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285. POESÍA MÁS POESÍA: MURIEL RUKEYSE

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 PROGRAMA DE TELEVISIÓN DEDICADO A LA POETA MURIEL RUKEYSE

BIOGRAFÍA DE LA POETA MURIEL RUKEYSER

Muriel Rukeyser nació en Nueva York el 15 de diciembre de 1913, en el seno de una familia judía de clase media acomodada. Era hija de Lawrence y Myra Rukeyser. Como muchas niñas de su época, fue educada para ser esposa, ama de casa, señora respetable. Pero desde muy joven, Muriel no encajó en el molde. En vez de jugar con muñecas, prefería salir sola a recorrer las calles de la ciudad. Nueva York fue su primer gran amor, su primer poema: un hervidero de lenguas, multitudes, injusticias, utopías. Desde entonces, el afuera la llamaba con más fuerza que los salones.

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Muriel Rukeyser.

Estudió en la Ethical Culture Fieldston School y más tarde en el Vassar College. También asistió a la Universidad de Columbia. La crisis económica de su familia la obligó a abandonar los estudios y ponerse a trabajar. A los 19 años ya era periodista. Fue así como empezó su carrera: escribiendo para medios con sensibilidad social, contando historias que dolían.

 

En 1935 ganó el prestigioso Yale Younger Poets Prize con Theory of Flight, un libro de poemas que nació de sus clases de aviación. Ya desde entonces su poesía tenía algo único: un modo de mirar el mundo como si fuera un cuerpo en movimiento. Para Muriel, todo estaba relacionado: ciencia, mitología, deseo, política. La poesía no era una forma de ordenar el caos, sino de asumirlo.

En 1936, con apenas 22 años, Muriel viajó a España para cubrir la Olimpiada Popular en Barcelona, los juegos antifascistas organizados como respuesta a los Juegos Olímpicos de Hitler en Berlín. Pero nunca se inauguraron. Días antes, estalló la Guerra Civil Española. Rukeyser se encontró, de pronto, en medio de un país en llamas.

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Durante esa semana convulsa, vio morir a un atleta francés, oyó disparos, se enamoró de Otto Boch, un joven comunista alemán que lucharía por la República y moriría poco después. Muriel, testigo del horror y del heroísmo, tomó notas como si su cuerpo fuera una cámara. Su diario de esos días no narra, enumera: “pasaportes – campesina – huelga – debate – rojos – almendras – melocotones – soldados – Beeth V – radio – sangre”.

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Muriel Rukeyser en España

De aquel viaje surgieron textos dispersos, una novela que no se publicó en vida (Savage Coast) y un largo poema, Mediterráneo. Pero también nació en ella un compromiso profundo con la memoria, con la denuncia, con las vidas que no cuentan en los titulares.

Antes de España, ya había cubierto el caso Scottsboro en Alabama, donde nueve jóvenes afroamericanos eran acusados falsamente de violación. También había investigado el desastre industrial en Gauley Bridge, Virginia Occidental, donde cientos de trabajadores murieron por silicosis. Aquello dio lugar a su obra maestra: El libro de los muertos, parte de su poemario U.S.1 (1938), que narra la catástrofe con crudeza documental y una ternura feroz.

Una vida contra el silencio

A lo largo de su vida, Muriel fue perseguida por el FBI, marginada por el mundo literario, silenciada por los grandes medios. Pero jamás dejó de escribir. Fue una voz incómoda, y por eso indispensable. Su feminismo, su pacifismo, su erotismo abierto y su conciencia política la hicieron peligrosa en un país que no toleraba a las mujeres insumisas.

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Documento del FBI

Durante el macartismo, fue acusada de comunista. Sufrió ataques literarios y políticos. Encarcelada por reunirse con periodistas afroamericanos, contrajo tuberculosis en prisión. Tuvo un hijo con el pintor Glynn Collins, quien nunca lo reconoció. Ella lo crió sola, sin pareja.

Muriel también fue amante de mujeres. Su relación más duradera fue con su agente literaria, Monica McCall. Y sin embargo, nunca escribió desde una identidad cerrada. Su poesía no es confesional, es solidaria. Habla de ella, sí, pero para hablar del mundo.

Publicó una veintena de libros entre poesía, biografías, ensayo, teatro y literatura infantil. Entre ellos, The Life of Poetry (1949), donde sostuvo que la poesía debía ser útil, encarnada, una forma de acción en tiempos de crisis. En los años 60 y 70 presidió PEN América y se negó a pagar impuestos como protesta contra la guerra de Vietnam. Fue una de las primeras poetas estadounidenses en alzar su voz contra la invasión.

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Muriel Rukeyser murió el 12 de febrero de 1980, en Nueva York, a causa de un derrame cerebral. Tenía 66 años y una obra que aún late. Fue olvidada durante décadas, hasta que poetas como Adrienne Rich, Sharon Olds, Anne Sexton o Alice Walker la rescataron como faro. Sexton la llamó “madre de todas”. Y no exageraba.

Rukeyser no escribía para la posteridad. Escribía porque no podía no hacerlo. Porque cuando la historia silba, alguien tiene que registrar el temblor. Su poesía no está hecha de certezas, sino de cuerpos, preguntas, nombres, mapas, sueños, datos. Ella misma decía: “Soy una especie de cámara, que intenta no dar forma, sino captar lo que ocurre, incluso si eso es insoportable”.

Traductora de Octavio Paz, biógrafa de científicos y artistas, autora de poemas para niños y de textos que aún hoy estremecen, Muriel Rukeyser es una de esas figuras que no caben en una etiqueta. Fue más que poeta: fue testigo, puente, memoria viva. Y sobre todo, fue una mujer que hizo de su vida un poema, en llamas, sin concesiones.

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Obras

  • Theory of Flight(1935)
  • Mediterranean(1938)
  • S. 1: Poems(1938)
  • A Turning Wind: Poems(1939)
  • The Soul and Body of John Brown(1940)​
  • Wake Island(1942)
  • Beast in View(1944)
  • The Green Wave: Poems(1948)
  • Orpheus(1949)
  • Elegies(1949)
  • Selected Poems(1951)
  • Body of Waking: Poems(1958)
  • Waterlily Fire: Poems 1935-1962(1962)
  • The Outer Banks(1967)
  • The Speed of Darkness: Poems(1968)
  • 29 Poems(1972)
  • Breaking Open: New Poems(1973)
  • The Gates: Poems(1976)

Ficción

  • Savage Coast : A Novel(2013)

Teatro

  • The Middle of the Air(1945)
  • The Colors of the Day: A Celebration of the Vassar Centennial(1961)
  • Houdini(1973)

Libros infantiles

  • Come Back, Paul(1955)
  • I Go Out(1961)
  • Bubbles(1967)
  • Mazes(1970)
  • More Night(1981).

No ficción

  • Willard Gibbs: American Genius, biografía (1942)
  • One Life, biografía (1957)
  • The Orgy: An Irish Journey of Passion and Transformation, memorias (1965)
  • The Traces of Thomas Hariot, biografía (1971)
  • The Life of Poetry, crítica literaria (1996)

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BIBLIOGRAFÍA Y PÁGINAS WEB CONSULTADAS:

cuaderno-de-poesia-critica-085-muriel-rukeyser.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Muriel_Rukeyser

https://ultramarinoseditorial.com/portfolio-items/2110/

https://www.elindependientedegranada.es/politica/muriel-rukeyser-persecucion-fbi-1936

http://laestrellaasesinadepeterpan.blogspot.com/2020/02/poemas-de-muriel-rukeyser.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Muriel_Rukeyser

Tres poemas de Muriel Rukeyser

Muriel Rukeyser: «Algo rompiéndose dentro» (poesía)


Entre los poetas míos… Muriel Rukeyser · Cuaderno no. 85 de Poesía Crítica.
Teoría del vuelo. 1935 – Ganó el Yale Younger Poets Award
EE.UU. 1: Poems. 1938.
Un viento de giro: Poems. 1939.
Bestia en Vista. 1944.
La Ola Verde: Poems. Garden City, NY: Doubleday, 1948.
Elegías. 1949.
Poemas Seleccionados. 1951.
Cuerpo de despertar: Poems. Nueva York: Harper, 1958.
Nenúfar Fuego: Poems 1935-1962. Nueva York: Macmillan, 1962.
Los Outer Banks .. Santa Barbara CA: Unicorn, 1967.
La velocidad de la oscuridad: Poems. NY: Random House, 1968.
29 poemas. 1972.
Fractura abierta: New Poems. 1973.
Las Puertas: Poems. NY: McGraw-Hill, 1976.
Otra información en Internet:
El País: La guerra civil con letra de mujer extranjera.
Antología de la poesía norteamericana (UNAM)
Muriel Rukeyser en Wikipedia
Hasta donde llega la voz: Muriel Rukeyser
E-Centro: Información sobre Muriel Rukeyser

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SELECCIÓN DE POEMAS DE MURIEL RUKYSER

MÚSICA NOCTURNA

Ascienden los días y las estrellas surcan
y mi cama salvaje gira lentamente entre los astros.

