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52. Poesía más Poesía: Ernestina de Champourcín y Hernán Kozak

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ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN

BIOGRAFÍA

Ernestina Michels de Champourcín y Morán nació en Vitoria el 10 de julio de 1905. Era de familia católica y tradicionalista y con orígenes franceses y uruguayos.
Escribió prácticamente en todas las etapas de su vida. Normalmente su poesía se divide en estas tres fases:

  • poesía del amor humano (1905-1936)
  • poesía del amor divino (1936-1974)
  • poesía del amor sentido (1974-1991)

Recibió una educación esmerada con institutrices francesas e inglesas, llegando a hablar y escribir desde niña francés, inglés y castellano.
Desde pequeña escribía relatos breves y cuentos. A los doce años escribió en francés su primer poema.  Le encantaba inventar cuentos para narrarlos a las amigas.
A los 10 años ingresa en el colegio Sagrado Corazón y estudia el bachillerato elemental . Prepara el bachillerato superior en casa con profesores particulares. Aunque quería estudiar en la universidad, su padre se opuso y finalmente no accedió a estudios superiores. En aquel tiempo una alumna universitaria debía ir acompañada de su madre o de otra mujer adulta.

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La lectura deVíctor Hugo, Lamartine, Musset, Vigny, Maeterlinck y Verlaine determinó que eligiera el francés para componer sus primeros esbozos líricos. Más tarde, leyó a San Juan de la Cruz, Sta Teresa de Jesús, Rubén Darío, , Concha Espina, Amado Nervo, Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez, que se convirtió en su poeta de referencia después de adentrarse en las páginas de Platero y yo.

En 1923 publica sus primeros poemas en revistas como Manantial, Cartagena Ilustrada o La libertad.
A los 21 años publicó su primer poemario “En silencio”, con influencias románticas y modernistas que dedicó a Juan Ramón Jiménez, del cual era una gran admiradora. Envía un ejemplar de su obra a Juan Ramón Jiménez, pero no recibe respuesta. Sin embargo, coincide con el poeta y su esposa Zenobia Camprubí en La Granja de San Ildefonso. El poeta la invita a participar en sus tertulias de poesía en las que conoció a Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Emilio Prados, Vicente Aleixandre y a los poetas ingleses tanto de poesía clásica como moderna.
En 1928 Ernestina publicó “Ahora”, su segundo poemario.

Ernestina de Champourcín | Huellas De Mujeres Geniales


Fundó junto con María Maeztu, Concha Médez y otras el Liceo Femenino, primera organización femenina de la época para influir en cuestiones culturales y sociales. Ernestina era encargada de la sección de literatura.Fue la primera asociación femenina española cuyo fin era según sus estatutos “defender los intereses morales y materiales de la mujer, admitiendo, encauzando y desarrollando todas aqeullas iniciativas y actividades de índole exclusivamente económica, benéfica, artística, científica y literaria que redunden en su beneficio.”
Crearon en 1929 la Casa de los Niños, una guardería para hijos de mujeres trabajadoras.
Colaboró con distintos periódicos madrileños escribiendo a favor de la mujer

Ernestina izquierda con amigas. - Poesia Online
Ernestina (izquierda) con amigas.

En 1930 publica “Canciones de Mar y Tierra” y en 1931 su tercer poemario, “La Voz en el viento”. En las tertulias del Liceo Femenino se dieron cita todos los grandes intelectuales y artistas de la época. Era un centro con una gran vida social y una intensa actividad cultural. Fue amiga de la gran mayoría de escritores y artistas de la época. Junto a la profunda amistad y admiración que sentía hacia Juan Ramón Jiménez y Cenobia, frecuentaba la compañía y afecto de poetas como Concha Méndez y Altolaguirre, Emilio Prados y Rafael Alberti, etc. Entre el grupo de íntimos se encontraban Pilar Zubiaurre y Juan de la Encina. Estos le presentaron por primera vez a quien pasado cierto tiempo llegaría a ser su marido Juan José Domenchina, secretario del gabinete diplomático del Presidente de la República Manuel Azaña. Se casa con él en 1936. Gerardo Diego la seleccionó para su Antología de 1934. Solo se incluyeron los poemas de dos mujeres: Josefina de la Torre y Ernestina de Champourcin. El hecho de aparecer en esta antología consagró a Ernestina como poeta de Generación el 27. Gerardo Diego sufrió presiones para no incluirla en la obra antológica “Poesía española contemporánea”. Pero él la incluyó como miembro de su propia generación. Cuando Gerardo Diego le pidió para su “Poesía Española Contemporánea” un resumen de su poética, Ernestina se negó a definirse y contestó con aparente ligereza:“cuando todo el mundo define y se define, causa un secreto placer mantenerse desdibujada entre los equívocos linderos de la vaguedad y la vagancia”. En el año 1936 publica su siguiente libro de poesía “Cántico Inútil”.

