
PASCUAL CONTURSI Y JOSÉ MARÍA CONTURSI
BIOGRAFÍA
La poética del tango como representación social hace del tango un fenómeno artístico complejo cuyo origen fue posibilitado por el desarrollo de distintas instancias necesarias en el proceso. En este sentido nuestras investigaciones nos han llevado a la integración de la poesía de los Contursi como una pieza más en el estudio del sincretismo del fenómeno tanguero como producto de la complejidad antropológica, sociológica, filosófica, psicológica y lingüística que es.

Pascual y José María Contursi son dos poetas del tango, padre e hijo, que han marcado de una u otra manera la historia del tango como fenómeno que nace del pueblo de clase baja y de las híbridas oleadas de inmigración llegadas a Buenos Aires a finales del siglo XIX y comienzos del XX y va eclosionando en las conversaciones de los intelectuales en los humildes cafés y academias de baile hasta llegar a los libros y al Teatro Colón. Y como dice Oscar Conde de la Universidad de Buenos Aires; Univ. del Salvador; Academia Porteña del Lunfardo, “el corpus tanguístico radiografía hueso por hueso la historia sentimental – y, si se quiere, la historia de la vida privada en general – de Buenos Aires y de otras ciudades argentinas durante buena parte del siglo pasado”.
Lo que comenzó en el territorio de la danza a partir de la hibridación musical de los ritmos negros, la habanera, el tango andaluz y la milonga, acaba por consolidarse en la voz de los poetas. Según José Gobello el antecedente inmediato de la letra del tango fue la letra del cuplé español, aunque las influencias literarias fueron por un lado los payadores y la canción criolla y por otro la canción prostibularia y la poesía rufianesca. Sin embargo, se atribuye a Pascual Contursi lo que sería una de las principales características de la poesía del tango: la letra con argumento, resultado más bien de la influencia del cuplé y de la canción ligera de las tonadilleras españolas que cantaban en los teatros y otros lugares de esparcimiento.
Empezaban a nacer las letras del tango del tipo “Yo soy” como La Morocha de Villoldo (1905) que más que un tango parece un cuplé acriollado: “Yo soy la morocha, la más agraciada, la más renombrada de esta población”. Esta primera generación de tangueros llevó el tango a París donde tuvo un gran éxito y se produjo lo que Gobello llamó la “deslupanarización” del tango, es decir, un adecentamiento, una expansión temática y un mayor cuidado de las letras, evolucionando desde los arquetipos de carácter casi amoral como el cafishio (proxeneta) exitoso, a ponerle letras a distintos temas como expresión de lo que hoy conocemos como tango-canción.

Y ahí vamos a ubicar a uno de nuestros protagonistas: Pascual Contursi. Uno de los poetas del tango que, de forma imprevista, en el cabaret Moulin Rouge de Montevideo, empieza a ponerle letra a distintos temas y a cantarlos. Y por primera vez y quizá única, el tango compadrito y el tango sentimental se unen. Por ejemplo, en el texto Matasano:
Yo he nacido en Buenos Aires
y mi techo ha sido el cielo.
Fue mi único consuelo
la madre que me dio el ser.
Desde entonces mi destino
me arrastra en el padecer.
Y por eso es que en la cara
llevo eterna la alegría,
pero dentro de mi pecho
llevo escondido un dolor.
Puede observarse como la primera parte parece más un cuplé pero la segunda deja ver las emociones. Gobello dice: “Pascual Contursi […] abre a la literatura tanguera la enorme puerta por donde entra el dolor. Todos los dolores del mundo entran en tropel en la literatura tanguera por esa puerta que abre Pascual Contursi. […] Y Oscar Conde añade: “Ese es el gran invento de Contursi que transforma el tango.”
El autor deja entrar el sufrimiento, se aparta de la alegría del cuplé y habla de las penas y los lamentos, evocando la influencia de la melancolía de los temas de la canción criolla y de la poesía de Evaristo Carriego. Se aparta de los personajes triunfadores de Villoldo y hace girar su sensibilidad en torno a personajes fracasados y sentimentales. En efecto, en sus tangos hay abandono donde antes hubo amor, hay pérdida, nostalgia por lo perdido, desconsuelo. Escribe en octosílabos como cantaron los payadores. Nos habla desde la sencillez de habitaciones humildes un “cotorro” o un “bulín” donde transcurre el sentimiento de fatalismo y utiliza un lenguaje cruzado entre el lunfardo y la metáfora. En sus tangos hay sujetos abandonados que se ponen en el lugar de ella, feliz al irse, o muchachas aburridas que cogen sus bártulos y se van en busca de otra vida. Mostrando hacia la mujer complicidad a la vez que queja por las prerrogativas masculinas perdidas.
Pero, además, realiza dos innovaciones que cambiaron definitivamente la estructura literaria del tango: 1) La introducción de la segunda persona, es decir, el apóstrofe, por ejemplo, en “percanta que me amuraste” y 2) el argumento, que pasa de la descripción a la elaboración de una historia dando lugar a “la feliz concreción de una tragedia contada en tres minutos”, en palabras de Conde.
Hay consenso en considerar a Pascual Contursi el primer letrista oficial del tango canción porque aporta la estructura poética definitiva para el tango canción, a partir de la cual se produjo una importante producción de este género. Uno de sus tangos “Mi noche triste” es considerado como el primer tango canción.
Pascual Contursi nace el 18 de noviembre de 1888 en Chivilcoy, una ciudad rural de la pampa Argentina a 170 kilómetros al oeste de Buenos Aires. Su familia se trasladó a los pocos años a la capital y se estableció en el humilde barrio de San Cristóbal. Su infancia la vivió en un conventillo cuyo ambiente y personajes se ven reflejados en sus tangos.
Desde la adolescencia estuvo inclinado por el arte. Escribía poemas y se acompañaba por su guitarra para cantar los temas que componía.
Trabajó como vendedor en una zapatería. Allí conocería a Pascual Carcavallo que fue su compañero de trabajo y que más tarde se convertiría en director de teatro y empresario teatral.
