LOPE DE VEGA CARPIO
BIOGRAFÍA
Lope de Vega Carpio nació en Madrid el 25 de Noviembre de 1562 y murió el 27 de agosto de 1635. Es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura española. Apodado en su época Fénix de los ingenios por su prolífica obra (más de 1500 composiciones) se le enmarca dentro del llamado Siglo de Oro Español, época clásica y fecunda de la cultura española, del Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII.
Procedente de una familia humilde, su padre Félix de Vega era artesano, bordador. Su madre era Francisca Fernández Flórez. Originarios de Valladolid, se trasladaron a Madrid en una época donde la aristocracia necesitaba de bordadores para ornamentar sus nuevas viviendas en la capital. Lope escribió en verso acerca de cómo le concibieron, como si se tratase de una de sus comedias. Nació fruto de los celos de su madre y la reconciliación con su padre, tras haber mantenido un idilio amoroso con otra mujer. Su madre le buscó y le rescató de los brazos de su amante “Siguiole hasta Madrid, de celos ciega, / su amorosa mujer, porque él quería / una española Elena, entonces griega”.
Señalan biógrafos que lo que consigue Lope de Vega, la fama siendo un plebeyo, donde sólo los nobles podían, es algo insólito. Un hijo de un bordador sólo podía tener un destino en aquella época: ser bordador. Tuvo cuatro hermanos y hermanas: Francisco, Juliana, Luisa y Juan . Nació a quinientos metros del colegio imperial de los jesuitas, donde cursaría sus estudios en el año 1574, pero antes viviría una parte de su infancia con su tío don Miguel de Carpio, Inquisidor de Sevilla. Se le dio una educación que sus hermanas no disfrutaron. Señalar que las hijas de Lope de Vega no fueron analfabetas, incluso una de ellas fue escritora, Marcela de San Félix, gran dramaturga.
Lope de Vega leía latín y castellano ya a los cinco años. A la misma edad compone versos. Era tanta su inclinación a los versos que mientras no supo escribir repartía su almuerzo con los otros mayores para que le escribieran lo que les dictaba. Oyó matemáticas del célebre profesor Juan Bautista Labaña, cosmógrafo mayor de Felipe II ,a quien dedicó años después un soneto en que le llama su maestro. A los doce años escribe comedias. Su primera comedia sería El verdadero amante, gran pastoral Belarda, escrita en bellísimos versos y dividida en tres jornadas. Fue muy celebrada. La representó el famoso Nicolás de los Ríos, autor o jefe de compañía, uno de los primeros que perfeccionaron las comedias y empezaron a hacerlas costosas de trajes y galas, y autor asimismo de algunas piezas dramáticas. También escribió la pastoral de jacinto.
Hacia 1573 traduce en verso castellano el poema de Claudiano De raptu Proserpinae, que dedicó al cardenal Colonna.
Acude también a la escuela del poeta y músico Vicente Espinel, en Madrid, al que le dedicó su comedia El caballero de Illescas en 1602 y el soneto Aquesta pluma, célebre maestro…
Lope de Vega se nutre de, entre muchos autores, Garcilaso, Petrarca, Luis de Camoes, que era un poeta portugués al cual admiraba.
El obispo Jerónimo de Manrique (hijo del poeta Jorge Manrique), se convierte en su protector. Con quince años ingresó en la Universidad de Alcalá de Henares, en 1576 para cursar el bachillerato. Un año más tarde muere su padre. Lope menciona su paso por la universidad en muchas ocasiones, por ejemplo en su Epístola al doctor Gregorio de Angulo, incluida en La Filomena:
Criome don Jerónimo Manrique,
estudié en Alcalá, bachillereme,
y aun estuve de ser clérigo a pique;
cegome una mujer, aficioneme,
perdóneselo Dios, ya estoy casado;
quien tiene tanto mal, ninguno teme.
Dejó sus estudios en Alcálá. Se dice que viajó a Salamanca para seguir su formación, aunque nadie aún ha podido documentar este dato. Precoz y prolífico en amores, su vida concurre en este aspecto de manera intensa. Su primer amor fue María de Aragón, Marfisa, que era hija de un panadero flamenco, de la cual se enamoró en 1580. Se convirtió en padre por primera vez en 1581. Su hija, Manuela, no llegó a cumplir los cinco años. En 1582 Lope se alistó a la expedición en las Azores del marqués de Santa Cruz a la Isla Terceira. Conoció a su segundo gran amor, Elena Osorio, que es ‘Filis’, ‘Zaida’ y ‘Dorotea’ de sus textos. Ya estaba casada con el actor Cristóbal Calderón. Mantuvo una apasionada relación con ella mientras escribía comedias para su padre, que era el empresario teatral Jerónimo Velázquez. Elena enviudó y en lugar de irse con Lope de Vega, entabló relaciones con un rico hombre de negocios. En 1587 Lope comprueba con impotencia cómo su pasión de juventud se difumina en pro de otro amante de mayor edad y alcurnia. Lope, resentido, zanjó su acuerdo con Jerónimo Velázquez y escribió libelos y versos difamatorios contra ella y su familia. (Un libero designa una memoria judicial presentada ante un magistrado.)
Estos escritos le valieron ser encarcelado. Las bofetadas de Lope a su amada son un rasgo recurrente que aparece en sus obras, y que no podemos afianzar que ocurriera en la realidad. Ficticias o auténticas, las bofetadas que Lope da a Elena en 1587 permanecen en la memoria del escritor y en su creación literaria. Las reproduce en tres de sus obras finales: en las Novelas a Mareta Leonardo (1624), La Dorotea (1632) y las Rimas de Tomé de Burguillos (1634) . La Dorotea está basada en todo el proceso de destrucción y ruina espiritual que la pérdida de Elena Osorio supone.
Fue en el año 1587 en medio de una representación se lo llevaron preso. Pero, una vez en prisión, siguió escribiéndolos, lo que le llevó al destierro de la corte y del reino de Castilla durante cuatro años.
Antes del destierro secuestró con su consentimiento a Isabel de Urbina ( Belisa) con quien se casó el 10 de mayo de 1588. Hay quien dice que presenció el oficio escondido. En aquella época, con veinticinco años ya era un autor muy famoso, probablemente el mejor poeta dramático de España. Cervantes le elogió en La Galatea (1585), donde le calificó como uno de los ingenios españoles más notables.
