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BIOGRAFÍA DE LA POETA EDITH SÖDERGRAN
Edith Södergran, poeta fino-sueca, pionera de la poesía en sueco en Finlandia. Su impacto en la poesía nórdica, especialmente en el modernismo finlandés de los años veinte, fue significativo en lo que se refiere a la liberación del verso de los confines de la rima, el ritmo regular y la imaginería tradicional. Como modernizadora de la poesía, sólo Katri Vala puede ser comparada con Edith Södergran, una de las poetas nórdicas más queridas.
Edith Södergran nació el 4 de abril de 1892, en San Petersburgo (Rusia). De padres finlandeses descendientes de antiguos colonos suecos.
Su padre era hijo de una familia campesina muy religiosa, que fue enviado a la escuela y adquirió una cierta “educación técnica”. Su madre tuvo una educación refinada.
A los pocos meses de nacer Edith, la familia se trasladó a Raivola, ya en la zona finlandesa. La “dacha” de los Södergran era una gran casa de madera con una docena de habitaciones. Tenía un pabellón-cobertizo anejo donde vivía un viejo artesano ruso, a quien llamaban “el ermitaño”. El jardín “encantado” de la poeta era un pequeño bosque semisalvaje donde crecían abedules, arces y abetos.
Antes de 1917 Raivola era una pequeña ciudad poblada por descendientes de campesinos que vivía de la madera y de una incipiente industria forestal. Pero era también un centro veraniego muy frecuentado por los intelectuales y la alta sociedad de San Petersburgo. Casas de madera construida al viejo estilo ruso, con ventanas y barandas de brillantes colores y decoración recargada, otorgaban al pueblo una fisionomía especial.
Allí pasó Edith los primeros años de su infancia y casi toda su vida. Tendrá una infancia nutrida de cuentos de hadas, de princesas, de bosques y lagos encantados.
Hubo un tiempo en que la pequeña Edith tuvo “una hermana”. Sus padres tomaron bajo su protección a una pequeña huérfana, “Singa”, para que acompañara a su hija a San Petersburgo. Por razones desconocidas, la niña se escapó y trató de llegar a Raivola siguiendo la vía del ferrocarril. Un tren la arrolló. Edith no se recuperó jamás de esta pérdida, y no volverá a tener “una hermana” hasta que, en 1918, conozca a Hagar Olsson.
En 1902, Södergran ingresó en la Petri-Schule alemana en San Petesburgo. La enseñanza era en alemán, la que Edith llamaría hasta el fin de sus días “mi mejor lengua”. Lenguas y literaturas modernas estaban entre las prioridades del centro, que contaba con un cuadro de magníficos profesores. Las clases de baile eran impartidas por una de las profesoras del Ballet Imperial Ruso, y eran frecuentes las visitas al Hermitage, o la asistencia a teatros y conciertos. La escuela se enorgullecía de su nutrida biblioteca. Aunque oficialmente era luterana, la enseñanza religiosa era muy liberal. A los 15 años la educación de Edith era ya muy completa y hablaba alemán, francés, ruso y algo de inglés. Todavía no ha desarrollado su lengua materna, el sueco. Por ese entonces, la joven, influenciada por Heinrich Heine y Johann Wolfgang von Goethe, comenzó a escribir sus primeros poemas en alemán, pero, con el transcurso del tiempo, la autora adoptaría para su producción literaria el idioma sueco, la lengua de su madre.
En 1906 su padre contrae la tuberculosis y muere al año siguiente.
Edith Södergran fue precursora de la vanguardia de los países nórdicos con influencias del simbolismo francés, el futurismo ruso, el expresionismo alemán, Nietzsche. Autora de una poesía vital y visionaria, rompió formalmente con la tradición lírica popular que había dominado la poesía finlandesa desde Johan Ludvig Runeberg, e introdujo en la poesía nórdica un nuevo sujeto femenino, liberal y erótico, que apenas en los últimos años ha recibido la atención que merece.
Durante los últimos años de su vida Edith destruyó muchos de sus viejos escritos -“no quiero dejar nada a los gusanos” solía decir-. Sin embargo, un documento de inestimable valor se salvó de esa voluntad de extinción: un cuadernillo que recoge los poemas escritos entre 1907 y 1909. De los casi 250 poemas del “Cuaderno”, sólo 20 están escritos en sueco -la que será después su lengua poética-; hay 5 en francés, 1 en ruso, y el resto, más de 200, en alemán.
Su primer amor fue su profesor de francés, Henri Cottier, parisino de 38 años. De los casi 50 poemas del “Cuaderno” inspirados en Cottier, la mayor parte están escritos en alemán y siguen las huellas de Heine, una de sus primeras devociones poéticas.
Se siente profundamente finlandesa, y no puede ser indiferente a los acontecimientos que están sucediendo en su país. Edith, que acababa de leer “Los Miserables” identificándose con los combates de París, se ve a sí misma como la heroína de San Petersburgo. No oculta su odio por los cosacos, ni su rechazo al terrible Nicolás II, encerrado en su Palacio de Invierno.
“El sudor perla su frente,
no se atreve a moverse.
Sería feliz tendiendo
el cuello al hacha del verdugo.Ningún verdugo viene a salvarle,
la noche no acaba con todo;
no osa gemir, y un sudor frío
cubre sus manos viscosas.Con el día, firma en masa
las condenas de muerte,
y sueña la noche siguiente
que su pueblo le ahorca.”
A medida que va llenando las páginas del “Diario” va también descubriendo sus posibilidades como escritora, una fuerza poderosa que la mueve:
“Conozco ese dulce escalofrío,
Uno tiembla, se abrasa, se hiela,
y el espíritu, el alma y la razón
de un modo extraño se turban”
El 22 de septiembre de 1908 escribía su último poema en alemán:
“No sé a quién llevar mis versos,
No sé en qué lengua escribir,
No sé en qué corazón apoyarme,
Ante qué ojos permanecer.