En 1914 se radica en Montevideo, donde empieza a componer y a ponerle letra a tangos que no la tenían y a cantarlos. En 1917 aprovechando una actuación de Gardel en Montevideo estrena Mi noche triste, con la letra que compuso para un tango de moda Lita de Samuel Castriota. Dos años después fue grabado por Carlos Gardel y su éxito fue tal que el cantor entendió que no debía apartarse jamás de esa innovación. Aquí se dieron dos cruciales conjunciones que marcaron un antes y un después en la historia del tango: Contursi que inventó el tango canción y Gardel que inventó la manera de cantarlo. Pelletieri señala: “[…] ya estaban presentes en la poesía de Carriego la casi totalidad de los elementos necesarios para constituir un sistema literario. Sólo faltaba la creación definitiva de una lengua literaria común, lograr la unión de la poesía y la música y que esta invención encontrara un público.”
Por su parte, Celedonio Flores se constituiría como otro de los precursores del tango canción cuando en 1915 ganó un concurso con su poema Por la pinta que más tarde (1919) se convertiría en el tango Margot. Es así como a partir de 1915 va a comenzar el proceso de creación de la Guardia Nueva que se consolidó con la adopción de la orquestación y sumó una dimensión entre la que el público podía elegir: escuchar la música del tango, bailarlo o escuchar su letra.
En la década de los 20 cuando Pascual Contursi y Celedonio Flores se encontraban en plenitud literaria se les sumaron una prole de jóvenes poetas entre los que se encontraban Enrique Cadícamo, José González Castillo, Manuel Romero, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Francisco García Jiménez y Alfredo Le Pera. Con ellos el universo de temas se multiplica conformando el corpus temático y heterogéneo del tango: el amor, el hombre abandonado por la mujer, la mujer abandonada por el hombre al que ayudó, la traición, el ver a la amada con otro hombre, el paso del tiempo, la decadencia de quien se ha entregado al vicio o la noche, la mujer que abandona el humilde hogar en busca de vicios, la cabaretera que envejeció y ha sido olvidada, el hombre que tuvo su hora de gloria, el regreso a un barrio, una ciudad, y el canto a un tiempo de dicha que ya no se puede recuperar. Por supuesto el tema de la madre, en sus vertientes diferentes: el hijo desagradecido que la abandona, el que se va detrás de una mujer y la desatiende, el que la reconoce como su único amor y el que ya no puede volver. El alcohol para olvidar. A partir de 1926 con Homero Manzi y Enrique Santos Discépolo los temas entran más en la realidad social.
En Buenos Aires Pascual Contursi escribió una serie de sainetes y otras piezas de teatro, a veces solo, a veces en colaboración con otros autores exitosos, entre las que intercalaban tangos de su autoría. Entre sus obras teatrales encontramos: Primavera rea, Los distinguidos reos, En el barrio de los tachos, Caferata, ¡Quien fuera millonario!, Un programa de cabaret, ¡Que lindo es estar metido! ¡Maldito cabaret! o Cachito Patotero y Pascual Garabito.
Con el éxito de sus tangos y obras de teatro llegó la fortuna y en su momento de máxima popularidad viajó a Europa, residió en España y en Francia. En 1928 escribió en Paris su última obra conocida Bandoneón arrabalero. Después de esto empezaron a mostrarse los síntomas de enajenación mental producto de la sífilis que padecía. Sus amigos, entre los que se encontraba Carlos Gardel, piadosamente lo engañaron para enviarlo de vuelta a Buenos Aires donde murió en el Hospital de las Mercedes en 1932.
Pascual Contursi se casó en 1911 con Hilda Briano y tuvo un hijo José María Contursi, nuestro segundo protagonista de hoy.
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José María Contursi, conocido como “Katunga” nació en Lanus, un suburbio de Buenos Aires. En su adolescencia se crio junto con el círculo de amigos de su padre en donde abundaban las referencias al tango y a la vida bohemia de principios de siglo.
Entre los años 1926 y 1928 cursó sus estudios secundarios en el colegio San José de Buenos Aires, primer instituto de educación privada incorporado a la enseñanza oficial un colegio religioso que había llegado al país con la intención de educar a los hijos de los inmigrantes vascos pero que rápidamente pasó a ser referente de otros sectores sociales entre las clases acomodadas y media. Los anuarios del colegio lo recuerdan como un buen alumno, particularmente en el cuarto año en el que consiguió un primer premio en inglés y un segundo premio en Literatura. Participó en las actividades de la Academia Literaria, una entidad en la que se realizaban prácticas de lectura y producción de textos y representaciones teatrales. En ese espacio tuvo su primera experiencia con la palabra escrita con pretensión estética estudiando a autores universales de la literatura y textos clásicos y expuso de manera formal sus textos adolescentes. Así mismo se destacó en esgrima en la especialidad de florete.

Francisco Canaro, Juan F. Noli, Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo y José Pécora. De pie: Francisco García Jiménez, José María Contursi
En 1928 fue designado bibliotecario de la Academia Literaria y participó como actor en varias representaciones teatrales, entre ellas El enfermo imaginario, de Molière, y El Padre Nuestro, de François Coppée. Con motivo del cuarto centenario del nacimiento de Fray Luis de León, presentó su poema de homenaje titulado El espectáculo del universo.
Su primera letra conocida es el vals Tu nombre de 1933 un año después de la muerte de su padre. Las historias prostibularias ya no eran el interés central. Incluso los asuntos sociales integrados a partir de 1926 con Manzi y Discépolo viran hacia los asuntos sentimentales en torno de amores frustrados a los que el enamorado vuelve una y otra vez. Y aquí en este territorio casi excluyente es donde transita la poesía de José María Contursi, siempre romántico, melancólico y arrebatado. Como su padre canta las penas del amor, pero toma distancias del estilo arrabalero y del lenguaje propio del ambiente en el que el tango se había formado, y cultiva un lenguaje culto y un estilo propio con base en su formación en los clásicos de la literatura. No utilizó el lunfardo y muy raramente realiza descripciones del barrio. El hijo cantó para una ciudad más culta —y lo hizo en el lenguaje de cierta clase media lectora de los poetas románticos y posrománticos— el amor buscado con una nostalgia “vicaria”, es decir evocativa de acontecimientos no vividos, sino mediatizados a través de la cultura.

Contursi será un artista popular que en el ejercicio de su lírica deja aflorar una sólida veta cultural que lo llevará a ser “tal vez el mayor poeta sentimental del tango” según reconocen los críticos. Lírico, sensible y prolífico, su poética es más clásica, pretende ser más sugestiva y delicada y contribuyó con la inclusión de un lenguaje culto a la elevación de la calidad media del tango canción. Junto con los mejores compositores produjo piezas célebres que veían en él un letrista de oficio que siempre producía los versos propicios para el clima que se quería obtener.