 

ESTA MAÑANA

Despierto esta mañana,
una mujer violenta en el violento día,
riendo.
Más allá de la frontera de la memoria,
a lo largo del largo cuerpo de esta vida
en que se estremecen tu niñez, tu juventud, la historia toda de tu tacto
—ojos, labios, pecho, barriga, sexo y piernas, ondulándose, sinuosas, bajo las sábanas.
Veo más allá de la tímida plantita,
en su tiesto a la orilla de la ventana
abierta a la ciudad, a las altas torres apiladas como libros
en el desvarío de la codicia, al río que fluye corroído y brillante,
al intrincado puerto y al mar, las guerras, la luna, los planetas
todos los que poblamos el espacio
bajo un sol invisible / visible.
Violetas africanas bajo la luz
respirando, tímidas, bajo el hálito del universo. Quiero la potente paz, sus delicias,
la silvestre bondad.
Quiero escribir los poemas de mi tacto:
encontrar mi mañana, descubrir tu vida toda
ondulándose, sinuosa, entre los intocables.
Te digo, a través de las ondas del viento:
hoy, una vez más
trataré de ser no-violenta,
un día más
esta mañana, despertando a un mundo aparte
del violento día.

 

ALGO ROMPIÉNDOSE DENTRO

(Fragmentos)

Finaliza la hora estival.
Mariposas de oscuras alas rojas sobre el río.
Mariposas de oscuras alas naranja en la ciudad.
Los jóvenes marchan a la guerra
o lejos de la guerra, van a las prisiones, a otras tierras—
a las frías montañas, a la fuente del río, yo también voy,
al fondo de esta celda, de esta oscura prisión.
*
Un sueño recordado sólo en otros sueños.
La voz dice:
Todos ustedes, temidos en la infancia,
pasarán a través de tormentas de luz;
Todos ustedes, temidos como una niña,
caerán y caerán en avalancha—
El temor y el sueño del amor harán
lo que el tiempo y los hombres erigirán,
las danzas y los hechos de las mujeres también.
En ustedes se convertirán. Tu propio rostro
baila a través de la noche y el día,
y conduce a tu cuerpo
a la danza del cuerpo mismo, de sus misterios.
Respóndeme. Danza conmigo.
*
Voy a prisión. Eco del golpe de la puerta de acero.
Es mi elección. Pero la puerta de acero golpea.
La introversión de este acto y su eco
deviene en su esencia, más allá de la conclusión de su efecto,
hasta que es algo así
como la escritura de un poema en mi silenciosa celda.

*
QUEMANDO LOS SUEÑOS

Una mañana primaveral de tierna madera, verde madera
no arderá, pero el sueño arderá.
Mis manos están cubiertas de ceniza.
Temen
y destruirán, por tanto, lo más cercano.
*

EL HOMBRE RACIONAL

El contador de Auschwitz.
Los científicos torturando genitales masculinos.
Los científicos, sesudos, torturando genitales femeninos.
La niña de 3 años, ¿qué le ha hecho a su gatito?
El collar de cuero para ahorcar a un hombre en su sillón.
La bomba expansiva con esquirlas para devastar cerebros.
El conducto plástico a través del espléndido pene de un joven.
Recién nacidos en llamas. La inserción de la bayoneta.
Una infección de reptiles muertos en las vivas entrañas de las niñas.
No sabíamos que éramos dementes.
No sabemos que somos dementes.
Se los decimos a otros: estás demente.
Todo lo que puedas imaginar
—con drogas criminalizadas, o calmo y joven
con una fiebre de 45 grados, o sobre tus rodillas,
con el mundo de Hanoi bombardeado,
con el niño desmembrado de Bach Mai,
con los hijos del hombre desgarrados por el hombre—
todo lo que puedas imaginar
el hombre racional lo ha hecho.
Piedad, Señor.      Para todas las criaturas vivas.
*
En el surtidor de los espejos
un cuerpo y un rostro informes
Medianía: media vía
de una noche que no volverá
Lo informe toda la noche
esforzándose por la forma
*
algo sobre el deseo
algo sobre el homicidio
algo sobre mi muerte
algo sobre locura
algo sobre la luz
algo rompiéndose dentro
cántame hasta el sueño y alba
mis sueños están despertando
*
En la noche
camino de una celda a otra de este mundo
Me muevo al tacto
y entonces algo me dice
deja que la ciudad rebose
el sueño de tu amante
Deja que la noche vierta
todos sus significados
Deja que las imágenes fluyan:
la luz está soñando

 

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EL POEMA COMO MÁSCARA

Orfeo

Cuando escribí de las mujeres en frenesí en sus danzas, fue una máscara,
en su montaña, a la caza del oro, cantando, en orgía,
fue una máscara; cuando escribí del dios,
fragmentado, exiliado de sí, su vida, el amor perdido con el canto,
era yo misma, quebrada, sin habla, exiliada de mí.
No hay montaña, no hay dios, sólo la memoria
de mi vida torcida, yo quebrada en sueño, la niña
salvada a mi lado, entre doctores, y una palabra
salvadora desde los grandes ojos.
¡No más máscaras! ¡No más mitologías!
Ahora, por vez primera, el dios alza su mano,
los fragmentos se unen en mí con su propia música.

LA CONJUGACIÓN DEL PARAMECIO

Esto no tiene
nada que ver con
propagarse
La especie
se perpetúa
como tantas otras
(entre las pequeñas criaturas)
por fisión
(y esta especie
es muy pequeña
la que sigue a la ameba
la primera)
El paramecio
consigue, entonces,
la inmortalidad
dividiéndose
Pero cuando
el paramecio
desea renovar
fuerzas otro placer
esto es lo que hace
el paramecio:
El paramecio
se tiende al lado
de otro
paramecio
Suave inexplicable
el intercambio
tiene lugar
en el cual
un poco
del núcleo de uno
es intercambiado
por un poco
del núcleo
del otro
Esto se llama
la conjugación del paramecio.

DOBLE DIÁLOGO

Homenaje a Robert Frost

Con dolor dijo: “La última noche de su vida
Mi hijo y yo en la cocina: A la una y media
Dijo: ʻHe fracasado como esposo. Ahora mi esposa
Está enferma de nuevo y sufreʼ. A las dos
Dijo: ʻHe fracasado como granjero, a causa de que
ni la lluvia ni el sol están ahíʼ.
A las tres: ʻHe fracasado como poeta
Que nunca, ni una vez, encontró quien le escuchara.
No hay sentido en mi vidaʼ. Entonces me escuchó.
Le discutí punto a punto. Parecía haber ganado. Y gané.
Y cuando terminé me habló una vez más:
ʻIncluso en mis argumentos, padre, he fracasadoʼ.
Se fue y se dio un tiro. Ahora dime:
¿Debí dejarle ganar, entonces? ¿Me equivoqué?”
Para responder por la tierra, por el amor, por el canto
Discutir la vida aun al precio de tu vida.