Lope de Vega y Miguel de Cervantes fueron amigos, se admiraban mutuamente en un principio. Se conocieron en 1583 en la calle de Lavapiés en la casa de Jerónimo Velázquez. Cervantes era mayor quince años aunque era un simple aspirante. Dicen que Lope brillaba en los salones, arrollaba con su personalidad y Cervantes era más reservado, pasaba penurias económicas y, obligado por la necesidad del trabajo, pasaba largas temporadas sin escribir, colocando alguna de sus comedias en la cartelera de su anfitrión. Se intercambiaron incluso manifestaciones públicas de afecto. Cervantes en la Galatea y Lope en Arcadia. Su buena relación data de 1602 , donde Lope incluyó un soneto de su colega en La hermosura Angélica.
Pareciera una pugna entre el arte moderno: o romanticismo o mercado. Pero en la Primera Parte del Quijote, publicada en 1605, se reconoce la crítica de Cervantes contra Lope de Vega. En su prólogo, por ejemplo, Cervantes critica las exhibiciones de erudición y doctrina que Lope hizo en sus obras, diciendo: “salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención, meguada de estilo, pobre de concetos y falta de toda erudición y doctrina, sin acotaciones en los márgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los leyentes y tienen a sus autores por hombres leídos, eruditos y elocuentes.”. Cervantes no fue comprendido del todo en su época
Cervantes se refirió a él como “el monstruo de la naturaleza”, que “alzóse con la monarquía cómica, avasalló y puso debajo de su jurisdicción a todos los farsantes”
Dice Lope de Vega de Cervantes «De poetas, muchos están en ciernes para el año que viene; pero ninguno hay tan malo como el Cervantes ni tan necio que alabe a Don Quijote».
Cervantes pone fin a su amistad «Hermano Lope, bórrame el soné e versos de Ariosto y Garcila, y la Biblia no tomes en la ma, pues nunca de la Biblia dices le».
Los insultos y acusaciones entre escritores eran frecuentes en la época. Eran enfrentamientos agresivos cargados de ironía y de sarcasmo. Con Góngora también protagonizó una contienda, reflejado en sus versos
Conjúrote, demonio culterano,
que salgas deste mozo miserable
que apenas sabe hablar, ¡caso notable!,
y ya presume de Anfïón tebano.
Cumplió su destierro en Valencia y allí nació su hija Antonia. Se marchó también a Lisboa para embarcar como voluntario en la Armada Invencible y de nuevo en Valencia continúo escribiendo comedias que eran muy solicitadas allí y en Madrid y y también romances. Hizo amistad con Francisco Tárrega (compositor y guitarrista español) y con Guillén de Castro (dramaturgo español, considerado como el más importante de la escuela valenciana de fines del siglo XVI y uno de los más sobresalientes de la comedia nueva lopesca). Participó muy activamente en la vida literaria valenciana, puente de unión con la comedia italiana. Estableció también contacto con el dramaturgo Guillén de Castro. En 1589 murió la madre de Lope de Vega, y un año más tarde se fue a trabajar con el secretario de Francisco Rivera Barroso (marqués de Malpica) En 1591 entró al servicio del duque de Alba. Escribió varias comedias, novelas y poesía. Leyó el teatro de Juan del Encina, y tomó de ahí el personaje de gracioso o figura del donaire, perfeccionando aún más su fórmula dramática. En el lugar se hallaba el castillo de Carpio, que utilizó para generar al héroe Bernardo de Carpio, apoyado también en su segundo apellido. Le dedicó tres comedias a este personaje. Su hija Antonia murió y poco depués también su esposa Isabel de Urbina al dar a luz a su hija Teodora.
Regresó a Madrid en 1595, levantada la pena de destierro, donde un año después murió su hija Teodora.
En Madrid, conoció a Antonia Trillo de Armenta, una viuda que regentaba una casa de juegos , con la que fue procesado por amancebamiento (hecho de vivir juntas y tener relaciones sexuales dos personas sin estar casadas entre sí ).
En 1598 entabló relaciónes con Micaela Luján, actriz que ya conocía desde 1595 y que sería “lucinda” o “Camila Lucinda” de sus textos. Estaba casada ésta con el actor Diego Díaz de Castro, que en 1596 se fue al Perú, donde queda noticia de que murió en 1603. Micaela ya tenía cuatro hijos de este comediante y tendría luego otros cinco hijos con Lope.
En ese mismo año se casó en la Iglesia de Santa Cruz de Madrid con Juana de Guardo, hija de un rico abastecedor de carne y pescado. Dicen que fue un matrimonio de conveniencia, cuya dote era de 22.382 reales, pero que nunca le llegó dicha cantidad.
Surgieron numerosos chismes y a Quevedo se le atribuyeron unos versos que decían acerca de esto “Casó con carne y pescado”.
Alcanzó mayor fama con el poema El Isidro y la Dragontea, donde narraba las correrías de Francis Drake ‘el Dragón’. Los poemas épicos españoles trataban acerca de los conflictos originados por la rebelión de los araucanos en Chile y de las piraterías inglesas en el continente americano.
En 1598 Felipe II, al borde de la muerte, decretó el cierre de los teatros, por razones de moralidad. Entonces Lope de Vega tuvo que buscarse el sustento como secretario, recordemos que el primero fue del Marqués de Malpica. Como primer escritor profesional de la literatura española, pleiteó para conseguir derechos de autor sobre quienes imprimían sus comedias sin su permiso. Los manuscritos entregados a los empresarios teatrales eran alterados, desfigurados, adaptados. Consiguió, al menos, el derecho a la corrección de su propia obra. Desde 1604 comenzaron a editarse partes de sus obras dramáticas. En 1607, Lope, ya con 45 años, entró a trabajar al servicio de don Luis Fernández de Córdoba (‘Lucilo’), sexto duque de Sessa, descendiente del Gran Capitán. Secretario del noble, Lope se convirtió en auténtico amigo suyo y, a todos los efectos, en su protegido. Lope de Vega alquiló entonces una casa en la calle de Júcar, en Madrid, para vivir allí con Micaela de Luján, mientras su mujer Juana de Guardo permanecía en Toledo. . De Juana de Guardo también nacieron tres hijas y un hijo, Carlos Félix. Lope de Vega es considerado el creador del teatro nacional y de la llamada “comedia nueva”, cuyos principios recoge en el ARTE NUEVO DE HACER COMEDIAS en este tiempo, de 1609, primer manifiesto del teatro moderno. Sus composiciones rompieron con el teatro renacentista clásico gracias a que usó la polimetría y el empleo del lenguaje accesible al pueblo, creando un estilo propio. Creó personajes como el rey, el villano, la dama, la figura del gracioso como contrapunto del héroe grave. En 1610 ingresa en la Congregación de Esclavos del Santísimo Sacaramento y compra su casa donde vivió hasta su muerte. Ingresó en la oRden tercera de San Francisco, y con ese motivo escribió Cuatro soliloquios Le escribe a su hijo Carlos Félix la novela Pastores de Belén. En junio de 1612 muere este hijo dejándole muy afectado.
