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BIOGRAFÍA DE IDA VITALE
Ida Vitale nace en Montevideo, el 2 de noviembre de 1923) es una poeta, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria uruguaya miembro del movimiento artístico denominado “Generación del 45” y representante de la poesía “esencialista” (*). Inscrita en la tradición de la vanguardia histórica americana, su poesía indaga en la alquimia del lenguaje y establece un encuentro entre una exacerbada percepción sensorial de raíz simbolista, siempre atenta al mundo natural, y la cristalización conceptual en su perfil más preciso.
Influida por las obras de Juan Ramón Jiménez, a quien conoció personalmente, y por José Bergamín. su poesía ha ido publicándose en libros, antologías y recopilaciones desde 1949, y los títulos publicados suman casi la treintena. Toda su producción poética está recogida en Poesía reunida (2017, en la colección Nuevos textos sagrados de Tusquets Editores.
Ida Vitale forma parte de la cuarta generación de emigrantes italianos en Uruguay, donde se formó en el seno de una familia considerada culta y cosmopolita. En su infancia -recuerda a los 95 años en ocasión de recibir el premio Cervantes que- a su casa llegaban todos los días cuatro diarios que contenían sus respectivas páginas culturales, en las que era “normal” que se incluyeran poemas.
Estudió Humanidades en Uruguay y ejerció la profesión docente. La poesía, en principio, no era el género que más le gustaba, declara, pero de niña se sentó delante de un poema de Gabriela Mistral que no alcanzaba a comprender y no se dio por vencida: leyó y pensó y creció y sintió hasta entenderlo y entrar por esa puerta estrecha en el vasto mundo de la poesía. Publicó su primer libro, ”La luz de esta memoria”, en 1949, lo que la coloca en la generación del 45.
En 1950 se casó con el crítico literario Ángel Rama y tuvo dos hijos: Amparo (1951) y Claudio (1954). Después de 19 años de matrimonio, Ida Vitale y Angel Rama se separaron, en el año 1969.
En 1970 se casa con el poeta Enrique Fierro, ella tenía 40 años, él 22.
En Uruguay colaboró en el semanario Marcha; entre 1962 y 1964 dirigió la página literaria del diario uruguayo Época. Fue codirectora de la revista Clinamen e integró la dirección de la revista Maldoror.
Fue docente de literatura, participando activamente en la vida cultural de su país, hasta los años setenta, cuando motivos políticos la forzaron al exilio. Se fue a México, donde residió una década (de 1974 a 1984), se convirtió en una etapa vital en su trayectoria. Allí llegó junto a Enrique Fierro, Se instalaron en la capital, en la calle Shakespeare, y enseguida se integraron en su vida cultural. De la mano de la pareja que forman Ulalume y Teodoro González de León comenzaron a conocer el mundo intelectual mexicano, que los arraigará, de alguna manera, a este país.
Ida trabaja todos los días en el Colegio de México, al lado del poeta Tomás Segovia, con distintos proyectos de traducción. Conoce a Octavio Paz, habla de Elena Garro, se encuentra con Arreola y José de la Colina.
Octavio Paz, la introdujo en el comité asesor de la revista Vuelta. Además, participó en la fundación del periódico Uno Más Uno y continuó dedicada a la enseñanza, impartiendo un seminario en El Colegio de México. Amplió su obra cultivando el ensayo y la crítica literaria (que ejerció en El País, Marcha, Época, Jaque y, entre otras, en las revistas Clinamen, Asir, Maldoror, Crisis de Buenos Aires, Eco de Bogotá; Vuelta y Unomásuno, de México; El pez y la serpiente de Nicaragua…).
Tradujo libros para el Fondo de Cultura Económica; impartió conferencias y lecturas y participó en jurados.
Regresó a Uruguay en 1984 donde dirigió la página cultural del semanario Jaque. “Dejamos México (con Fierro) cuando acá volvía la democracia y creíamos que era nuestra obligación volver”, afirmó Vitale, quien permaneció solo un par de años en Uruguay y luego volvió a emigrar, aunque esta vez a Estados Unidos.
En 1989 se instaló en Austin (Texas) junto a su esposo, viajando esporádicamente a Montevideo. Fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de la República en 2010. En Texas permaneció 30 años hasta que en 2016 enviudó y decidió regresar a Montevideo donde reside en la actualidad.
