imágenes e ideas a poemas, creando un lenguaje en ausencia de palabras, como proféticamente propuso en su poema De marzo del 79:
Cansado de todos los que llegan con palabras. / palabras pero no lenguaje,/ .Parto hacia la isla cubierta de nieve./ Lo salvaje no tiene palabras./ ¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones!/ Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve./ Lenguaje, pero no palabras.
Si comparamos su obra escrita antes y después del ictus observamos una radical disminución de la fluidez en el lenguaje, condicionada por una pérdida de la contigüidad o el eje sintagmático, típicamente alterado en una afasia motora, de predominio no fluente o de Broca. Se produce una disolución –término Jacksoniano contrario al de evolución– hacia etapas previas o esenciales del lenguaje. Desaparecen los artículos, las preposiciones y la narrativa del discurso, manteniéndose otras funciones relacionadas con lo que el lingüista ruso Jakobson denominó el eje metafórico, esto es, la capacidad para hallar similitudes y crear imágenes. Una obra previamente concentrada, se redujo tras el ictus a una fórmula poética expresiva japonesa desprovista de gramática y telegráfica en estilo: el haiku. Su comunicación, a partir de entonces, estuvo apoyada en su mujer, Mónica, y en el piano.

En 2011, Tranströmer recibió el premio Nobel de Literatura por sus “imágenes translúcidas, condensadas que nos abren un camino nuevo hacia la realidad”. Algunas de esas imágenes fueron creadas a pesar de una afasia grave con disgrafía, mediante la música y la poesía, como las de su último poema:
El Gran Enigma:
Aves Humanas/
florecían los manzanos.
Falleció en Estocolmo el 26 de Marzo de 2015.00
La crítica internacional lo consideró uno de los poetas más sobresalientes de Suecia. Su obra de estilo modernista, expresionista habla de los sueños, de sus raíces de la fortaleza del ser humano. Su propio editor consideraba que la obra del poeta realizaba un análisis sobre la identidad del ser humano individual frente al resto del mundo.

En el 2011, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura; previamente había ganado los premios Bonnier para la poesía, el premio internacional Neustadt para la literatura, el premio Övralid, el Petrach, de Alemania, y el galardón sueco del Foro Internacional de la Poesía.
Su obra poética ha sido traducida a cincuenta idiomas.
Uno de sus epígonos, en la lengua castellana, es el poeta Sergio Badilla Castillo, quien vivió en Suecia durante casi dos décadas y es uno de sus múltiples traductores. El poeta y traductor uruguayo Roberto Mascaró,( exiliado en Suecia durante la dictadura en Uruguay) que realizó dos colecciones de la obra de Tomas en el 2010, señaló al serle otorgado el Nobel:
Su poesía demuestra que las lenguas son barreras superables. […] Siempre he tenido la certeza de que su poesía es universal, aporta a la paz y a la comprensión de las etnias, sobre todo en esta etapa de la humanidad donde estos problemas aún no están superados. Digo esto porque me lo indica el hecho de conocerlo desde hace 30 años, cuando llegué a Suecia y me convertí en su traductor al español.
El escritor y traductor chileno Omar Pérez Santiago ha escrito:
Tranströmer ha entrado con todos los méritos a la gloria de los Nobel. El lector descubrirá que hay más que Stieg Larsson y sus novelas policiales en la literatura sueca. (…) Los poemas de Tranströmer sobre la fugacidad de la vida –el “Memento mori,” la finitud, la vida pasajera- son lúcidos, serenos, tensos y auténticos. La capacidad de hablar con sus recuerdos, sus propios cementerios, es una canción envolvente para los que ya no están. Está dicho: Tranströmer no escribe sobre la muerte. Escribe sobre los muertos. Recordar es un tributo a nuestros propios muertos y revela la importancia fantasmal que ellos tienen en nuestras vidas.
En cuanto a la música, Tranströmer tocó el piano durante toda su vida. Y después de quedar hemipléjico aprendió por sí mismo a tocar el piano solo con su mano izquierda.