En 1613 termina La dama Boba, que había creado junto con la actriz Jerónima Burgos, amiga y amante a lo largo de los años. Pertenece al estilo de Comedia palaciega o comedia de enredos, donde el amor, los celos, los cambios de pareja, engaños, disimulos.. se entrelazan con un humor maravilloso. El conflicto que se desarrolla es de dos mujeres luchando contra las convenciones, contra lo que se espera de ellas, representando los extremos de lo que debería ser una mujer ideal de su época: una se hace pasar por boba y otra por pedante
Escribió también el Perro del Hortelano.
Fallece en 1613 su mujer Juana de Guardo al dar a luz a su hija Feliciana. Micaela, Marcela y Lope Félix, sí alcanzaron la edad adulta. Al fallecer Juana de Guardo, Lope llevó a su casa a Marcela (con ocho años) y a Lope Félix, los dos hijos más pequeños de Micaela de Luján. Marcela permaneció con su padre hasta 1622, en que entró en el vecino Convento de las Trinitarias Descalzas, ganando fama de gran escritora. .En 1614 tuvo una crisis existencial y se ordenó sacerdote. El 29 de mayo de ese año ofició su primera misa, en la Iglesia de San Hermenegildo en Madrid. También apareció la Cuarta parte de las comedias, que dedicó al duque de Sessa, padrino en el bautizo de su hija Feliciana.
Comenzó a escribir sus Rimas sacras y las numerosas obras devotas que empezó a componer entonces. Sus poemas también toman un tono meditativo y filosófico. En ningún momento dejó de escribir día y noche.
Conoce en la madurez a Marta de Nevares. Ella tenía veinticinco años y estaba casada desde los trece. Podía considerarse «sacrilegio» dada su condición de sacerdote. Era una mujer muy bella, de pelo rizado y ojos verdes, cantante y bailarina. Marta de Nevares se trasladó a vivir a casa de Lope. Fue un escándalo por el adulterio (ella estaba casada con Roque Fernández) y por el comnubio entre un cura maduro (él 54 años) y una joven de veinticinco años. Tuvieron una hija en 1617, Antonia Clara, que fui inscrita en la partida de nacimiento como hija de Roque. Empezaron los pleitos de Marta para anular el matrimonio, pero no hizo falta ya que murió súbitamente el marido. En 1617 Lope estrena La niña de Plata, una comedia menor, que incluye uno de los sonetos más célebres del autor. Escribe también Fuenteovejuna, en 1618 En 1621 se publican epístolas de Amarillis a Belardo (apodo de Lope de Vega),donde, según Guillermo Lohamann, un historiador, Amarillis era María Rojas y Garay Abelardo, que provenía de la ciudad de León (antiguo nombre de Huanuco) en Perú. Ella era hija de dos familias inquisidoras ilustres. Admiradora de Lope de Vega, mantuvieron esta correspondencia, con doscientas veinticinco cartas en total. Falleció en 1622 antes de que llegar a Perú las primeras copias de la Filomena, de Lope de Vega. En 1624 aparece La Circe con otros poemas y prosas. Es un volumen misceláneo gemelo de La Filomena,. Es una réplica y superación al modelo de fábula En 1625 publica Triunfos divinos, dedicado a la condesa de Olivares. El poema extenso que da título al volumen es una versión a lo divino de los Triomphi del Petrarca. El 28 de octubre de 1625, la Venerable Orden Tercera de San Francisco celebra una fiesta en honor de Santa Isabel de Portugal. Lope iba a dirigir el certamen poético, pero finalmente no sucede así; y no solo eso: también deja de figurar en otros actos de la Orden Tercera. Fueron muchas las murmuraciones y censuras por su vida y su moral. En 1630 publica Laurel de Apolo, tradicionalmente presentado como catálogo de poetas, es una composición de casi siete mil versos y una gran diversidad de elementos constituyentes. Lope trata de proyectar su figura entre las altas esferas y en los círculos literarios. Elogió a los poetas de su tiempo, cerca de trescientos entre españoles, portugueses, italianos, franceses y diez pintores ilustres En 1628 empiezan a sucederse raptos de locura de Marta de Nevares: rompe sus ropas o se queda catatónica. Lope la cuida hasta que muere en la primavera de 1632. En 1634 publica sus Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos , que usa ese nombre como alter ego ficitivio de Lope, que presenta como autor de las rimas de las que él sería su autor. Son poemas narrativos reunidos en la época de la vejez de Lope de vega. Son 179 poemas, la gran mayoría sonetos y entre los que se encuentra la gatomaquia, un poema épico burlesco. La hija Marta Nevares y Lope de Vega, , Antoñita Clara se fugó con 17 años con un galán, apellidado Tenorio. En el mismo año su hijo mayor, Lope Félix, murió ahogado pescando perlas en la isla Margarita. La Égloga a Claudio, ha sido vista por la crítica como un texto en donde el poeta realiza un inventario de parte de su obra, reflexiona sobre los últimos momentos de su vida, reclama un reconocimiento como autor no dramático al tiempo que polemiza con los nuevos modos de hacer teatro y de hacer poesía. Los versos son dirigidos por Lope a su amigo Claudio Conde fue compuesta probablemente en enero de 1632 y apareció dentro de la póstuma La Vega del Parnaso (1637). Es una obra fundamental del último Lope, cuando ya se ha desengañado de sus últimas y vehementes ilusiones: alcanzar el cargo fijo de capellán del duque de Sessa o ser cronista de Felipe IV. Lope de Vega murió en 1635
Gregorio Marañón, en el prólogo de su libro Dragontea escribe:
El 27 de agosto de 1635 murieron con Lope de Vega sus pasiones broncas y sus pecados humanísimos este mismo día volvió a nacer, ya purificado para-la inmortalidad. Él lo sabia mejor que nadie y, sin duda, pensaba en sí mismo al escribir e n LA DRAGONTEA : “…para morir nacemos y después de la muerte, viviremos”.
