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BIOGRAFÍA DE DU FU ó TU FU, POETA CHINO
En el programa de hoy viajamos a la China antigua, la China del siglo VIII cuando una guerra de varias décadas arrasaba la vida de la gente humilde, abandonada por los poderosos y los mandarines que jugaban a la guerra utilizando las vidas ajenas. Para que todo eso no fuese olvidado, se alzó entre los más humildes y oprimidos un poeta valeroso, que documentó con sus poemas y canciones el final de la era Tang, un tiempo convulso, pero también lleno de personas maravillosas. Ni las persecuciones, ni el olvido ni las guerras han conseguido acabar con su legado de paz. Du Fu se llamaba nuestro protagonista de hoy, también conocido por Dù Shàolíng (杜少陵) o Dù Gōngbù (杜工) cuyo nombre de cortesía era Zi Mei (Tu Zhimei),
Nacido en el año 712 en Gongyi en la República Popular China, Du Fu fue contemporáneo y amigo del poeta Li Bai. Ambos pertenecen a la edad de oro de la poesía china escrita en el estilo característico de la Dinastía Tang que abarca del 18 de junio de 618 hasta el 4 de junio de 907, incluyendo el reinado de Wu Zeitian, emperatriz de China entre los años 609 y 705. Se les considera las dos figuras más importantes de la poesía clásica del país, siendo Du Fu de tendencia realista y Li Bai de tendencia romántica.
Durante la dinastía Tang la poesía era parte importante de la vida social de toda la población. Para ejercer un puesto público, los estudiantes debían escribir poesía. El arte estaba al alcance de todos, lo que produjo una gran cantidad de poemas y poetas de los que en la actualidad se conservan sólo una parte, y que ha influenciado sobre la literatura mundial y la poesía actual.
Du Fu nació en el año 712, en Yao Wang, distrito de Gong, provincia de Henan en el seno de una familia de funcionarios. Su madre murió poco después de su nacimiento y fue parcialmente criado por su tía. Tuvo un hermano mayor que murió joven, tres hermanastros y una hermanastra. Su abuelo Tu Shenyan fue un famoso poeta de los primeros años de la Dinastía Tang, del reinado de Wu Zeitian.
Du Fu comenzó a escribir poemas a los siete años y a los nueve empezó a formarse en caligrafía. A los catorce años ya tenía amigos entre los poetas famosos. Educado en los libros de Confucio desde niño, Du Fu fue un alumno aplicado que dedicaba su tiempo disponible al estudio y a las letras y fue confucionista durante toda su vida.
Los confucianos son un culto que se centra en los valores y la teología de los sabios antepasados, valores humanos como la armonía familiar y social y en un sistema de normas rituales que determina cómo debe actuar una persona para estar en armonía con la Ley del Cielo. Ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida vegetal, la vida animal y la vida humana. Si esta armonía es trastornada habrá graves consecuencias, como en el caso del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta. Basado en una ética social y humanista centrada en los seres humanos y sus relaciones, para el confucionismo las personas deben actuar de acuerdo a lo ordenado por el Cielo, para ello deben autoperfeccionarse mediante la introspección y el estudio, si lo logran tendrán un conocimiento de sí mismo y de los deseos del Cielo que les permitirá alcanzar su rectitud y buenas maneras y mejorar sus sentimientos hacia los demás, así como alcanzar las cuatro grandezas: la lealtad, el perdón, la fidelidad y la compasión y practicar la justicia y los buenos principios. Para el confucionismo, un campesino puede ser más virtuoso que el mismísimo emperador si este no practica los buenos principios; el hombre superior debe dedicarse a los cargos públicos para poder dirigir a la sociedad. La China de las buenas épocas llegó a identificarse mucho con esta idea dando lugar a un gran espíritu de servicio.
A los veinte años Du Fu emprendió sus viajes de aventura y una vida bohemia algo que era muy habitual en los literatos de la época antes de ocupar cargos de funcionario. Viajó por las provincias de Jaingsu y Zhejiang y después por las de Sahgdon y el sur de Hobei, conociendo la belleza del paisaje del sur del río Yangtsé y otros lugares históricos del país que le sirvieron de materia prima para escribir algunos de sus poemas. En uno de esos viajes conoció a Li Bai en Loyang. Du Fu era algunos años más joven y Li Bai era ya una estrella poética, y se hicieron grandes amigos. Se volvieron a encontrar una sola vez en el año 745.
Cuando Du Fu y Li Bai se conocieron, la dinastía Tang entraba en un proceso de decadencia y toda la política del país estaba manejada por unos pocos ministros que querían desplazar a los intelectuales. Los fraudes del entonces primer ministro Li Linfu, que, para evitar posibles rivales, había dado la orden de no aprobar a los concursantes de talento que pudieran debilitar su poder o descubrieran sus desfalcos, produjeron dos fracasos en dos intentos de Du Fu de acceder a la admisión en la corte, a pesar de su valía.
Entre 746 y 755 se instaló en la capital de la dinastía y llevó una vida cada vez más pobre pues no pudo conseguir ningún empleo. Esto le permitió conocer de cerca la corrupción de la corte, la vida de los más desamparados y desfavorecidos, los sufrimientos del pueblo causados por las guerras y las políticas injustas de los gobernantes y escribió numerosos poemas de denuncia y protesta, que expresaban su cariño y simpatía por la gente del pueblo y su aborrecimiento de los mandarines corruptos. Su poesía tomó así el camino del realismo.