Su hija es una cantante concertista que en 2011 presentó el álbum “Dagsmeja”, con canciones basadas en poemas de su padre. Muchos músicos y compositores han trabajado con sus poemas, entre ellos Torbjörn Nilsson, Maurice Karkoff, Lennart Hedwall, Håkan Parkman, Fredrik Jakobsson, Gustav Alexandrie, Ulf Grahn, Stig Gustav Schönberg, Madeleine Isaksson, Per Gunnar Petersson, Margareta Hallin, Lars Edlund, Sven-David Sandström, Johan-Magnus Sjöberg, Jan Sandström, Andrea Tarrodi, Maria Löfberg, Anders Eliasson y Bo Hansson.
Reconocimientos
• 1966: Bellmanpriset (Bellmanpriset) (Suecia)
• 1975: Premio Övralid
• 1981: Premio Petrarca (Alemania)
• 1990: Premio Internacional Neustadt de Literatura (Estados Unidos)13
• 1990: Premio de Literatura del Consejo Nórdico, por For the Living and the Dead/För levande och döda (países nórdicos)
• 1991: Premio Nórdico de la Academia Sueca (Suecia)
• 1992: Horst Bienek Prize for Poetry (Horst-Bienek-Preis für Lyrik) (Alemania)
• 1996: Augustpriset (Premio Augusto), por Sorgegondolen/Sorrow Gondola (Suecia)
• 1998: Premio Jan Smrek (Eslovaquia)
• 2003: Struga Poetry Evenings Corona de Oro (Macedonia del Norte)
• 2007: The Griffin Trust, Lifetime Recognition Award (Canadá)
• 2011: Premio Nobel de Literatura (Suecia)
Obras
1954 – 17 poemas (17 dikter)
1958 – Secretos en el camino (Hemligheter på vägen)
1962 – El cielo a medio hacer (Den halvfärdiga himlen)
1966 – Tañidos y huellas (Klanger och spår)
1970 – Visión nocturna (Mörkerseende)
1973 – Senderos (Stigar)
1974 – Bálticos (Östersjöar)
1978 – La barrera de la verdad (Sanningsbarriären)
1983 – La plaza salvaje (Det vilda torget)
1989 – Para vivos y muertos (För levande och döda)
1993 – Visión de la memoria (Minnena ser mig)
1996 – Góndola fúnebre (Sorgegondolen)
2001 – Haikus y otros poemas (Fängelse: nio haikudikter från Hällby ungdomsfängelse, 1959)
1998 Para vivos y muertos.
2004 – El gran enigma (Den stora gåtan)
2011 – Deshielo a mediodía (Dikter
En la cultura popular
Uno de sus poemas, de la traducción hecha por Robin Fulton (New Collected Poems, Bloodaxe Books, 1997/2011) al inglés de The Half-Finished Heaven (El cielo a medio hacer), aparece citado al inicio y al final del último capítulo de la cuarta temporada de la versión británica de la serie de televisión Wallander.
Su obra Secretos en el camino es mencionada en la película estadounidense de comedia”Ted 22″ (2015).

Nota aparecida en el periódico El español en ocasión de la visita de Transtomer a España. Homenaje en el CIRCULO DE BELLAS ARTES. La Cátedra Vargas Llosa y la Embajada de Suecia homenajean al poeta sueco, Nobel de Literatura 2011, en un acto en el Círculo de Bellas Artes que ha contado su presencia
19 octubre, 2012
Alberto Ojeda
Tomas Tranströmer
Una apoplejía dejó sin habla a Tomas Tranströmer (Estocolmo, 1931). A su lado siempre va su mujer, Monica, a la que lleva unido más de 50 años. Ella traduce sus gestos: guiños, diversas tonalidades de sonrisas, movimientos de manos y brazos, sus silencios… Esta noche ha tenido que redoblar sus esfuerzos de intérprete. El poeta sueco, galardonado con el Premio Nobel en 2011, “porque con sus imágenes condensadas y translúcidas nos da un nuevo acceso a la realidad”, ha visitado nuestro país y mucha gente que le admira y le quiere bien intentaba manifestarle su estima, mientras que él intentaba corresponderla. En el Salón de Columnas del Círculo de Bellas Artes, diversos poetas españoles, como Caballero Bonald, Juan Antonio González Iglesias y Carlos Pardo, han leído algunos de sus versos. Tranströmer ha escuchado sentado en su silla de ruedas, de la que colgaba un bastón. Ha sido el homenaje que la Cátedra Vargas Llosa y la Embajada de Suecia le han brindado.