Ernestina de Champourcin - Poesia Online

Desde el balcón de un cuarto piso de la calle Barquillo, Nº 23, Ernestina escucha los encendidos discursos de La Pasionaria, de Margarita Nelken, etc, pero también oye con horror el estruendo de las primeras bombas nacionales lanzadas sobre del Ministerio de la Guerra.

Durante la Guerra Civil, Juan Ramón Jiménez y Zenobia, preocupados por los niños huérfanos o abandonados, fundaron una especie de comité denominado “Protección de Menores”. Ernestina se sumó a este trabajo, haciendo labores de enfermera. Proporcionaban amparo a los niños huérfanos o abandonados a causa de la contienda, y algo después, traslada sus servicios al hospital dirigido por Dolores Rivas Cherif, esposa de Azaña. Su labor humanitaria no impide a la poeta publicar su única novela, “La casa de enfrente”, donde reflexiona desde una perspectiva crítica sobre la educación que recibían las niñas de la burguesía.  inicia la redacción de una novela “Mientras allí se muere”, inconclusa por falta de final o por que ese final fue destruido por la autora. Debido a las ideas políticas de Domenchina, afiliado a Izquierda Republicana, y a sus cargos políticos, secretario del gabinete diplomático del Presidente de la República Manuel Azaña, el joven matrimonio tiene que iniciar el exilio. Se desplazan con el gobierno y el 5º Regimiento a Valencia. El viaje lo realizan con otros intelectuales, entre los que se encontraban los vascos Pilar Zubiaurre y Juan de la Encina. Más tarde a Barcelona y de la Ciudad Condal con el ejército nacional en los propios talones pasan a Francia. Residen durante tres meses en Toulouse, acogidos por el Comité de Ayuda a los Intelectuales Españoles. El exilio para Ernestina no fue ni doloroso y traumático como lo fue para Juan José Domenchina. De espíritu aventurero y amante de los viajes, la escritora tomó el destierro como un viaje de aquellos que imaginaba y narraba en su niñez. Con el tiempo termina enamorada de la gente y de la geografía de México. Una vez instalados en México, Juan José rechaza el trabajo de profesor al no sentirse ni preparado ni vocacionado. Enterado Cosío Villegas de la situación en que se encontraba el matrimonio, les ofrece colaborar con el Fondo de Cultura Económica en calidad de traductores. La primera obra que tradujo Ernestina para el F.C.E. fue una biografía de Voltaire. La traducción resultó tan del gusto del director, que se le abrieron todas las puertas y se le dieron todas las facilidades. Ella escogía los títulos que iba a traducir. Estos eran preferentemente históricos, literarios, sociológicos, etc. Colabora igualmente para editoriales como Centauro. U.T.H.A (Unión Tipográfica Hispanoamericana). Realiza una intensa labor. Su trabajo alcanza el medio centenar de títulos, significando su labor un puente cultural sólido que sirvió para empezar a despertar las dormidas cabezas de la España franquista. En forma de las traducciones en editoriales americanas empezaba a llegar la voz de los desterrados. Muchas de las traducciones de Ernestina de Champourcin siguen vigentes y reeditándose a pesar del tiempo transcurrido. En cuanto llegó a México quiso promover las actividades culturales y formativas entre las mujeres indígenas que vivían en el Distrito Federal, y animó a algunas mujeres intelectuales de allí a poner en marcha sus propias asociaciones y revistas literarias. Otra faceta de su actividad a favor del feminismo fue el apoyo que prestó, desde finales de los años veinte hasta el final de su vida, a las mujeres que buscaban su consejo para dedicarse a la poesía, y a las que invitaba no sólo a escribir, sino también a darse a conocer , involucrarse en la vida cultural, etc. Ernestina era poeta y como tal fue recibida en su nueva tierra de residencia. Sin embargo, el nuevo trabajo de traductora ahogó su voz poética durante más de quince años. Salvo contadas ocasiones y de forma más bien esporádica -sus colaboraciones en la revista Rueca serían la gran excepción- deja de lado su tarea poética. La vida en el exilio exigía una dedicación remunerada y las traducciones daban para vivir sólo cuando se trabajaba de manera intensa.