Se casó alrededor de 752, y en 757 la pareja había tenido cinco hijos, tres hijos y dos hijas. A partir de 754 comenzó a tener problemas pulmonares (probablemente asma), la primera de una serie de dolencias que lo persiguieron durante el resto de su vida.
En 755 le dieron un puesto de jefe militar comarcal, puesto que rechazó y después fue nombrado para un cargo de director de las custodias de las armas. Tras asumir el cargo, regresó a su casa a Feng Xian para visitar a su familia a la que había dejado allí instalada hacía un año para que no tuvieran que sufrir la miseria de la vida en la capital, donde los precios eran muy elevados, pero al llegar se encontró con una gran tragedia: su hijo bebé de menos de un año de edad, había muerto de hambre.
En esos días, estalló de la rebelión armada de An Lushan, un conquistador resentido con un imperio que le había dado la espalda y a cargo de un devastador ejército que causó una enorme perturbación en la sociedad china mermando el censo de la población de 52,9 millones de personas en el año 754 a 16,9 millones, diez años después, debido a los desplazamientos y asesinatos realizados. La rebelión hizo necesaria la huida de Du Fu con su familia hacia el norte. En el camino fue atrapado por los soldados rebeldes y enviado a prisión, forzado a luchar por su vida como soldado.
En otoño nació su hijo menor, Du Zongwu. Alrededor de esta época se cree que Du Fu contrajo la malaria. En abril de 757 consiguió escapar y se unió al emperador Xiao Zhong en Feng Xiang, quien lo nombró Consejero Imperial. Su cargo consistía en descubrir y señalar los errores del monarca y darle consejos. En cumplimiento de su cargo con seriedad insobornable como buen confucionista, el poeta se dirigió al soberano con franqueza criticándolo por la destitución injusta de su amigo y mecenas el primer ministro Fang Guan, lo que desagradó al emperador que lo destituyó y desterró, aunque después sería indultado. Tres meses después, fue colocado de nuevo en su puesto, sin embargo, su consejo no fue apreciado y fue degradado a un puesto menor. Escribiría: “Estoy a punto de gritar locamente en la oficina. Especialmente cuando traen más papeles para apilarlos más arriba en mi escritorio.” Al año siguiente abandonó definitivamente la corte.
En 759, una gran hambruna en la zona del país donde Du Fu trabajaba le llevó a renunciar a su cargo y viajar con su familia de ciudad en ciudad para poder mantenerles. Hasta que finalmente en Chengdu, con ayuda de su amigo, el gobernador de la provincia, pudo construir una choza y pasar una temporada en mejores condiciones de vida gozando de paz y estabilidad. Pero el fallecimiento de su amigo el gobernador que lo ayudaba económicamente y el estallido de las guerras internas entre señores feudales pusieron fin a una de las épocas más felices de su vida obligándole a abandonar Sichaun y vivir de nuevo en la miseria.
Emprendió un largo viaje con su familia para volver a su pueblo natal. Sufría de mala vista, sordera y vejez generalizada, además de sus dolencias anteriores. Se quedaron a la entrada de las tres gargantas durante casi dos años. Este es el último gran florecimiento poético de Du Fu. Allí escribió 400 poemas en su estilo denso y tardío. El gobernador de la región lo apoyó financieramente y lo contrató como su secretario no oficial. En marzo de 768 reanudó su viaje, pero murió en noviembre o diciembre de 770 en la cubierta de un barco enfermo de tuberculosis, diabetes y malaria a los 58 años de edad. Le sobrevivieron su esposa y dos hijos. Su último descendiente conocido es un nieto.
Du Fú ocupa un puesto muy importante en la literatura china. Algunos críticos le denominan “El Santo del Verso”, “El Santo poeta” o “El sabio poeta”. Dominó todas las formas de la poesía china haciendo avances destacados y contribuyendo con ejemplos sobresalientes. Es muy conocido por los lùshi, un tipo de poema con restricciones estrictas en la forma y el contenido, por ejemplo:
Dejando la audiencia por los pasillos silenciosos,
Majestuosos y hermosos, pasamos por las puertas del Palacio,
Puedes ir en diferentes direcciones: vas hacia el oeste
Con los Ministros de Estado. Yo, del lado contrario.
La mayoría de sus poemas son realistas y de protesta social, denunciando las injusticias de la sociedad y transmitiendo a las siguientes generaciones un vivo retrato de la sociedad feudal de la China de su época. La mayoría de sus poemas están calados de melancolía y tristeza y los críticos chinos los clasifican como historia poética. Los temas principales de su poesía son: los sufrimientos del pueblo a causa de las guerras y el régimen de servicios gratuitos impuestos por la clase dominante, la corrupción y la vida lujosa de los altos mandarines en contraste con la pobreza del pueblo, el anhelo de la paz, la preocupación por el destino de la patria, la vida y el trabajo de la gente sencilla. Pero también fue capaz de ver la belleza en un mundo de tinieblas exaltando a la naturaleza, los encantos de la vida en el campo y los cantos a la amistar y al amor. Fue un poeta comprometido y un gran patriota.
Cultivó y desarrolló todas las formas de la poesía clásica china contribuyendo a su enriquecimiento. De estructura bella y estricta. Lenguaje muy preciso, expresivo, conciso y condensado. Utilizaba palabras bien medidas, empleando a la perfección las diferentes formas de versificación china, tanto en el estilo antiguo como en el moderno y usando paralelismos, antítesis y diversos recursos técnicos. Con pocos caracteres y lenguaje conciso logra expresa ideas profundas y complejas.