Sobre Lope de Vega se han escrito muchos libros, de forma que ha llegado a desarrollarse una rama entera de la filología hispánica el Lopismo. Lope de Vega renovó las fórmulas del teatro español, siendo el teatro en aquella época un fenómeno cultural de masas. Junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca fueron los máximos exponentes del teatro barroco español. Sus obras se siguen representando hoy día y consituyen una de las más altas cotas alcanzadas en la literatura y arte española. Se le atribuyen unos 3000 sonetos, tres novelas, cuatro novelas cortas, nueve epopeyas, tres poemas didáctivos y centenares de comedias (unas mil ochocientas). Entre las obras más importantes de Lope de Vega están Fuenteovejuna, El Perro del hortelano, Amarilis, El caballero de Olmedo, Peribañez y el comndador de Ocaña, El castigo sin Venganza. El mejor alcalde, el rey- Tiene un extenso número de comedias: de capa y espada, basadas en la intriga de acción amorosa: La dama boba, Los melindres de Belisa, El castigo del discreto, El caballero del milagro, La desdichada Estefanía, La discreta enamorada, El castigo sin venganza, Amar sin saber a quién y El acero de Madrid. De tema caballeresco: La mocedad de Roldán y El marqués de Mantua. De tema bíblico y vidas de santos: La creación del mundo y El robo de Dina. De historia clásica: Contra valor no hay desdicha. De sucesos históricos españoles: El bastardo Mudarra y El duque de Viseo. Sus obras más conocidas son las que tratan los problemas de abusos por parte de los nobles, situaciones frecuentes en el caos político de la España del siglo XV; entre ellas se encuentran La Estrella de Sevilla, Fuente Ovejuna, El mejor alcalde, el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña y El caballero de Olmedo. De tema amoroso son La doncella Teodor, El perro del hortelano, El castigo del discreto, La hermosa fea y La moza de cántaro. Probablemente sea la más célebre del autor, que se ha llevado decenas de veces a la escena en cine y teatro. Podía escribir comedias en 24 horas. Se dijo que tenía discípulos escribiendo para él, dada su gran capacidad de trabajo, por otro lado desmentido en sus estudios biográficos, donde las pruebas de grafomanía verifican su letra. Era aclamado por el público teatral tanto en corralas como en la aristocracia como en los mendigos. Tuvo quince hijos documentados, dos mujeres e innumerables amantes. Llegó a decir que su mayor defecto era el amor.
POEMAS
A Juan Bautista Labaña
Maestro mío, ved si ha sido engaño
regular por amor el movimiento,
que hace en paralelos de su intento
el sol de Fili, discurriendo el año.
Tomé su altura en este desengaño,
y en mi sospecha, que es cierto instrumento,
por coronas conté su pensamiento
y señalome el índice mi daño.
O no son estos arcos bien descritos,
(digo estos ojos) o este limbo indicio,
que a aquella antigua oscuridad me torno,
o yo no observo bien vuestros escritos,
que si hace Fili en Géminis solsticio,
no escapa mi Cenit de Capricornio.
Al maestro Vicente Espinel
Aquesta pluma, célebre maestro,
que me pusisteis en las manos cuando
los primeros caracteres firmando
estaba, temeroso y poco diestro;
mis verdes años, que al gobierno vuestro
crecieron, aprendieron e imitando,
son los que ahora están gratificando
el bien pasado que presente os muestro.
La pura voluntad, que no la pluma,
porque la vuestra os eterniza y precia,
en estas letras la destreza extraña;
pero diré que si Mercurio en suma,
la instruyó en Italia y Cadmo en Grecia,
vos nuevamente a la dichosa España.
POEMAS DE LOPE CONTRA ELENA OSORIO
Los que algún tiempo tuvistes
noticia del Lavapiés,
de hoy más sabed que su calle
no lava, que sucia es;
que en ella hay tres damas
que, a ser cuatro como tres,
pudieran tales columnas
hacer un burdel francés.
[…]
Es puta de dos y cuatro,
y a mí me dijo un inglés
que la vio sus blancas piernas
por dos varas delantés…
A cuantos piden su cuerpo
se lo da por interés:
hizo profesión de puta;
¡ved qué convento de Uclés!
[…]
Una dama se vende a quien la quiera.
En almoneda está. ¿Quieren compralla?
Su padre es quien la vende, que aunque calla,
su madre la sirvió de pregonera.
Treinta ducados pide y saya entera
de tafetán, piñuela o anafalla,
y la mitad del precio no se halla
por ser el tiempo estéril en manera.
Mas un galán llegó con diez canciones,
cinco sonetos y un gentil cabrito,
y aqueste respondió que es buena paga.
Mas un fraile la dio treinta doblones,
y aqueste la llevó. Sea Dios bendito;
muy buen provecho y buena pro-le haga.
LA ARCADIA
[1598]
I
Por la florida orilla
de un claro y manso río
de salvia y de verbena coronado,
al tiempo que se humilla
al planeta más frío
con templado calor el sol dorado,
libre, solo y armado
de acero, olvido y nieve,
pasaba peregrino,
ya fuera del camino
del juvenil ardor que el pecho mueve,
cuando al salir Apolo
un niño vi venir, desnudo y solo.
Rubio el cabello de oro
con una cinta preso
que los hermosos ojos le cubría,
y como alarbe o moro
de innumerable peso
un carcax que del cuello le pendía;
y como quien vivía
de saltear los hombres,
un arco puesto a punto;
mas cuando le pregunto
que me diga sus títulos y nombres,
respóndeme arrogante,
niño en la vista y en la voz gigante:
Yo soy aquél que suelo
con apacible guerra,
con alegre dolor y dulces males,
desde el supremo cielo
hasta la baja tierra
herir los dioses, hombres y animales.
Transformaciones tales
jamás Circe las supo,
porque un hechizo formo
con que mudo y transformo
cualquiera ser que de mi fuego ocupo,
y al alma que condeno
la hago yo vivir en cuerpo ajeno.
Fácil tengo la entrada,
difícil la salida,
ablándame el desprecio y cansa el ruego,
ni hay alma tan helada
o en piedra convertida
que no enternezca mi amoroso fuego.
Por eso, rinde luego
las armas arrogantes
de que vas victorioso,
que el rayo más furioso
se templa con miles flechas penetrantes,
y lloran mis agravios
igualmente los fuertes y los sabios.