Ernestina con su marido Juan José Domenchina. - Poesia Online
Ernestina con su marido, Juan José Domenchina.

En 1952 publica “Presencia a oscuras”. El tema religioso llena a partir de ahora todas sus páginas poéticas. Este sentimiento de amparo divino se ve acrecentado en octubre de 1957 con la muerte de su marido. Van apareciendo sus siguientes libros: “El nombre que me diste” (1960), “Cárcel de los sentidos” (México, 1964), “Hai-Kais espirituales” (México, 1967), “El nombre que me diste” (México, 1966), “Cartas cerradas”, México, 1968) En 1972 comenzó su segundo exilio: regresó a España. Publica en ese mismo año “Poemas del ser y del estar”. Esta vuelta, en esta ocasión definitiva, le hace evocar los sentimientos y recuerdos de sus vivencias pasadas en la capital durante la guerra civil. Como especie de recuperación evocativa va recreando todas sus andanzas, inquietudes y sufrimientos. Nace así su libro “Primer exilio”, publicado en 1978. Por otra lado, sufre la gran decepción de un Madrid que no se parece nada a la ciudad de sus recuerdos. Comienza a hablar en sus obras del destierro espiritual del hombre. Para ella no existe exilio espacial o transtierro emocional, sino destierro espiritual. Estas experiencias íntimas se van concretando en su obra “La pared transparente”, en 1984. Le siguen títulos como “Huyeron todas las islas” (1988), “Del vacío y sus dones” (1993), “Presencia del Pasado” (1996) . Se expresa la ruptura física con los seres y cosas queridas pero con la fe y esperanza en la vida del más allá. Como vemos, a pesar de sus limitaciones físicas, como la sordera o la falta de visión, siguió trabajando, llegando a publicar ocho libros de poemas. En 1981 salió a la luz “La ardilla y la rosa”, un libro autobiográfico con el que rendía homenaje a Juan Ramón Jiménez. Ernestina de Champourcin recibió el Premio Euzkadi de Literatura en 1989. Se creó también en Vitoria el Certamen de Poesía Ernestina de Champourcin Recibió el Premio Mujer Progresista y la nominación al Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1992, y la Medalla al Mérito Artístico  del Ayuntamiento de Madrid en 1997.

Murió el 27 de marzo 1999.

Ella diría acerca de la muerte:

Yo creo que morir es estar
es estarse por fin en lo absoluto
en lo definitivo…
Morir es una rosa
que se nos da de balde
un perfume cuajado
en un amor para siempre.

Ernestina de Champourcin representa una de las cimas poéticas de la denominada poesía pura; sin lugar a dudas, la más importante entre el grupo femenino de la generación del 27. Otra mujer poeta relegada a segundo o tercer plano por ser mujer en la generación del 27. 

Ernestina en el 1996. - Poesia Online
Ernestina en el 1996.

POEMAS

Del libro En silencio (1926)

EN SILENCIO

Era un bello silencio, un silencio divino,
vibrante de pensares, tremante de emoción,
un silencio muy grave, de sentir peregrino,
un silencio muy quedo, con dejos de oración.
…………….
Cállate no respires, ni turbes el silencio
con el ritmo armonioso de un poema de amor;
cállate, que es muy tímido y frágil el silencio,
no rompas de este instante el filtro seductor.