Du Fu no consiguió un gran reconocimiento en vida, pero su influencia creció con el tiempo influenciando profundamente a los poetas chinos de su época y posteriores: Po Chüyi de la dinastía Tang; Su Shi, Lu You y Wen Tiensian, de la dinastía Song y Gong Zhinzheng de la Qing. Todos ellos aprendieron de Du Fu, tanto en el aspecto creativo como estructural de sus versos.
Su prestigio no cesaría de crecer tras su muerte, especialmente a partir del siglo XI donde hubo una revaluación de los poetas anteriores. Su lealtad al estado y su preocupación por los pobres han sido interpretados por la República Popular China como un nacionalismo y socialismo embrionarios, y ha sido elogiado por usar un “lenguaje popular” simple. La popularidad e influencia de Du Fu en China se puede comparar a la de Shakespeare en Inglaterra.
Los críticos chinos lo consideran de la misma trascendencia que Li Bai, sin que se pueda poner uno encima del otro.
LIBROS Y PÁGINAS WEBS CONSULTADOS:
- Dieciocho poemas de Tu Fu, introducción y traducción del chino por Chen Goujian. Instituto de Lenguas Extranjeras de Guanzhou (Cantón), China. El Colegio de México.
- Octavio Paz. Versiones y Diversiones. Edición revisada y aumentada. https://gracielahierro.files.wordpress.com/2019/01/versiones-y-diversiones-octavio-paz.pdf
- Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen. Ed. Cátedra Letras Universales. https://www.academia.edu/43620884/Poes%C3%ADa_china_Siglo_XI_a_C_Siglo_XX_Ed_Guojian_Chen_
- https://es.wikipedia.org/wiki/Du_Fu
VÍDEOS:
- Viaje a la poesía china 3. Du Fu, la voz de los humildes.
- Poesía china recitada (en chino y español): Al letrado Wei Pa, poema de Tu Fu.
SELECCIÓN DE POEMAS DE DU FU
ESCRITO EN EL MURO DE LA ERMITA DE CHANG
Es primavera en las montañas.
Vine sólo en tu busca.
Entre las crestas silenciosas
El eco de las hachas: talan árboles.
Los arroyos helados todavía.
Hay nieve en el sendero.
Bajo un sol indeciso
Llego a tu choza, entre dos rocas
Colgada. Nada pides, nada esperas.
No ves siquiera el halo que te envuelve,
Vaga luz oro y plata. Manso
Como los ciervos que has domado.
¡Olvidar el camino de regreso,
Ser como tú, flotar,
Barca sin remo, a la deriva!
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
ALBA DE INVIERNO
Hombres y bestias del zodíaco
Una vez más contra nosotros.
Verdes botellas de vino, rojas conchas de langosta,
Todas vacías, se apilan en la mesa.
«¿Cómo olvidar a un viejo conocido?»
Y cada uno, sentado, escucha sus propios pensamientos.
Fuera, chirrían las ruedas de los carros.
En el alero los pájaros despiertan.
En otra alba de invierno, pronto,
He de enfrentarme a mis cuarenta años.
Me empujan duros, tercos instantes,
Doblado hacia la sombra larga del crepúsculo.
La vida gira y pasa, borracho fuego fatuo.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
EN LA TORMENTA
Viejos fantasmas, nuevos.
Zozobra, llanto, nadie.
Envejecido, roto,
Para mí solo canto.
Andrajos de neblina Cubren la noche, a trechos.
Contra la nieve, el viento. Mi copa derramada;
Mi botella, vacía;
Ceniza, el fuego. El hombre
Ya no habla: susurra:
¿A quién decir mi canto?
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
PRIMAVERA CAUTIVA
El imperio se ha roto, quedan montes y ríos;
marzo, verde marea, cubre calles y plazas.
Dureza de estas horas: lágrimas en las flores,
los vuelos de los pájaros dibujan despedidas.
Hablan torres y almenas el lenguaje del fuego,
oro molido el precio de una carta a mi gente.
Me rasco la cabeza, cano y ralo mi pelo
ya no detiene el tenue alfiler del bonete.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
VIAJANDO HACIA EL NORTE
Entre el moral que amarillea
Una lechuza grita. Ratas escurridizas
Buscan sus madrigueras. Medianoche.
Un viejo campo de batalla.
La luna brilla, fría, sobre los huesos mondos.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
AL LETRADO WEI PA
A Jaime García Terrés
Arriba Shen y Shang giran sin encontrarse:
como las dos estrellas pasamos nuestras vidas.
Noche de noches, larga y nuestra, sea esta noche:
nos alumbra la mansa luz de la misma lámpara.
Miro tus sienes, miras las mías: ya cenizas.
Los años de los hombres son rápidos y pocos.
Brotan nombres amigos: la mitad son espectros.
La pena es alevosa: quema y hiela la entraña.
Veinte años anduve por el mundo inconstante;
ahora, sin pensarlo, subo tus escaleras.
Cuando nos separamos eras aún soltero;
hoy me rodea un vivo círculo risüeño.
Todos, ante el antiguo amigo de su padre,
se aguzan en preguntas: ¿de dónde, cuándo, a dónde?
Preguntas y respuestas brillan y se disipan:
tus hijos han traído los cántaros de vino,
arroz inmaculado, mijo color de sol
y cebollas cortadas en la lluvia nocturna.
Hay que regar, me dices, con vino nuestro encuentro.
Sin respirar bebemos las copas rebosantes
diez veces y otras diez y no nos dobla el vino.
Nuestra amistad lo vence: es un alcohol más fuerte.
Mañana, entre nosotros -altas, infranqueables-
se alzarán las montañas. Y el tráfago del mundo.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
A LA ORILLA DEL RÍO
Pétalos en el aire,
Desvanecida primavera.