Produjo una gran cantidad de tangos que fueron muy demandados durante dos décadas a partir de finales de los 30 cuando todo en Buenos Aires estaba tocado por el tango. Todas las generaciones y clases sociales compartían esa música, esa danza y esa poesía, y el tango estaba en todos los medios de difusión y lugares de diversión, estableciéndose como un horizonte común. Los cantores tomaron un papel decisivo en las orquestas y los tangos se escribían pensando en ellos ajustándolos a los gustos de la época. Cantores como Alberto Marino, Juan Carlos Casas, Raúl Iriarte, Libertad Lamarque y Julio Sosa, entre otros, se apoyaron en las letras de José María Contursi para lograr sus grandes éxitos.
Compartió creación con músicos del relieve de Joaquín Mora, Charlo, Carlos Di Sarli, Osvaldo Fresnedo, Antonio Rodio, Osmar Maderna, José Pascual, Juan José Paz, José Tinello, Jorge Argentino Fernández y Juan Carlos Howard, entre otros.

En 1933 trabajó de locutor en la radio Stentor. Fue crítico cinematográfico en distintos diarios y coguionista de la película Mi noche triste, rodada en 1952 para evocar a su padre. Trabajó durante largos años como funcionario del Ministerio de agricultura y fue secretario de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música).
Estuvo casado con Alina Zárate, con quien tuvieron cuatro hijos. El único hijo varón, Lucio Contursi, falleció muy joven de cáncer. Sus otras hijas fueron Ethel, Amalia y Alicia Hebe.
Mantuvo una relación amorosa con Susana Gricel Viganó, una adolescente a quien conoció en el estudio de radio donde él trabajaba y que ella visitó junto a Nelly Omar, de cuya juventud y hermosura se enamoró. A pesar de ello volvió a su matrimonio dejando atrás este romance, aunque el dolor y remordimiento por este abandono lo siguieron toda su vida. A ella le dedica el tango Gricel en el que llora el desconsuelo por esa joven muchacha a la que sedujo y abandonó y que entretanto lo olvidó. Tangos como “Cristal”, “En esta tarde gris”, “Si de mí te has olvidado”, “Quiero verte una vez más”, “Cada vez que me recuerdes”, “Vieja amiga”, “Bajo un cielo de estrellas”, “Garras”, “Tabaco”, “Tú”, “Y la perdí”, relatan la mima historia contemplada desde diversos puntos de vista.

Después de los años, cuando José María enviuda y Susana Gricel es abandonada por su esposo se reencuentran y en 1967 se casan y permanecerán juntos hasta el fallecimiento de José María en 1972. Sus restos se encuentran en el panteón de SADAIC.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
-Conde, O. (2005). La poética del tango como representación social. En: Jornadas de Humanidades. Historia del Arte. “La crisis de la representación”. Agosto, 2005. Bahía Blanca, Argentina. Recuperado de CD-ROM.
-https://www.todotango.com/creadores/biografia/61/Pascual-Contursi/
-Pelletieri, O., “Evaristo Carriego y el sistema literario de las letras de tango”, en Cilento, L., Conde, O. y Labeur, P., Actas de las Primeras Jornadas sobre Cultura Popular, CD-ROM, Buenos Aires, IES No 1, 2002. (publicado anteriormente en Relieve (Revista de la Universidad Nacional de Mar del Plata), 1,11 (1988). Citado en Conde, O. (2005). La poética del tango como representación social. En: Jornadas de Humanidades. Historia del Arte. “La crisis de la representación”. Agosto, 2005. Bahía Blanca, Argentina. Recuperado de CD-ROM.
-https://www.todo-argentina.net/biografias-argentinas/pascual_contursi.php?id=230
-http://www.esto.es/tango/personajes/Contursi.htm
-https://www.todotango.com/creadores/biografia/60/Jose-Maria-Contursi/
-https://buenosaireshistoria.org/juntas/jose-maria-contursi-y-homero-exposito-de-la-academia-literaria-al-tango/
-https://es.wikipedia.org/wiki/José_Mar%C3%ADa_Contursi
POEMAS
POEMAS DE PASCUAL CONTURSI
Bandoneón arrabalero
Tango 1928
Música: Bachicha
Letra: Pascual Contursi
Bandoneón arrabalero
viejo fueye desinflado,
te encontré como un pebete
que la madre abandonó,
en la puerta de un convento,
sin revoque en las paredes,
a la luz de un farolito
que de noche te alumbró.
Bandoneón
porque ves que estoy triste y cantar ya no puedo,
vos sabés
que yo llevo en el alma
marcao un dolor.
Te llevé para mi pieza
te acuné en mi pecho frío…
Yo también abandonado
me encontraba en el bulín…
Has querido consolarme
con tu voz enronquecida
y tus notas doloridas
aumentó mi berretín.
Caferata
Tango 1926
Música: Antonio Scatasso
Letra: Pascual Contursi
Caferata, yo no quiero
recordarte tu pasado,
cuando andabas sin camisa,
sin botines, sin chefún…
Sólo quiero que recuerdes
que conmigo has pelechado,
que por mí te has hecho gente
y has llegado a ser ranún.
Yo te dí vida bacana…
Vos, en cambio, me dejaste
por un loro desplumado
como ésta que aquí ves.
Si algún día te hago falta,
si es que andás medio apurado,
no olvides que lo que tengo
es pa’ vos, si lo querés…
Caferata, allá en Chiclana,
donde tengo mis mis amores,
donde vive mi esperanza,
vos sos rey, sos picaflor;
donde tengo mi cotorro
adornado con primores,
vos sos príncipe sin grupos,
de mi reino sos señor.
Yo no tengo para darte
garsonier ni voiturette;
sólo tengo en mi cotorro
una cama sin colchón,
pero tengo pa’ el invierno
—esas noches de fresquete—
un tapado de cariño
del calor del corazón.
Perdoname, che, Boedo
disculpame, che, Chiclana,
es que a mí cuando lo veo
se me parte el corazón…
Yo he pensado muchas veces
cometer una macana
y las dos nos acordamos
porque es nuestro metejón…
Flor de fango
Tango 1917
Música: Augusto Gentile
Letra: Pascual Contursi
Mina que te manyo de hace rato,
perdoname si te bato
de que yo te vi nacer…
Tu cuna fue un conventillo
alumbrado a querosén.
Justo a los catorce abriles
te entregastes a las farras,
las delicias del gotán….