Yo respondile entonces:
-Mal me conoces, niño;
mira que soy un capitán valiente
que en mármoles y bronces,
con ésta que me ciño,
hago escribir mis hechos a la gente.
¿Cómo tu fuego ardiente
o tus blandos suspiros
pueden temer los brazos
[volar] tanto escuadrón, entre los tiros
que han visto en mil pedazos
de la pólvora fiera,
que vence el fuego de su mesma esfera?
Yo al duro, helado hibierno
y al verano abrasado,
de iguales armas y valor vestido,
llevando a mi Gobierno
el escuadrón formado,
tanta varia nación he combatido,
que tengo convertido
en duro acero el pecho;
por eso en paz te torna,
que mi espada no adorna
las puertas de tu templo sin provecho,
ni pueden tales ojos
humillarse a tus lágrimas y enojos.
Así le replicaba
cuando de entre unas hiedras
una hermosura celestial salía,
que no lo que miraba,
pero las mesmas piedras
en ceniza amorosa convertía.
Amor, que ya me vía
con pensamientos vanos
apercibir defensa,
a la primera ofensa
me derribó la espada de las manos,
y en viéndome tan ciego
lloré, rendime y abraseme luego.
En esto al verde llano
un carro victorioso
dos tigres ya domésticos trajeron;
asió el amor la mano
de aquel rostro amoroso
y juntos a su trono se subieron,
y los que allí me vieron,
entre sus pies me ataron,
y al fin sus ruedas fieras
mis [armas] y banderas
por despojos vencidos adornaron,
llevándome cautivo
adonde agora lloro, muero y vivo.
Más todo vencimiento es más victoria,
y aquesta pena gloria,
con sólo que me mire Isbella un día
y entre sus ojos arda el alma mía.
SONETOS A GÓNGORA
Pululando de culto, Claudio amigo,
minotaurista soy desde mañana;
derelinquo la frasi castellana,
vayan las Solitúdines conmigo.
Por precursora, desde hoy más me obligo
al aurora llamar Bautista o Juana,
chamelote la mar, la ronca rana
mosca del agua, y sarna de oro al trigo.
Mal afecto de mí, con tedio y murrio,
cáligas diré ya, que no griguiescos
como en el tiempo del pastor Bandurrio.
Estos versos, ¿son turcos o tudescos?
Tú, Letor Garibay, si eres bamburrio,
apláudelos, que son cultidiablescos.
A LA MUERTE DE D. LUIS DE GÓNGORA
Despierta, oh Betis, la dormida plata,
y coronado de ciprés, inunda
la docta patria, en Sénecas fecunda,
todo el cristal en lágrimas desata.
Repite soledades, y dilata,
por campos de dolor, vena profunda,
única luz, que no dejó segunda;
al polifemo ingenio Atropos mata.
Góngora ya la parte restituye
mortal al tiempo, ya la culta lira
en cláusula final la voz incluye.
Ya muere y vive; que esta sacra pira
tan inmortal honor le constituye,
que nace fénix donde cisne expira.
SONETO XLIII A UNA CALAVERA de Rimas Sacras 1614
Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura de estos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.
Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;
aquí la estimativa, en quien tenía
el principio de todo movimiento;
aquí de las potencias la armonía.
¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
¿En donde tanta presunción vivía
desprecian los gusanos aposento?
SONETO A VIOLANTE
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
AMARILLIS
Canta Amarilis, y su voz levanta
mi alma desde el orbe de la luna
a las inteligencias, que ninguna
la suya imita con dulzura tanta.
De su número luego me trasplanta
a la unidad, que por sí misma es una,
y cual si fuera de su coro alguna,
alaba su grandeza cuando canta.
Apártame del mundo tal distancia,
que el pensamiento en su Hacedor termina,
mano, destreza, voz y consonancia.
Y es argumento que su voz divina
algo tiene de angélica sustancia,
pues a contemplación tan alta inclina.
LA CIRCE
Llega Ulises a la isla y casa de Circe, donde le refiere su peregrinación y lo que le sucedió con los lestrigones y lotófagos
Tú, que del sacro artífice del oro,
científica y hermosa, procediste,
Circe, que al blanco cisne, al rubio toro
,en variedad de formas excediste,
de la excelencia del castalio coro
la humilde musa de mis versos viste;
harás que las corrientes del Leteo
presuman otra vez que canta Orfeo.
Tú, que pudiste dar con imperiosa
voz (que tembló sin resistencia alguna
el sol en su corona luminosa
y en su argentado cóncavo la luna)
naturaleza no, mas prodigiosa
forma a la humana que corrió fortuna
en el tirreno mar, con nueva forma
en platónico cisne me transforma.
Ya seas del humor del Océano
y del calor del Sol blanda mixtura,
para filosofar del cuerpo humano
la natural distinta arquitetura;
ya de la ciencia química la mano,
con que el mercurio transformar procura,
muda mi ingenio, pluma, voz y acentos,
y a física moral mis pensamientos.
Yo cantaré tu engaño y tu hermosura
con alma pitagórica ovidiana,
dulce veneno en oro, en nieve pura,
transformaciones de la vida humana,
y cómo pasa la virtud segura,
la ciencia ilustre y la prudencia cana:
que no puede oprimir violencia de arte
del sabio Ulises la celeste parte.
Vos, única excepción de la fortuna,
que no suele premiar merecimientos,
ilustrísimo Conde, a quien ninguna
pudo aumentar más altos pensamientos;
vos, ya del sol resplandeciente luna,
que con su misma luz los elementos
bañáis de claridad y de alegría,
entre dos mundos dividiendo el día;
que mientras duerme el sol, velando puede
sustituir su luz vuestro cuidado,
pues tanta parte del gobierno os cede,
que no parece resplandor prestado;
mas si tal vez por paraelio excede,
y vemos su retrato duplicado,
bien es que su grandeza os constituya,
por refracción de luz, imagen suya.
HUMILLA AL SOL LA FRENTE CORONADA , de Triunfos divinos 1625
Humilla al sol la coronada frente,
rosa, del prado honor, que el toro abrasa;
dobla las hojas en la verde basa,
pues ya no puede ser que la sustente.
Rigor de estrella, cuanto hermosa ardiente,
las breves horas de tu vida tasa,
si hay solo un sol que de por medio pasa
desde tu ocaso a tu florido oriente.
Pues si la sombra de tu breve infancia
es la misma vejez, ¿en qué se fía
la vana presunción de tu ignorancia?