Cállate y no pienses; a través del espacio,
cruza fugaz la estrella de una hermosa ilusión;
cállate, ¿no sientes su fulgor de topacio
encenderse en mi pecho y herir tu corazón?

Cállate; ya sé yo que tus labios murmuran
ternuras infinitas, creadas para mí;
cállate; sin hablar mil voces las susurran;
cállate; el silencio me acerca más a ti.
…………….
Era un silencio triste, un silencio lloroso,
un silencio muy puro de candor virginal,
un silencio sereno, vagamente amoroso,
que la bruma envolvía en su tenue cendal.

Del libro Ahora (1928)

APUNTES LÍRICOS 1

Goce íntimo y quedo en que el alma se admira
de su propia belleza:
minuto de egoísmo eterno como el mundo,
divina complacencia
de todo lo creado
al contemplarse mudo
en la múltiple esfera del corazón humano.
Delirante alegría
de palpar la consciencia que hace cierta la vida.
¡Silencioso placer de escucharse sin miedo
y arrancar a la nada nuestros propios secretos,
mientras huye la tierra, bulliciosa y maldita!

Del libro la Voz en el Tiempo (1931)

 MIRADA EN LIBERTAD

¡Mis ojos en el viento!
¿Qué mirarán mis ojos
ya sueltos en el aire?
Sujeto va el espacio
entre mis dos pupilas.

¡Yo, límite desnudo,
he de ceñirlo todo
hasta dejarlo inmóvil
en el eterno cáliz
de la perfecta rosa!

Límite justo y ciego,
no veré la belleza
que abrace mi contorno.
¡Por buscarla sembré
mis ojos en el viento!

De Cántico inútil en 1936
AMOR
Puliré mi belleza con los garfios del viento.
Seré tuya sin forma, hecha polvo de aire,
diluida en un cielo de planos invisibles.

Para ti quiero, amado, la posesión sin cuerpo,
el delirio gozoso de sentir que tu abrazo
solo ciñe rosales de pura eternidad.

Nunca podrás tenerme sin abrir tu deseo
sobre la desnudez que sella lo inefable,
ni encontrarás mis labios
mientras algo concreto enraíce tu amor…

¡Que tus manos inútiles acaricien estrellas!
No entorpezcan besándome la fuga de mi cuerpo.
¡Seré tuya en la piel hecha fuego de sol!

CARTA AL VACÍO

Es escribir a alguien
o lanzarse al silencio,
a nadar en lo oscuro,
a encender una llama
aunque ahoguen las dudas.
¿Carta a lo que no existe?
Hay buzones alados
que se disparan solos
y un correo sin pistas
ni trayecto seguro.

Eludir el camino
que todos conocemos.
Seguir hacia adelante
ruta de los que intentan
lo que nunca pensaron
y se sienten felices
porque hay algo distinto,
porque se desvanece
de pronto lo que sobra
y no existe el vacío
si queremos colmarlo.

GOTA A GOTA

Gota a gota
Hay algo -gota a gota-
que nos llena el vacío
¡Hondones del deseo!
¡Qué colmo de esperanzas!
El oleaje arrastra
caudales sin objeto
y hay muchos anaqueles
que ningún libro ocupa.
¿A dónde vamos, dime?
Aún nos quedan paisajes 
con frondas ignoradas
y orquídeas que navegan
en busca de su nombre.
Quisiéramos al fin la belleza absoluta
que rebosa verdad porque la luz es nueva.
Se borran las fechas
del momento incendiado,
pero nos grabarán
como inicial las sienes.
Es el fin o el principio
de las augustas ruinas circulares.
¿Se pierde o se gana?
Hay manos que triunfan
al quedarse vacías
y otras como puños
que no conservan nada.

AMBICIÓN

¡Quisiera ser viento!
Ráfaga tendida
que arrastra en su beso
el polvo y la nube,
la rosa, el lucero…
—No brisa apacible
que finge despechos
y siembra caricias—.
Yo quiero ser fuego,
volcán de aire rojo
que incendie el secreto
de todas las ramas
y todos los pechos;
aquilón desnudo,
huracán de acero,
fragua donde forjan
su actitud los cuerpos.
¡Cuando voy a ti,
quisiera ser viento
para arrebatarte
más allá del cielo!