Te gustaban las alhajas,
los vestidos a la moda
y las farras de champán.
Luego fuiste la amiguita
de un vejete boticario
y el hijo de un comisario
todo el vento te sacó…
Empezó tu decadencia,
las alhajas amuraste
y un bulincito alquilaste
en una casa’e pensión.
Te hiciste tonadillera,
pasaste ratos extraños
y a fuerza de desengaños
quedaste sin corazón.
Fue tu vida como un lirio…
de congojas y martirios
sólo un peso te agobió.. .
No tenías en el mundo ni un consuelo. . .
El amor de tu madre te faltó.
Fuiste papusa del fango
y las delicias de un tango
te arrastraron del bulín.
Los amigos te engrupieron
y ellos mismos te perdieron
noche a noche en el festín.
Mina que te manyo de hace rato,
perdoname si te bato de que yo te vi nacer…
Tu cuna fue un conventillo
alumbrado a querosén.
Justo a los catorce abriles
te entregastes a las farras
las delicias de un gotán…
Te gustaban las alhajas,
los vestidos a la moda
y las farras de champán.
Ivette
Tango 1920
Música: Augusto Berto / Julio A. Roca
Letra: Pascual Contursi
En la puerta de un boliche
un bacán encurdelado,
recordando su pasado
que la china lo dejó,
entre los humos de caña
retornan a su memoria
esas páginas de historia
que su corazón grabó.
Bulín que ya no te veo,
catre que ya no apolillo,
mina que de puro esquillo
con otro bacán se fue;
prenda que fuiste el encanto
de toda la muchachada
y que por una pavada
te acoplaste a un no sé qué…
¡Qué te ha de dar ese otro
que tu viejo no te ha dado!
¿No te acordás que he robado
pa que no falte el bullón?
¿No te acordás cuando en cana
te mandaba en cuadernitos
aquellos lindos versitos
nacidos del corazón?
¿No te acordás que conmigo
usaste el primer sombrero
y aquel cinturón de cuero
que a otra mina le saqué?
¿No te traje pa tu santo
un par de zarzos de bute
que una noche a un farabute
del cotorro le pianté.
Y con ellos unas botas
con las cañas de gamuza
y una pollera papusa
hecha de seda crepé?
¿No te acordás que traía
aquella crema lechuga
que hasta la última verruga
de la cara te sacó?
Y aquellos polvos rosados
que aumentaban tus colores…
Recordando sus amores
el pobre bacán lloró…
El motivo (Pobre paica)
Tango 1920
Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Pascual Contursi
Mina que fue en otro tiempo
la más papa milonguera
y en esas noches tangueras
fue la reina del festín.
Hoy no tiene pa’ ponerse
ni zapatos ni vestidos,
anda enferma y el amigo
no aportó para el bulín.
Ya no tienen sus ojazos
esos fuertes resplandores
y en su cara los colores
se le ven palidecer.
Está enferma, sufre y llora
y manya con sentimiento
de que así, enferma y sin vento
más naide la va a querer.
Pobre paica que ha tenido
a la gente rechiflada
y supo con la mirada
conquistar una pasión.
Hoy no tiene quien se arrime
por cariño a su catrera.
¡Pobre paica arrabalera
que quedó sin corazón!
Y cuando de los bandoneones
se oyen las notas de un tango,
pobre florcita de fango
siente en su alma vibrar
las nostalgias de otros tiempos
de placeres y de amores,
¡hoy sólo son sinsabores
que la invitan a llorar!
La cumparsita (Si supieras)
Tango 1924
Música: Gerardo Matos Rodríguez
Letra: Pascual Contursi / Enrique Maroni
Si supieras,
que aún dentro de mi alma,
conservo aquel cariño
que tuve para ti…
Quién sabe si supieras
que nunca te he olvidado,
volviendo a tu pasado
te acordarás de mí…
Los amigos ya no vienen
ni siquiera a visitarme,
nadie quiere consolarme
en mi aflicción…
Desde el día que te fuiste
siento angustias en mi pecho,
decí, percanta, ¿qué has hecho
de mi pobre corazón?
Sin embargo,
yo siempre te recuerdo
con el cariño santo
que tuve para ti.
Y estás en todas partes,
pedazo de mi vida,
y aquellos ojos que fueron mi alegría
los busco por todas partes
y no los puedo hallar.
Al cotorro abandonado
ya ni el sol de la mañana
asoma por la ventana
como cuando estabas vos,
y aquel perrito compañero,
que por tu ausencia no comía,
al verme solo el otro día
también me dejó…
La mina del Ford
Tango 1924
Música: Antonio Scatasso / Fidel Del Negro
Letra: Pascual Contursi
Yo quiero un cotorro
que tenga balcones,
cortinas muy largas
de seda crepé…
Mirar los bacanes
pasando a montones,
pa’ ver si algún reo
me dice: ¡Qué hacé!…
Yo quiero un cotorro
con piso encerado,
que tenga alfombrita
para caminar;
sillones de cuero
todo repujado
y un loro atorrante
que sepa cantar…
Yo quiero una cama
que tenga acolchado…
Y quiero una estufa
pa’ entrar en calor…
Que venga el mucamo
corriendo apurado
y diga: ¡Señora!
¡Araca! Está el Ford…
Mi noche triste (Lita)
Tango 1916
Música: Samuel Castriota
Letra: Pascual Contursi
Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida
y espina en el corazón,
sabiendo que te quería,
que vos eras mi alegría
y mi sueño abrasador,
para mí ya no hay consuelo
y por eso me encurdelo
pa’olvidarme de tu amor.
Cuando voy a mi cotorro
y lo veo desarreglado,
todo triste, abandonado,
me dan ganas de llorar;
me detengo largo rato
campaneando tu retrato
pa poderme consolar.
Ya no hay en el bulín
aquellos lindos frasquitos
, arreglados con moñitos
todos del mismo color.
El espejo está empañado
y parece que ha llorado
por la ausencia de tu amor.
De noche, cuando rne acuesto
no puedo cerrar la puerta,
porque dejándola abierta
me hago ilusión que volvés.
Siempre llevo bizcochitos
pa tomar con matecitos
como si estuvieras vos,
y si vieras la catrera
cómo se pone cabrera
cuando no nos ve a los dos.
La guitarra, en el ropero
todavía está colgada:
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.
Matasano
Tango 1914
Música: Francisco Canaro
Letra: Pascual Contursi
Soy el taita porteñito
más corrido y calavera.