He cantado para mí misma
(…)
Pero yo maldigo la soledad
Y busco en el ancho mundo
Un corazón”
A fines de 1908 los médicos diagnosticaron una tuberculosis en estado precoz. Edith tiene que interrumpir sus estudios; en cinco ocasiones deberá ingresar en el sanatorio de Nummela, pero apenas nota la más leve mejoría se escapa a Raivola.
Algo positivo tendrán estos años. En Nummela la mayoría del personal y de los pacientes son finlandeses de habla sueca; aquí va a tener oportunidad de desarrollar su lengua materna. El centro tiene una buena biblioteca y en un momento de euforia empieza a prepararse para el ingreso en la Universidad de Helsinki. Lee mucho: Runeberg, Topelius… y el romántico sueco C.J.Almqvist.
En septiembre de 1911 el director del sanatorio aconseja su traslado a Suiza. Acompañada de su madre, viaja a los Alpes Grisones. Se instala en Davos y sigue sus curas regularmente en el sanatorio Davos-Dorf, el mismo que inmortalizaría Thomas Mann en La montaña mágica.
En la biblioteca del centro podía leer la obra de Dante y los clásicos occidentales, el nacimiento de las vanguardias italianas y la filosofía de Steiner, Schopenhauer y Nietzsche, el cual marcaría la línea central de casi toda su obra.
En el centro la atendió el doctor Ludwig von Muralt, un hombre de fuerte personalidad, firme y equilibrado. Edith tenía 21 años y se enamoró. Como Cottier, Muralt era un hombre casado y la doblaba la edad; por tanto, las posibilidades de una feliz relación amorosa eran casi nulas.
Abandonó Davos en vísperas de la I Guerra Mundial. Ya no volvería a ver a “su doctor”, pero al enterarse de su muerte en 1917 le dedicó magníficos poemas (El árbol del bosque).
En Davos estudia inglés e italiano. Edith Södergran descubrirá ahora la literatura inglesa. Leyó a Dickens, a Shakespeare, y a Whitman.
En el verano de 1914 vuelve definitivamente a Raivola. Se intentaron nuevas curas en Nummela pero la joven rehusó continuar el tratamiento. En una nota confesaba a su médico:
“Tengo un horror atroz y supersticioso a Nummela. Cuando visitaba a mi padre, que entonces estaba aquí enfermo, conocí este terror espantoso, este horror terrible a la muerte, el miedo a esta enfermedad, a esta muerte lenta y consciente (…) A decir verdad nunca he confiado en una curación aquí. Sólo en Davos he encontrado el coraje de vivir”.
Edith ha aceptado lo irreversible de su situación. La joven que vuelve de Davos es la “mujer, sonriente y pintada de rojo, /que jugaba su suerte a los dados” y vio que perdía (Yo vi un árbol).
Escribe lo que ve, describe el paisaje que contempla y funde el paisaje con su propio estado de ánimo, creando lo que L. de Fages define como un “paisaje del alma”.
El expresionismo alemán de la pre-guerra la interesó sobremanera, de igual forma que el futurismo ruso de Vladimir Maïakovski.
Su primer libro, Dikter (1916), representaba la naturaleza de su pueblo natal como si de un sueño se tratara. Este libro representó una nueva voz en la literatura de aquel entonces, pero no causó demasiado debate, siendo recibido en algunos casos con admiración desconcertada y en otros como si se tratase de algo ridículo, hiriéndola profundamente.
Su familia perdió sus posesiones en la Revolución rusa de 1917, pero a pesar de la inseguridad y las duras condiciones de vida en las que se encontraba, escribió Septemberlyran (1918).
Este libro reflejaba fuertes visiones Nieztscheanas y euforia dionisiaca, pues lo que ella quería mostrar era que ni la guerra civil finlandesa, ni la sangrienta Revolución rusa, ni la tuberculosis ni mucho menos las críticas la harían dejar de escribir poesía.
Su obra no tuvo una gran aceptación en vida; no obstante, le abrió las puertas al mundillo de la literatura. De todos los escritores que conoció, la más importante en su vida fue la crítica y escritora Hagar Olsson, que reseñó con gran entusiasmo el Septemberlyran. Olsson fue a Raivola a visitarla, y posteriormente ambas mantuvieron una intensa correspondencia.
Los mejores libros posteriores de Södergran incluyen Rosenaltaret (El altar de las rosas), 1919 y Framtidens Skugga (Sombra del futuro),1920.

Su último libro, Landet som icke är (La tierra que no es), fue la preparación de Södergran para la muerte; fue publicado póstumamente en 1925, sus poemas fueron recopilados y publicados por el poeta Elmer Diktonius.
Edith Södergran murió en Raivola el 24 de junio de 1923. Raivola se convertiría pocos años después en un lugar de perenigraje para los seguidores de Södergran.
Para Södergran, los ecos de las palabras apuntan mucho más lejos que la propia palabra. Las manos en sus líneas cobran especial importancia: es en las manos donde se desarrolla toda la capacidad del ser humano para crear –y destruir– el mundo, son las manos las que modelan y revuelven la realidad, con todo el placer y angustia que conlleva.
En «Instikt» [Instinto], poema que forma parte de su cuarto y último volumen publicado en vida Framtidens skugga [La sombra del futuro] (1920), la autora es perfectamente consciente de aquella capacidad nietzscheana que tiene entre sus manos para crear, destruir y superarse:
[Cuando cansada me tumbo en la cama / lo sé: en esta mano agotada se encuentra el destino del mundo.]
Aquella capacidad que reside en su mano agotada y que anhela siempre la superación, una superación que fue la espina central de la vida y obra de Södergran, no es otra que la poesía: la propia actividad creativa.