TIEMPO DE MAR

El mar me pertenece
lo hago pasar entero
entre mis manos ávidas.
Lo acaricio le doy
la única mirada
sencilla que me queda
la que aún no han manchado
ni el miedo ni la muerte.

Mar limpio entre mis dedos
goteando esperanzas
porque sostiene aún
un velamen con brisa.

Mar de todos los mares
hoy contemplo en su espuma
otros mares antiguos:
aquel de mi primer
contacto con las playas
y el de aquellas lecturas
codiciosas e incómodas
bajo algún tamarindo.
y aquel otro del trópico
sin huellas de turistas
con esa pulpa tierna
que ofrece el cocotero.

Quiero olvidar aquí
lo que sucedió anoche.
el mar no tiene culpa.
Es dócil, mío, puro,
es un lebrel que lame
mis plantas mansamente.

ESTÁS

Y estás: en el vacío
y en la ausencia presente,
en la que es y vive
sin dejar de ser única
oquedad invisible
con raíces eternas.
No hay mundo que la llene
pero sí algo vivo
que la besa y la calma.

No quiero saber nada…
Ni de esa luz incierta
que retrocede vaga
ni de esa nube limpia
con perfiles de cuento.
Tampoco del magnolio
que quizá aún perfume
con su nieve insistente…
No saber, no soñar,
pero inventarlo todo.

LAXITUD

La tarde gris y triste me agobia ,
tengo sueño;
estiro lentamente
mis dos brazos abiertos
que se prenden al aire;
quieren cazar el tiempo,
aprisionarlo pronto,
robarle su secreto,
deshacer bruscamente sus límites estrechos.
Quiero llorar : no sé;
quiero reír: no puedo.
Los deseos
se estrellan contra la inexorable inercia
del silencio;
sobre mi corazón rueda grávido al peso
de la existencia toda.
Al fin me desperezo .
Logro romper el cerco
del malsano sopor,
pero apenas lo venzo
ya me toma a invadir
quedamente su tedio .
Luego …
Ya no sé más;
suspiro,
me paseo,
exprimo el tormentoso
lagar de mi cerebro,
destilo el elixir de su inquietud
en mi pecho …
Sujeto en mi memoria
repite el pensamiento ;
la tarde gris y triste me agobia ,
¡tengo sueño! .. ..

BÚSCAME EN TI

La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.
Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.
Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.
Ahoga entre tus labios mi tristeza ,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.

HUIDA

Inercia de la muerte . ¡Qué distancia
me aleja ya, segura, de lo humano!
Aquella rosa que murió en mi mano
será pronto recuerdo de fragancia .
Silencio de silencios. En mi estancia
diluye su perfil lo cotidiano
y retorna sin hieles a su arcano
esa amargura que la vida escancia.
Nada será de todo lo que ha sido.
Voy a ofrecer al sello del olvido
mis párpados febriles y mis labios
que inmoviliza el rictus de lo eterno.
¡Quiero escapar indemne del infierno
que arde en la trama de tus besos sabios!

DISTANCIA

1
Estás ahí, Señor,
y no puedo acercarme …
Sé que estás, sé que eres .. .
Tu presencia me invade
irresistiblemente
y tengo que escaparme,
desoír tu llamada …
oscurecer tu imagen,
cuando mi ser entero
sólo quiere entregarse.
Perdóname si huyo,
si me niego a mirarte.
¡Estás ahí, Señor,
y no puedo acercarme!

11
Tú me quieres así:
despojada de todo ,
sin lo mío y sin Ti .. .
obstinada en buscarte
y teniendo que huir
de tu sombra y tu huella.
Si me arrancas de mí,
no me niegues la gracia
de poderte seguir.

AMOR DE CADA INSTANTE…

amor de cada instante…
duro amor sin delicias: cadena cruz, cilicio,
gloria ausente, esperada,
gozo y tortura a un tiempo;
realidad de los siglos, gracias por ser y estar
en el nunca y el siempre.