Abro cancha donde quiera
si se trata de tanguear,
el que maneja el cuchillo
con audacia y coraje
y en medio del malevaje
me he hecho siempre respetar.
Yo he nacido en Buenos Aires
y mi techo ha sido el cielo.
Fue mi único consuelo
la madre que me dio el ser.
Desde entonces mi destino
me arrastra en el padecer.
Y por eso es que en la cara
llevo eterna la alegría,
pero dentro de mi pecho
llevo escondido un dolor.
Cesará ese tormento
tan sólo cuando me muera,
pero mientras viva quiero
disfrutar de lo mejor.
Cuando en algún bailongo
caigo con mi querida,
la muchachada corrida
deja toda de bailar,
porque sabe que este taita
tiene fama de ladino,
y en el suelo argentino
no hay quien lo pueda igualar.
Tengo línea, soy de bute
pa’ un trabajo de carpeta,
y aunque no visto shusheta
tengo clase y pedigré.
Entre taitas soy manyao;
entre gente, sosegao,
y así vivo de rechipé.
Pobre corazón mío
Tango
Música: Antonio Scatasso
Letra: Pascual Contursi
Cotorro que alegrabas
las horas de mi vida,
hoy siento que me muero
de angustia y de dolor.
Vivir sin la esperanza
de la mujer querida…
Sentir la herida abierta,
sangrando el corazón.
¡Si aún conserva el piso
la marca de las huellas
que en noches no lejanas
dejaba al taconear!…
Y aún hay en el ambiente
las miradas aquellas
de aquel guapo malevo
que la sacó a bailar.
Entonces en mis ojos
sentí dos lagrimones. ..
Sacando los cuchillos
salimos él y yo.. .
Y cuando me llevaban
seguían los bandoneones
y la mujer aquella
entró al baile y bailó…
Qué calamidad!
Tango
Música: Bernardino Terés
Letra: Pascual Contursi
Mientras yo me la paso planchando,
te arreglo la ropa y limpio el bulín,
estirao a lo largo ‘e la cama
como un atorrante tranquilo dormís
Si te hablo te hacés el cabrero,
pedís unos mates y vas pa’l café
pa’que sepan tus cuatro amigotes
que a ti no te manda ninguna mujer.
Si a lo menos me engrupieras
y en tu pecho guardaras pa’ mí
un cachito de cariño,
que es lo menos que puedo pedir…
Si te hablo con ternura
del cotorro enseguida te vas
y doblando el sombrero a los ojos
bailando un tanguito alegre te vas.
¡Que calá, que calá,
Qué calamidad!
¡Que calarse el funyi,
que calarse el funyi
hasta la mitad!
Pa’que duermas tranquilo te dejo
solito en la cama y me pongo a planchar
y pensando en el tiempo pasado
me acuerdo de todo y me pongo a llorar,
Mientras vos, al llegar el domingo
te vas a Palermo tranquilo a jugar,
yo le ruego a la Virgen que ganes
pa’ verte contento… Pa’ eso, nomás.
Qué querés con esa cara (La guitarrita)
Tango 1916
Música: Eduardo Arolas
Letra: Pascual Contursi
Qué querés con esa cara
y esa mirada risueña
si hay que tenerte a la leña
porque naciste así.
Yo no pude convencerte,
yo te dejé muy seguido
por eso china te has ido
sin acordarte de mi.
Cuando yo te conocí
te engrupía la “piú vela”
me la tire de pamela
de charoles y bastón.
Me contestaste por carta
toda adornada de flores
y unimos nuestros amores
tan solo en un corazón.
Luego te alquile un bulín
que adornaste con postales,
cortina pa’ los critales
de la puerta te compré.
Por vos deje mis amigos,
deje el juego y la bebida
y empece una nueva vida
y al laburo me entregué.
Cuando ya comprendimos
del amor que me tenías
con mi dicha y mi alegría
te fuiste sin comprender
que me dejabas llorando,
que era triste mi destino;
te cruzaste en mi camino
para hacerme padecer.
Al piantarte del bulín
me dejaste los postales,
la cortina en los cristales,
tus cartas y un almohadón
y un corsé que estaba roto,
un par de tarros fuleros,
me dejaste el sombrero
llevándote el corazón.
Te doy lo que tengo
Tango
Música: Antonio Scatasso
Letra: Pascual Contursi
Yo tengo en mi cotorro
un catre y una viola,
un peine y un espejo
colgado en la pared,
y tengo dos cuadritos
que hice en la gayola
color blanco y celeste
de seda cordoné.
Es lindo mi cotorro;
lo vieras de mañana…
el sol que entre los vidrios
dibuja la pared.
Y tengo una maceta
colgada en la ventana
que tiene unas ramitas
de flores rosa té.
Todito lo que tengo
pa’ vos es alma mía:
el mate, la bombilla
y hasta el calentador,
y tengo pa’ esas noches
de invierno crudo y trío
de lana un acolchado
pa’ que duermas mejor.
Ventanita de arrabal
Tango 1927
Música: Antonio Scatasso
Letra: Pascual Contursi
En el barrio Caferata
en un viejo conventillo,
con los pisos de ladrillo,
minga de puerta cancel,
donde van los organitos
su lamento rezongando,
está la piba esperando
que pase el muchacho aquel.
Aquel que solito
entró al conventillo,
echao a los ojos el
funyi marrón;
botín enterizo,
el cuello con brillo,
pidió una guitarra
y pa’ella cantó.
Aquel que, un domingo,
bailaron un tango;
aquel que le dijo:
“Me muero por vos”;
aquel que su almita
arrastró por el fango,
aquel que a la reja
más nunca volvió.
Ventanita del cotorro
donde sólo hay flores secas,
vos también abandonada
de aquel día… se quedó.
El rocío de sus hojas,
las garúas de la ausencia,
con el dolor de un suspiro
tu tronquito destrozó.
POEMAS DE JOSÉ MARÍA CONTURSI
A mí no me hablen de tango
Tango
Música: Juan José Paz
Letra: José María Contursi
En esta noche de capricho y de fandango,
no sé con qué me van a hablar a mí de tango.
Si en los portones de Palermo fui como el patrón,
juego de taba y milonga.
Y en la mistonga domingada en los corrales
fui respetado como en tantos carnavales.
¡Cuántos recuerdos queridos!
¡Cómo poder olvidar!
¿Dónde quedó mi casa vieja,
con sus glicinas y el balcón?