Contigo, noche inminente, juego a la pelota
– mi horrible dado.
Mi mano es pesada e intrépida, con fuerzas oscuras
dirige su cuerpo, que jamás rehúsa ayuda.
Mi dado cae pesado como el destino.
La senda del poder atraviesa el inframundo.
Por el desfiladero más angosto del inframundo camina
el que busca la corona de flores que no se marchita.
A nivel estilístico, estuvo influenciada por los expresionistas alemanes y por el futurismo ruso de Vladimir Maïakovski.
De todo nuestro mundo bañado de sol
no deseo más que un banco de jardín
con un gato tomando el sol…
Ahí estaría sentada
con una carta sobre el pecho,
una única carta breve.
Así es mi sueño…
Su obra poética está marcada por un estilo propio, vanguardista y con toques oníricos, y con una gran libertad formal. La propia autora definía así sus poemas en la nota introductoria a La lira de septiembre (1918):
“[…] Sólo desde la libertad absoluta poseo el poder de la palabra y de la imagen, es decir, a expensas del ritmo. Mis poemas deben tomarse como descuidados bocetos a mano. En lo que respecta al contenido, dejo que mi instinto construya a partir de lo que mi intelecto presencia en actitud expectante. La seguridad que tengo en mí misma se debe a que he descubierto mis dimensiones. No me conviene hacerme menos de lo que soy.”
A pesar del trasfondo de tristeza y depresión en el que vivió, Södergran escribió algunos poemas vitalistas, como ‘El triunfo de existir’.
¿A qué tengo miedo? Soy una parte del infinito.
Soy una parte de la gran fuerza del todo,
un mundo solitario dentro de millones de mundos,
una estrella de primera como la que se apaga la última.
¡El triunfo de vivir, el triunfo de respirar, el triunfo de existir!
Otro de sus poemas más destacables, se trata de Vierge moderne:
No soy una mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una decisión valiente,
soy un rayo risueño de un sol escarlata…
Soy una red para todos los peces voraces,
soy un brindis en honor de todas las mujeres,
soy un paso hacia el azar y la ruina,
soy un salto hacia la libertad y el yo…
Soy el susurro de la sangre al oído del hombre,
soy la fiebre del alma, el deseo y la negación de la carne,
soy una señal de entrada a nuevos paraísos.
Soy una llama, buscadora e insolente,
soy agua profunda pero atrevida hasta las rodillas,
soy fuego y agua en comunión libre y leal…
* * *
- Dikter (Poemas) (1916)
- Septemberlyran (Lira de septiembre) (1918)
- Rosenaltaret (El altar de las rosas) (1919)
- Framtidens skugga (La sombra del futuro) (1920)
- Landet som icke är (La tierra que no es) (póstumo, 1925)
- Antología poética. Traducción de Jesús Pardo. Madrid: Visor, 1992. ISBN 84-7522-283-8
Edith Södergran. El corazón desmedido. [Biografía y antología poética]. Traducción de Carmen Díaz de Alda Heikkilä. Madrid: Ediciones Torremozas, 1992, 95 pp., 2.ª edición: 1996. (Colección Torremozas; 88). ISBN 84-7839-089-8 - Virgen moderna: poesía completa. Traducción de Renato Sandoval Bacigalupo e Irma Síltanen. Introducción de R. Sandoval. Lima: Editorial Nido de Cuervos, 1993, 177 pp., 2.ª edición revisada y corregida: febrero de 1999, 167 pp.
- Sombra del porvenir. [Antología poética]. Selección y traducción del sueco por Javier Sologuren. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1996, 54 pp. (Colección El Manantial Oculto; 1).
- El país que no es. [Antología poética]. Edición bilingüe. Traducción del sueco por Roberto Mascaró. Prefacio de Christian Anwandter Donoso. Santiago de Chile: Chancacazo Publicaciones, 2011, 178 pp. (Colección Satura Traducciones; 2). ISBN 978-956-8940-18-8 [Contiene textos de los libros Poemas, Lira de septiembre, El altar de rosas, La sombra del futuro y El país que no es, e iconografía de la autora].
- Poesía completa. Tercera edición revisada y corregida [1993-1999]. Traducción del sueco e introducción (“Edith Södergran: el cuerpo hecho poema”) de Renato Sandoval Bacigalupo. Lima-Ica: Biblioteca Abraham Valdelomar, noviembre de 2012. 226 pp. (Colección La Fuente Escondida; 1). [Contiene: Poemas, Lira de setiembre, Altar de rosas, La sombra del futuro, La tierra que no es, aforismos (1919-1922) e iconografía de la autora].
- Encontraste un alma. Poesía completa. Traducción de Neila García. Prólogo de Elena Medel. Madrid, Nórdica libros. 2017.
- “Edith Södergran: sombra del porvenir”. Nota y versiones de Javier Sologuren. En: revista Hablar de poesía No. 9, Buenos Aires, junio de 2003.
- Poemas de Edith Södergran, en traducción de Renato Sandoval e Irma Síltanen.
- Edith Södergran: una poetisa escandinava, por Rocío Silva Santisteban.
- Sobre la tercera edición de Poesía completa, editada en Lima.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Edith Södergran, el corazón desmedido. Introducción y traducción de Carmen Díaz de Alda. Ed. Torremozas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Edith_S%C3%B6dergran
https://bailedelsol.org/269_sodergran-edith
https://periodicodepoesia.unam.mx/autor/edith-sodergran/
http://culturaca.com/edith-sodergran-salto-hacia-la-libertad/
https://josemariamedina1.wordpress.com/tag/katri-vala/
SELECCIÓN DE POEMAS DE EDITH SÖDERGRAN
LA HERMANA DE LA VIDA
La vida a quien más se parece es a la muerte, su hermana.
La muerte no es diferente,
puedes acariciarla, y tener su mano entre las tuyas, y alisar sus cabellos;
ella te ofrecerá una flor y sonreirá.