Caballero Bonald, por aquello de ser el más veterano, ha abierto la lectura. Ha escogido Paso de peatones: “Muy por debajo del tráfico, en la tierra espera / el bosque no nacido, inmóvil por mil años”. El poeta jerezano ha reflexionado al término, en un aparte junto a elcultural.com, las razones por las que las obras de Tranströmer activan su interés al leer: “Siempre me ha parecido muy atractivo su sistema reflexivo sobre el que arma los poemas, que le permite penetrar en la experiencia con una gran profundidad, hasta encontrar muchos de sus secretos”.
Caballero Bonald ha sido presentado antes de acercarse al atril como el “Tranströmer español”. “Será por viejo. Aunque, bueno, él es más joven que yo, que soy casi una especie de patriarca. Ha sido halagador. Espero la comparación sea el anticipo de la concesión del Nobel”, bromeaba entre risas. Luego, ya en serio, ha reconocido los vasos comunicantes entre ambos: “A mí me interesa más su poesía meditativa que la narrativa. Ahí es donde compartimos la misma concepción de la expresión poética”. Y ha remachado: “Ha sido siempre un hombre que ha vivido al margen de las alharacas y los cenáculos literarios. Eso es muy de agradecer y un síntoma de poeta verdadero”.
Esa indiferencia hacia la fama la acreditaba su cabeza gacha mientras un enjambre de fotógrafos (profesionales y espontáneos) le asaeteaban con sus flashes. Eso sí, cuando ha llegado Vargas Llosa, ha vuelto a corresponder al afectuoso saludo del Nobel peruano con una sonrisa de claridad nórdica. Tranströmer tuvo claro desde jovencito que la dedicación en la que quería volcarse a lo largo de su vida era la de escribir poesía. Pero sabía que tenía que nadar y guardar la ropa. Difícilmente podría mantener a una familia alumbrando metáforas. Entonces decidió que debía hacer otra cosa a la vez, pero no quería que ésta fuera incompatible con su vocación. La psicología le dio la solución, porque lejos de apartarle de la poesía, lo que hizo fue sumar una rica experiencia en su biografía, que luego él destiló en sus libros. Sobre todo porque su labor como terapeuta de la mente se desarrolló en hospitales, centros de enseñanza de niños conflictivos, cárceles… Algo que le creó un fuerte sentido cívico, un compromiso estrecho con sus congéneres.
“Uno de los aspectos de la poesía de Tranströmer es precisamente ese lado ético. La defensa del bien que hace. Lo dice en su poema En el delta del Nilo: “Hay uno que es bueno. / Hay uno que puede verlo todo sin odiar”. Es importante que lo sepamos, que siempre a nuestro alrededor alguien será puro e incapaz de odiar”, explica Juan Antonio González Iglesias. “Es una poesía moral que no cae en la moralina”. Para el autor de Eros es más, en Tranströmer también se da una virtud que, a su juicio, es exigible a todo poeta actual: “La sencillez. Sus metáforas son fácilmente comprensibles, sin dejar de ser metáforas”. González Iglesias, que ha venido desde Francia (lleva un par de meses viviendo como escritor residente en la finca de Marguerite Yourcenar) expresamente para el homenaje, coge carrerilla y empieza a enunciar más cualidades: “También su reivindicación de la singularidad humana en mitad de la masa, del hombre refinado por las artes; su capacidad profética, que le llevó a profetizar su propio ictus; que escuche a los sueños y luego sea capaz de transmitirlos…”.