Y aquel susurro juvenil
humedecido de emoción
tras de las rejas.
Patio de piedras desparejas
bajo la sombra del parral
con mi guitarra y mi canción.
¡Si me dan ganas de estrujar
al corazón!
No quiero hacer jamás alarde de mi rango
pero no sé con qué me van a hablar de tango
Con pantalón de fantasía y taco militar,
¡si habré copado paradas!
En madrugadas de caprichos y fandango,
lo que se baila es cualquier cosa menos tango.
Tango era el que antes bailaron
El Mocho y El Cachafaz.
¡A ver, que sirvan más copas,
para poder olvidar!
Como dos extraños
Tango 1940
Música: Pedro Laurenz
Letra: José María Contursi
Me acobardó la soledad
y el miedo enorme de morir lejos de ti…
¡Qué ganas tuve de llorar
sintiendo junto a mí
la burla de la realidad!
Y el corazón me suplicó
que te buscara y que le diera tu querer…
Me lo pedía el corazón
y entonces te busqué
creyéndote mi salvación…
Y ahora que estoy frente a ti
parecemos, ya ves, dos extraños…
Lección que por fin aprendí:
¡cómo cambian las cosas los años!
Angustia de saber muertas ya
la ilusión y la fe…
Perdón si me ves lagrimear…
¡Los recuerdos me han hecho mal!
Palideció la luz del sol
al escucharte fríamente conversar…
Fue tan distinto nuestro amor
y duele comprobar
que todo, todo terminó.
¡Qué gran error volverte a ver
para llevarme destrozado el corazón!
Son mil fantasmas, al volver
burlándose de mí,
las horas de ese muerto ayer…
Alondras
Tango
Música: Alberto Soifer
Letra: José María Contursi
Hoy no han vuelto a cantar los violines
con sus notas de trémula voz…
y un aroma sutil de jazmines
da fragancia a mi corazón.
Hay un ansia de amor en mi vida,
¡primavera sin flores ni Sol!
y en mi pecho temblando palpita
como ayer, una tibia emoción!
Todo en esta noche se ha tornado alegre… yo no sé por qué
Me parece la Luna más bello…
y mis ilusiones ¡frágiles alondras! han vuelto a crecer
¡y en sus picos titilan estrellas!
Una voz me dice: “Pronto irá a tu lado la felicidad”
…una voz que me llego del alma…
que me lleva hasta el cielo en sus alas.
Son mis ilusiones ¡frágiles alondras que quieren volar!
Ya no ronda en mi cuarto el hastío
ni hay tristezas en mi corazón,
¡ni mis ojos se empañan de frío…
ni me aturde la desolación!
Es que hay ansias de amor en mi vida
¡Primavera sin flores ni Sol!
y temblando en mi pecho palpita
como ayer, ¡una nueva emoción!
Bajo un cielo de estrellas
Vals 1941
Música: Enrique Francini / Héctor Stamponi
Letra: José María Contursi
Mucho tiempo después de alejarme,
vuelvo al barrio que un día dejé…
con el ansia de ver por sus calles
mis viejos amigos, el viejo café.
En la noche tranquila y oscura
hasta el aire parece decir:
“No te olvides que siempre fui tuya
y sigo esperando que vuelvas a mí”.
En esta noche vuelvo a ser
aquel muchacho soñador
que supo amarte y con sus versos
te brindó sus penas…
Hay una voz que me dice al oído :
“Yo sé que has venido
por ella… por ella !”.
Qué amable y qué triste es a la vez
la soledad del arrabal
con sus casitas y los árboles que pintan sombras.
Sentir que todo… que todo la nombra,
¡qué ganas enormes me dan de llorar!
Bajo el cielo cubierto de estrellas
una sombra parezco al pasar…
No he de verme jamás con aquella
¡qué tanto mi quiso… y hoy debo olvidar!
En la noche tranquila y oscura
hasta el aire parece decir:
“Para qué recordar que fui tuya
si yo ya no espero que vuelvas a mí!”.
Como aquella princesa
Tango 1937
Música: Joaquín Mora
Letra: José María Contursi
Hay una estrella desmayada
junto a la luz de tu mirada…
Me aflige tu quebranto… es que te quiero tanto
que me entristezco al verte seria, ¡vida mía!
¡Bajo ese cielo de quimeras
que se dibuja en tus ojeras
he visto reflejada mi vida destrozada
por celos necios de mi amor!
Como aquella princesa del librito de cuentos
apareciste un día, deslumbrante de luz…
Yo era el tímido paje de una corte de ensueños
cuyo Dios era el verso… cuyo
sueño eras tú.
Como el tímido paje del librito de cuentos
una tarde temblando te confiaba mi amor…
se empañaron tus ojos… un suspiro y un beso…
¡y esta pena tan dulce que nos une a los dos!
Hay una estrella que agoniza
junto al soñar de tus pupilas…
Estás enamorada… lo dice tu mirada
y en esta duda se consume el alma mía.
¡Pero mi fe se tranquiliza
porque tu aliento me acaricia…
tus manos en mis manos… mis labios en tus labios
y mentalmente una oración!
Mis amigos de ayer
Tango 1945
Música: Francisco Lomuto
Letra: José María Contursi
Esta noche tengo ganas de aturdirme de recuerdos
con el frío denso y lerdo de las cosas del lugar,
recorrer las viejas calles por el tiempo transformadas
y entre piedras olvidadas empaparme de arrabal.
Me contemplan con asombro las estrellas y esta esquina
con perfume de glicinas y colores de malvón…
Debo estar acaso viejo, melancólico y más flojo,
que me sale por los ojos esta cálida emoción.
¿Dónde están mis amigos,
mis amigos de ayer?
Si me vieran llegar
como un duende y llorar…
y llorar al volver.
¿Se perdieron tal vez
por un rumbo sin luz,
sin destino… sin fe?
Por distinto camino
me perdí yo también…
¡Si me vieran llegar
como un duende y llorar
mis amigos de ayer?
Para qué llorar ahora lo que el tiempo se ha llevado,
si está muerto mi pasado como muerto está mi amor…
Una voz canta en mi oído mis canciones olvidadas
y la noche perfumada se hace toda una canción…
Me entristecen estas calles, las estrellas y la esquina
con perfumes de glicinas y colores de malvón…
Es que estoy mucho más viejo, melancólico y más flojo
y me sale por los ojos hecha llanto mi emoción.