Tu puedes hundir el rostro en su pecho
y oírla decir: ya es hora de partir.
Ella no te dirá que es otra.
La muerte no yace verdiblanca con el rostro hacia el suelo
ni de espaldas sobre un féretro blanco:
la muerte se pasea con sus rosadas mejillas y habla con todos.
La muerte tiene rasgos delicados y mejillas bondadosas,
sobre tu corazón coloca su mano suave.
Quien ha sentido esa mano suave en el corazón,
ya no recibe el calor del sol,
es frío como el hielo y no ama a nadie.
De “Poemas” (Dikter), 1916 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
LA VIDA
Yo, mi propia prisionera, os digo:
La vida no es la primavera vestida de terciopelo verde claro,
o una caricia que raras veces se obtiene,
la vida no es una decisión de partir
o dos brazos blancos que nos retienen.
La vida es la angosta argolla que nos mantiene cautivos,
el círculo invisible que nunca traspasamos,
la vida es la felicidad cercana que pasa de largo,
y los miles de pasos que no nos atrevemos a dar.
La vida es despreciarse a sí mismo
y permanecer inmóvil en el fondo de un pozo,
sabiendo que el sol brilla, allá en lo alto,
y que pájaros de oro cruzan volando el aire
y los días, veloces como flechas, pasan.
La vida es agitar la mano en un breve saludo, e ir a casa, y dormir…
La vida es ser un extraño para sí mismo
y una máscara nueva para cualquiera que llegue.
La vida es jugar frívolamente con la propia dicha,
y rechazar el instante único, irrepetible,
la vida es creerse débil y no arriesgarse.
De “Poemas” (Dikter), 1916 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
EL DOLOR
La felicidad no tiene cánticos, la felicidad no tiene pensamientos,
la felicidad no tiene nada.
Empuja a tu felicidad para que se rompa, porque la felicidad es malvada.
La felicidad viene dulcemente con el murmullo de la mañana en los arbustos soñolientos,
La felicidad se desliza como nubes ligeras sobre un abismo azul profundo,
la felicidad es el campo dormido bajo el calor del mediodía
o el espacio infinito del mar bañado bajo rayos cenitales,
la felicidad no tiene fuerza, duerme, respira y no siente nada…
¿Conoces el dolor? Es fuerte y grande, los puños secretamente cerrados.
¿Conoces el dolor? Tiene una ilusionada sonrisa bajo sus ojos afligidos.
El dolor nos da todo lo que necesitamos:
Nos entrega las llaves del reino de la muerte
Y nos lanza a través de la puerta, cuando todavía dudamos.
El dolor bautiza a los niños y vela con la madre
y forja todas las alianzas de oro.
El dolor reina sobre todos, alisa la frente del pensador,
pone la joya al cuello de la mujer deseada,
se queda en la puerta cuando el hombre deje a su amada…
¿Qué otra cosa da el dolor a sus amantes?
No conozco nada más.
Nos ofrece perlas y flores, nos entrega canciones y sueños,
nos da miles de besos que están vacíos,
nos da el único beso que es real.
Nos da nuestras almas extrañas y nuestros raros pensamientos,
el dolor nos da todas las ventajas supremas de la vida:
Amor, soledad, y el rostro de la muerte.
De “Poemas” (Dikter), 1916 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
EL MUNDO SE BAÑA EN SANGRE
El mundo se baña en sangre para que Dios pueda vivir.
Para que su gloria persista todo lo demás debe perecer.
¿Acaso sabemos los humanos cómo languidece lo eterno
y lo que beben los dioses para alimentar su fortaleza?
Dios quiere crear de nuevo. Quiere transformar el mundo en un signo más resplandeciente.
Por eso se ciñe con un cinturón de relámpagos,
por eso lleva una corona de espinas flameantes,
por eso cubre la tierra de ceguera y de noche.
Por eso su mirada es cruel. Sus manos creadoras aprietan la tierra con fuerza.
Nadie conoce lo que crea. Pero pasa como un espantoso temblor
sobre los sentidos semidormidos. Es como un vértigo frente al abismo.
Antes de que coros jubilosos estallen en cantos de alabanza,
se hace el silencio, como en el bosque antes de la salida del sol.
De “Lira de septiembre” (Septemberlyran), 1918 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
LA TORMENTA
Humanos,
¿no está cruzando el cielo la tormenta,
aquella que desató vuestro deseo,
arrastrada por las águilas
hasta alturas insondables?
¿A quién la tormenta querrá humillar?
¿Dónde golpeará
el que viene de las alturas, libre, con las alas de los tiempos del porvenir?
¿No escucháis voces en la tormenta?
El yelmo de Marte en la bruma…
Los invitados se sientan de nuevo ante mesas volcadas.
Desconocidos gobiernan el mundo…
Más altos, más bellos, parecidos a los dioses.
De “Lira de septiembre” (Septemberlyran), 1918 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
¿QUÉ HABRÁ MAÑANA?
¿Qué habrá mañana? Quizás tú no.
a lo mejor otros brazos, y un nuevo contacto, y un dolor parecido…
te dejaré con una certeza indudable:
regresaré como una parte de tu propio dolor.
volveré a ti desde otro cielo con un nuevo propósito.
volveré a ti desde otra estrella con la misma mirada.
volveré a ti con mis viejos deseos bajo rasgos nuevos.
volveré a ti extraña, malvada y fiel
con los pasos de una alimaña, fuera de la lejana patria desértica de tu corazón.
lucharás contra mí, duramente y sin fuerzas,
como se lucha contra el destino, contra la felicidad y contra la propia estrella.
sonreiré y ovillaré hilos de seda alrededor de mi dedo
y esconderé la pequeña madeja de tu destino entre los pliegues de mi ropa.