 

ABSALÓN

Fui la primera en descubrir lo que estaba matando a estos hombres.
Yo tenía tres hijos que trabajaban con su padre en el túnel: Cecil, de 23 años, Owen, de 21, Shirley, de 17.
Trabajaban en una mina de carbón, no de continuo
pues las minas no funcionaban gran parte del tiempo.
Un capataz de la eléctrica se enteró de que hacíamos cerveza casera,
tomó la costumbre de pasarse por las tardes a beber, convenciendo a los chicos y a mi marido
que dejaran su trabajo y dedicarse a este otro.
Les iba a ir mejor.
Shirley era el menor de mis hijos; el chico. Él se metió en el túnel.

Mi corazón mi madre mi corazón mi madre
Mi corazón mi llegada al ser

Mi marido no está bien para trabajar.
Lo tiene, según el médico.
Lo hemos pasado muy mal para salir adelante desde que este problema se nos echó encima.
He visto el polvo en el fondo de la bañera.

El chico trabajó allí unos dieciocho meses,
llegó a casa una tarde casi sin aliento.
Me dijo, “Madre, no puedo respirar”.
Shirley estuvo enfermo como tres meses.
Lo llevaba de la cama a la mesa,
de la cama al porche, en mis brazos.

Mi corazón es mío en el lugar de los corazones,
me devolvieron mi corazón, está en mí.
Cuando cayeron enfermos, justo al principio, fui a ver a un médico.
Intenté que el Dr. Harless radiografiase a los chicos.
Era el único hombre en el que confiaba,
el médico de empresa en la mina de Kopper,
pero no quiso ver a Shirley.
No sabía de dónde le llegaba el dinero.
Le prometí la mitad si quería trabajar por la indemnización.
pero ni aun así quiso hacer nada.
Me eché a la calle y mendigué el dinero de las radiografías,
el hospital de Charleston hizo las placas de los pulmones,
y se hizo cargo del caso cuando las placas estuvieron listas.
Y dos o tres médicos dijeron lo mismo.
El menor de los chicos no consiguió bajar allí conmigo,
se quedó tumbado y dijo: “Madre, cuando me muera,
“quiero que les obligues a abrirme y
“ver si ese polvo me mató.”
“Intenta sacar una indemnización,
“no tendrás nada para ganarte la vida
“cuando nos vayamos,
y los demás se van a ir también”.

He adquirido dominio sobre mi corazón
He adquirido dominio sobre mis dos manos
He adquirido dominio sobre las aguas
He adquirido dominio sobre el río.

El caso de mi hijo fue el primero de la serie de pleitos.
Pusieron a los abogados a ello y los médicos a ello;
cerraron los enchufes en los campamentos.
Estaban Shirley y Cecil, Jeffrey y Owen,
Raymond Johnson, Clev y Oscar Anders,
Frank Lynch, Henry Palf, el Sr. Pitch, un capataz;
un tipo Delgado que cargaba acero con mis chicos,
se llamaba Darnell, me parece. Había muchos más,
los pueblos de Glen Ferris, Alloy, donde está la roca blanca,
a seis millas; Vanetta, Gauley Gridge,
Gamoca, Lockwood, los barrancos,
el valle entero es testigo.
Hago dieciocho millas en auto-stop, emiten los cheques.
Me preguntaron cómo mantengo a la vaca con 2 dólares.
Les dije; una semana, comida para la vaca, la otra, harina para
los chicos.
El hijo mayor tenía veintitrés años.
El siguiente tenía veintiuno.
El menor tenía dieciocho.

Lo llamaron neumonía al principio.
Lo pronunciaban fiebre.
Shirley pidió que lo averiguáramos.
Así es como se enteraron de cuál era el problema.

Abro un camino, han cubierto mi cielo con cristal
Salgo delante de día, nazco por segunda vez.
Me abro camino a la fuerza, y conozco la verja
Viajaré por la tierra entre los vivos.

No lo disminuirán, nunca.
Le daré una boca a mi hijo.

Traducción: Olga Cambasani.

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ARTHUR PEYTON

Consumido. Carcomido. Y el amor allá enfrente.
Recibí una carta esta mañana
De nuestra consideración: …con sumo placer… adjuntamos
un cheque…
a su nombre, por 21,59 dólares,
es la mitad de los restos que
pudimos cobrar para usted
en la causa judicial de referencia.
Con el cierre de los distintos juicios,
después de reunir todo lo que pudimos,
este es el saldo que le queda.
Lo saludamos, así, muy cordial
y atentamente.

Después de reunir
el polvo el fracaso el cuerpo de ingenieros
Oh amor consumido carcomido reía el capataz
mojaban los taladros cuando llegaban los inspectores
la luna sopla vidriosa sobre nuestro río natal.

Oh amor, contale a la comisión lo que yo sé:
nunca vuelvas a decir que querías casarte conmigo.
En las minas, los extractores son enormes (2.000 hombres,
ninguna máscara)
antes de su veredicto los doctores me preguntaron cuánto tiempo sí, Doctor, dígame ¿cuánto tiempo?
Pero nunca vuelvas a decirme que querés casarte conmigo.
Te miro cómo cerca de las lápidas todo el día
seguís una hilera de nubes la danza de los taladros,
amor, y las aves en el cielo coronando los árboles
las colinas blancas tan blancas elevándose sobre la ciudad
–culpo de desidia a todas las empresas involucradas–
dos años Oh amor dos años dijo él que ofrendó.
El espiral del río en la casa impecable
la fachada bancaria de mármol de la licorería
yo vi cómo empujaban a los negros con los mangos de los picos
en esos otros trabajos a mí no me asignaban a los túneles.

Entre nosotros, amor
los micros en la puerta
la larga calle de vidrio dos años, mi muerte a la tuya
mi muerte en tus labios
mi rostro que se hace de vidrio
curtido pétreo el tiempo me hace triunfar inmortal
el amor un espejo de nuestro valle
nuestra calle nuestro río un vidrio que mata.
Ahora me meten en un horno de fundición de acero
Oh amor la corriente del vidrio una corriente de fuego vivo.

Versión: Daniela Camozzi 
Fuente: Blogsopt Hasta donde llega la voz

 

BALADA DE NARANJA Y UVA

Cuando uno acaba su trabajo
y ha hecho su faena
y ha leído su lectura
y ha escrito lo suyo
uno baja a la calle y va al puesto de hot-dogs,
a una cuadra de aquí en la otra acera.
Una tarde sofocante en el Harlem del Este en el siglo veinte.

Muchas de las ventanas tienen cartones,
salen unas ratas de un saco
y con la cola de fuera, en un puerco garaje,
un largo Cadillac brillante;
junto a la puerta de vidrio de la clínica para drogadictos
un hombre que quisiera quebrarte el espinazo.
Pero también hay una mujer morena con una niña de vestidito rosado.

Salchichas salchichas crepitan en la plancha
donde se inclina el vendedor de hot-dogs
nada en el mostrador
más que los dos aparatos de siempre,
el de jugo de uvas, vacío, y el de jugo de naranja, vacío,
y entre los dos aparatos yo me enfrento con él.

Se acerca un muchacho negro, mira los hot-dogs, y sigue su camino.
Yo observo al hombre que está vertiendo
en la forma acostumbrada
morado encendido donde dice NARANJA anaranjado
donde dice UVA,
el jugo de uva en el aparato que dice NARANJA
el jugo de naranja en el de UVA.
Sólo la palabra grandota y clara, inconfundible, en cada aparato.
Yo le pregunto: ¿Cómo podemos seguir leyendo y encontrarle sentido a lo que leemos?
—¿Cómo pueden ellos escribir y creer en lo que escriben,
los jóvenes de la acera de enfrente,
mientras tú echas uva en NARANJA
y naranja donde dice UVA?—
(¿Cómo vamos nosotros a creer lo que leemos y escribimos y oímos y decimos y hacemos?)