Pues , mi ejercicio, ahora, es amarte en la ausencia,
y aferrarme a esta nada porque también es tuya
y beber ese polvo de soledad y vacío
que es Tu don del momento y Tu clara promesa.

Y por eso me obstino contra lo más cercano,
huyendo de lo fácil -metal a flor de agua-,
por Ti también me acojo a lo que nadie sabe.

Y así voy caminando por este desconcierto
oscuro y luminoso, por este amor amargo,
veteado de gloria…

NO QUIERO SABER NADA

No quiero saber nada…
Ni de esa luz incierta
que retrocede vaga
ni de esa nube limpia
con perfiles de cuento.
Tampoco del magnolio
que quizá aún perfume
con su nieve insistente…
No saber, no soñar,
pero inventarlo todo.

SÓLO ALLÍ

Tú no sabes qué lejos.
¡Nadie sabe qué lejos!
Encima de las nubes, detrás de las estrellas,
al fondo del abismo en que se arroja el día,
sobre el monte invisible donde duerme la luz.

Sólo allí podrá ser. Sólo allí tocaremos
la verdad que tortura nuestras frentes selladas.
Sólo allí se abrirán como flores de aurora
aquellas lentas noches de amor en desvarío.

Nuestras manos lo piden tendidas al espacio
en un sordo anhelar que no engendra clamores,
nuestras plantas lo exigen tercamente aferradas
a las huellas que el viento indómito destroza.

El horizonte huye robando a cada hora
la secreta delicia que presagia el milagro.
Hay briznas de prodigio en todos los instantes
y el mundo, ciego, arde con vibración de altar.

Arrodilla tu fuerza. No hay glorias presentidas.
Palpita en certidumbre la carne de los sueños.
Si acunas la belleza que tu fervor concibe
florecerá en tu muerte su exacta encarnación.

Te esperaré apoyada en la curva del cielo…
Te esperaré apoyada en la curva del cielo
y todas las estrellas abrirán para verte
sus ojos conmovidos.
Te esperaré desnuda.
Seis túnicas de luz resbalando ante ti
deshojarán el ámbar moreno de mis hombros.
Nadie podrá mirarme sin que azote sus párpados
un látigo de niebla.
Sólo tú lograrás ceñir en tus pupilas
mi sien alucinada
y mis manos que ofrecen su cáliz entreabierto
a todo lo inasible.
Te esperaré encendida.
Mi antorcha despejando la noche de tus labios
libertará por fin tu esencia creadora.
¡Ven a fundirte en mí!
El agua de mis besos, ungiéndote, dirá
tu verdadero nombre.

Y SE VA MARCHITANDO LA CAJA DE LAS ROSAS…

Y se va marchitando la caja de las rosas;
no tiene quien las saque y las lleve al camino.
Un airón de perfume se nos quiebra en las manos
mientras algo se muere y nace al mismo tiempo.
Se nos frustró la cita con aquella fragancia
de tan pura, invisible, ese ramo de brisa
que apenas huele a nada
y que agavilla en sí todo el amor del mundo.

Hay cosas que no son, pero que siguen siendo
gozo, nostalgia, fronda que nunca hemos plantado,
hermosura secreta que sólo fue latido.

A J.J. QUE AHORA CONTEMPLA, SIN DOLOR, ESE PAISAJE QUE AMÓ TANTO

Y te quise traer un ciprés de Castilla
que hundiera sus raíces hasta tocar tus huesos:
Castilla que cantaste y amaste con locura
cuando faltó a tus pies su barbecho fecundo.

Raíces en lo hondo; copa esbelta en el cielo.
No ese ciprés de Silos que Gerardo cantara,
sino un ciprés aún tierno que creciese a tu vera
señalando al que pase la ruta que seguiste.

Así todos verían al levantar los ojos,
que ya no estás ahí donde tu nombre queda,
porque el ciprés, cual índice de verdor y esperanza,
guiaría su vista a tu verdad inmutable.