Carlos Pardo también es un gran entusiasta de Tranströmer, al que lee desde hace años, como, dice, “muchos poetas españoles de mi generación, que fuimos muy felices el día que le dieron el Nobel y en los que ha influido muchísimo”. Él se encargó escribir el prólogo de El cielo a medio hacer, la antología de su poesía publicada por Nórdica, la editorial que tomó el testigo de Hiperión en la edición en España de la obra del poeta sueco. Aunque el primero que lo introdujo en nuestro país fue el traductor Roberto Uriz a través de revistas literarias. Pardo cree que hay un verso de Tranströmer que concentra toda su esencia: “El mundo y yo dimos un salto el uno hacia el otro”. El poeta abraza el entorno que lo rodea, pero lo hace “fuera de los clichés de lo que aquí conocemos como la poesía de la experiencia. Él es un poeta muy real pero no realista, porque incorpora toda la imagenería propia de las vanguardias, con una gran riqueza simbólica”.
Eso sí, sin pedantería ni fuegos artificiales. Todo lo contrario: en Tranströmer es evidente, como subraya Esther Ramón, que su intención no es ser poeta sino poema. Queda patente en Pájaros matinales: “Fantástico sentir cómo el poema crece / mientras voy encogiéndome. / Crece, ocupa mi lugar. / Me desplaza. / Me arroja del nido. / El poema está listo”.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.nobelprize.org/prizes/literature/2011/8488-nota.
Visión de la memoria edción letras Nördicas. Salamanca 13/abril/2012
Bálticos y otros poemas Colacción Visor Traducción de Francisco Uriz.
Deshielo a mediodía. Poesía Nordica Libros.Traducción de Roberto Mascaró.
Para vivos y muertos. Poesía Hiperión Traducción de Roberto Mascaró y versión de Bálticos de Uriz. 1989
https://www.nobelprize.org/prizes/literature/2011/8488-nota-biobibliografica-2011/
SELECCIÓN DE POEMAS DE TOMÁS TRANSTÖMER
CINCO ESTROFAS PARA THOREAU
Otro más abandonó el anillo pesado
de voraces piedras de la ciudad. Cristalina como
la sal es el agua que golpea todas las cabezas
de los auténticos refugiados.
El silencio subió hasta aquí desde el centro de la tierra
en un lento remolino, para arraigarse y crecer,
y con su corona espesa hacer sombra a las escaleras
del hombre, ardientes por el sol.
El pie patea involuntariamente un hongo. Una nube
de tormenta se agranda en el borde. Cómo cuernos de cobre,
las retorcidas raíces del árbol dan el tono y temerosas
las hojas se dispersan.
La salvaje fuga del otoño es su abrigo ligero que
flamea hasta que el rebaño de días tranquilos vuelva
de la helada y las cenizas, y bañen
sus garras en la fuente.
Nadie cree en el que camina y vio un géiser
al huir del pozo de piedras, como Thoreau, y sabe
desaparecer en la profundidad de su verde interior,
lleno de ingenio y de esperanza.
De: 17 Poemas (1954) Versión de Juan Carlos Villavicencio
TORMENTA
De pronto el caminante halla aquí el viejo
roble gigante, como un alce convertido en piedra
con su ancha copa ante fortaleza verde negra
del mar de septiembre.
Tormenta del norte. Es el tiempo cuando las serbas
Maduran. Despierto oye en la oscuridad
Las constelaciones estampadas
En lo más alto del roble
De 17 Poemas (1954) Traducción de Francisco J, Uriz
SIESTA
Pentecostés de piedras. Y con lenguas crujientes…
La ciudad ingrávida en el espacio del mediodía.
Sepultura en luz hirviente. El tambor que acalla
los palpitantes puños de la eternidad cautiva.
El águila sube y sube sobre los que duermen.
Un sueño en que la piedra del molino se vuelve como el trueno.