De “Lira de septiembre” (Septemberlyran), 1918 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
NO ACUMULÉIS ORO Y PIEDRAS PRECIOSAS
Humanos,
no acumuléis oro y piedras preciosas:
Llenad vuestros corazones de deseo
que quema como una brasa ardiente.
Robad los rubíes de la mirada de los ángeles,
bebed el agua fría del charco del diablo.
Humanos, no acumuléis tesoros
que hacen de vosotros pordioseros;
acumulad riquezas
que os dan el poderío de los reyes.
Dad a vuestros hijos una belleza
que los ojos de los hombres no han visto,
dad a vuestros hijos el poder
de forzar las puertas del cielo.
De “Lira de septiembre” (Septemberlyran), 1918 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
LAS ANTORCHAS
Quiero encender mis antorchas sobre la tierra.
Mi antorcha estará
por la noche delante de todas las casas;
en los Alpes, donde el aire es bendición,
en las tundras donde el cielo es melancolía.
Oh, antorcha mía, alumbra el rostro del aterrado,
del afligido, del ofuscado, del envilecido.
Un dios indulgente os tiende su mano:
Sin belleza el hombre no vive ni un instante.
De “El altar de rosas” (Rosenaltaret), 1919 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
TODOS LOS ECOS DEL BOSQUE
No, no, no, gritan todos los ecos del bosque:
Yo no tengo hermana.
Recojo su vestido de seda blanco
y lo abrazo impotente.
Te beso, en ti pongo toda mi pasión,
oh, tejido inerte,
¿recuerdas sus miembros sonrosados?
Sus zapatos han quedado bajo los rayos del sol,
los dioses calientan sus manos.
Cae, nieve, sobre las reliquias de mi hermana.
Haz estallar sobre ellas, tempestad de nieve, el furor
de tu corazón lleno de amargura.
Yo pisaré este lugar con un estremecimiento,
como el espantoso lugar donde la belleza fue enterrada.
De “El altar de rosas” (Rosenaltaret), 1919 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
LA HORA DEL SACRIFICIO
Escucha, el reloj suena.
Es la hora del sacrificio.
El reloj está sonando.
¿Qué puedes tú sacrificar aún?
Ya has estado tendida en el altar
desde hace muchos años.
Estar uno mismo sobre el are de los sacrificios
no es un tormento.
¿Qué vas a sacrificar aún?
Tú amas todavía, amas todavía,
no digas más.
Abandonaste el mundo entero,
aprendiste a caminar por caminos celestiales.
En tu mano la rosa está muerta,
el viento no roza
tus mejillas.
¿Qué vas a sacrificar aún?
Cuando llegue la hora
responderás a esta pregunta:
entonces escogerás
con la vida y la muerte como testigos.
De “El altar de rosas” (Rosenaltaret), 1919 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
SUEÑOS PELIGROSOS
No te acerques demasiado a tus sueños:
Son como humo y podrían desaparecer;
son peligrosos y podrían perdurar.
¿Has mirado a los ojos a tus sueños?
Están enfermos y no comprenden nada.
No tienen más que sus propios pensamientos.
No te acerques demasiado a tus sueños:
Son un engaño, deberían desaparecer,
son una locura, se quieren quedar.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
A EROS
Eros, el más cruel de todos los dioses,
¿por qué me trajiste a esta tierra oscura?
Cuando las niñas crecen
son apartadas de la luz
y arrojadas a un cuarto oscuro.
¿Acaso no estaba mi alma suspendida como estrella feliz
antes de ser arrastrada a tu órbita roja?
Mírame, tengo las manos y los pies atados,
compadécete, estoy forzada hasta en mis pensamientos.
Eros, el más cruel de todos los dioses:
estoy atada de manos y pies,
siente, estoy obligada a todos mis pensamientos.
Eros, el más cruel de todos los dioses:
No huyo, no espero,
simplemente, como un animal, sufro.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
MI FUTURO
Un caprichoso momento
me robó el futuro,
el improvisado futuro.
Volveré a construirlo mucho más hermoso
justo como lo había imaginado desde el principio.
Lo edificaré en tierra firme
que se llama mi voluntad.
Lo levantaré sobre altos pilares
que se llaman mis ideales.
Lo construiré con una pasadizo secreto
que se llama mi alma.
Lo construiré con una alta torre
llamada soledad.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
NADA
Cálmate, hijo mío, nada existe,
y todo es como ves: el bosque, el humo y los raíles del tren que desaparecen.
En algún lugar lejos, en una tierra distante,
hay un cielo más azul y un muro florecido de rosas
o bien una palmera y un viento más cálido;
y eso es todo.
No hay nada más que la nieve sobre la rama del abeto.
No hay nada que besar con labios ardientes,
y con el tiempo todos los labios se enfrían.
Pero tú dices, hijo mío, que tu corazón es poderoso, y que vivir en vano es peor que morir.
¿Pero, qué le pides a la muerte? ¿Acaso no conoces su manto pestilente
y que no hay nada más detestable que morir por propia mano?
Debemos amar las largas horas enfermas de la vida
y los años atormentados de deseos
como amamos los breves instantes en que el desierto florece.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
DESEO
Quiero ser libre:
Por eso no me importa el noble estilo,
me subo las mangas.
La masa del poema fermenta…
Qué pena
no poder amasar catedrales…
Grandeza de formas.
Objeto tenaz del deseo.
Niño del presente:
¿no tiene tu espíritu la corteza apropiada?
Antes de morir
yo hornearé una catedral.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
EL DÍA REFRESCA…
I
El día refresca hacia la tarde…
Bebe el calor de mi mano,
mi mano y la primavera tienen la misma sangre.
Toma mi mano, mi blanco brazo,
toma el deseo de mis hombros menudos…
Sería extraño sentir
una sola noche, una noche como ésta,
el peso de tu cabeza sobre mi pecho.