¡Qué guardia de cipreses en la tarde de oro!
y me acordé de ti y de aquellos poemas;
y de los que, después, colmaste de ese Amor
que te acunó la muerte.
Yo te quise traer un ciprés de Castilla.
¿Para qué? me pregunto. ¡Si ya la tienes toda!

¿POR QUÉ HUYEN TODAS LAS ISLAS?

   I
¿Cómo huyen las islas?
¿A caballo del mar sobre frágil espuma?
¿O acaso en imposible persecución alada
soñándose inocentes colegialas del cielo?

¿Cómo huyen las islas? ¿De qué? ¿Por qué?
       ¿A dónde?
Y las veo partir una a una, perdidas
en un afán oscuro que las nace y las muere
prisioneras sin cárcel de algún destino incierto.

IV
Y quisiera ser isla, un signo que persigne
el mar y sus entornos,
la sorpresa flotante de un pedazo de yerba.
Estrellas como islas o islas como estrellas.

¡Es un sueño sagrado que viene de tan lejos!
La sarta de coral de insólitos jardines
que todos despreciaron.
Hombre o mujer sedientos y cerca el archipiélago:
una siembra inaudita de frutas prodigiosas
imantando una red de gemas increíbles.

  V
Y si las islas huyen quedarán mares solos
sin nada que los tense y los haga más firmes
o acequias desoladas sin un brazo de tierra
en donde hagan pie los que van a ahogarse.

No es verdad que las islas sean monólogos puros
como tampoco hay hombres que son islas completas.
Y la isla quería no ser isla, mezclarse
con el mar y los ríos y buscar a esas otras,
las de luz diferente,
las de flores distintas y cardos agresivos.

No hay matices que puedan aislar a las islas
ni tampoco a los hombres. El fondo es siempre el  mismo
como la rosa es rosa aunque abrace los muros
o se yerga señera.

Fuga precipitada de paisajes isleños,
con tallos fabulosos y cinturón de algas.
Y ese árbol asceta que un oro florecido tortura y acrisola.

Y también el anturio como escudo guerrero,
el hibisco en campanas de tinte evanescente,
y la catleya, sello de trances amorosos.

INSOMNIO

Es un ratón bohemio.
Cansado de roer
tantas flores de trapo
se ha perdido en la selva
de los cables eléctricos.

La noche no se acaba.
¿Quién se escurre en la sombra?
La plazuela no entiende
los balcones abiertos
las inquietas preguntas,
los ojos aterrados
por un ratón que salta.

En las cajas redondas
roen otros ratones.
Amanece; el obús
no hizo blanco en el puerto.

CIUDAD DESIERTA

Aquí no hay nada, nadie.
Entre tanto gentío
nadie va, nadie viene.
Sólo se toca el aire,
silencio en el bullicio,
vacío en la palabra
oquedad en el movimiento,
presencia sin personas.

Qué enredo de países,
de adverbios, de niveles,
qué maraña de puertas,
de nombres, de caminos.
¿Aquí, allí, adónde?
Hay letras encendidas
que duelen como llagas.
Es forzoso salir:
buscar alguna parte,
¿buscar qué?, un orificio
entre la masa amorfa,
un huequecillo tenue
con temblor de caricia,
una esquina con flores.

La mujer y los niños
miran hacia delante
y sonríen por algo
que no se les alcanza.
Decirles “aquí estoy”.
Decir “venid conmigo”.
Pero ¿adónde llevarlos
si no nos lleva nadie?

SUSURRO

No son esas palabras
metálicas y duras
las que abren caminos
y derriban los montes.
Las aguas pasarán
a través de otros cauces
más secretos, más hondos,
por otros arcaduces
que tú y yo sabemos.

No quieras violentar
la delicada urdimbre
de un tejido sutil
que un soplo rasgaría.
Esas palabras no.
Las que ya nadie oye,
la vibración secreta
de algún cuerpo entregado.