Pasos del caballo con la venda en los ojos.
Los palpitantes puños de la eternidad cautiva.
Los que duermen cuelgan como péndulos en el reloj del tirano.
El águila planea, muerta, en las cascadas que fluyen del sol.
Y resonando en el tiempo -como el ataúd de Lázaro-
el ombligo que late, de la eternidad cautiva.
De Secretos en el camino (1958)
IZMIR A LAS TRES
Justo enfrente, en la calle casi vacía,
dos mendigos: uno sin piernas
es llevado en las espaldas del otro.
Estuvieron allí -como en un camino de media noche un animal
queda cegado mirando fijamente a los faros del coche-
un instante y siguieron su camino;
se movían como muchachos en un patio de colegio,
rápidos sobre la calle mientras las miríadas de relojes
del calor del mediodía sonaban en el espacio.
El azul pasó resbalando por la rada, brillando.
El negro se agachó y encogió, observando, desde las piedras.
El blanco creció hasta ser tormenta en los ojos.
Cuando las tres de la tarde fueron pisoteadas bajo cascos
y la oscuridad palpitaba en la pared de la luz,
la ciudad se arrastraba a las puertas del mar
y relucía en el prismático del buitre.
De Secretos en el camino (1958)
NUEVE HAIKUS
(Nueve haikus del hospicio de jóvenes Hällby, 1959)
Se juega al fútbol;
confusión, la pelota
va sobre el muro.
*
Ruido se hace
para espantar el tiempo,
para apurarlo.
*
Vidas mal escritas:
la belleza persiste
como un tatuaje.
*
Ladrón cazado:
con los bolsillos llenos
de setas frescas.
*
Ruidos de taller,
torres de pesado andar
al bosque asombran.
*
Se abre la puerta;
en el hospicio estamos,
en nueva era.
*
La luz se enciende:
el aviador ve manchas
de luz irreal.
*
Noche: un camión
pasa, los internados
sueñan temblando.
*
Él bebe leche
y se duerme en su celda,
madre de piedra.
De Prisión (1959)
DESHIELO A MEDIODÍA
El aire matinal repartió sus cartas con sellos incandescentes.
La nieve iluminó y todos los pesares se alivianaron: un kilo pesaba
apenas setecientos gramos.
El sol estaba alto sobre el hielo, volando por el lugar, caliente y frío
a la vez.
El viento avanzó lentamente como si empujase un cochecillo de niño
frente a sí.
Las familias salieron, vieron cielo abierto por primera vez
en mucho tiempo.
Estábamos en el primer capítulo de un relato muy intenso.
El resplandor del sol se adhería a todos los gorros de piel,
como el polen a los abejorros,
y el resplandor del sol se adhirió al nombre INVIERNO
y se quedó allí hasta que el invierno hubo pasado.
Una naturaleza muerta de troncos, en el lago, me puso pensativo.
Les pregunté:
«¿Me acompañan hasta mi niñez?» Respondieron: «Sí».
Desde la espesura se escuchó un murmullo de palabras
en un nuevo idioma:
las vocales eran cielo azul y las consonantes eran ramas negras
y hablaban
muy lentamente sobre la nieve.
Pero la tienda de saldos, haciendo reverencias con su
estruendo de faldas,
hizo que el silencio de la tierra creciese en intensidad.
De El cielo a medio hacer (1962)
‘ALLEGRO’
Toco Haydn después de un día negro
y siento un sencillo calor en las manos.
Las teclas quieren. Golpean suaves martillos.
El tono es verde, vivaz y calmo.
El tono dice que hay libertad
y que alguien no paga impuesto al César.
Meto las manos en mis bolsillos Haydn
y finjo ser alguien que ve tranquilamente el mundo.
Izo la bandera Haydn -significa.
«No nos rendimos. Pero queremos paz».
La música es una casa de cristal en la ladera donde vuelan las piedras, donde las piedras ruedan.
Y ruedan las piedras y la atraviesan
pero cada ventana queda intacta.