¿Y en qué también la humana fantasía,
si de la vida la mayor distancia
fue breve sueño del postrero día?
ROSA GENTIL QUE AL ALBA HUMANA,de Triunfos divinos 1625
Rosa gentil, que al alba de la humana
belleza eres imagen, ¿qué pretendes,
que sobre verdes esmeraldas tiendes
tu mano de coral teñida en grana?
Si cetro, si laurel, si ser tirana
de tantos ojos que en tu cáliz prendes,
¡cuán en vano solícita defiendes
reino que ha de durar una mañana!
Rinde la vanidad que al sol se atreve,
¡oh, cometa de abril tan presto escura!;
que, puesto que tu vivo ardor te mueve,
el ejemplo de tantas te asegura
que quien ha de tener vida tan breve
no ha de tener en tanto su hermosura
SONETO A LA MUERTE DE MARTA DE NEVARES
QUE AL AMOR VERDADERO NO LE OLVIDAN EL TIEMPO NI LA MUERTE
Resuelta en polvo ya, mas siempre hermosa,
sin dejarme vivir, vive serena
aquella luz, que fue mi gloria y pena,
y me hace guerra, cuando en paz reposa.
Tan vivo está el jazmín, la pura rosa,
que, blandamente ardiendo en azucena,
me abrasa el alma de memorias llena:
ceniza de su fénix amorosa.
¡Oh, memoria cruel de mis enojos!,
¿qué honor te puede dar mi sentimiento,
en polvo convertidos sus despojos?
Permíteme callar solo un momento:
que ya no tienen lágrimas mis ojos,
ni conceptos de amor mi pensamiento.
SONETO 126 de Rimas humanas, 1634
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
LA GATOMAQUIA
Aquí llegaba Zapaquilda, cuando
Marramaquiz, celoso, que mirando
estaba desde un alto caballete
tan gran traición, colérico arremete,
y echa veloz, de ardiente furia lleno,
una mano al papel y otra al relleno.
Garraf se pasma y queda sin sentido,
como el que oyó del arcabuz el trueno
estando divertido,
a quien el ofendido
tiró una manotada con las fieras
uñas, de suerte, que formando esferas
por la región del aire vagaroso
le arrojó tan furioso,
que en el claro cristal de sus espejos
pudo cazar vencejos
menos apasionado y más ocioso.
No de otra suerte el jugador ligero
le vuelve la pelota al que la saca ,
herida de la pala resonante;
quéjase el aire, que del golpe fiero
tiembla, hasta tanto que el furor se aplaca,
y chaza el que interviene, el pie delante.
El gatazo arrogante, sin soltar el relleno despedaza
el papel, que en los dientes
con la espuma celosa vuelve estraza,
y a Zapaquilda atónita amenaza.
Como se suele ver en las corrientes
de los undosos ríos quien se ahoga,
que asiéndose de rama, yerba o soga,
la tiene firme, de sentido ajeno,
así Marramaquiz tiene el relleno;
que ahogándose en congojas y desvelos,
no soltaba la causa de los celos.
¡Oh cuánto amor un alma desespera,
pues cuando ya se ve sin esperanza,
en un relleno tomará venganza!
Mas, ¿quién imaginara que pudiera
dar celos el amor, en ocasiones,
con rellenos de huevos y piñones?
Mas ¡ay de quien le había
hecho para la cena de aquel día!
SOLILOQUIO I
Dulce Jesús de mi vida,
¡qué dije!, espera, no os vais:
que no es bien que vos seáis
de una vida tan perdida.
Pero si no sois de mí,
yo, mi Jesús, soy de vos,
porque quiero hallar en Dios
esto que sin Dios perdí.
Mas ya vuelvo a suplicaros
que de mi vida seáis:
que si vos no me la dais,
no tendré vida que daros.
Deseo daros mi vida,
y sin vos no es daros nada,
porque con vos va ganada,
cuanto sin vos va perdida.
Muérome de puro amor
por llamaros vida mía:
que la que sin vos perdía,
ya no la tengo, Señor.
Pues vuestra piedad me adiestra
como a oveja reducida,
quiero llamaros mi vida,
aunque he sido muerte vuestra.
Vida mía, en este día
me habréis de hacer un favor;
¡oh, qué bien me va, Señor,
con llamaros vida mía!
Luego que vida os llamé,
a pediros me atreví,
porque el regalo sentí
que en vuestro brazos hallé.
Y es que jamás permitáis
que otra vida sin vos tenga:
que no es bien que a vivir venga
vida donde vos no estáis.
¡Ay Jesús! ¿Cómo viví
sólo un momento sin vos?
Porque si la vida es Dios,
¿qué vida quedaba en mí?
¡Qué cosas tuve por vida
tan miserables y tristes!
¿Es posible que pudistes
sufrir cosa tan perdida?
Pero sospecho, mi Dios,
que fue permitirlo así,
para que viesen en mí
qué sufrimiento hay en vos.
Pero no lo habéis perdido,
¡oh soberana piedad!,
pues conozco mi maldad
por lo que me habéis sufrido.
Porque sé de aquel vivir,
como si Dios no tuviera:
que quien menos que Dios fuera
no me pudiera sufrir.
¡Qué de veces os negué
por confesar mi locura
a la fingida hermosura,
donde no hay verdad ni fe!
Si la vuestra en la cruz viera,
¡ay Dios y cuánto os amara!
¡Qué de lágrimas llorara,
qué de amores os dijera!
No sé, mi bien, qué os tenéis,
que todo me enamoráis,
o es que, como abierto estáis,
mostráis lo que me queréis.
Amenazado de vos,
parece que no os temí,
y lleno de sangre sí;
decid, ¿qué es esto, mi Dios?
¡Oh qué divinos colores
os hace esa sangre fría!
¡Oh cómo estáis, vida mía,
para deciros amores!
A LA NOCHE
Noche, fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista
los montes llanos y los mares secos;
habitadora de celebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora mil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos:
la sombra, el miedo, el mal se te atribuya,
solícita, poeta, enferma, fría,
manos del bravo y pies del fugitivo.
Que vele o duerma, media vida es tuya:
si velo, te lo pago con el día,
y si duermo, no siento lo que vivo.
A UNA DAMA QUE SALIÓ REVUELTA UNA MAÑANA
Hermoso desaliño, en quien se fía
cuanto después abrasa y enamora,
cual suele amanecer turbada aurora,
para matar de sol al mediodía.