En 2015 recibe el prestigioso Premio Reina Sofía de manos de la misma reina.
En 2016 se le concedió el XIII Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, en 2017 el Max Jacob.
En 2018 recibió el Premio Cervantes, cuyo acto de entrega tuvo lugar el 23 de abril de 2019 en la Universidad de Alcalá. En 2019 publicó sus memorias Shakespeare Palace. Mosaicos de mi vida en México.
El 24 de abril de 2019, un año después de recibir el premio, los Reyes de España, don Felipe VI y doña Leticia le ofrecieron un almuerzo de homenaje en el Palacio Real de Madrid.
El Premio Cervantes el más importante de la literatura en español. Se entrega en una solemne ceremonia, presidida por los Reyes de España, en la Universidad de Henares.
Fue declarada Ciudadana Ilustre de Montevideo al cierre de la 42 edición de la Feria Internacional del Libro, el 13 de octubre de 2019.
Vitale se inscribe en la tradición de las vanguardias históricas latinoamericanas, su poesía indaga en la alquimia del lenguaje y establece un encuentro entre una exacerbada percepción sensorial de raíz simbolista, siempre atenta al mundo natural, y la cristalización conceptual en su perfil más preciso. Ella misma ha afirmado sobre la naturaleza de la búsqueda del poeta: “Las palabras son nómadas; la mala poesía las vuelve sedentarias”.
Es representante de la poesía esencialista. Su obra está caracterizada por poemas cortos, una búsqueda del sentido de las palabras y un carácter metaliterario. Está considerada integrante de la Generación del 45, con otros escritores uruguayos como Juan Carlos Onetti, Carlos Maggi o Idea Vilariño, según definición del crítico literario Emir Rodríguez Monegal.
Como lectora prefiere obras históricas pero su descubrimiento de dos poetas uruguayas de entresiglos, Delmira Agustini y, en especial, un espíritu afín, María Eugenia Vaz Ferreira, así como de Gabriela Mistral la motivó a escribir poesía lírica. Sus dos grandes referentes fueron José Bergamín, su profesor en Montevideo, y Juan Ramón Jiménez, a quien conoció en persona.
Ha traducido del francés y del italiano a autores como Simone de Beauvoir, Benjamin Péret, Gaston Bachelard, Jacques Lafaye, Jules Supervielle, Jean Lacouture, Mario Praz y Luigi Pirandello.
Del prólogo a la Antología poétiica editada por la Universidad Complutense y el Paraninfo de la Facultad de Filología, año 1919, escrito por Edgar Pérez Reyes, extraemos:
La voz de Vitale parece estar hecha de filamentos polinizadores. La alquimia con la que trastoca el lenguaje nos revela un universo en donde las palabras, esas “airadas, /ariadnas”, se vuelven más reales que la realidad que nombran. Tal vez por eso sus poemas confieren al mundo una génesis de encantamiento, un aire sostenido entre aliteraciones y juegos sonoros que palpitan irrigándonos con sus atmósferas musicales: “Abrir palabra por palabra el páramo”. El acabado y la hechura con los que Vitale da cuerpo a su aliento poético nos muestra hasta qué punto la condensación es capaz de dar abrigo al ramaje sensorial fijándolo en su más fina esencia. – – 8 Un paisajismo delicado y vibrante desdibuja las formas de la conciencia dando paso a la intuición: “Tenues trazos, /píos de pájaros /se acomodan al alba, /premeditan”. La presencia de la noche y sus poderes insondables, la evocación taciturna de la piel amada, el sueño —“imagen fiel de otra corriente”—, la aparición intermitente de figuras mitológicas (Ariadna, Dédalo, Artemisa…) y la incubación de ensoñaciones conforman un núcleo fabulado en donde el tiempo se viste de pupilas espectrales. Todo parece flotar, no hay límites concretos sino una plenitud fugaz y permanente. Si –como apuntaba María Zambrano– el primer lenguaje tuvo que ser delirio, “milagro verificado en el hombre, anunciación, en el hombre, de la palabra”1, el de Vitale es un delirio lúcido que restaura el cosmos besándolo cálidamente con el primero de sus brillos, el brillo del asombro. De ese destello brota el verbo en acto puro para iluminarnos con su luz recién nacida. Leer esa luz, la luz de esa memoria, es adentrarse en una niebla que al disiparse descubrimos que hemos desaparecido junto con ella.