II
Arrojaste la rosa roja de tu amor
en mi blanco regazo
y yo, entre mis manos ardientes, estrecho
la rosa roja de tu amor que pronto se marchitará,
¡Oh, soberano de ojos fríos!
Acepto la corona que me ofreces,
que me hace inclinar la cabeza hacia mi corazón.
III
Hoy vi a mi señor por vez primera.
Temblorosa, al instante lo reconocí.
ya siento el peso de su mano en mi brazo leve…
¿Dónde está mi sonora risa de doncella,
mi libertad de mujer de cabeza alta?
Ahora ya siento su abrazo en mi cuerpo estremecido
y ya escucho el duro sonido de la realidad
contra mis frágiles, frágiles sueños.
IV
Buscabas una flor
y encontraste un fruto.
Buscabas una fuente
y hallaste un mar.
Buscabas una mujer
y hallaste un alma:
estás decepcionado.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
AMOR
Mi alma era un traje celeste como el cielo;
lo dejé sobre una roca junto al mar
y desnuda llegué hasta ti y parecía una mujer.
Y como mujer me senté a tu mesa
y brindé con vino y aspiré el aroma de unas rosas.
Me encontraste bella y semejante a alguien que en sueños viste,
olvidé todo, olvidé mi infancia y mi patria,
sólo sabía que tus caricias me tenían cautiva.
Y tú, sonriendo, tomaste un espejo y dijiste que me mirara.
Vi que mis hombros estaban hechos de polvo y se desmoronaban,
vi que mi belleza estaba enferma y ahora sólo quería desaparecer.
Oh, aférrame entre tus brazos, tan fuertemente
que ya no necesite nada más.
Versión de Carmen Díaz de Alda
DOS POEMAS ACUÁTICOS
I
Mi vida era tan desnuda
como las grises peñas,
mi vida era tan fría
como las blancas alturas,
pero mi juventud se sentaba con ardientes mejillas
y se regocijaba: ¡ya llega el sol!
Y el sol llegaba y yo desnuda me tendía
todo el largo día sobre las grises peñas –
y entonces una fría brisa del rojo mar llegaba.
II
Entre las piedras grises
yace tu blanco cuerpo que se lamenta
de los días que vienen y se van.
Las leyendas que de niña escuchaste
sollozan en tu corazón.
Silencio sin eco,
soledad sin espejo,
el aire se torna azul por todas las fisuras.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
EL ANSIA DE LOS COLORES
Porque soy pálida amo el rojo, el amarillo y el azul,
la gran blancura es melancólica como el crepúsculo
en la nieve,
como cuando la madre de Blancanieves a la ventana se sentaba
anhelando también para sí el rojo y el negro.
El ansia de los colores es el de la sangre. Si tienes sed
de belleza
cerrar debes los ojos y mirar en tu propio corazón.
Pero la belleza teme al día y a las miradas excesivas.
Pero la belleza no soporta el ruido ni los movimientos excesivos –
no debes llevar tu corazón hasta los labios,
perturbar no debemos los nobles anillos de la soledad y del silencio, –
¿se puede hallar algo más grande que un enigma sin resolver
y con extraños rasgos?
Taciturna seré toda mi vida,
una habladora es como el gárrulo arroyo que a sí mismo se traiciona,
un árbol solitario seré yo en la llanura,
los árboles del bosque perecen de ansia después de la tormenta,
debo estar sana de pies a cabeza y tener dorados rayos en la sangre,
debo ser inocente y pura como una llama de húmedos labios.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
EL SECRETO DE EROS
Roja yo vivo. Con sangre vivo.
No he renegado de Eros.
Mis rojos labios arden sobre tu frío altar.
Te conozco. Eros –
no eres hombre ni mujer,
eres la fuerza
que se sienta agazapada en el templo,
y que se alza más salvaje que un grito,
más violenta que una piedra arrojada,
lanzando al mundo las justas palabras de la anunciación
desde las puertas del templo del Todopoderoso.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
LA ÚLTIMA FLOR DEL OTOÑO
Yo soy la última flor del otoño.
Fui mecida en la cuna del verano,
fui puesta en guardia contra el viento del norte,
rojas llamas florecieron
en mis albas mejillas.
Yo soy la última flor del otoño.
Soy la simiente más joven de la primavera difunta,
es tan fácil ser la última en morir:
he visto el lago tan mágico y azul,
he oído latir el corazón del verano difunto,
mi cáliz sólo contiene la semilla de la muerte.
Yo soy la última flor del otoño.
He visto sus profundidades estelares,
he contemplado la luz de cálidos hogares lejanos,
es tan fácil seguir la misma senda,
cerraré las puertas de la muerte.
Yo soy la última flor del otoño.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
NO CONSIGO ASIR EL CALOR DE TU VOZ…
No consigo asir el calor de tu voz,
las dulces palabras se aferran a mi oído,
tengo un lugar vacío en el pecho…
¿Qué hacer?
Mírame, estoy pálida, las mentiras me agotan,
me duele hablar, mira y óyeme,
en el macizo de flores aroma dulce el verano,
soy un árbol que destruirá la tormenta…
NOCTURNO
Noche de claro de luna pura como la plata,
olas azules de la noche,
incontables olas relucientes
se suceden una tras otra.
Las sombras caen sobre el camino,
negros gigantes guardan la playa de plata,
Los arbustos, en la orilla, dulcemente derraman sus lágrimas.
Silencio profundo en medio del verano,
sueño y ensueños.
La luna se desliza sobre el océano
blanca y delicada.
De “Poemas” (Dikter), 1916 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
DIONYSOS
Oh, Dionysos, que llegas en el carro del sol desde el espacio lejano.
La tierra afligida espera, mujer suplicante.
¡Oh, Dionysos, Dionysos!
Sobre nuestras cabezas escuchamos el fragor de tu carro.