Diez mil átomos de pena también vuelan.
Miro marchitarse a las últimas flores.
Alivio mi tristeza con vino.
Copula una pareja de martín-pescadores
En el arroyo, al pie del pabellón en ruinas.
Unicornios de piedra, macho y hembra,
Guardan la tumba a la entrada del parque.
Todas las criaturas cumplen su propia ley,
Fieles a sus instintos: ¿por qué dejé
Que la ambición mundana me apartara de mí?
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
A PI-SU-YAO
Tenemos talento.
La gente dice que somos los poetas más notables de estos días.
Nuestras casas son pobres, trivial nuestro renombre.
Mal comidos, mal vestidos, los criados nos miran desde arriba.
En el mediodía de nuestra edad tenemos arrugas.
¿A quién le importa, qué sabe nadie de lo que nos pasa?
Somos nuestra propia audiencia.
Sólo nosotros sabemos lo que somos.
Un día, junto a los poemas de los grandes muertos, alguien leerá
los nuestros.
Al menos tendremos descendientes.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
PAISAJE
Otoño transparente.
Mis ojos vagan en el espacio sin fin.
Tiembla el horizonte, olas de claridad.
Lejos, el río desemboca en el cielo.
Sube el humo de la ciudad distante.
El viento se lleva las últimas hojas.
Una grulla perdida busca nido.
Los árboles están cargados de cuervos.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
DESPUÉS DE LA LLUVIA
Otoño, las nubes incendian el horizonte.
El viento del oeste lo gobierna todo.
Tras la larga noche de lluvia
Salen los campesinos al fino aire del alba.
Los árboles del desierto dejan caer sus pocas hojas.
Las peras silvestres son pequeñas mas jugosas.
Alguien toca una flauta tártara a la entrada del pueblo.
Un pato salvaje cruza el cielo vacío.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
LUNA LLENA
Solitaria, la luna llena
Suspendida sobre la casa al borde del río.
Bajo el puente corre el agua nocturna y reluce.
Está vivo el oro derramado en el río.
Mi cobertor brilla más que seda preciosa.
El círculo sin mácula.
Las montañas calladas, sin nadie.
La luna gira entre las constelaciones.
Un pino deja caer dos piñas en el viejo jardín.
Florece un árbol.
La misma gloria baña diez mil leguas.
Traducción de Octavio Paz. Del libro “Versiones y Diversiones”
CONTEMPLANDO LA MONTAÑA TAISHAN
iOh Taishan, montaña sacra,
qué podría decir de ti!
Tu infinito verdor cubre los reinos Qi y Lu.
El Creador concentra aquí
todas sus gracias y magia.
Tus dos vertientes, soleada y sombría,
ofrecen a la vez crepúsculo y alba.
Tus nubes que flotan me purifican el alma.
Tus pájaros que regresan me alegran la vista.
Algún día he de alcanzar tu última cima,
y a mis pies veré diminutas todas las montañas.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
CABALLOS TÁRTAROS DE FANG BINGCHAO
Célebres son los caballos de Dayuan.
Osamenta delgada y puntiaguda.
Orejas afiladas como bambúes tallados.
Patas ligeras cual el viento,
nada ni nadie puede detenerlos.
Briosos y soberbios, te llevan a atravesar
como relámpago mil leguas.
Puedes confiarles sin recelos tu vida.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
CANTO A LOS OCHO DIOSES DEL VINO
A LIBAI Una jarra de vino te inspira cien poemas,
y duermes ebrio en una taberna.
Aunque te llama el soberano,
rehúsas acudir a la audiencia.
Y le contestas: –Perdón, Majestad.
Lo siento. ¡Yo soy el Dios del Vino!
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
ESCRITO EN EL RIO CHU
¡Qué panorama tan desolado
el del río en otoño avanzado!
Las hojas de lotos, marchitas,
con el viento se quiebran.
El viajero se lamenta
por las canas que aparecen.
Las olas se llevan
arenas blancas y piedrecitas.
Y el triste ánsar busca su compañía.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
UNA NOCHE DE LUNA
Esta noche, noche de luna, tú sola en Fuzhou,
la estarás contemplando desde el cuarto.
Mientras nuestros hijitos, tan pequeños,
aún no saben compartir tu añoranza.
La neblina perfumada humedece
las nubes de tus cabellos.
La luz de la luna enfría
tus brazos de blanco jade.
¿Cuándo podremos estar juntos,
bajo la cortina bordada,
iluminados por la luna,
hasta que nos seque las lágrimas?
BALADA DE LOS CARROS DE COMBATE
Los carros chirrían.
Los caballos relinchan.
Arcos y flechas a la cintura,
marchan los soldados.
Con ellos, sus padres, mujeres e hijos.
El polvo que levantan
entierra el puente de Xianyan.
Se agarran a las ropas
de sus seres queridos.
Gritan, lloran y gimen,
intentando cerrarles el camino.
Sus llantos y quejas rompen el cielo.
Hablo con un conscripto.
Receloso, me cuenta
lo horribles que son las frecuentes levas:
«A los quince años fui al norte
a defender el río Amarillo.
Ahora, cuarentón, voy al oeste
a trabajar en una granja del Ejército.
Cuando abandoné mi casa, el alcalde me arregló mi peinado,
y de regreso, a pesar de mis canas,
me envian otra vez a la frontera.
Allí la sangre corre como río,
pero no basta para apagar
la sed de expansión del monarca.
¿No ves que en las doscientas prefecturas
al este de la montaña Huashan,
mil pueblos están cubiertos de zarzas?