Del libro:
Ida Vitale Palabras que me cantan
festivaldelapalabradealcala.es
https://festivaldelapalabradealcala.es › 2021/03
Por un lado la poesía de Ida Vitale evoluciona en el sentido de afinar la expresión; de componer, con creciente seguridad, sobre ritmos muy sueltos pero a los que una exigente sensibilidad idiomática hace firmes y coherentes; de hacer cada vez más desnudo y exacto el lenguaje que cristaliza en formulaciones extremadamente conocidas. Es la suya una obra que madura, no creciendo de manera sinfónica, sino afinándose como una música de cámara. Se trata de un proceso de decantación y de enriquecimiento por síntesis. Los tropos y las imágenes sólo aparecen allí donde pueden aportar caminos que lleven al núcleo de la experiencia.
José Pedro Díaz, 1961
La remisión a la cultura como materia prima de la creación poética, la asunción, en todos sus términos de la realidad dramática que la rodea, una capacidad jamás desmentida para registrar las iluminaciones más verdaderas, un intento sereno y vital de aprender la temporalidad, son algunos de los elementos con los que parece estar trabajando. Pero siempre, y ahí está la cifra y clave de toda su obra, armada de la sensibilidad idiomática que le ha permitido expresarse a través de ese lenguaje terso que llevó a exclamar a Enrique Labrador Ruiz: “Buen amianto poético”.
Enrique Fierro, 1968
Una poesía de proceso estético tan depurante, tan intelectualizada, parecía que hubiera de ser fría, escueta, árida, sólo para el entendimiento. Y sin embargo no ocurre así. Al contrario. Está transida de un encanto secreto, de un poder de belleza propia, misteriosa, que tal vez provenga, en gran parte, de la misma operación, algebraica y mágica a la vez, de su exactitud, como en ciertos cuadros cubistas de la mejor época. Pero consiste, ante todo, en la “transparencia” misma en sí, el lirismo herméticamente contenido que es su secreto pitagórico. Clara Silva, 1972
Hasta cierto punto se explica que la crítica tradicional de Hispanoamérica, y sobre todo la de su natal Uruguay, no haya prestado suficiente atención a la espléndida poesía de Ida Vitale. Pero lo que no tiene justificación es que la crítica feminista del área, que debería por definición corregir este desatino, haya guardado tan cerrado silencio sobre el caso. Tal vez sea porque se trata de una mujer que, desde ambos puntos de vista críticos, no escribe como debe escribir una mujer. Es decir, al no priorizar la construcción de un sujeto poético femenino esta autora desafía tanto al viejo como al nuevo canon literario hispanoamericano. Katherine Hedeen y Víctor Rodríguez Nuñez, 2008.
La poeta se cuenta, por supuesto, entre esos benditos aguafiestas que nos complican la vida a los lectores y a los que deberíamos mostrarnos muy agradecidos por ello. Porque nos complica la vida haciéndola más rica, sin hurtarnos sus zonas de sombra. No se trata de hermetismo, en el sentido habitual del término: incluso los poemas más diáfanos de Ida Vitale dejan en el lector la sospecha de algo no dicho, el espesor locuaz de su silencio. José Luis Gómez Toré, 2016
Recientemente a participado en el Festival de cine de Málaga donde se presentó un corto sobre su vida donde ella misma es la protagonista y dio un Recital en La Casa del Estudiante de Madrid donde tuvimos el gusto de apreciar su elegante figura a los 99 años. En noviembre cumplirá los 100.
¿Qué es la poesía esencialista? Vitale, que ha cultivado el poema breve lleno de simbolismos y referencias a la naturaleza, se engloba en la llamada poesía esencialista. Como tal sus versos se despegan del día a día para tratar las cuestiones filosóficas eternas del ser humano y del arte poético.
SELECCIÓN DE POEMAS DE IDA VITALE
CUÁNTAS SOMBRAS…
Cuántas sombras,
cuántos pálidos nombres vienen en el otoño
a morir en el fondo de algún agua quieta.
Cuántas sedas ajadas
se alzan de pronto fúnebres, tensas.
Hay que subir al cielo
con los ojos cerrados,
tocar tu nombre nada más y apenas
y arrancando una pluma del corazón de ayer
hacer nacer el ramo azul de la alegría.
Y no sentir el fruto preparado en la tierra,
pronto en cualquier momento
para abrirse y llamarnos,
con su perfume denso
hecho al amor de tantas primaveras.