Liberación, liberación
Cantan las riendas veloces.
¡Oh, Dionysos, Dionysos!
Yo me subo a tu carro,
Con mis manos insensatas me agarro a las ruedas.
Los insensatos son capaces de todo.
Como un rayo de sol primaveral, desciendo sobre tu carro.
Alrededor, sólo el espacio de un azul de primavera.
Cuando coros de pájaros alborozan sobre la tierra,
Pasa tu carro como la tormenta.
El espacio infinito canta la resurrección.
De “El altar de rosas” (Rosenaltaret), 1919 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
LA SOMBRA DEL FUTURO
Yo siento la sombra de la muerte.
Sé que nuestros destinos descansan apilados en la mesa de las Normas*
Sé que ni una gota de lluvia penetra en la Tierra
Que no haya sido inscrita en el libro de los tiempos eternos.
Y sé, tan cierto como que el sol se levanta,
Que no veré nunca el instante inefable en que la sombra esté en su cenit.
El futuro proyecta sobre mí su sombra bienhechora;
No es nada más que un radiante sol:
Traspasada de luz moriré.
Cuando haya pisoteado todo lo que es suerte,
Me marcharé sonriente de la vida.
*Diosas germánicas que corresponden a las Parcas latinas.
De “El altar de rosas” (Rosenaltaret), 1919 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
DÍAS DE ENFERMEDAD
Mi corazón está aprisionado en una estrecha grieta.
Mi corazón se encuentra lejos
En una isla distante.
Pájaros blancos vuelan aquí y allá
Trayendo noticias de que mi corazón vive.
Sé cómo vive:
Sobre carbón y tierra
Sobre piedras cortantes.
Estoy tendida todo el día y espero la noche,
Estoy tendida toda la noche y espero el día,
Yazgo enferma en el jardín del paraíso.
Sé que no me curaré,
Esta angustia y este abatimiento no mejorarán jamás.
Tengo fiebre como una marisma,
Transpiro dulzura como una hoja pegajosa.
Al fondo de mi jardín hay un lago soñoliento.
Yo, que amo la tierra,
No conozco nada tan bien como el agua.
En el agua caen todos mis pensamientos
-nadie los ha visto-,
Pensamientos que no osaría mostrar a nadie.
¡El agua está llena de secretos!
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
LOS ÁRBOLES DE MI INFANCIA
Los árboles de mi infancia se yerguen altos en la hierba
Y sacuden sus cabezas: ¿En qué te has convertido?
Sus troncos alineados se alzan como reproches: ¡eres
indigna de pasar ante nosotros!
Eres una niña y deberías poderlo todo,
¿por qué, entonces, estás encadenada por la enfermedad?
Te has convertido en un ser humano extraño y odioso.
Cuando eras niña, mantenías largas conversaciones con nosotros,
Tu mirada era sabia.
Pero ahora queremos decirte el secreto de tu vida:
La llave de todos los secretos se encuentra en la hierba,
En la colina de frambuesos.
Queremos golpeare en la frente, a ti que duermes;
Queremos despertarte, a ti, muerta, de tu sueño.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
REGRESO A CASA
Los árboles de mi infancia se yerguen jubilosos rodeándome: ¡oh, mujer!
Y al regreso de tierras extrañas la hierba me da la bienvenida.
Reposo la cabeza en la hierba: por fin en casa.
Ahora vuelvo la espalda a todo lo que queda tras de mí:
Mis únicos compañeros serán el bosque, la orilla y el lago.
Ahora bebo la sabiduría de las copas jugosas de los abetos,
Ahora bebo la verdad del tronco seco del abedul,
Ahora bebo la fuerza de la más pequeña brizna de hierba,
De la más tierna:
Un poderoso protector me tiende con misericordia su mano.
De “La tierra que no es” (Landet som icke är), 1925 Versión al español de Carmen Díaz de Alda
NUESTRAS HERMANAS VAN EN TRAJES MULTICOLORES…
Nuestras hermanas van en trajes multicolores,
nuestras hermanas están a la vera del agua y cantan,
nuestras hermanas están sentadas sobre piedras y aguardan,
tienen el agua y el aire en sus cestos
y los llaman flores.
Pero yo arrojo sobre una cruz mis brazos
y lloro.
Alguna vez fui dulce como una hoja verdeclara
pendiendo muy alto en el aire azul.
Y fue entonces que dos espadas en mí se atravesaron
y el vencedor me llevó a sus labios.
Tan tierna era su rudeza que no me quebré,
puso una fulgurante estrella sobre mi frente
y me abandonó estremecida por las lágrimas
en una isla llamada invierno.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
PRESENTIMIENTO
Oh tú, cuerpo mío, el más glorioso entre los gloriosos,
¿cómo sabes tú que tienes poderío?
Este brazo es lo que el siglo necesita.
El rayo está sentado en mi mano y un día habrá de fulminar,
el hombre verá su luz azul y comprenderá.
Sólo soy una más entre tantos y los otros
son más fuertes que yo,
pero yo soy el escudo que la gente ha de ver,
yo soy la esencia y el eslabón que vincula.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
PRIMERO QUISIERA ESCALAR EL CHIMBORAZO…
Primero quisiera escalar el Chimborazo
en mi propia tierra
y pararme allí sin aliento
con la corona del triunfo.
Luego quisiera escalar la montaña de la fama
a la que sonríen los dorados trigales del mundo
y pararme allí feliz
contemplando las rosas.
Y al final he de escalar la montaña del poder,
aún no conquistada,
desde donde las estrellas sonríen más dulces
bendiciéndolo todo.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
TÚ, QUE NUNCA SALISTE DE TU HUERTO…
Tú, que nunca saliste de tu huerto,
¿no has estado jamás anhelante junto a la verja
viendo por soñados senderos
fundirse la tarde en azul?