Como me puse a llorar
Tango 1958
Música: Gabriel Clausi
Letra: José María Contursi
Vuelvo
con fatigas de otros puertos…
con mis espejismos muertos…
¡con el alma desolada!
Vuelvo sin saber ya nada
de tu, vida… de mi vida…
de las cosas más queridas
¡que al partir abandoné!
No me importó tu llanto estremecido
ni destrozar tus sueños más amados
y me arrastré perdido
por caminos trasnochados…
Ya ves… mi vida vuelve aquí…
a tu lado junto a tus ojos negros y dormidos
después de tanto andar
¡muriendo siempre por llegar!
Cuanto castigo sufrí
cuando me vi
tan lejos de lo que es mío…
No quiero ni recordar
allá en París
aquellas noches de frío.
Entré en un bar y una orquesta
tocaba un tango argentino…
¡cómo me puse a llorar!
Sombras nada más
Tango 1943
Música: Francisco Lomuto
Letra: José María Contursi
Quisiera abrir lentamente mis venas…
Mi sangre toda vertirla a tus pies…
para poderte demostrar
que más no puedo amar
y entonces… Morir después.
Y sin embargo tus ojos azules,
¡azul que tienen el cielo y el mar!
viven cerrados para mí
sin ver que estoy así…
¡Perdido en mi soledad!
¡Sombras, nada más,
acariciando mis manos!
¡Sombras, nada más,
en el temblor de mi voz!
Pude ser feliz
y estoy en vida muriendo
y entre lágrimas viviendo
los pasajes más horrendos
de este drama sin final…
¡Sombras, nada más,
entre tu vida y mi vida…
Sombras, nada más,
entre mi amor y tu amor!
Qué breve fue tu presencia en mi hastío,
qué tibias fueron tu mano y tu voz.
Como luciérnaga llegó
tu luz y disipó
las sombras de mi rincón…
Y me quedé como un duende, temblando
sin el azul de tus ojos de mar,
que se han cerrado para mí
sin ver que estoy así…
¡Perdido en mi soledad!
Desagravio
Tango
Música: Francisco Lomuto
Letra: Homero Manzi / José María Contursi
El destino, que siempre vive alerta,
por fin golpeó mi puerta para cobrar mi error…
Fui culpable de que sufrieras tanto,
culpable de tu llanto,
culpable de tu amor.
Mis veinte años no sabían
lo que vale una ilusión…
y, cobarde, mi paso traicionero
detrás de otro sendero
un día se alejó.
Y hoy, he vuelto tan cambiado
que, entre lágrimas, tus ojos
me contemplan asombrados…
quise atarme a tu perdón, y el corazón
sintió tu corazón… helado.
Ves… la vida nos enseña a comprender,
ves… el tiempo te ha vengado sin querer.
Y, al final, hecho pedazos
se nos muere entre los brazos… el ayer.
Los recuerdos nos hacen tanto daño
tal vez porque los años
agranden la emoción.
En tu caso, por todo lo sufrido,
y en mi, por lo perdido
después de aquel error.
No tenemos otro lazo
que la sombra de este amor…
Mas la pena tiembla entre mis labios,
al darte el desagravio, te da mi corazón.
Gricel
Tango 1942
Música: Mariano Mores
Letra: José María Contursi
No debí pensar jamás
en lograr tu corazón
y sin embargo te busqué
hasta que un día te encontré
y con mis besos te aturdí
sin importarme que eras buena…
Tu ilusión fue de cristal,
se rompió cuando partí
pues nunca, nunca más volví…
¡Qué amarga fue tu pena!
No te olvides de mí,
de tu Gricel,
me dijiste al besar
el Cristo aquel
y hoy que vivo enloquecido
porque no te olvidé
ni te acuerdas de mí…
¡Gricel! ¡Gricel!
Me faltó después tu voz
y el calor de tu mirar
y como un loco te busqué
pero ya nunca te encontré
y en otros besos me aturdí…
¡Mi vida toda fue un engaño!
¿Qué será, Gricel, de mí?
Se cumplió la ley de Dios
porque sus culpas ya pagó
quien te hizo tanto daño.
La noche que te fuiste
Tango 1945
Música: Osmar Maderna
Letra: José María Contursi
A veces,
cuando en sueños tu imagen aparece,
radiante y fugaz como un rayo de sol,
siento que tus manos entibian las mías
trémulas y frías… ¡y hablas de tu amor !
Entonces lentamente mi espíritu adormeces,
arrullo sutil de una vieja canción,
aquélla que cantabas cuando tú eras mía,
fantasma febril que se aleja burlón.
La noche que te fuiste
(más triste que ninguna)
palideció la luna
y se tornó más gris la soledad…
La lluvia castigando mi angustia en el cristal
y el viento murmurando : Ya no vendrá más.
La noche que te fuiste
nevó sobre mi hastío
y un hálito de frío
las cosas envolvió…
Mis sueños y mi juventud
cayeron muertos con tu adiós…
La noche que te fuiste
se fue mi corazón…
Más fuerte que tu olvido,
el tiempo y la distancia,
se ensaña, tenaz con mi desolación,
el remordimiento de todo el pasado
¡todo mi pasado trágico y burlón !
Por eso cuando en sueños tu imagen se agiganta
y entonas sutil esa vieja canción,
yo vuelvo a ser entonces el de aquellos días,
radiante y feliz como un rayo de sol.
Mañana a las ocho
Tango 1939
Música: Andrés Falgás
Letra: José María Contursi
Me dijiste temblando… ¡mañana a las ocho!
te miré suplicando, por Dios, la verdad…
y tus ojos decían que sí, que vendrías
¡no quise dudar!
Luego, un beso me diste… lloraban mis ojos
un sollozo tan lleno de felicidad
al pensar que a mi lado de nuevo volvías…
¡mi amor, ten piedad!
¡Mañana a las ocho!
el eco bendito de tu voz…
llenándome el alma,
tocando las fibras de mi corazón…
¡llegaron las ocho!
sentí de las campanas su canción
y ellas me trajeron muerta mi ilusión.
Han pasado dos años de aquella mentira
que dijeron tus labios pa’hacerme sangrar…
aún te veo temblando y yo sollozando
¡de felicidad!
Esta llaga que abriste tortura mi vida
es un algo tan fuerte que anuda mi hablar
que me está consumiendo… pues vivo llorando…
¡por tu falsedad!