Pese al duro trabajo de las chicas robustas,
la yerma tierra no rinde nada.
Los de Qing somos diestros en luchas.
Así que nos mandan aquí y allí,
como a bestias de carga.
¿Y quién osará lanzar una queja?
En Guanxi, todo este invierno
no ha cesado la guerra,
y los mandarines nos acosan
con tributos e impuestos.
¿De dónde sacamos el dinero?
Mala suerte es tener hijos varones,
ya que han de podrirse entre malezas.
Mientras que las hijas pueden sobrevivir en casa».
En Oinhay, desde tiempos antiguos,
nadie se ha tomado la molestia
de recoger y enterrar esos huesos blancos.
De modo que gimen los nuevos fantasmas
y lloran los viejos espíritas.
En los lóbregos días de lluvia y niebla,
se escuchan sus agudos y tristes lamentos.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
COMBATIENDO EN LA FRONTERA
VI
REFLEXIONES DEL SOLDADO
Si hay que tensar el arco,
ténsalo con toda fuerza.
Si hay que escoger una flecha,
escoge la más larga.
Para tumbar al jinete,
tumba primero su caballo.
Para derrotar al enemigo,
captura primero a su cabecilla.
Hay fronteras para cada país,
y hay limite para matar:
Con tal que contengamos la invasión,
¿para qué causar más muertes y heridos?
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
LA ALDEA OIANG
Nubes púrpura del Oeste
flotan sobre las altas montañas.
El sol desciende ya al nivel del horizonte.
En las puertas de leño bullen los gorriones.
Recorridas mil leguas, regreso a casa.
Mi esposa se asombra
de verme sano y salvo,
y, al salir de su sorpresa,
se enjuga las lágrimas.
La guerra fue la causa de mi vagar.
Si pude sobrevivir, fue mucha suerte.
Los vecinos asoman sus cabezas
sobre el muro por todos lados.
Oigo sollozos, suspiros y lamentos.
Avanzada la noche, alumbrados
por una vela tras otra,
mi esposa y yo nos miramos como en sueños.
LA ALDEA OIANG
II
En mi vejez me veo obligado
a vegetar en casa,
sumergido en la melancolía.
Mi pequeño hijo no se separa de mí ni un minuto,
temiendo que vuelva a abandonarlo.
El año pasado solía dar paseos
por el estanque para tomar el fresco.
Ahora, el viento del norte sopla con ira.
Mil reflexiones embargan mi mente.
Por suerte vamos a tener una buena cosecha,
y ya veo las bodegas llenas.
Verteré vino en mi copa
para aliviar el crepúsculo de mi vida.
LA ALDEA QIANG
IlI
Mis vecinos vienen a visitarme,
cuando los gallos están en plena riña.
Los espanto, y vuelan a los arbustos.
Oigo que llaman a la puerta.
Abro y veo a cinco ancianos,
que me saludan tras mi larga ausencia.
Cada uno trae una jarra de vino,
que, turbio al verterse,
luego se hace claro.
«No te molestes por su calidad.
Es que todos los chicos se fueron a la guerra,
y no hay gente que cuide los cultivos».
Después de beber, canto conmovido
para agradecerles el afecto
que me muestran en tan difícil tiempo.
Concluida mi canción, suspiro,
alzando los ojos al cielo.
Todos mis amigos rompen en sollozos.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
CONTEMPLACIÓN PRIMAVERAL
Me han destrozado la patria.
Sólo quedan sus ríos y montañas.
La ciudad en primavera–
mar de arbustos y malezas.
Tristeza por esta época:
Flores rociadas de lágrimas.
Angustias por las ausencias:
El canto de ruiseñores estremece el alma.
Las llamas de guerra han ardido tres meses ya.
Mil onzas de oro vale una carta familiar.
Me rasco el pelo blanco y lo hallo ralo.
¿Cómo podrá la horquilla sujetármelo?*
*En esa época, los hombres usaban la cabellera larga y la sujetaban detrás
de la cabeza con una horquilla.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
A WEI BA, LETRADO EN RETIRO
En la vida es muy dificil
el reencuentro de los viejos amigos.
Tanto como juntar los luceros
matinal y vespertino.
¡Qué noche la de hoy que nos vemos
a la luz de la misma lámpara!
Rauda ha pasado nuestra edad lozana.
Ahora nos cubren las canas.
Al visitar a los viejos compañeros,
hallo que la mitad de ellos son espectros.
La sorpresa me hiela,
y el dolor mis entrañas quema.
¡Quién se hubiera imaginado
que vendría a tu casa tras veinte años!
Al despedirnos eras aún soltero,
y hoy nos rodean tus hijos e hijas.
Me acogen con cariño y respeto,
y me preguntan de dónde vengo.
Antes que pueda contestarles,
los mandas por vino y manjares.
Recogen en la lluvia puertos frescos,
y sirvenme una cena deliciosa.
Te alegras tanto del encuentro,
que apuras de una vez diez copas.
Me emociona el calor de tu afecto,
mas me apeno por lo que vendrá mañana:
Nos separarán de nuevo ríos y montañas,
y nos espera un futuro incierto.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
EL CREPÚSCULO
Han vuelto a los establos ovejas y vacas.
Todos han cerrado sus puertas de leño.
Brisa. Luna. Noche plateada.
Ríos y montañas pintorescos, mas ajenos.
El sosegado arroyo murmura entre las peñas.
El rocío perla las hierbas de otoño.
La luz del candil baña mi blanca cabeza.
¿Por qué parpadea con tanto gozo?