Y no ver por la orilla pálida de las cosas
la soledad mirándonos el rostro,
poniéndonos su número,
su orden, esa luz roja del ocaso
al pecho.
De La luz de esta memoria (1949)
DORMIR DE NOCHE
Ahora dejo la luz,
tomo por el camino por donde
asidua va en cólera la sombra,
doy mi nombre y razones,
mi pretensión de júbilo,
las horas celebradas
en las que fui naciendo
y presento mi día
como un pájaro herido y terminante.
¿Después qué, después dónde,
después del sueño reclamado
y el ay final de despedida?
La fábula conclusa
dobla sus verdes hojas y su cielo,
guarda la tarde por recién usada,
los vientos y palabras que se oyeron.
Acá está lento el río,
imagen fiel de otra corriente
sin entrevista luz ni ruido alguno,
sin caricia de amigo ni tibia piel vecina.
Ávido el cuerpo espera,
un estrellado viento viene
y el cuerpo no responde.
Ciego como campana abandonada,
no sabe cuánto amor está guardado
entre la grave noche,
y cuánta vida nace y cuánta muere
bajo la lluvia de su oscuro polvo.
Oh estancado, vacío cuerpo solo,
sin memoria natal y sin presagios,
largo navío que no llega,
puente entre sombra y sombra
mudamente tendido.
De Palabra dada (1953)
SOBREVIDA
Dame noche
las convenidas esperanzas,
dame no ya tu paz,
dame milagro,
dame al fin tu parcela,
porción del paraíso,
tu azul jardín cerrado,
tus pájaros sin canto.
Dame, en cuanto cierre
los ojos de la cara,
tus dos manos de sueño
que encaminan y hielan,
dame con qué encontrarme,
dame, como una espada,
el camino que pasa
por el filo del miedo,
una luna sin sombra,
una música apenas oída
y ya aprendida,
dame, noche, verdad
para mí sola
tiempo para mí sola,
sobrevida.
De Palabra dada (1953)
EL REVÉS DE LA VIDA
Hay gradaciones leves, lentas,
antes del decisivo expolio:
un restar diario, un menoscabo,
un segurísimo mordiente
con el que va signando el tiempo
en nosotros su trazo ciego.
Para los ojos distraídos
hay un engaño preparado:
llegan celestes veladuras,
lluvias que esconden otra orilla,
simulaciones de prodigios
y como ciegos caminamos.
Nos habituaron a la máscara
de nuestro rostro en primavera,
cuando probábamos a amantes
y la aprendimos como eterna;
como nos vimos para siempre
bajo un limpio, acendrado cielo,
entre el hervor de los jardines
que no guardan ningún secreto.
Luego el revés de la aventura,
luego el saqueo, el abandono
en el camino sin socorro.
Luego la sórdida constancia:
nadie previene ante nosotros
nuevos grados de maravilla,
no hay espejismos ni sorpresas,
ni concesiones ni privanzas.
Después de todo, ya sabremos
lo que ocultaba la esperanza.
De Cada uno en su noche (1960)
LA PALABRA
Expectantes palabras,
fabulosas en sí,
promesas de sentidos posibles,
airosas,
aéreas,
airadas,
ariadnas.
Un breve error las vuelve ornamentales
. Su indescriptible exactitud
nos borra.
De Oidor andante (1972)
SEQUÍA
De se taire, parfois, riche est l’occasion.
R. Roussel
Y tienen las palabras su verano,
su invierno, y tiempos de entretierra
y estaciones de olvido.
De pronto se parecen demasiado a nosotros,
a manos que no tocan
hijos, amigos
y pierden su polvo en otra tierra.
Ya no las mueve el agua
de nuestra tibia orilla humana.
Navegan entre nieblas,
merodean lentísimas,
van como topos, ciegas, esperando.
Hermanas, tristes nuestras.
De Jardín de Sílice (1980)
DESTINO
Te habrán ofrecido la mano,
condonado la deuda,
servido, como si fuese posible elegir ya,
parálisis o sueños.
A esta hora los dioses carnívoros
habrán abandonado el bosque;
tramposos, te han abierto paso
para que bajes hacia el círculo,
para que te equivoques y digas: para qué,
para que viendo, ciegues,
y con todas las músicas a tu alcance
llenes de cera torpe, triste, tus oídos
. De Sueños de la constancia (1988
BORGES
En el bosque de Borges es oscuro
lo claro, lo negro guarda el blanco,
lo blanco que es lo múltiple y el solo
color solar, hasta el aciago negro
que el alma infausta reconoce como
la ausencia en penas de la luz interna.