Mi tango triste (Tango triste)
Tango 1946
Música: Aníbal Troilo
Letra: José María Contursi
Me torturé sin ti y entonces te busqué
por los caminos del recuerdo
y en el recodo más lejano te agitabas por volver
y por librarte de ese infierno…
Y se arrastró hasta mí tu vida sin amor
con su dolor y su silencio
y disfrazamos un pasado que luchaba por querer
volver.
Y fuiste tú
la que alegró mi soledad,
quien transformó en locura
mi pasión y mi ternura
y en horror mis horas mansas.
Tú…
Mi tango triste fuiste tú
y nadie existe más que tú
en mi destino…
Y hoy
te has hecho a un lado en mi camino…
Y es muy tarde ya
para volver llorando atrás
y contener la angustia
que por mustia
duele mucho más.
Se desgarró la luz y enmudeció mi voz
aquella noche sin palabras
al ver que tu alma estaba ausente y a tu lado siempre yo
como una cosa abandonada…
Y se arrastró hasta mí la sombra de otro amor
y de otra voz que te llamaba
y me sumiste en un pasado que luchaba por querer
volver.
Milonga de mis amores
Milonga 1937
Música: Pedro Laurenz
Letra: José María Contursi
Oigo tu voz
engarzada en los acordes de una lírica guitarra…
Sos milonga de otros tiempos… Yo te vi crecer
prendida en las polleras de un bailongo guapo y rompedor
como jamás ha de volver.
Nadie, tal vez,
comprendió mejor las penas y el sentir de mi barriada…
Sin embargo te olvidaron y en el callejón
tan sólo una guitarra te recuerda, criolla como vos,
y en su gemir tiembla mi ser.
Vuelvo cansado de todo
y en mi corazón lloran los años…
Mi vida busca tan sólo
la tranquilidad del viejo barrio…
Y encuentro todo cambiado menos tu canción, milonga mía…
El progreso ha destrozado toda la emoción
de mi arrabal.
Quiero olvidar
y tus notas van llenando de tristeza el alma mía…
He cruzado tantas veces ese callejón,
llevando entre los labios un silbido alegre y tu cantar
emborrachando el corazón.
Era feliz
entregado a las caricias de la única sincera
que acunó una primavera que no floreció…
Milonga, ya no puedo continuar… El llanto me venció…
Quiero olvidar… y pienso más.
Para qué
Tango
Música: Domingo Varela Conte / Oscar Amoroso
Letra: José María Contursi
Para qué seguir sufriendo,
vivir así ya no es vida,
es tan mortal esta herida
que sangra cruel de mi pecho.
Ya no aguanto más, me muero…
Corazón, ya lo has perdido,
dame tu último latido
corazón, estás deshecho.
Para qué rogar en vano
recordando sus promesas,
para qué llorar mis penas,
para qué implorar que vuelva
si marchito está su amor;
para qué buscar su mano
tabla de mi salvación,
si de mí ya ni el recuerdo quedó,
para qué, mi Dios.
Ya comprenderás un día
mis penas y mis desvelos.
Me están matando los celos,
no tengo paz, ni alegría.
Pero no, si vos mentías
para qué seguir sufriendo,
ya no aguanto más, me muero,
corazón, esto no es vida.
Al verla pasar
Tango
Música: Joaquín Mora
Letra: José María Contursi
Ayer al verla pasar me convencí
que no es posible volver y comprendí
que todo se ha terminado,
que somos sombras de aquel pasado.
Con cuánta pena miré lo que creí
sería mi salvación… ¡Pobre de mí!
Y en esa duda terrible
de hablarla o no hablarla
mis pasos volví…
Pobrecita,
¡qué vieja y pálida estaba!
Sin brillo
sus negros ojos miraban…
La vida
quiso ensañarse con ella…
¡Pensar que fue tan bella
y que hoy el mundo la olvida!
Si supiera
que yo también he cambiado,
que tengo
el corazón destrozado,
que a veces
hasta en matarme he pensado,
pues todo, todo, todo
ha muerto ya para mí…
Después temblando me fui de aquel lugar
con unas ansias tan grandes de llorar…
Enloquecido de pena,
frío en el alma,
hielo en las venas…
Y anduve, así, sin saber adónde ir,
sintiendo risas y burlas junto a mí. . .
Y hoy, al saberme perdido,
sin fuerzas, vencido,
no puedo vivir…
Esclavo
Tango 1937
Música: Joaquín Mora
Letra: José María Contursi
No sé si es la tragedia de vivir así
con esta pena mía,
que ha dibujado esta mueca sombría
que nubla mis ojos y apaga mi voz.
Tal vez porque en el suelo deshojada está
mi pálida esperanza,
sólo me queda mi vieja añoranza
borracha de hastío lo mismo que yo.
Mil veces he tratado de olvidar
y busco distraer mi pobre vida,
quisiera demostrar que no es verdad
que en vez de corazón tengo una herida.
Mas ya no tengo fuerzas para ahogar
el lúgubre fantasma de mi pena
y vivo esclavo, así, de mi condena
sin poderme libertar.
Por eso cuando pienso que me vida es
un mar de desencantos,
donde las aguas revueltas del llanto
no fueron surcadas por barco, jamás.
Me oprime la nostalgia de otro cielo azul,
lejano y placentero,
y un sol brillante de amor tempranero,
de cálidos rayos y besos de luz.
Y no puede ser
Tango
Música: Aníbal Troilo
Letra: José María Contursi
No vuelvas
más a repetir
que es un fracaso tu vida,
porque me ves preocupado, decís,
que mi cariño es mentira.
Estoy así
porque no sé
cómo he llegado a amarte tanto.
Triste problema al comprender
que quiero tus caricias
y no puede ser.
Cuántas veces resolví
dejar aquí mi corazón
irme y no verte más…
No sabía si mentir
o si confiarte la razón
de mi abandono.
Pero cuando me dispuse a hablar
tuve miedo de perderte
y me contuve.
Y hoy que todo lo sabés
entre las sombras buscaré
mi redención.
No llores más,
amor, por Dios,
no ves mis ojos cansados…
Mi sangre toda daría por vos
y en vos me acusa el pasado.
Sin fuerzas ya,
me alejaré
con esta pena entre los labios.
Y cuando el sol no brille más
de lejos mis recuerdos
te bendecirán.
Te recomendamos ver el programa de televisión.
PRÓXIMO PROGRAMA JUEVES A LAS 22 HS (HORA ESPAÑOLA)