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
PASEANDO SOLO POR LA ORILLA DEL RÍO EN BUSCA DE FLORES
En la ribera, las flores me hechizan.
¿Con quién voy a hablar? Me enloquecería.
Busco a mi vecino del sur, amigo de copas.
Casa vacía. Salió a beber hace diez días.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
EL RÍO SERPENTEANTE
I
Un pétalo de flor vuela:
Se fue una triza de la primavera.
El viento se lo lleva en mil briznas.
¡Qué tristeza más profunda!
Miro con resignación las flores moribundas.
¡Que el vino no se aparte de mis labios,
aunque me haga daño!
Junto al río, en los quioscos,
se anidan los estominos.
En las tumbas de los poderosos,
reposan unicornios de piedra.
Considerada bien la lógica de las cosas,
debemos gozar de nuestra vida,
y no dejarnos amarrar
por las vanas glorias mundanas.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
EL RÍO SERPENTEANTE
II
Al regresar de la corte,
todos los días, empeño una prenda,
y cada noche,
retomo ebrio de la orilla.
En todas partes contraigo
deudas por la bebida.
En un fondo de flores,
revolotea
una que otra mariposa,
y la libélula,
en su vuelo indeciso,
roza el agua.
Se dice que en la naturaleza
todo transcurre rítmicamente.
Los hombres vienen y se van
lo mismo que la primavera.
Escasos son los que pueden vivir
setenta años en la historia.
¡Gocemos, pues, de nuestra corta vida!
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
QINZHOU
IV
La llanura se sumerge en el ocaso.
Los clarines y tambores de guerra
resuenan en la aldea fronteriza.
Parecen truenos de otoño.
Llevados por el viento,
entristecen el cielo.
Las cigarras se quedan calladas en sus nidos,
y un pájaro regresa al monte solitario.
¿Adónde puedo dirigirme,
si no hay paz en ninguna parte?
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
LA DESPEDIDA DEL RECLUTA ANCIANO
En los suburbios ya no hay tranquilidad,
y en mi vejez no puedo gozar de paz.
Mis hijos y nietos han muerto en la guerra.
Sin ellos no tiene sentido mi vida.
Abandono el bastón y empuño la espada.
Mis vecinos contemplan tristes la escena,
viéndome decrépito y en huesos secos,
sin tener nada sano excepto los dientes.
Ya vestido de soldado, me despido
arrogante y marcialmente del alcalde.
Mal abrigada, mi vieja esposa llora
acurrucada en un rincón de la calle.
Al despedirnos tal vez para siempre,
me duele verla tiritar de frío.
«Sé que ya no volverás -me dice.
Cuídate, cuídate mucho,
y trata de alimentarte lo mejor posible».
«No te preocupes, cariño.
La fortaleza de Tumen es invulnerable.
El enemigo no podrá cruzar el río Singyuan.
Allí la situación es mejor que en Yechen,
y por ahora no hay peligro para mí.
La separación es inevitable en la vida.
¿Y quién podrá escoger el momento?
Recordando nuestros lozanos abriles,
prorrumpo en suspiros y lamentos.
Los incendios refulgen en los llanos y valles.
Los cadáveres se pudren entre matorrales.
La sangre tiñe la tierra y los ríos.
¿Dónde podremos hallar un refugio?
Ya es hora de marcharme,
No puedo quedarme, cariño».
Al abandonar mi humilde barraca,
siento que está destrozándome el alma.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
MELANCOLÍA
Las hierbas de la orilla
crecen de día en día,
despertando tristeza.
Las aguas de la Garganta,
frías, corren ajenas
de los sentimientos de los hombres.
A ras de ellas retozan las garzas.
¿A qué se debe su alborozo?
¡Con qué esplendor se abren
las flores de los altivos árboles!
Las guerras de más de diez años
han sumido en las tinieblas cien distritos.
El viajero se envejece
en la solitaria ciudad extraña.
¿Podrá ver de nuevo su amada tierra?
Hundidos los hombres en sufrimientos.
Sueltos los chacales por doquier.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
SOÑANDO CON LI BAI
I
Si la muerte nos separa,
trago mis sollozos.
Separados en vida,
la tristeza me destroza.
Del Sur del río Yangtsé,
infestado de epidemias,
no llega ni una noticia.
Ahora, apareces en mi sueño,
sabiendo cuánto te añoro.
Eres un ave atrapada en la red.
¿Cómo puedes despegar las alas?
¿Será ésta sólo una sombra inanimada?
Tan largo y peligroso es el camino.
Surge de un verde bosque de arces
y atraviesa negros desfiladeros.
La luna poniente inunda las vigas.
Me parece ver tu rostro.
Furiosas olas. Profundas aguas.
¡Ten cuidado con los cocodrilos,
y no caigas en sus garras!
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
AÑORANDO A MIS HERMANOS BAIO LA LUNA
Medianoche. Tambor de la atalaya.
Toque de queda. Calles desiertas.
El graznar de las ocas anuncia la llegada
de la primavera a la frontera.
De hoy en adelante el rocío brillará,
y, en mi aldea natal,
la luna alumbrará más.
¿Dónde estarán mis hermanos,
todos de mí separados?
¿Cómo podré saber de ellos,
sin casa ni hogar?
Les envío cartas,
mas nunca tengo respuesta.
Menos ahora,
cuando aún no cesa la guerra.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
MEDITACIÓN MELANCÓLICA
Con los ojos angustiados,
contemplo la escarcha.
En medio de la ciudad helada
florecen crisantemos seductores.
El viento cae del cielo y quiebra
las ramas de los sauces llorones.