Miró la mezquindad pasar, la fuerza,
calmo de lealtades y paciencias.
Anduvo laberintos, pensó espejos,
zahíres, bibliotecas infinitas,
quieto en un centro de sabiduría
velocísimamente movedizo.
De otros caminos, de ninguna patria,
de diosas poderosos y olvidados
fue la memoria donde renaciesen.
Veneró comprendiendo y fue distinto
del eco y del troquel de lo ya dicho.
Nada en él muere, si recomenzamos.
De Léxico de afinidades (1994)
EXILIOS
…tras tanto acá y allá yendo y viniendo.
Francisco de Aldana
Están aquí y allá: de paso,
en ningún lado.
Cada horizonte: donde un ascua atrae.
Podrían ir hacia cualquier fisura.
No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol
o que la helada queman
y campos infinitos sin el límite
que los vuelve reales,
que los haría de solidez y pasto.
La mirada se acuesta como un perro,
sin siquiera el recurso de mover una cola.
La mirada se acuesta o retrocede,
se pulveriza por el aire
si nadie la devuelve.
No regresa a la sangre ni alcanza
a quien debiera.
Se disuelve, tan solo
De Procura de lo imposible (1998)
CULTURA DEL PALIMPSESTO
…von endlichen Mitten einen unendlichen
…………………………………………………………………………………………………..Gebrauch machen.
(…con medios finitos, hacer un uso infinito.)
Alexander Von Humboldt*
Todo ahora es palimpsesto,
pasión del palimpsesto:
a la deriva,
borrar lo poco hecho,
empezar de la nada,
afirmar la deriva,
mirarse entre la nada acrecentada,
velar lo venenoso,
matar lo saludable,
escribir delirantes historias para náufragos.
Cuidado:
no se pierde sin castigo el pasado,
no se pisa en el aire.
De Reducción del infinito (2002)
EN EL DORSO DEL CIELO
No es casual
lo que ocurre por azar:
un fragmento de nada se protege
del no ser, se entrecruza
de signos, impulsos,
síes y noes, atrasos y adelantos,
trazos de geometría celeste,
coordenadas veloces en el tiempo
y algo ocurre.
Lazos para nosotros pálidos,
son obvios para lo que no vemos,
y nosotros la ventana abierta
desde donde la tela blanca vuela
cubierta de diseños.
Pero uno llama azar
a su imaginación insuficiente.
(De Trema, 2005)
FORTUNA
Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre
limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.
(De Trema, 2005)
ACCIDENTES NOCTURNOS
Palabras minuciosas, si te acuestas
te comunican sus preocupaciones.
Los árboles y el viento te argumentan
juntos diciéndote lo irrefutable
y hasta es posible que aparezca un grillo
que en medio del desvelo de tu noche
cante para indicarte tus errores.
Si cae un aguacero, va a decirte
cosas finas, que punzan y te dejan
el alma, ay, como un alfiletero.
Sólo abrirte a la música te salva:
ella, la necesaria, te remite
un poco menos árida a la almohada,
suave delfín dispuesto a acompañarte,
lejos de agobios y reconvenciones,
entre los raros mapas de la noche.
Juega a acertar las sílabas precisas
que suenen como notas, como gloria,
que acepte ella para que te acunen,
y suplan los destrozos de los días.
De Antepenúltimos.
PARVO REINO
No basta el pájaro que
Silva en la defensa de su rama
Ni el arcoíris mínimo,
La cola de pavo real del riego.
No basta un basta un libro,
El silencio donde se logra
transmutar algo en oro
o esto que agobia,
casi pensamiento.
Tu indolencia tiene la edad
de unas páginas inconclusas
y ése es todo tu reino.
Del libro Procura de lo imposible 1998
Obstáculos lentos
Si el poema de este atardecer
fuese la piedra mineral
que cae hacia un imán
en un resguardo hondísimo;
si fuese un fruto necesario
para el hambre de alguien,
y maduraran puntuales
el hambre y el poema;
si fuese el pájaro que vive por su ala,
si fuese el ala que sustenta al pájaro,
si cerca hubiese un mar
y el grito de gaviotas del crepúsculo
diese la hora esperada;
si a los helechos de hoy
-no los que guarda fósiles el tiempo–
los mantuviese verdes mi palabra;
si todo fuese natural y amable…
Pero los itinerarios inseguros
se diseminan sin sentido preciso.