¿Y no has sentido lágrimas interiores
quemarte la lengua como un fuego vivo
al ver desaparecer un sol rojo como la sangre
por caminos que nunca habías hollado?
UN DESEO
De todo nuestro mundo soleado
sólo deseo una banca en el jardín
donde un gato se asolee…
Allí me sentaré
con una carta en mi regazo,
con una breve carta sólo.
Ése es mi sueño…
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
VIERGE MODERNE
No soy mujer. Soy un neutro.
Soy un niño, un paje y una osada decisión,
soy un rayo risueño de un sol escarlata…
Soy una red para todos los peces golosos,
soy un brindis en honor a todas las mujeres.
soy un paso hacia el azar y la ruina,
soy un salto en la libertad y en el yo…
Soy el murmullo de la sangre en el oído del hombre,
soy un escalofrío del alma, el ansia y la negación de la carne,
soy el anuncio de nuevos paraísos.
Soy una llama inquisitiva e intrépida,
soy agua, honda más audaz hasta las rodillas,
soy fuego y agua sinceramente unidos por libre decisión.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
RECUERDOS DE VERANO
Sueño con un lago de orillas vestidas de follaje,
con juncos y arena y salpicar de agua y patos,
con nenúfares y sol y helechos y brezo y abedules,
con orquídeas silvestres y humedad y valles sombríos,
con viejas lanchas y conchas y piedras,
con altas cuestas y pinos y ramas y enebros,
con hondos pantanos
cubiertos de zarzas floridas.
Tú me preguntas: ¿Es cálido tu corazón?,
¿sientes el dolor y la tristeza?
y yo respondo: Tengo alma,
pero no corazón.
Y a través de mi alma prudente
siento toda la vida,
pero un corazón que llore, un corazón que sonría,
eso no lo tengo.
Cuando el sol reluce sobre la superficie del agua
y hay demasiada luz, me pongo a pensar
en toda la luz que él irradia.
Cuando las nubes cuelgan sobre la superficie del agua
y todo es gris y se sienten ganas de llorar,
pienso en mi melancolía.
Ahora todo está oscuro y sombrío,
y la tierra espera nieve,
para que la flor, quemada por la helada,
se adormezca y muera.
Mi corazón, que arde de helada,
no tiene ni palabra ni canción,
yace mudo y escucha
la pesada marcha del mundo.
Él sabe que la canción, un día,
surgirá violentamente.
Y entonces sonrío, porque mi dolor
está condenado a morir.
De Poemas de adolescencia (1907-1909)
LA ESPERANZA
¿Cómo protegeré tu candor jadeante,
pequeña chispa de fuego celeste?,
las tormentas de la vida te apagarán
y lágrimas saladas saludarán tu muerte.
Para mí eres un puente frágil
que se alza sobre el torrente rugiente de la vida,
si te hundes, me hundo contigo,
aplastada por mi propio sueño.
De Poemas de adolescencia (1907-1909)
HE VISTO UN ÁRBOL
He visto un árbol más alto que todos los demás,
colgaban de él frutos inalcanzables;
he visto una gran iglesia: sus puertas estaban abiertas
y todos salían de ella pálidos y fuertes
y dispuestos a morir;
he visto a una mujer sonriente y pintada:
jugaba a los dados su dicha,
perdiéndola.
Había en torno a estas cosas
un círculo que nadie cruza.
De Poemas (1916)
LA VIEJA CASA
Como extraños sin corazón
ojos nuevos ven viejos tiempos…
Anhelo volver a mis viejas tumbas,
mi triste grandeza vierte amargas lágrimas
que nadie ve.
Me refugio en el suave antaño,
entre extraños que levantan ciudades nuevas
sobre colinas azules, contra el borde del cielo.
Hablo quedo con árboles cautivos
y a veces los consuelo.
Qué lentamente roe el tiempo
la esencia de las cosas.
Qué silenciosamente pisa el tiempo
con sus duros talones.
Mi alma espera libertad
en brazos de la dulce muerte.
De Poemas (1916)
DESEO
De todo nuestro soleado mundo
sólo deseo una silla en el jardín
donde un gato toma el sol…
En ella me sentaría
con una carta en el regazo,
una sola, breve, carta.
Así es mi sueño.
De Poemas (1916)
DÍAS DE OTOÑO
Los días del otoño transparecen
pintados sobre el suelo dorado del bosque…
Los días del otoño sonríen a todos.
Qué bello es adormecerse y no desear nada,
ahita de flores y hastiada de verdor,
la corona roja del vino colgando de la cabecera…
Este día otoñal ya nada anhela,
sus dedos son implacablemente fríos,
y en sus sueños ve por todas partes
blancos copos cayendo sin cesar…
De Poemas (1916)
EL LAGO DEL BOSQUE
Yo estaba sola en la soleada orilla
de un lago azul pálido del bosque,
en el cielo flotaba una nube solitaria
y en el agua una isla solitaria.
El dulzor de la canícula
de cada árbol goteó con perlas,
y en mi corazón abierto
se deslizó una gota pequeña.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
LA NOCHE ESTRELLADA
Inútil dolor,
inútil espera,
el mundo está vacío como tu risa.
Caen las estrellas –
noche fría y espléndida.
El amor sonríe en el sueño,
el amor sueña la eternidad…
Inútil temor, inútil pena,
el amor es menos que la nada,
de la mano del amor al abismo se desliza
el anillo de la eternidad.
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
ESPUMA
Bebemos la espumosa
champaña de la vida,
leves como espuma,
diáfanos,
corazones de champaña…
Ojos de champaña –
promesas te guiña el cielo.
Pies de champaña –
sigan las estrellas.
Espíritus de champaña.
¡la copa se entusiasma en su mano!
Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen
PRÓXIMO PROGRAMA JUEVES A LAS 22 HS (HORA ESPAÑOLA)

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