Las tristes notas de una flauta
me arrancan lágrimas.
El agua tranquila refleja
sombríos y rectos pabellones.
Con el sol crepuscular
se tornan obscuros los montes.
Las aves ya han vuelto a sus nidos.
Sólo oigo agudos lamentos
de los cuervos trasnochadores.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
JÚBILO POR LA LLUVIA DE UNA NOCHE PRIMAVERAL
¡Qué lluvia más oportuna! Bienvenida.
Llegas justamente en la primavera.
Con la brisa, te deslizas en la noche negra.
Callada, humedeces repartiendo lozanía.
Obscuras las nubes y las sendas.
Sólo brilla la luz de un barco que llega.
La ciudad Brocado* amanece entre flores encarnadas,
que, empapadas, inclinan sus pesadas cabezas.
*La ciudad Brocado es el sobrenombre de la ciudad de Chendu.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
EL OCASO
El sol poniente cuelga
de los ganchos de mi cortina.
El crepúsculo envuelve
el arroyo de primavera.
Fragantes flores visten
el jardín de la orilla.
Sobre las lentas barcas,
el humo de fogones.
Gorriones charlatanes
se disputan las ramas.
En todo el patio, errantes,
los insectos vuelan.
Oh vino, ¿quién te ha inventado?
Una sola copa basta
para disolver mil tristezas.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
LA LLEGADA DE MI AMIGO INVITADO
Aguas de primavera corren
delante y detrás de mi casa.
Sólo bandadas de gaviotas
me vienen a ver todos los días.
La senda orlada de flores
nunca antes había sido barrida,
y mi rústica puerta
se abre hoy por tu visita.
Vivo lejos del mercado,
y la cena es sencilla.
Sumido en la pobreza,
sólo te puedo ofrecer un vino casero.
¿Quieres que llame a mis vecinos tras la cerca?
Juntos apuraremos el vino que queda.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
NOSTALGIA
Río diáfano. Pájaros blancos.
Las montañas verdean,
y las flores lucen más frescas.
En estas contemplaciones
se irá pronto la primavera.
¿Qué estación del año
me llevará a mi hogar?
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
UN POLLO ATADO
Atado, el pollo se debate
y cacarea desesperado.
La criada lo va a llevar
a vender en el mercado.
En casa no les gusta
que picotee insectos.
Mas no piensan que el ave vendida
vaya a parar en la cazuela.
El sentimiento humanitario
debe mantenerse igual
hacia todos los seres vivientes.
Hablo con la muchacha
y le pido que desate el ave.
Sin poder reconciliar
entre el pollo y el insecto,
me recuesto solo,
en la pared del pabellón,
con los ojos fijos
en el río congelado.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
REGALO DE UN AMIGO
Vino del Mar del Sur un amigo,
que me regaló un rosario
de perlas de hombre-conchas.
Traían caracteres escondidos,
y no pude descifrarlos.
Lo guardé en una caja
para algún día que lo necesitase.
Ahora que la abro, lo veo derretido
y convertido en sangre.
Prorrumpo en lamentos:
Ya no tendré con qué pagar
los exorbitantes impuestos.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
REFLEXIONES EN UNA NOCHE DE VIAIE
Brisa, hierba tierna mecida en la ribera.
Noche, alto mástil, una barca muy sola.
Sobre el extenso llano cuelgan unas estrellas.
En el gran río fluye la luna entre las olas.
¿Me viene, acaso, la fama sólo de mis versos?
Viejo y enfermo, ¡que el mandarín desaparezca!
Hoja errante por los aires, ¿a qué me semejo?
Una gaviota entre el cielo y la tierra.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
IMPROVISACIÓN
La luna, en el río,
por poco la alcanzo
con mi mano.
El farol del mástil
brilla solitario
a media noche.
Silenciosas,
las garzas pernoctan
sobre las arenas.
Detrás de la barca,
los peces, ruidosos,
saltan en el agua.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
SORDERA
Me tocó vivir malos tiempos,
y tuve que retirarme del mundo
como los ermitaños.
Hace mucho que tengo los ojos nublados,
y desde el mes pasado
mis oídos quedaron sordos.
Los monos lloran el otoño.
Pero en mis pupilas
ya no quedan lágrimas.
Para mí ha concluido el concierto de los pájaros
que entristecen el ocaso.
Amarillas hojas cubren la montaña.
Asombrado, pregunto a mi mozo:
«De dónde viene la ventada?»
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
INFORMADO DE LA RECONOUISTA DE HENAN
Y HEBEI POR EL EJÉRCITO IMPERIAL
Una noticia inesperada me llega:
¡La ciudad libei ha sido recuperada!
Las lágrimas de júbilo me baña la ropa.
Miro a mi mujer y mis hijos:
Se acabó toda su tristeza.
Loco de alegría, enrollo mis poemas
y preparo el equipaje a toda prisa.
¡Qué día más esplendoroso!
Es para cantar y beber hasta emborracharse.
Tenemos la florida primavera
como buena compañera de viaje
de regreso al país natal.
Nuestra barca deja atrás la Garganta Ba
y se desliza por la de Wu.
Atravesamos Xiangyang,
y el destino está a la vista.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
CON MOTIVO DE MI CHOZA DESTRUIDA
POR EL VIENTO OTOÑAL
Septiembre. Pleno otoño.
Un vendaval rugiente,
sacudiendo mi choza,
se lleva tres capas del techo
y esparce sus pajas
por la ribera opuesta.
Algunas colgadas de los árboles,
y otras sobrenadan en las charcas.