FUGA

Ha pulido tu amor
la copa de mi alma
con el roce fatal
de su deslumbramiento,
en el cándido prisma
de tan leves cristales
se diluye la gracia
de tu perfil eterno.
Ya casi no conozco
el radio que trazaba
en mi espejo sensible
la presión de tus dedos.
A fuerza de limarlo hiciste
de mi espíritu
un vidrio que cebrean
las púas del silencio.
Alerta al menor soplo
que hiere lo insondado,
-crisol estremecido
por las brisas astrales-,
como en un parapeto
se me escapa tu sombra,
tras la red que tejiste
enhebrando pensares.
Inexacta visión
de amplitud multiforme
oscilando en el aspa
fatal del Universo,
ya eres sólo una forma
que reviste mi antojo
en el vasto bullir
de su ritmo complejo.


CEPO

La tarde, flexible y larga,
se anudó estrechamente
al latir de mi garganta.
Suave, ligera,
¡cómo tiraba!
¡Qué sordo crujir de nervios
y de palabras!
Los pinos me hundieron sus agujas;
un embrollo de zarzas
tejió un collar ceñido
sobre mi piel tostada.
Ya la tarde se iba;
pero, cuánto apretaba.
Me arrastró hacia el mar
sujeta con los grillos
de la nube soñada…
¿El sol querría al morir
que yo le acompañara?

INSTANTE

Lentamente, en la paz otoñal se desliza
un pálido fantasma con blancura de flor;
el viento, suspirando los ecos del dolor,
se quiebra al resonar enfermo de una risa.
La hoja desprendida del árbol centenario
cruje como un misterio en la sombra dormida,
y se escucha el pisar doliente de la vida,
y la fuga del tiempo hacia el fúnebre osario.
Nace la eternidad al morir de las horas;
el silencio se cierra egoísta y secreto,
ahogando con sus velos al fantasma que llora.
En la quietud hostil hay un grave concierto;
la campana del mundo tenuemente desflora
la agonía sin fin de ese algo que ha muerto.

Del libro libro Primer Exilio (1978)

SI DERRIBAS EL MURO…

¡Si derribas el muro
qué gozo en todas partes!
¡Qué lazo de palabras
se sentirá en la tierra!
Y todo será nuevo,
como recién nacido…
Si derribas el muro
de todas las mentiras
¡Qué júbilo de amor
abierto sobre el mundo!
¡Qué horizonte sin nubes
en la curva del cielo!

Del libro La pared transparente 1984

LUZ EN LA MEMORIA I


…estas cosas que evoco (ya sin nada) de lo
que a mí me tuvo y fue tan mío
JUAN JOSÉ DOMENCHINA
¡Qué ganas de acercarme!
Sobre el mar ibas mudo,
alejado, a distancia,
como si una pared
adusta separase
esos destinos nuestros
tan juntos sin embargo.

Miré a mi alrededor
y todas las pupilas
se hundían en el surco
que devoraba el agua.
Un miedo de los ojos
esquivando otros ojos,
un afán de guardar
para sí aquel momento.

Vi una mano perdida
que buscaba otra mano,
retirándose luego
avergonzada, mustia.
Y seguimos así,
queriendo sin querer,
inmóviles y rígidos
con los labios sellados.

Del libro Del Vacío y sus Dones 1993

AL FINAL DE LA TARDE

Al final de la tarde
dime tú ¿qué nos queda?
El zumo del recuerdo
y la sonrisa nueva
de algo que no fue
y hoy se nos entrega.

Al final de la tarde
las rosas siguen lentas
abriéndose y cerrándose
sin caer aún en tierra.

Al final de la tarde
no vale lo que queda
sino el impulso mágico
de la verdad completa.

DE PRESENCIA DEL PASADO (1996)

 PARA CUÁNDO LA LLUVIA

¿Para cuándo la lluvia
y su gozo ahilado
a punto de estrenar su virginal salida
que nos bautiza siempre?
Para qué vida rota
y para qué paisaje o capullo emergente
hay razones que brillan
porque son más que eternas.
¿Para cuándo la lluvia
con su lujo de agua?
Nadie quiere evitar
la fusta cristalina,
su azote transparente que apacigua y refresca.
¿Para cuándo la lluvia si es que existe?

Te recomendamos ver el programa de televisión.

https://youtu.be/dcc2Vh5bdz8

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