Él mira a los dos aparatos y sonríe
y se encoje de hombros y sonríe y echa más.
Podría ser violencia y no violencia
podría ser blanco y negro hombre y mujer
podría ser guerra y paz o cualquier
sistema binario, amor y odio, amigo, enemigo.
Sí y no, ser y no ser, lo que hacemos y lo que no hacemos.

En una esquina del Harlem del Este
basura, lectura, una amplia sonrisa, estupro,
olvido, una calle caliente de crimen,
miseria, esperanza marchita,
un hombre sigue echando uva en NARANJA
y naranja donde dice UVA,
echando naranja en UVA y uva en NARANJA para siempre.

 
Fuente. Antología de la poesía norteamericana. Caracas, 2007.

 

BLUES DE GEORGE ROBINSON

Gauley Bridge es un buen pueblo para los negros, nos dejan quedarnos por ahí, nos dejan que charlemos
en alguna vereda, aunque seamos negros o mulatos.
Cuesta respirar en esta altura, se respira despacio
después de haber remado en el río,
y las tumbas están en la cima, y el viento de la primavera
es frío, las tumbas están allá arriba, y el pueblo abajo.

¿Alguna vez enterraste los cuerpos de treinta y cinco hombres
en el fondo de tu casa, los cuerpos
de treinta y cinco mineros que ningún médico
quiso atender, que murieron en sus obradores,
sepultados bajo rocas, en todos lados, en un mundo sin fin?

Cuando un hombre decía sentirse mal,
sentirse débil,
y ya no podía seguir trabajando,
el capataz y la empresa lo echaban sin dudarlo.

Yo los saqué
de sus obradores junto a las minas
yo los llevé al cementerio allá arriba,
había latas, latas por todos lados.

 
Fuente: blogspot La felicidad ajena

muriel Rukeyser - Poesia Online

CARTA AL FRENTE

Las mujeres y los poetas ven llegar la verdad.
Entonces se ponen en escena,
las vidas se pierden, y todos los repartidores de periódicos gritan.

Horror de ciudades sigue, y el laberinto
del pacto y el dolor.
El débil grito Derrota sea mi creencia.

Todos los hombres fuertes malheridos
llevan la dura ropa de la guerra,
intentan recordar por qué están luchando.

Pero en oscuros, llorosos, desamparados momentos de paz
las mujeres y los poetas creen y se resisten siempre:
el inventor ciego encuentra el río subterráneo.

 
Fuente: Sentir los mundos. Poetas en lengua inglesa.2001

CITACIÓN DE HORACE GREGORY

Estos son nuestros bravos, estos con las manos en el trabajo,
sacando a martillazos belleza de la piedra penosa,
volviendo sus graves cabezas apasionadamente,
descubriendo
verdad y solos y a diario sutilmente asesinados
y a diario nacidos.
Gira
un sistema medio, mundo sobre mundo, talludos fuegos
y reguladas galaxias tras la cabeza chata,
tras el cráneo inmortal, fiando eternidad
en la sangre y los símbolos del vivir.

La voz de bronce habla en la calle:
Huelga, huelga.
Los nerviosos dedos siguen laboriosamente
extrayendo conciencias, examinando, haciendo.
Surgen a un mundo de cartelones de Chesterfields,
de guiños de cadera de Mae West y de proezas de Tarzán,
las diminutas,
picoteadoras y despreciables mentes.

Aquí, señores; aquí está nuestra galería de poetas:
Jeffers,
un largo y trágico retumbar de tambor batiendo cólera,
asqueado de un catapulteante mundo de pesadilla.
Eliot, quien nos condujo al precipicio
con sutileza y perfección; ya allí, cogió una actitud
rígida y avejentada en el penúltimo paso,
el meditabundo MacLeish, que dobló la cabeza
sintiendo el peso de los vivos; doblóse, pero volteó
la grave importante faz hacia los muertos.

Y a vuestra izquierda, señoras y señores: poetas.
Jóvenes poetas y creadores, resuelven vuestra angustia; ved al valiente sin medallas que osa moldear su mente
impresa con dignidad a las máquinas del cambio.
Toda una procesión de poetas añade un pie sonante a la implacable línea métrica; los grandes y no traicionados después de la luz del sol y del desvanecente amarillo;
después de los labios mordidos con pasión y
suave; después de las muertes; debajo,
pisos de baile de fiesta; giramos, giramos;
estas bravuras son permanentes.
Estos presentes irradian en nuestras vidas, clarificando, reveladas.
Muy jóvenes estamos para mirar nuestros entierros
en pantomima cada noche ante incómodas camas,
muy cerca de comienzos para esta hesitación obliterada en muerte o carnaval.
Honda en el tiempo, extiéndese la impersonal escala;
ya establecidas barricadas quedarán;
antes de morir estos valientes han echado mano
a rica belleza particular para sus herederos.

Fuente: Antología de la poesía norteamericana

CÓMO LO HICIMOS

Todos viajamos hasta ese gran salón,
algunos desde muy lejos
sonreímos a algunos que conocíamos
no estábamos cuando hablamos muy de acuerdo
nuestros corazones latían apresurados pensando en la mañana cuando caminaríamos por la ruta.
Hablamos. Muy noche. En desacuerdo.
Sabíamos que subiríamos la escalinata del Senado.
Sabíamos que haríamos nuestro reclamo,
que exigiríamos: sean fuertes ahora: acaben la guerra.
¿Cómo lo haríamos? ¿Qué pediríamos?
“Seremos amonestados,” dijo uno, “Nos amonestarán y nos
llevarán.”
“Podemos hablar y largarnos.”
“Podemos acostarnos en el suelo como en señal de duelo.”
“Podemos acostarnos en el suelo como una forma de hablar,
hablando de todos los muertos en Asia.”
Entonces Eqbal dijo: “Nosotros no somos en este momento
un grupo revolucionario, somos un grupo
de protesta. Que algunos pues
puedan largarse, otros se queden quietos hasta que quieran irse, otros se acuesten y otros sean arrestados. Algunos de nosotros. Cada uno haga lo que prefiera en ese momento
mañana.” El semblante oscuro de Eqbal.
Habló un doctor, de las amistades hechas en la cárcel.
Nos mirábamos a los ojos
y fuimos a nuestros cuartos, a dormir,
esperando la mañana.

 Fuente: Antología de la poesía norteamericana.Caracas, 2007.

DESTRUCCIÓN DE LA PENA

Hoy le pedí a Aileen
en la Biblioteca Fílmica que me ayudara a encontrar
aquellas gemelitas de un lejano verano.
Aileen, ¿quiénes eran?
Yo tenía siete años, el circo del león
lo habían levantado en aquel arenal con espadañas
cerca del mar, detrás del Garage Tackaposha.
La antigua tierra de los indios Waramaugs.
Ahora allí hay un hotel de verano.

El primer día de aquel circo es un embeleso todavía.
Yo me quedé. Esa noche
me llegó a traer la policía.
Fácil de hallar, detrás
de las pacas de heno, con el domador de César,
los payasos, y las gemelitas.
Mi padre y mi madre me perdonaron, porque les encantaban
los circos, la ópera, los carnavales, Nueva York, las
canciones populares.

Todo el día, aquel verano, todo julio y agosto,
yo estaba detrás de las tiendas con las gemelas,
con César el león mi amigo,
¿Sabes cómo se llamaban, Aileen?
Las muchachas figuraron en las viejas películas.
A fines de agosto, César despedazó al hombre la mano derecha.

Yo quisiera recordar los nombres de las gemelas.
Se veía que tarde o temprano él iba a quedar sin mano.
El olor del mar, heno,
tufo del regio animal, pólvora.
“Sí, destruyeron a César.” Se me dijo esa noche.
Esas gemelas después fueron artistas de cine.
Nosotros los que estuvimos juntos aquel verano—
Joe se suicidó, a Tommy lo vi
poco antes de la guerra; ¿Henry qué se hizo?
Helena trabaja en bienes raíces —y las gemelas—
¿me podrías decir cómo se llamaban, Aileen?