Solimán natural, que desconfía
el resplandor con que los cielos dora;
dajad la arquilla, no os toquéis, señora,
tóquese la vejez de vuestra tía.
Mejor luce el jazmín, mejor la rosa
por el revuelto pelo en la nevada
columna de marfil, garganta hermosa.
Para la noche estáis mejor tocada;
que no anocheceréis tan aliñosa
como hoy amanecéis desaliñada.
IR Y QUEDARSE, Y CON QUEDAR PARTIRSE
Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.
DULCE DESDÉN, SI EL DAÑO QUE ME HACES
Dulce desdén, si el daño que me haces
de la suerte que sabes te agradezco,
qué haré si un bien de tu rigor merezco,
pues sólo con el mal me satisfaces.
No son mis esperanzas pertinaces
por quien los males de tu bien padezco
sino la gloria de saber que ofrezco
alma y amor de tu rigor capaces.
Dame algún bien, aunque con él me prives
de padecer por ti, pues por ti muero
si a cuenta dél mis lágrimas recibes.
Mas ¿cómo me darás el bien que espero?,
si en darme males tan escaso vives
que ¡apenas tengo cuantos males quiero!
TURBASE EL POETA DE VERSE FAVORECIDO
Dormido Manzanares discurría
en blanda cama de menuda arena,
coronado de juncia y de verbena,
que entre las verdes alamedas cría;
cuando la bella pastorcilla mía,
tan sirena de Amor como serena,
sentada y sola en la ribera amena,
tanto cuanto lavaba nieve hacía.
Pedíle yo que el cuello me lavase,
y ella sacando el rostro del cabello,
me dijo que uno de otro me quitase;
pero turbado de su rostro bello,
al pedirme que el cuello le arrojase,
así del alma, por asir del cuello.
¿QUIÉN MATA CON MÁS RIGOR?
¿Quién mata con más rigor?
Amor.
¿Quién causa tantos desvelos?
Celos.
¿Quién es el mal de mi bien?
Desdén
¿Qué más que todos también
una esperanza perdida,
pues que me quitan la vida
amor, celos y desdén?
¿Qué fin tendrá mi osadía?
Porfía.
¿Y qué remedio mi daño?
Engaño.
¿Quién es contrario a mi amor?
Temor.
Luego es forzoso el rigor,
y locura el porfiar ,
pues mal se pueden juntar
porfía, engaño y temor.
¿Qué es lo que el amor me ha dado?
Cuidado.
¿Y qué es lo que yo le pido?
Olvido.
¿Qué tengo del bien que veo?
Deseo.
Si en tal locura me empleo,
que soy mi propio enemigo,
presto acabarán conmigo
cuidado, olvido y deseo.
Nunca mi pena fue dicha.
Desdicha.
¿Qué guarda mi pretensión?
Ocasión.
¿Quién hace a amor resistencia?
Ausencia.
Pues ¿dónde hallará paciencia,
aunque a la muerte le pida,
si me han de acabar la vida
desdicha, ocasión y ausencia?
SATISFACCIONES DE CELOS
Si entré, si vi, si hablé, señora mía,
ni tuve pensamiento de mudarme,
máteme un necio a puro visitarme,
y escuche malos versos todo un día.
Cuando de hacerlos tenga fantasía,
dispuesto el genio, para no faltarme
cerca de donde suelo retirarme,
un menestril se enseñe a chirimía.
Cerquen los ojos que os están mirando,
legiones de poéticos mochuelos,
de aquellos que murmuran imitando.
¡Oh si os mudasen de rigor los cielos!
Porque no puede ser (o fue burlando)
que quien no tiene amor pidiese celos.
LA CORONA DE HUNGRÍA (1623-1624)
Corona, ilustre luz, baña y colora
de nueva plata el horizonte ufano,
bajen tus rayos de la lumbre al llano,
que ya te espera en sus alfombras Flora.
Desciende, sol a tu querida aurora,
encrespa, enriza con dorada mano
la blanca nieve a su cabello cano,
bebe sus perlas y sus nubes dora.
Aliña el carro de oro, date priesa,
tú mismo tu presteza desafía
y por signos y estrellas atraviesa
Báñame el alma en gozo y alegría,
pues ya la noche de mis males cesa
y de mis bienes amanece el día.
22 RIMAS SACRAS, 1614
La rosa primitiva, que del velo
mortal cubrióse al punto de nacida;
las que vieron de púrpura encendida
niebla feraz, las cumbres del Carmelo:
cuántas el temple en su florido suelo,
en Pafo y Chipre Amor, París en Ida,
o ardiente sol les abrevió la vida,
o la clemencia marchitó del hielo.
Rosa de Jericó. Tú sola fuiste
perpetua, intacta, limpia, siempre entera,
aun antes que la aurora, en que naciste;
que el hielo de la noche no pudiera,
como no pudo, aunque las otras viste,
tocas al radio de tu blanca esfera.
30 RIMAS SACRAS 1614
Si desde que nací cuanto he pensado,
cuanto he solicitado y pretendido,
ha sido vanidad, y sombra ha sido,
de locas esperanzas engañado.
Si no tengo de todo lo pasado
presente más que el tiempo que he perdido,
vanamente he cansado mi sentido,
y torres en el viento fabricado.
¡Cuán engañada el alma presumía,
que su capacidad pudiera hartarse
con lo que el bien moral le prometía!
Era su esfera Dios para quitarse,
y como fuera de él lo pretendía,
no pudo hasta tenerle sosegarse.
2 DE LA PACIENCIA, RIMAS SACRAS 1614
Fabio, después que a mis indignas manos
bajó del cielo el Rey de tierra y cielo,
en olvidar agravios me desvelo
de lenguas viles y de versos vanos.
Jerusalén ha de tener tiranos
por ignorancia, o por sobervio celo,
si a vos os dan cuidado, a mi consuelo
¡o Paciencia el mayor de los humanos!
¿Qué importa que la lengua os alborote
del que por ella es bárbaro malquisto?
Que cuando más me injurie, ofenda y note .
Con paciencia de Cristo me registro,
que si es Cristo de Dios el Sacerdote,
¿cómo pude faltar paciencia en Cristo?
33 RIMAS SACRAS 1614
¿En qué bárbara tierra me guardara
intricada de peñas y maleza,
o qué abismo formó naturaleza,
a dónde el rayo de tu luz no entrara?
¿Qué mar en sus arenas me librara,
qué concha me prestara su corteza,
en qué región del aire la cabeza
contra tus armas de defensa armara?