Unos chicos de la aldea Sur
valiéndose de mi senectud,
las recogen y huyen presurosos
al bosque de bambúes:
Así me roban los muy ladrones.
Con los labios abrasados
y la boca tan seca,
no puedo ni lanzar un grito.
Apoyado en mi bastón,
vuelvo a casa suspirando.
De pronto, el viento cesa,
las nubes se tornan como tinta,
y el cielo se encapota en silencio.
Mi manta, usada durante años,
está fría y dura como el hierro.
Durmiendo mal, mi pequeño hijo
acaba por romperla.
Delante del lecho,
gotea el tejado,
sin dejar sitio seco.
Interminable la lluvia
como hilos de cáñamos.
Desde el inicio de la guerra,
no he podido dormir tranquilo.
Esta noche, todo mojado,
sufro un insomnio tormentoso.
Ojalá se levantaran miles de mansiones
que den albergue y alegría
a todos los pobres del mundo,
librándoles de vientos y lluvias.
Si viera alzarse estos edificios ante mí,
aunque se derrumbara mi choza y me congelara,
moriría contento y feliz.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
LA LUNA SOBRE EL RÍO
La luna riela en el río.
En el alto pabellón,
el viajero, alejado
hace tiempo de su amada,
se sumerge en la nostalgia
y se lamenta por las arrugas
que han aparecido en el rostro.
Sus lágrimas bañan el pañuelo.
El medio disco de la luna
eclipsa la Vía Láctea
y cristaliza el rocío.
¡Quién será aquella bella dama?
El bordado de seda que hace,
¿será para su esposo ausente?
Trabajando bajo una lámpara,
suspira, fruncidas las cejas.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
ASCENSIÓN
Viento furioso, cielo alto.
Tristes, los monos chillando.
Islote, agua clara, blanca arena.
Las aves vuelan, dando vueltas.
Bosque ilimitado. Caen las hojas
susurrando, silbando.
Yangtsé interminable. Sus olas ruedan
hacia mí tumultuosas.
Leguas y leguas he viajado
en este otoño melancólico.
Años y años de males pesan
al subir solo a la terraza.
Ya es nívea mi cabellera
con tantas penas y congojas.
Acosado por la pobreza,
tengo que dejar ya mi copa.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
LO OUE PASA EN MI CABAÑA DE PAJAS
Noviembre. Aldea desierta.
Mi casa junto a un árbol solitario.
En medio de la nevada
navega una barca.
Ante el viento, los bambúes
agachan su cabeza.
Los peces se refugian del frío
en los espesos juncos.
Las garcetas se congregan
en una duna redonda.
El vino de Chu es bueno
para quitar la tristeza.
Pero para comprarlo,
¿a quién pido dinero?
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
IMPROVISACIONES
I
Encontrándome en profunda tristeza,
la cariñosa primavera llega
a la pagoda de la orilla y manda
a las flores que se me abran.
A sus reiteradas peticiones
cantan las alegres oropéndolas.
II
Son míos estos ciruelos y durazneros.
Los planté con mis propias manos.
Es mía esta casa, aunque rústica y con muros bajos.
Oye, viento primaveral,
anoche destrozaste mis plantas y flores.
A ver cómo justificas el agravio que me hiciste.
VII
Blancas pelusas de flores de sauces
tapizan todas las sendas.
Pequeñas hojas de lotos surgen del agua
como verdes monedas.
Polluelos acurrucados
se pierden entre brotes de bambú.
Abrigados por su madre, los patitos duermen
en la arena de la orilla.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
BALADA DE KUIZHOU
II
Pobladas de cabañas hasta las cumbres,
las montañas horadan el cielo.
La esmeralda de las hojas de líquenes
y el azafrán de las naranjas,
junto con franjas de casas ordenadas,
forman una maravillosa pintura.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
EL SOL DE PRIMAVERA
El sol de primavera acaricia
los hermosos ríos y montañas.
La brisa lleva a todas partes
la fragancia de las flores y hierbas.
Las golondrinas, barro en pico,
vuelan de aquí para allí.
Los patos mandarines
reposan en la cálida arena.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
NOSTALGIAS OTOÑALES
El rocío cristalino
mustia y hiere el bosque de arces.
Sombría y desolada
la Garganta Wu y sus montes.
Furiosas olas del rio
embisten contra el cielo.
Nubes en tropel de la frontera
sumen en tinieblas la tierra.
Crisantemos que vuelvo a ver abiertos
me arrancan lagrimas.
La barca solitaria fondeada
amarra mi corazón nostálgico.
Por doquier presurosas tijeras cortan
abrigos para el invierno.
Alta ciudad de Baidi.
Incesantes golpes en las piedras de lavar
despiden al crepúsculo*.
En la antigua China, la gente lavaba la ropa golpeándola con un palo sobre una piedra lisa y llana.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
AGUAS PRIMAVERALES
Abril. Olas de flores de durazno.
El río recobra su viejo cauce.
Al alba, las aguas cubren toda la playa.
La esmeralda riela ante mi puerta de ramas.
Añado hilo y pesco con cebo oloroso.
Ato tubos de bambú y riego la huerta.
Incontables pájaros se congregan
y se bañan alborotando el agua.
Del libro “Poesía china. (S. XI a.C – S. XX)”. Traducción de Guojian Chen.
PRÓXIMO PROGRAMA JUEVES A LAS 22 HS (HORA ESPAÑOLA)
Siempre he admirado la poesía china por su sencillez y profundidad…tal vez sea debido a su ingenuidad siempre hermosa que llega hasta el alma como el agua clara.