 
Fuente: Antología de la poesía norteamericana

DONDE SEA

Donde sea
que vayamos quedará
nuestra obra

Donde sea
que nos manifestemos
quedará nuestra siembra

Escribe poemas
planta semillas
alimenta al bebé que crece
construye una casa

Enfrentemos al enemigo
con el alimento y la semilla

Donde sea
que vaya quedará mi obra

 Versión de Daniela Camozzi, en “La reconstrucción del deseo”

ELEGÍA EN GOZO

Contamos principios: para la piel y la respuesta,
o la mirada, el lago en el ojo que conoce,
para la desesperación que corre por los más anchos ríos,
nube de casa; y también el árbol verde de la gracia,
todo en la hoja, en el amor que nos da a nosotros mismos.

La palabra de alimento pasa por las mujeres,
soldados y huertos enraizados en constelaciones,
torres blancas, ojos de niños:
que en tiempos de guerra dicen ¿Qué daremos de comer?
No puedo decir el fin.

Alentá principios, alentemos principios.
No todas las cosas son benditas, pero sí
son benditas las semillas de todas las cosas.
La bendición está en la semilla.

Este momento, esta semilla, esta ola del mar, esta mirada, este instante de amor.
Años sobre guerras y un imaginarse la paz. O el viaje de expiación hacia la paz que es tantos deseos que arden juntos,
vida pura y fiera, la casa donde tantos habitan.
Amor que nos da a nosotros mismos, en el mundo por todos
conocido
nuevas técnicas para curar las heridas,
y el desconocido mundo. Una vida, o las estrellas navegantes

(fragmento)

(Traducción de G. A. Chaves, 2011. Original aquí.) 
http://circulodepoesia.com/2012/07/un-poema-de-muriel-rukeyser/

 

EL POEMA COMO MÁSCARA

Orfeo

Cuando escribí sobre las mujeres en sus bailes y salvajismo, era
una máscara,
en su montaña, buscando oro, cantando, en orgías,
era una máscara; cuando escribí del dios,
fragmentado, exiliado de sí mismo, de su vida, el amor ido a pique
con canciones,
era yo misma, partida al medio, incapaz de hablar, exiliada de mí
misma.

No hay montaña, no hay dios, hay memoria
de mi vida desgarrada, abierta al medio en el sueño, el niño
rescatado
a mi lado entre doctores, y una palabra
de rescate de los grandes ojos.

¡No más máscaras! ¡No más mitologías!

Ahora, por primera vez, el dios levanta su mano,
los fragmentos se juntan en mí con su propia música.
Versión de Tom Maver Fuente: Hasta donde llega la voz.blogspot

EN NUESTRO TIEMPO
En nuestros días dicen que hay libertad de expresión.
Dicen que no hay castigo para los poetas,
no hay castigo por escribir poemas.
Esto es lo que dicen. Este es el castigo.

 
Fuente: Jorge Ordaz: Casas abiertas (10 poetas estadounidenses del siglo XX

 

ESPIRALES Y FUGAS

Espirales y fugas, el poder como música casi
que da a todos los mundos significado
y significado a la materia, todo el tiempo,
y trae el movimiento sagrado,
espirales y fugas su vida,
para que mi vida vaya hacia la tuya,
y todas las mujeres y los hombres y los chicos en su luz,
la piedrita en el medio de la ruta, sus venas y
paciencia,
impulsando las constelaciones de todas las cosas.

 
Fuente: La reconstrucción del deseo.wordpress.com 
Del libro The Speed of Darkness (1968)

ESTA MAÑANA

Despierto esta mañana,
una mujer violenta en el violento día, riendo.

Más allá de la frontera de la memoria,
a lo largo del largo cuerpo de esta vida
en que se estremecen tu niñez, tu juventud, la historia toda
de tu tacto
—ojos, labios, pecho, barriga, sexo y piernas,
ondulándose, sinuosas, bajo las sábanas.

Veo más allá de la tímida plantita,
en su tiesto a la orilla de la ventana
abierta a la ciudad, a las altas torres apiladas como libros
en el desvarío de la codicia, al río que fluye corroído y brillante,
al intrincado puerto y al mar, las guerras, la luna, los planetas
todos los que poblamos el espacio
bajo un sol invisible / visible.

Violetas africanas bajo la luz
respirando, tímidas, bajo el hálito del universo. Quiero la potente paz, sus delicias,
la silvestre bondad.
Quiero escribir los poemas de mi tacto:
encontrar mi mañana, descubrir tu vida toda
ondulándose, sinuosa, entre los intocables.

Te digo, a través de las ondas del viento: hoy, una vez más
trataré de ser no-violenta,
un día más
esta mañana, despertando a un mundo aparte
del violento día.

 
Traduc. de Jorge Ávalos

 

INTENTO DE DISCURSO ENTRE DOS PERSONAS

Háblame. Dame la mano. ¿Qué eres ahora?
Te lo contaré todo. No ocultaré nada.
Cuando tenía tres años, un niñito leyó un cuento sobre un conejo que moría, en el cuento, y yo me arrastré bajo una silla –
un conejo rosa – era mi cumpleaños, y un cirio
me hizo una llaga en el dedo, y me ordenaron ser feliz.

Oh, aprende a conocerme. No soy feliz. Te seré franca:
En este momento pienso en velas blancas frente a un cielo
como música,
como alegres cuernos que suenan, y en pájaros que vuelan,
y un brazo que me rodea.
Hubo uno al que amé, que deseaba vivir, navegando.

Háblame. Dame la mano. ¿Qué eres ahora?
Cuando tenía nueve años, era afeminadamente sensiblero,
voluble y mi tía viuda tocaba Chopin,
y yo inclinaba la cabeza hacia las molduras pintadas, y lloraba.
Ahora quiero estar cerca de ti. Enlazaría
los minutos de mis días estrechamente, de alguna manera,
a tus días.

No soy feliz. Te seré franca.
Me gustaban las lámparas en las esquinas del anochecer,
y los poemas serenos.
En mi vida ha existido el miedo. A veces le doy vueltas a esa tragedia que fue su vida realmente.

Dame la mano. Primero mi mente en tu mano. ¿Qué eres ahora?
Cuando tenía catorce años, soñaba con el suicidio,
y me subí a una ventana alta, al caer el sol, con la esperanza
puesta en la muerte
si la luz no hubiera fundido las nubes y las llanuras
convirtiéndolas en belleza,
si la luz no hubiera transformado aquel día, habría saltado.
Soy infeliz. Estoy solo. Háblame.

Te seré franca. Creo que él jamás me amó:
amaba las playas luminosas, los pequeños bordes de espuma
que surcan las pequeñas olas, amaba los giros de las gaviotas:
me dijo con voz alegre: te amo. Aprende a conocerme.

¿Qué eres ahora? Si pudiéramos acariciarnos el uno al otro,
si nuestras separadas entidades pudieran abarcarse,
apretarse como un rompecabezas chino… ayer
estuve en una calle abarrotada de gente,
y nadie pronunció una palabra, y la mañana brillaba.
Todo el mundo en silencio, moviéndose… Dame la mano.
Háblame.

 
De: Selected Poems, 2004) Traducción, A. Catalán

JUANITA TINSLEY

Después de las cartas, quedan el trabajo,
los abrigos, la comida, los zapatos,
y la presurosa oscuridad de la tarde

que en el cristal de la ventana dibuja
mi rostro, el pelo ensombrecido,
y difumina los papeles dispersos.

¡La lentitud de las cartas! Siempre,
dijo el forastero, procuraré
“vivir con entereza, en libertad.”

Sé que en mi país se entonan canciones,
baladas desmemoriadas, pero acá,
en mi pueblo, contemplo la injusticia.

Cuando veo mi hogar, el despreocupado
desfiladero, las ilustraciones de los libros,
surge el rostro del General Wise, envejecido

por la acción de sus enemigos, como los rostros
que me mostró el forastero en el pueblo.
Lo vi con claridad, y pude ver mi lugar.

Por delante queda la esperanza: allí están abril
y el mes siguiente, que traerá la brisa más suave
y quizás entonces descansen en su tierra,
y quizás entonces sean la canción dichosa, y el amor,
un muchacho alto que nunca estuvo en un túnel.