Si le tragó la foca al que quería
huir, de ti, más loco fue mi intento,
mayor, mi atrevimiento y rebeldía.
Mas ya vuelvo a buscarte, y tan contento,
que me dan para hallarte noche y día
mis ojos mar, y mis suspiros viento.
55 RIMAS SACRAS, 1614
¿O quién te amara, dulce vida mía,
como mereces tú que yo te amara,
pero infinito amor, donde se hallara,
que a tu infinito ser correspondía?
Amemos, alma, amemos a porfia,
con infinito amor, con fe tan rara,
que de él saldrá el amor, pues en él para,
y nunca a dado por Raquel a Lía.
¿Por qué te olvido yo, si tu amor muere
de amor por mí, si tú me das la vida?
¿qué tiempo es bien, que para amarse espere?
¿Mas quién habrá que la distancia mida,
pues nadie como tú tanto me quiere
y nadie como yo tanto te olvida?
FRAGMENTO DE LA DAMA BOBA
Escena IX
Entre OTAVIO. – (Dichas)
OTAVIO
Yo pienso que me canso en enseñarla,
porque es querer labrar con vidro un pórfido;
ni el danzar ni el leer aprender puede,
aunque está menos ruda que solía.
FINEA
¡Oh padre mentecato y generoso,
bien seas venido?
OTAVIO
¿Cómo mentecato?
FINEA
Aquí el maestro de danzar me dijo
que era yo mentecata, y enojéme;
mas él me respondió que este vocablo
significaba una mujer que riñe,
y luego vuelve con amor notable;
y como vienes tú riñendo agora,
y has de mostrarme amor en breve rato,
quise también llamarte mentecato.
OTAVIO
Pues hija, no creáis a todas gentes,
ni digáis ese nombre, que no es justo.
FINEA
No lo haré más. Mas diga, señor padre
¿sabe leer?
OTAVIO
Pues, ¿eso me preguntas?
FINEA
Tome, ¡por vida suya!, y éste lea.
OTAVIO
¿Este papel?
FINEA
Sí, padre.
OTAVIO
Oye, Fiena:
(Lea ansí)
“ Agradezco mucho la merced que me has hecho, aunque toda esta noche la he pasado con poco sosiego, pensando en tu hermosura.
FINEA
¿No hay más?
OTAVIO
No hay más; que está muy justamente
quemado lo demás. ¿Quién te le ha dado?
FINEA
Laurencio, aquel discreto caballero
de la academia de mi hermana Nise,
que dice que me quiere con extremo.
OTAVIO
(Aparte)
(De su ignorancia, mi desdicha temo.
Esto trujo a mi casa el ser discreta.
Nise: el galán, el músico, el poeta,
el lindo, el que se precia de oloroso,
el afeitado, el loco y el ocioso).
¿Hate pasado más con este, acaso?
FINEA
Ayer, en la escalera, al primer paso,
me dio un abrazo.
OTAVIO
(Aparte).
(¡En buenos pasos anda
mi podre honor, por una y otra banda!
La discreta, con necios en concetos,
y la boba, en amores con discretos.
A esta no hay llevarla por castigo,
y más que lo podrá entender su esposo.)
Hija, sabed que estoy muy enojado.
No os dejéis abrazar. ¿Entendéis, hija?
FINEA
Sí, señor padre; y cierto que me pesa,
aunque me pareció muy bien entonces.
OTAVIO
Solo vuestro marido ha de ser digno
de esos abrazos.
.
ARTE NUEVO DE HACER COMEDIAS EN EESTE TIEMPO (FRAGMENTO)
En el acto primero ponga el caso,
en el segundo enlace los sucesos,
de suerte que hasta el medio del tercero
apenas juzgue nadie en lo que para;
engañe siempre el gusto y, donde vea
que se deja entender alguna cosa,
dé muy lejos de aquello que promete.
Acomode los versos con prudencia
a los sujetos de que va tratando:
las décimas son buenas para quejas;
el soneto está bien en los que aguardan;
las relaciones piden los romances,
aunque en otavas lucen por extremo;
son los tercetos para cosas graves,
y para las de amor, las redondillas;
las figuras retóricas importan,
como repetición o anadiplosis,
y en el principio de los mismos versos
aquellas relacionas de la anáfaro,
las ironías y adubitaciones,
apóstrofes también y exclamaciones.
El engañar con la verdad es cosa
que ha parecida bien, como lo usaba
en todos sus comedias Miguel Sánchez,
digno por la invención de esta memoria;
siempre el hablar equívoco ha tenido
y aquella incertidumbre anfibológica
gran lugar en el vulgo, porque piensa
que él solo entiende lo que el otro dice.
Los casos de la honra son mejores,
porque mueven con fuerza a toda gente;
con ellos la acciones virtuosas,
que la virtud es dondequiera amada,
pues (que) vemos, si acaso un recitante
hace un traidor, es tan odioso a todos
que lo que va a comprar no se lo venden,
y huye el vulgo de él cuando le encuentra;
y si es leal , prestan y convidan,
y hasta los principales le honran y aman,
le buscan, le regalan y le aclaman.
Tenga cada acto cuatro pliegos solos,
que doce están medidos con el tiempo
y la paciencia del que está escuchando;
pique sin odio, que si acaso infama,
ni espere aplauso ni pretenda fama.
Estos podéis tener por aforismos
los que del arte no tratáis antiguo,
que no da más lugar agora el tiempo,
pues lo que les compete a los tres géneros
del aparato que Viturbio dice,
toca el autor, como Valerio Máximo,
Pedro Crinito, Horacio, en sus Epístolas,
y otros los pintan con su lienzos y árboles,
cabañas, casa y fingidos mármoles.
RIMES A MICAELA LUJÁN, SU AMANTE, de rimas en 1602, soneto XII
A Micaela de Luján, su amante
Así en las olas de la mar feroces
Betis, mil siglos tu cristal escondas,
y otro tanto ciudad sobre tus ondas,
de mil navales edificio goces.
A sí tus cuevas no interrumpan voces,
ni quillas toquen, ni permitas sondas;
y en tus campos tan fértil correspondas,
que rompa el trigo las agudas hoces.
Así en tu arena el indio margen rinda,
y al avariento corazón descubras
más barras que en ti mira el cielo estrellas.
Que si pusiere en ti sus pies Lucinda,
no por besarlos sus estampas cubras,
que estoy celoso, y voy leyendo en ellas.