Del libro El cielo a medio hacer (1962), incluido en la antología Deshielo a mediodía (Editorial Nórdica). Traducción de Roberto Mascaró.
“LOS RECUERDOS ME MIRAN”
Una mañana de junio es muy temprano
Para despertar, pero tarde para dormir de nuevo.
Debo ir a la hierba que está llena
De recuerdos, que me siguen con la mirada.
No se ven, se mezclan completamente
Con el fondo, camaleones perfectos.
Tan cerca que los escucho respirar
A pesar que el canto de los pájaros es estridente.
De: La Plaza salvaje. 1983 Traducciónde Roberto Mascaró
DO MAYOR
Cuando bajó a la calle luego del encuentro amoroso
remolineaba nieve en el aire.
El invierno llegó
mientras yacían juntos.
La noche lucía blanca.
Iba apurado por la alegría.
La ciudad toda se inclinaba.
La sonrisa de los que pasaban
-sonreían todos tras los cuellos subidos.
¡Todo era libre!
Y todas las interrogaciones empezaron a cantar la existencia de Dios.
Eso le pareció.
Liberada, una música
se deslizó a zancadas
por la vertiginosa nieve.
Todo en dirección al Do.
Una brújula trémula apuntando hacia el Do.
Una hora por encima del dolor.
¡Era fácil!
Sonreían todos tras los cuellos subidos.
Versión de Roberto Mascaró De "El cielo a medio hacer" 1962
DESDE LA MONTAÑA
Estoy en la montaña y veo la ensenada.
Sobre el área estival, reposan los veleros.
«Somos sonámbulos. Lunas vagabundas.»
Eso dicen las velas blancas.
«Nos deslizaremos por una casa dormida.
Abriremos las puertas lentamente
Nos asomamos a la libertad.»
Eso dicen las velas blancas.
Un día vi navegar los deseos del mundo.
Todos el mismo rumbo: una misma flota.
«Ahora estamos dispersos. Séquito de nadie.»
Eso dicen las velas blancas.
De: El cielo a medio hacer (1962) (Traducido del sueco por Roberto Mascaró).
LAMENTO
Él dejó la pluma.
Quedó quieta en la mesa.
Quieta en el vacío.
Él dejó la pluma.
¡Demasiado lo que no se puede escribir ni callar!
Está paralizado por lo que sucede muy lejos
aunque la prodigiosa mochila late como un corazón.
Afuera, es el comienzo del verano.
Del verdor llegan silbos -¿personas o pájaros?
Y cerezos en flor que palmean los camiones que llegaron a casa.
Pasan semanas.
Se hace lentamente noche.
Las polillas en la ventana:
pequeños, pálidos telegramas del mundo.
Versión de Roberto Mascaró De "El cielo a medio hacer" 1962 Nórdica Libros S.A. 2010
EL CIELO A MEDIO HACER
El desaliento interrumpe su curso.
La angustia interrumpe su curso.
El buitre interrumpe su vuelo.
La luz tenaz se vuelca;
hasta los fantasmas se toman un trago.
Y nuestros cuadros se hacen visibles,
animales rojos de talleres de la Época Glaciar.
Todo empieza a girar.
Andamos al sol por centenares.
Cada persona es una puerta entreabierta
que lleva a una común habitación.
Bajo nosotros, la tierra infinita.
Brilla el agua entre árboles.
La laguna es una ventana a la tierra.
Versión de Roberto Mascaró De 'El cielo a medio hacer
UN ARTISTA EN EL NORTE
Yo, Edvard Grieg, me movía como un hombre libre entre hombres,
bromeaba habitualmente, leía los periódicos, viajaba y marchaba.
Yo dirigía la orquesta.
El auditorio con sus lámparas temblaba de triunfo como balsa del ferrocarril
en el momento de atracar.
Me transporté hasta aquí para ser corneado por el silencio.
Mi cabaña de trabajo es pequeña.
El piano de cola está aquí tan apretado como la golondrina
bajo la teja.