 
De: El libro de los muertos (1938). Fuente: La felicidad ajena

 

LA ENFERMEDAD

Esta es una enfermedad pulmonar. Partículas de sílice la ocasionan.
Polvo que causa el crecimiento de

Esta es la imagen de rayos X tomada el pasado mes de abril.
Me gustaría señalar: estas son las costillas;
esta es la región del esternón;
este es el corazón (una gran sombra blanca llena de sangre).
Aquí, por supuesto, está el tubo digestivo, el esófago.
La tráquea. Los espacios entre los pulmones.

¿Entre las costillas?

Entre las costillas. Estos son los huesos del cuello.
Ahora, el moteado en este pulmón, comenzando, en estas áreas.
Se diría que una tormenta de nieve alcanzó los pulmones
del hombre.
De forma similar, ese lado y este otro, arriba y abajo.
La primera etapa de este período en este caso.

Revisemos la segunda.

Venga de nuevo a la ventana. Aquí está el corazón.
Numerosos nódulos, más gruesos, vea, en los lóbulos superiores.
Usted se dará cuenta del aumento: aquí, tejido manchado fibroso.

¿Indicando?

Eso indica el progreso en un lapso de diez meses.
Y ahora, este año −respiración entrecortada, cicatrices sólidas
aun sobre las costillas, gruesas en ambos lados.
Los vasos sanguíneos cerrados. Conglomerado modelo.

¿En qué etapa?

Tercera etapa. Cada vez que pongo la punta del lápiz:
Ahí y ahí y ahí, ahí, ahí.

“Es peor cada día. Por la noche
“me levanto a recuperar el aliento. Si me quedara
“de espaldas creo que moriría”.

¿Poco a poco se ahogan las células en los pulmones?
Trato de decirlo lo mejor que puedo.
Eso es lo que pasa, ¿no?
¿Una asfixia en las células?
Sí.
Hay dificultad para respirar.
Sí.
¿Y una tos dolorosa?
Sí.

¿La silicosis causa la muerte?

Sí, señor.

 
De: El libro de los muertos (1938),

 

LETTER TO THE FRONT

VII
Ser judío o judía en el siglo veinte
es que te ofrezcan un regalo. Si lo rechazás,
queriendo ser invisible, elegís
una muerte de espíritu, la piedra de la locura.
Aceptándolo, tomás toda la vida entera. Todas las agonías:
tu noche en la laberíntica sangre profunda
de aquellos que resisten, fracasan y resisten; y Dios
reducido a ser un rehén entre rehenes.

Te regalan el tormento. No sólo la permanente
tortura, el aislamiento; o la tortura de la carne.
Eso puede ser también. Sino el deseo de aceptar,
el entero y fértil espíritu como garantía
para cada libertad humana, sufriendo por ser libre,
atreviéndose a vivir para lo imposible.

Versión de Tom Maver Fuente: Blogspot Hasta donde llega la voz

 

MITO

Mucho tiempo después, Edipo, viejo y ciego, iba por los caminos.
Percibió un olor familiar. Era
la Esfinge. Edipo le habló: “Quiero hacerte una pregunta.
Por qué no reconocí a mi madre?” “Diste
la respuesta incorrecta”, respondió la Esfinge. “Era
la única respuesta acertada”, contestó Edipo. “No”,
repuso ella.
“Cuando te pregunté qué es lo que camina en cuatro patas
por la mañana, dos al mediodía y tres al ocaso, contestaste
el Hombre. No dijiste nada de la Mujer”.
“Cuando se dice Hombre”, contestó Edipo, “está incluida
la Mujer. Todos los saben”.
La Esfinge repuso: “Eso es
lo que tú te crees”.

 
Versión: Marcos Original: Poems de Muriel Rukeyser

 

NIÑO CON EL PELO CORTADO

Cierra el domingo sobre esta tarde del siglo veinte.
El pasa. Crepúsculo y bombilla contornan
el cuarto pardo, el superestofado sofá ciruela,
el niño y, sobre su cabeza, las flacas manos de la niña.
La radio de un vecino canta cotizaciones, noticias, serenata.

Él, sentado a la mesa, cabizbajo, ofreciendo la tierna nuca blanca;
mirando el rótulo de la farmacia con el rabillo del ojo;
juegos de luz, neón, hasta que el ojo se le llora, mientras
su solícita hermana, tullidita, en sencillo azul,
doblándose
detrás de él, le corta el pelo con sus viejas tijeras.

El rojo eléctrico de la flecha siempre da en el blanco.
¡Acertado neón! Él tose, impresionado por tanta precisión.
Su frente de muchacho, perennemente protegida por su gorra,
blanquea con la luz mientras voltea la cabeza y
se endereza para que caigan los pelillos.

Como aliviándole el fracaso de semanas con dedos firmes, ella le alisa el fino pelo y se lo peina: “¡Qué bien te vas
a ver mañana!
Encontrarás trabajo. Ya lo creo. No es posible que siempre
te rechacen.
El mejor caballero no va más elegante.” Sonriéndose, él levanta su adolescente frente, arrugándose irónica ahora.

Ve su vestido bueno listo, recién planchado;
el níquel del tranvía en el estante. Y al bajar la cabeza vuelve
a hallarse
con la mirada seria y desesperanzada de su hermana, y las
filosas tijeras aún tijereteando;
el cuarto oscurecido, el rótulo impersonal, los movimientos de ella,
la vena azul, clara en su sien, amargamente palpitando.

Fuente: Antología de la poesía norteamericana, Caracas, 2007.

PINTORES

En la caverna con una llama antigua
hay una mujer de pie con los brazos en alto. Rama roja,
rama negra, rama marrón.
Un muro de oscuridad crece sobre ella.
Los hombres cazan afuera en la primera luz del día
Pero acá, en este parpadeo, uno o dos hombres pintan
y hay una mujer entre ellos.
Enormes criaturas aparecen en los muros de piedra,
su piel, sus ojos, su sexo, sus corazones,
y los pintores en la caverna les dan vida, roja,
marrón, negra,
entre ellos hay una mujer que pinta.

 
Fuente: La reconstrucción del deseo

 

POEMA

Yo vivía en el siglo primero de las guerras mundiales.
La mayoría de las mañanas estaba yo más o menos loca,
los periódicos llegaban con sus historias descuidadas,
la noticia se derramaba desde variados dispositivos
interrumpida por intentos de vender productos a lo invisible.
Llamaba a mis amigos en otros dispositivos;
Estaban más o menos locos por razones similares.
Poco a poco obtuve pluma y papel,
hacía mis poemas para otros, no vistos y no nacidos.
En el día era recordada por aquellos hombres y mujeres,
valientes, creando señales a través de grandes distancias,
teniendo en cuenta una forma anónima de la vida, de los valores
casi inimaginables.
Cuando las luces se oscurecían, mientras las luces de la noche
brillaban,
tratábamos de imaginarlos a ellos, tratábamos de encontrarnos
el uno al otro,
Para construir la paz, para hacer el amor, para reconciliarnos despertando con sueño, nosotros mismos entre nosotros,
nosotros mismos con nosotros mismos. Tratábamos por
cualquier medio
de alcanzar los límites de nosotros mismos, para llegar más allá
de nosotros mismos,
para liberar los medios, para despertar.

Yo vivía en el siglo primero de estas guerras.

Fuente: Poesía solidaria del mundo

TUNELITIS

Permanecieron
junto al árbol:
ahora mismo puedo ir
a ese cementerio.

Cuando estalló la explosión, el capataz nos gritó
que saliéramos
cuando la pesada explosión se hizo blanca, nos dijo, vamos,
salgamos de acá, apúrense, vamos
hacia aquel derrumbe de barro y de piedras.

El agua traía el polvo, el agua
que bebíamos,
y los obradores y el monte estaban teñidos del polvo,
y aunque nos sacudimos la ropa en el monte,
ese polvo se nos quedó pegado para siempre.