Nos hemos vuelto nómades,
sin esplendores en la travesía,
ni dirección adentro del poema.
De "Reducción del infinito" 2002
RECURSOS
EL sobresalto fuera del poema y dentro del poema, apenas aire
contenido.
Leer y releer una frase, una palabra, un rostro. Los rostros, sobre todo.
Repasar, pesar bien lo que callan.
Como no estás a salvo de nada, intenta ser tú mismo la salvación de
algo.
Caminar despacio, a ver si, tentado el tiempo, hace lo mismo.
De “Antepenúltimos
MONTEVIDEO, 2
MONTEVIDEO era sencilla y verde,
quebradiza de tanta línea recta,
ángulos como esquinas para el sueño
mientras a éste lo ayudó la suerte.
Pero sobre lo escrito por la historia
que alguien quizá sabrá leer mañana,
ingenuidad y errores han pasado
y nació el palimpsesto de la trampa.
Se lavó la confianza y la alegría,
el gusto a abierto corazón del viento.
¿Regresarán en luz de las ventanas?
¿Tanta presbicia vuelve inútil todo?
Los jóvenes, ¿podrán ganar de nuevo
el campo de alma que les ha quitado
un carnaval que dura en la tristeza
de los que callan lo tergiversado?
De “Ciudades”
LUNA LLENA, TIERRA VACIADA
BLANCO talón nunca alcanzado,
riza las dóciles mareas,
sosiega pájaros inquietos,
mientras desnudo viene y va.
¿Qué en nosotros responde a ese
grumo de luz que nos vigila?
Quizá un secreto mar de sangre,
en cárcel provisoria preso,
empieza ahora a aglutinarse
y concluya una paz de pluma
ahogada en bruma de luz blanca
sin arrostrar lo que atrás queda.
En la alta alcándara, un misterio, abajo,
agujas en el agua.
Luna llena, tierra vaciada
y una mentida calma. Huyen,
último acorde de un redoble,
los derrotados pasos,
AGRADECIMIENTO
AGRADEZCO a mi patria sus errores,
los cometidos, los que se ven venir,
ciegos, activos a su blanco de luto.
Agradezco el vendaval contrario,
el semiolvido, la espinosa frontera de argucias,
la falaz negación de gesto oculto.
Sí, gracias, muchas gracias
por haberme llevado a caminar
para que la cicuta haga su efecto
y ya no duela cuando muerde
el metafísico animal de la ausencia .
De “Trema” 2005
Libros de Ida Vitale
Poesía
- La luz de esta memoria (1949).
- Fieles (1976 y 1982).
- Jardín de sílice (1980).
- Procura de lo imposible, (1988).
- Jardines imaginarios (1996)
- La luz de esta memoria (1999)
- Mella y criba (2010).
- Sobrevida (2016).
- Mínimas de aguanieve (2016)
- Poesía reunida. 2017.
Prosa, crítica y ensayo
- Cervantes en nuestro tiempo (1947).
- Manuel Bandeira, Cecilia Meireles y Carlos Drummond de Andrade. Tres edades en la poesía brasileña actual (1963).
- Juana de Ibarbourou. Vida y obra Capítulo Oriental (1968).
- Léxico de afinidades (2012).
- De plantas y animales: acercamientos literarios (2003).
PRÓXIMO PROGRAMA JUEVES A LAS 22 HS (HORA ESPAÑOLA)
Me es de mucho agrado poder hallar tanta belleza, tanta oportunidad de leer y compartir a través de la palabra hecha poesía. Muchísimas gracias. Un saludo grato desde Manizales Colombia.
Gracias. Aprovecho para compartir algunos de mis versos.
16
Pude verte
en la sombra letal del desespero,
en el pálido sudor de los huyentes,
en la voz de los héroes
gravada en asimétricas batallas,
en los vientres abultados de pobreza,
en las manos callosas de la tierra,
en los burdos saltándose la historia,
en la calle echando piedra,
sueños y odio,
en la paz degollada del conflicto,
en la bestia de palacio
cargada de manías y billetes,
abrazos y miserias.
Bueno. No insisto más. Gracias.