En general, los bellos acantilados a pique callan.
No hay ningún pasaje
pero hay una compuerta que a veces se abre
y una peculiar luz que mana directamente del duende.
¡Disminuir!
Y los golpes de martillo en la montaña llegaron
llegaron
llegaron
llegaron una noche de primavera a nuestra habitación
disfrazados de latidos de corazón.
El año anterior a mi muerte, enviaré cuatro salmos para rastrear
a Dios.
Pero eso empieza aquí.
Una canción de aquello que está cerca.
Lo que está cerca.
Campos de batalla dentro de nosotros
donde los Huesos de los Muertos
luchan para volverse vivos.
De Tañidos y huellas (1966)
VISIÓN DE LA MEMORIA
Una mañana de junio, demasiado temprano
para despertar, pero tarde para volver a dormirse.
Tengo que salir al verdor que está lleno
de recuerdos, y ellos me siguen con la mirada.
No se ven, se funden totalmente
con el fondo, camaleones perfectos.
Estoy a un paso de oírlos respirar
pero el canto del pájaro ensordece.
Versión de Roberto Mascaró De "La plaza salvaje" 1983 Nórdica Libros S.A. 2010
EN LA EUROPA PROFUNDA
Yo, casco oscuro que flota entre dos puertas de esclusas,
descanso en la cama del hotel, mientras alrededor despierta la ciudad.
La alarma silenciosa y la luz gris penetran
y me suben lentamente hasta el próximo nivel: la mañana.
Horizonte escuchado. Algo quieren decir, los muertos.
Fuman pero no comen, no respiran pero les queda voz.
Voy a apurarme por las calles, como uno de ellos.
La catedral ennegrecida, pesada como una luna, hace flujo y reflujo.
De Para vivos y muertos (1989) Traducción de Roberto Mascaró
CAE LA NIEVE
Los entierros llegan
más y más apretados
como los carteles de autopista
cuando nos acercamos a una ciudad.
Miles de personas miran
hacia el país de las sombras largas.
Un puente es construido
lentamente,
derecho hacia el espacio.
De El gran enigma (2004) Traducción de los poemas de Roberto Mascaró,
RETRATO CON COMENTARIO
He aquí el retrato de un hombre que conocí
Sentado a la mesa con el diario abierto.
Los ojos se cierran tras las gafas.
El traje está lavado con el relumbre del pinar.
Es un rostro pálido y a medio terminar.
Pero él siempre ha inspirado confianza. Por esto
La gente evitaba acercársele
Y quizás así, toparse con la desgracia.
Su padre ganaba dinero como si fuese rocío.
Pero en la casa, sin embago, nadie andaba seguro.
Se tenía la sensación de que pensamientos extraños
se metían en la casa `por las noches.
El diario era gran mariposa sucia,
la silla y la mesa y el rostro, descansan.
La vida se detuvo en grandes cristales.
Pero ¡dejemos que se quede un momento suspendido!
* * *
Eso que soy yo en él descansa.
Existe. Él no lo siente
y por eso existe y está vivo.
¿Qué es yo? A veces, hace mucho tiempo,
por unos segundos me acerqué
a qué es YO, qué es YO, qué es YO.
Pero cuando precisamente vi a YO,
Yo desaparecí y quedó un hueco
por el que yo caí como cayera Alicia
De “El cielo a medio hacer” (1962) Tradución de Roberto Mascaro
TAMBIÉN EN EL ESTADO DE BIENESTAR…
También en el estado de bienestar
existe la mujer sola
que golpea en su apartamento
con el martillo de sus lágrimas.
Y acurrucado en su abrigo
un hombre en el café
que machaca y machaca
la misma palabra en el almirez de su boca.
Y los chicos del reformatorio
que se tatúan mutuamente
para marcar
que pertenecen a otra tribu.
La presencia de la belleza
puede ser peligrosa.
La ausencia de la belleza
es mortal
Inédito. Traducción de Francisco Uriz
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