Era como si hubieran tirado harina sobre los árboles sobre el monte
y la lluvia no podía lavarla, y relucía:
era hermoso ese polvo blanco que nos tapaba los pies.

Cuando salí a la mañana
después de aquella noche en el túnel,
junto a un hombre blanco, nadie hubiese podido distinguir
quién era quién: estábamos los dos cubiertos
por ese polvo, por ese polvo blanco.

De: El libro de los muertos (1938). Fuente: Blogspot La felicidad ajena

VOLANDO A HANOI

Pensé que iba hacia los poetas,
pero estoy yendo hacia los niños.
Pensé que iba hacia los niños,
pero estoy yendo hacia las mujeres.
Pensé que iba hacia las mujeres,
pero estoy yendo hacia los guerreros.
Pensé que iba hacia los guerreros
pero estoy yendo hacia los hombres y mujeres
que están inventando la paz.
Pensé que iba hacia los inventores de la paz,
pero estoy yendo hacia los poetas.
Mi vida está volando hacia tu vida.

 
Versión de Tom Maver Fuente: Hasta donde llega la voz,blogspot

26 – 1 – 1939

Cuando Barcelona cayó, un cristal oscuro
dio la vuelta al mundo y una inmensa mirada ruinosa,
espejo profético en una serie de espejos.
Me lo encuentro en todas las caras que veo.

Las decisiones de la historia regresan en las radios;
Tormenta sobre los continentes, negros rayos alrededor del líder, acabados en relámpago, el pequeño caos delira.
Me lo encuentro en todas las caras que veo.

El año vuelve atrás con un día profético,
fuertes vientos, ciudades sin memoria y la guerra,
terrible momento cuando todo el mundo escribe “esperanza”.
Me lo encuentro en todas las caras que veo.

Cuando Barcelona cayó, el grito en las carreteras,
horizontes superpuestos y el círculo de los ojos
contempló con una mirada imborrable esa imagen,
nuestra derrota, y la guerra, y la profecía.
Me lo encuentro en todas las caras que veo.

 
Versión: R. Marcos 
Texto original: http://www.poemhunter.com/best-poems/muriel-rukeyser/26-1-1939/

 

VELOCIDAD DE LA OSCURIDAD (FRAGMENTOS)

VI. Miro a través de lo real…
Miro a través de lo real
vulnerable complejo destruido
empeñado en el el presente de todo lo que
me es esencial
el mundo de esa historia conduce al ahora.
VII. La vida notifica
La vida notifica.
Te aseguro
existen demasiadas formas de tener
un hijo.
Yo, madre bastarda
te prometo
existen demasiadas formas de nacer.
Todas emergen
en su propia gracia.
IX. A esto lleva el tiempo…
A esto lleva el tiempo.
Dilo. Dilo.
El universo está hecho de historias,
no de átomos.

 

CANCIÓN PARA LOS NIÑOS MUERTOS

Ponemos grandes coronas resplandecientes en las tumbas
de los apasionados, que nos exigen ofrendas ardientes,
flores de verano: aquí las traemos, para sus frágiles corazones,
recordando cuán finas eran sus muñecas, sus delicados huesos,
sin fuerza aún para ninguna contienda.

Llegan agudos desde el campo los gritos de los niños fantasma,
las pequeñas niñas siguen con su gracia y su maravilla.
La luz de la tarde tiembla, evoca a los jóvenes herederos,
los años en que debieron crecer hundidos en la tierra,
su fortaleza nunca puesta a prueba, su gloria sin alabanza.

Haremos trenzas de pasto para su infancia, que nunca tendrá
amor ni catástrofe, que nada sabrá de la decadencia
ni de los dilemas de la madurez.
En silencio, en su mortaja de silencio, mientras nosotros pasamos
desafiando estridentes a la muerte, ellos yacen indefensos.

De Theory of flight

 

LA ENFERMEDAD

Es una enfermedad pulmonar. La causa el polvo de silicato.
El polvo causa el crecimiento de

Aquí está la radiografía que le sacaron en abril.
Mire acá: estas son las costillas;
esta es la zona del esternón;
acá está el corazón (esa enorme sombra blanca llena de sangre).
Este, por supuesto, es el tubo digestivo, el esófago.
La tráquea. Los espacios entre los pulmones.

¿Entre las costillas?

Entre las costillas. Esas son las clavículas.
Mire ahí, en ese pulmón, ya empiezan, las manchas.
Es como si un temporal de nieve hubiese arrasado con sus pulmones.
Y también ahí, de este lado, y de ese lado, arriba, y abajo.
Este sujeto está en la primera etapa.

Veamos el segundo.

Acérquese de nuevo a la ventana. Acá está el corazón.
Más nódulos, muchos, más grandes, ¿los ve?, en los lóbulos superiores.
Aquí se ve cómo aumentan: acá, las estrías de tejido fibroso…

¿Qué quieren decir?

Muestran el avance después de diez meses.
Y aquí, este año: la falta de aliento, las largas cicatrices
incluso sobre las costillas, gruesas, de ambos lados.
Los vasos sanguíneos se cierran. Es el conglomerado típico.
¿En qué estadio?

El tercero. Fíjese donde apoyo la punta del lápiz:
Aquí y aquí, ahí, allí y allí.

“Cada día es peor. A la noche me levanto
y trato de recuperar el aliento. Si me quedo
acostado boca arriba siento que me muero.”

¿Poco a poco se asfixian los alvéolos del pulmón?
Quiero expresarlo de la mejor manera posible.
Eso es lo que pasa, ¿no?
¿Se van asfixiando uno por uno?
Sí.
Se dificulta la respiración. Sí.
¿Y hay dolor al toser? Sí

¿La silicosis es una enfermedad mortal?
Sí, señor.

De U.S. 1 (The book of the dead)

 

EL BLUES DE GEORGE ROBINSON

Gauley Bridge es un buen pueblo para nosotros, nos dejan
quedarnos por ahí, nos dejan charlar
en la vereda, aunque seamos negros o mulatos.
Vanetta queda cruzando el puente, este es nuestro pueblo.

Cuesta respirar a esta altura, se respira despacio
después de haber remado en el río,
las tumbas están arriba, el viento de la primavera
es frío, las tumbas están allá arriba, y el pueblo abajo.

¿Alguna vez enterraste los cuerpos de treinta y cinco hombres
en el fondo de tu casa, los cuerpos de treinta y cinco mineros
que ningún médico quiso atender, que murieron en sus obradores, sepultados bajo
rocas, en todos lados, en un mundo interminable?

Cuando un hombre decía sentirse mal, sentirse débil,
y ya no podía seguir trabajando,
el capataz y la empresa lo echaban sin dudar.

YO los saqué
de sus obradores junto a las minas
y los llevé al cementerio, allá arriba
había latas, latas por todos lados.

 

TUNELITIS

Permanecieron
junto al árbol:
ahora mismo puedo ir
a ese cementerio.

Cuando estalló la explosión, el capataz nos gritó salgan de ahí
cuando la pesada explosión se hizo blanca, nos dijo, salgamos de acá,
apúrense, vamos, vamos, hacia aquel derrumbe de barro y de piedras.

El agua que nos daban traía el polvo, el agua que bebíamos,
los obradores y el monte estaban teñidos del polvo,
aunque nos sacudíamos la ropa en el monte,
ese polvo se nos quedó pegado para siempre.

Era como si hubieran tirado harina sobre los árboles, sobre el monte,
se adhería y la lluvia no podía lavarla, relucía: era tan hermoso
ese polvo blanco que nos tapaba los pies.

Cuando salí a la mañana, después de aquella noche en el túnel,
junto a un hombre blanco, nadie hubiese podido distinguir quién era quién:
estábamos los dos cubiertos por ese polvo, por ese polvo blanco.

De U.S. 1 (The book of the dead)

 

CANTO

Tanta pérdida en este mundo; traé, viento, mi amor,
mi casa está en el lugar de nuestro encuentro,
y el amor en todo lo que toque y lea
dentro de ese rostro.

Levantá, viento, este exilio de mis ojos;
paz para mirar, vida para escuchar y confesar,
libertad para encontrar, para encontrar
esa desnudez.

De Beast in view

 

BLUES DEL SUICIDIO

¡Quiero hablar con mi voz!
¡Quiero hablar con mi verdadera voz!

Esta calle te lleva al viento blanco
todavía no estoy lista para ir ahí.
No con mi verdadera voz.

El río. ¿Sabés dónde nace el río?
El río nace de un hombre alto,
de su verdadera voz.

¿Sabés hacia dónde va el río?
El río va hacia una mujer que canta,
con su verdadera voz.

¿Sos capaz de imaginar la verdad?
La conspiración del mal trajo un mundo de muerte,
con su falsa voz.

El mundo de la muerte me asesinó donde resplandecen las flores,
frente a los niños más pequeños,
lanzó mi cuerpo en llamas por la ventana,
todos mis enemigos llamaron a mis amigos,
pero mis piernas corrieron alrededor del edificio
bailando el blues del suicidio.

Me arrojaron al mar
la luz del sol me bañó toda la cara;
el agua era azul el agua era marrón, era oscura,
mi cabeza decapitada flotó alrededor del barco
tres veces lo rodeó, sin hundirse nunca.
Demasiada vida, mi amor, hay aquí, estas venas son fuertes,
cada sentido habla con mi verdadera voz,
demasiadas flores, y este sol que sabe demasiado,
demasiada vida para asesinar.

De Beast in view

 

“DEMASIADO TIEMPO, DEMASIADO TIEMPO”

“Demasiado tiempo, demasiado tiempo”,
escuché que decía una mujer.
Yo soy esa mujer atrapada
demasiado tiempo en la telaraña.
Demasiado tiempo bajo el dominio
de sus ojos ensombrecidos
aturdida en la luz plateada
y gris de sus fantasías.

Tanto tiempo tirada acá
del primer al último día de la sombra
cubierta por la sutil ley
del Hombre Flotante.
Un hombre joven y una mujer vieja y joven
se arrojan al río que cruza
y surgen, hijos de otra tierra;
aquella orilla, aquel verde.

Pero es demasiado, demasiado
demasiado largo el viaje a través del hielo
y demasiado secretos son los caminos
hacia mi pequeña guarida.
Hay que abandonar la telaraña del pudor
para entrar en la vida, dijo la mujer; y yo,
que dormía, empecé a despertar
y a decir mi propio nombre.

De Body of waking

 

ENTRAR EN ESE RITMO DONDE EL YO SE PIERDE

Entrar en ese ritmo donde el yo se pierde,
donde la respiración : el pulso : y la sutil música
de su vínculo crean nuestra danza, y nos arrojan
al momento en que aparece la magia
de todas las cosas, su nueva posibilidad.
Ese momento ciego, la medianoche, cuando comienza
toda visión, y la danza es nuestro único aliento,
y nosotros mismos el momento de la vida y de la muerte.
Ahora estamos ciegos; pero recibimos otra salvación,
el yo como visión, siempre percibiendo,
todas las artes todos los sentidos son lenguajes,
nacen del deseo, se transforman en verdad:
en nombre de la vida entregamos el momento y las imágenes,
escribimos el poema;               hacemos el amor;        damos a nacer.

De Waterlily fire

 

EN NUESTRA ÉPOCA

Dicen que podemos hablar de cualquier cosa.
Que no hay ningún castigo para los poetas,
que no hay ningún castigo por escribir poemas.
Así dicen.          Ese es el castigo.

De Speed of darkness

 

POEMA

Viví en el primer siglo de las guerras mundiales.
Casi todas las mañanas me volvía un poco loca,
los diarios llegaban con sus relatos despiadados,
las noticias brotaban de distintos dispositivos
interrumpidas por intentos de ventas a los invisibles.
Llamaba a mis amigos por otros dispositivos;
ellos enloquecían también, por las mismas causas.
Pude al fin tomar lápiz y papel, escribir mis poemas
para otros invisibles, otros aún por nacer.
Durante el día pensaba en esos hombres y mujeres
valientes, en lugares remotos, queriendo vivir
sin etiquetas, con valores casi inimaginables.
Cuando la luz se apagaba y se encendía la noche,
tratábamos de imaginarlos, de encontrarnos unos a otros
para crear la paz, hacer el amor, reconciliar
la vigilia con el sueño, reconciliarnos entre nosotros,
con nosotros mismos. Tratábamos por todos los medios
de alcanzar el límite de nuestro ser, traspasarlo,
soltar los medios, despertar.

Yo viví en el primer siglo de todas esas guerras.

De Speed of darkness

 

ARTEFACTO

Cuando esta mano ya esté en la tierra,
y esta mano que escribe y el papel en que escribe
ya no estén, y las palabras en este papel se hayan olvidado,
cuando el aliento que gira lentamente alrededor de la tierra
con las antiguas palabras de su lengua
vaya a las vidas por nacer, cuando ellas también estén
en la tierra, y su recuerdo, cuando el recuerdo de todo aquello
esté también olvidado, y todos los que tenían ese recuerdo
hayan sido absorbidos en el aire y en el polvo,
las palabras, la tierra, la brisa sobre los océanos, cuando todo eso
sea otra cosa, quizás algo de lo que antes hubo quede,
algún artefacto. Esta lapicera. ¿Hablará de mí? ¿Hablará de nosotros?
Este objeto de metal brillante fabricado por miles de personas
que no conozco, ¿llegará con ese deseo inefable de decir una música,
ofrecerá algo de todo lo que me acompañó en mi viaje?
¿Cantará para otros que no conozco
lo que pasó hace tanto ya, lo que se cantó en otra época?
Esta lapicera:
–¿habrá mujeres, o arriesgados varones (o futuras mutaciones,
que hoy no tienen nombre), que intenten reunir sus piezas rotas?–
¿Podrán engarzarse estas partes gastadas? ¿Brillar de nuevo? ¿Hablarte entonces?

De The gates

 

DORMIDA Y DESPIERTA

Dormida y despierta, yo velo.
No he escrito nunca
lo que tengo que decir.
Ningún poema ofrece de mí
mi significado principal:
he danzado hacia mi denominación
y danzado a lo lejos.

Me muevo ahora a lo largo de mis sueños:
dejan pasar una procesión de
cambiantes imágenes.
Quiero decir el claro
el intrincado lugar del encuentro
de todas las cosas con todos los deseos:
cortados por el riesgo en la raíz
donde es dada cada cosa.
Los descubrimientos del niño,
las voces perdidas, el canto de todos
los que perciben su sentido.
Comienzan a cantar.

Mortal, despierta, canto y digo
que todo es inmortal, todo,
salvo la personalidad.
Sí, tu pasión, sí, el tiempo de una flor.
Muévete en todos tus significados,
ve alumbrado por muchos fuegos.
Profundos en los fuegos secretos

todos hablan a todos.

La vida profunda vive y muere,
varía, canta y canta.
Habla antes de que me duerma,
antes de que las consignas hayan sido dadas,
encuentro mi tiempo, y hablo,
llevada hacia el amor y la música,
música de formas y deseos.

PHANERON

Cualquier cosa que vaga en el aire viaja
sobre estos dolores, estas guerras y este bien.
Cualquier cosa que grita y cambia, vive y llega
más allá del umbral de los sentidos; conozco el nombre que traspasa;
en mi silencio, en el frío, avanza el grito del parto.
La sal de estas lágrimas blanquea mis pestañas.

Cualquier cosa que surca el cuerpo se transforma en comida:
delante de mi rostro, flores, color que es forma.
Gritos surcan el mar y el aire, se convierten en nacimientos
sobre la tierra sembrada de gente, florida de gente.
Un año se vuelve en su crisis. En su sueño.

Cualquier cosa que surca nuestros sueños es nuestra para darla:
el umbral surge y cambia.
Yo doy, yo percibo:
aquí están los dones del día que por fin se eleva;
sangre del deseo, surgimiento de la fe
más allá de nuestra furia y nuestros silencios.

 

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